EL PINTOR CHRISTIANO Y ERUDITO-Juan Interián de Ayala - CAPITULO III.


CAPITULO IV.


Las Imágenes de S. Pedro in vinculis, de Santo Domingo, de los Santos Mártires S. Justo, y S. Pastor, de S. Cayetano, y de S. Lorenzo Mártir.

I El primer dia de Agosto se hace memoria del Príncipe de los Apóstoles S. Pedro, quando estaba en prisiones; cosa que suelen tambien representarla los Pintores; ??? pero por la ignorancia de la antigüedad, no la pintan bien, por no decir, que la pintan absurdamente: ello es que hacen lo que suelen. Píntanle atado con una cadena que estriba en una pared, columna, ó en un palo: sin embargo ello no fué así, como facilmente lo conocerá qualquiera, que aun sin mucha reflexîon haya leído la Historia Sagrada, que dice (1484): En la misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, atado con dos cadenas: y los guardias custodiaban la carcel delante de la puerta. Hé aquí á Pedro atado no con una sola cadena, sino con dos, y que estas no estribaban en ningúna pared, ni columna. ¿Pues en qué? A saber, en lo que nunca soñáran los Pintores, esto es, en los dos soldados que custodiaban á Pedro, en medio de los quales, sin temer el Santo Apostol la muerte que le amenazaba, y que iba ya á descargar sobre su garganta, estaba él durmiendo á sueño suelto. Y para que se véa esto mas claro, conviene saber, que los reos, singularmente los que estaban presos por algún motivo mas grave, solían atarlos, y entregarlos á dos soldados para custodiarlos; de suerte que la una cadena ataba la mano derecha del reo, y la izquierda del soldado, y la otra por el contrario, la derecha del soldado, y la izquierda del reo. Podria demostrar esto con muchos documentos; pero basten pocos. Séneca dice expresamente (1485): A la manera que una misma cadena ata al preso, y al soldado, al mismo paso andan estas cosas, aunque tan desemejantes. Lo que ilustra mas, y con mayor firmeza S. Agustin (1486): Están atados dos (dice este Santo), y remítense al Juez, el ladron, y el que está atado junto con él: aquel es un malvado, y este, inocente: ambos están atados con una misma cadena, con estar muy distantes entre sí. Esto supuesto, está clara la inteligencia de la Historia Apostólica, y ??? el modo de pintar al Apostol con las cadenas: pues son de suyo evidentes aquellas palabras: Estaba Pedro durmiendo entro dos soldados, atado con dos cadenas. Ni es menester preguntar ¿por qué motivo harian esto los antiguos Romanos, aun segun sus leyes? Pues está claro que solian hacerlo, para que los presos á quienes custodiaban, no pudiesen escaparse facilmente: lo que no podia acontecer, aun en el caso de dormirse los guardias, á no ser que los presos atraxesen violentamente consigo á los que los guardaban, y custodiaban; lo que con dificultad podia suceder, y aun de ningúna manera, si Dios obrando sobrenaturalmente no manifestaba algún tanto su poderosísima mano, como sucedió quando Pedro quedó libre, y se escapó.

2 Y así, para representar con la mayor propiedad este admirable suceso, casi debe ponerse á la vista del modo siguiente. Píntese á S. Pedro echado en tierra, durmiendo, y atado con cadenas de una, y otra parte; y que estas, colgando de sus manos del modo que hemos dicho antes, atan tambien á ambos soldados. Deberá tambien pintarse el Apostol, no enteramente vestido, ni desnudo, sino vestido con una sola túnica, y quitados sus zapatos, ó calzado, para dar así lugar á la advertencia del Angel, el qual resplandeciendo con admirable resplandor (como dice el texto) y hablando con el mismo S. Pedro, Cíñete (le dixo) y ponte tu calzado. Y luego: Echate tu ropa, y sígueme. Mas, si se le pintáre estribando ya sobre sus pies, en este caso deben representarse rotas por una, y otra parte las cadenas, segun afirma la misma Historia Sagrada, la qual despues de haber dicho, que el Angel despertó á S. Pedro, añade luego: Y cayeron las cadenas de sus manos. Describir así esta Historia, es pintarla, y representarla como se debe: lo contrario, no es mas que una locura, y seguir su propia, y necia fantasía; lo que debe precaverse, y evitarse: á ??? este fin se dirige todo mi trabajo, y la idéa que me he propuesto. Pero parémonos un poco en estas últimas palabras.

3 Digo esto, porque si bien en todo el discurso de mi obra, he procurado, como era razon, apartarme lo menos que he podido de mi asunto, no negaré sin embargo, que, ó ya por causa de diversion, ó por el afecto, que tenia á lo que iba tratando, me he apartado de él alguna vez: lo que podia sucederme con mucha mas freqüencia, si no hubiese procurado estar siempre sobre mis estribos. Para que esto se véa mas claro, no es menester ir muy lejos por sus pruebas: pues vamos ya á exponer las Pinturas, é Imágenes del muy esclarecido Patriarca Santo Domingo, varon superior á toda alabanza, cuyos hechos, y virtudes, si quisiese referir aquí, sería cosa muy larga, y me extendería mas allá de lo que permite mi intento. Por cuyo motivo, así en esto, como en lo restante que haya de tratar, dexando á parte lo demas que podia ofrecerse, solamente me pararé en la exposición de las Imágenes, y Pinturas. En primer lugar, ningún hombre cuerdo podrá extrañar, que al Santísimo Patriarca se le pinte con una resplandeciente estrella en la frente; pues luego despues de bautizado, la advirtió en el tierno niño la piadosa, y noble muger, que fué su madrina. Ni es tampoco extraño, que se le pinte con aquel emblema de un perro teniendo en su boca una antorcha con que abrasa al universo; por no ignorar nadie haber tenido su madre este sueño, quando estaba preñada de él. Pero sí es cosa desusada el pintarle vestido con sobrepellíz, y capa de Canónigo: porque, aunque es cierto, que fué Canónigo de la Iglesia de Osma; sin embargo se demuestra bastante sin estas insignias, ó aparato (porque el que algunos pretendan, que habiendo vestido la Cruz de Santiago, fué uno de los Clérigos de esta Orden, no hago de esto tanto aprecio, que quiera, ??? ó deba ahora refutarlo; pues, con licencia de los que lo dicen, me parecen estas representaciones de quien está soñando, ó sueños de hombres que están despiertos.) Con todo, como despues en todo el discurso de su vida, empezó á usar de aquel género de hábito que traen los Religiosos Dominicos, y esto no sin inspiración celestial, y aun precepto de la Sagrada Virgen, como afirman los principales Escritores de su vida; es justo representarle siempre en un mismo hábito, usando de un modo bastante freqüente, en que valiéndose de anticipacion, ó Prolepsis, ó lo que se suele decir en Griego Hysteronproteron, mudado algún tanto el orden de las cosas, se refiera como sucedido antes, lo que aconteció despues.

4 Pintan regularmente al Santo Patriarca con las insignias que todos saben, esto es, con un libro, y un ramo de candidísimas azucenas. Ambas cosas parecen muy bien; por significarse en las azucenas su excelente candor de alma, y cuerpo, con que tanto agradó á la Virgen de las Vírgenes María Santísima; y en el libro, su sabiduría, con la qual, ya por sí mismo, y ya por medio de sus hijos, y compañeros de esta ilustre, y célebre Orden, dignísima de las mayores alabanzas, ilustró con admirables luces á toda la Iglesia Católica. Pero referir esta materia con palabras áridas, y estériles, no tanto parece que es alabar á Santo Domingo, como obscurecer sus glorias.

5 Mas, no se puede pasar en silencio otro modo bastante comun de pintar al Santo Patriarca. Todos saben por los Historiadores de su vida, que el Santo solía disciplinarse cruelmente tres veces al dia. Píntanle, pues, con unos ásperos azotes, y puntas en sus extremidades, ó con una cadenilla de hierro, descargando fuertemente sobre sus espaldas delante de un Crucifixo, con tales muestras del mayor dolor, y compuncion, que bastaría para ablandar los duros corazones de los ??? que merecerian con mucha mas razon experimentar en sí mismos semejantes mortificaciones. Estas Pinturas las vemos con mucha freqüencia; pero de quantas he visto, la mas hermosa de todas es, la que se vé en el Noviciado del gran Convento de esta Orden, que hay en la Ciudad, y Universidad de Salamanca (Universidad, cuyo nombre solo lleva consigo el elogio) trabajada con mucho primor por un Pintor (segun dicen) Religioso de la misma Orden. En este Convento, digo, se vé dicha Imagen; y yo añado, que no está allí ociosa, ni inutilmente: pues suele excitar en gran manera los ánimos de los Religiosos jóvenes, que se exercitan siempre en obras de santidad, y de penitencia, como lo demuestran claramente las señales impresas en las paredes. Y supuesto que esta Imagen bastante famosa, se echa de vér á cada paso, ya puse arriba el Epigrama que compuse en otro tiempo sobre este asunto, y por no repetir lo dicho, allá remito al Lector (1487).

6 Fué este Santo (pues no debo omitir lo que es de mi instituto) fué, digo, de mediana estatura, y muy hermoso de semblante: tenia aguileña la nariz, los ojos vivos, algo carilargo, blanco el color, la barba que tiraba á rubia, y nada calvo; pero fué algo mas macilento de lo que correspondia á su edad de cincuenta y un años, lo que se ha de atribuír á sus inmensos trabajos, y á las austeridades de su vida. Así describió á este Santísimo Patriarca un Historiador de mucho nombre (1488), añadiendo aun otras cosas sacadas de buenos, y antiguos Escritores de su vida, de que facilmente puede sacarse el modo de pintar, y formar la Imagen de dicho Santo.

7 Apenas tendria yo que hacer mención aquí de los esclarecidos muchachos superiores á toda alabanza, S. Justo, ??? y S. Pastor, á no haber observado, que les pintan, no muchachos, sino mozos algo mas grandes. Pero que ello no fué así, sino que á la verdad murieron muchachos, lo convence eruditamente, como suele, por el testimonio de S. Isidoro, de Prudencio, y de otros Escritores antiguos, un sabio de muy acendrado juicio, Ambrosio de Morales, singularmente en el libro que dió á luz el año de I568. pag. 6. de la vida de estos Santos Mártires, de su martirio, y translación de sus reliquias. Lo que sin duda engrandece mas la gracia de Dios, y hace mucho mas glorioso el triunfo de dichos Santos. Juzga, pues, Morales, que S. Pastor no tenia mas de nueve años, ni S. Justo mas de siete, y que de este modo deben absolutamente pintarse, como lo demuestra por extenso el citado Autor, en quien pueden verse, y observarse oportunamente otras cosas: pues yo debo ya pasar á otro asunto.

8 Acerca de la Imagen de S. Cayetano de Tiene, esclarecido Fundador de la Orden de Clérigos Regiares, cuya gloria casi inmensa, mas quiero envolverla en un respetoso silencio, que tocarla con débiles alabanzas, se me ofrece advertir, el que freqüentemente le pintan á la verdad como varon de avanzada edad, pero no viejo, sin embargo de haberlo sido, pues murió de edad de sesenta y siete años, el año de M.D.XLVII. de la Era Christiana, molido, y quebrantado por los trabajos de su vida penosa, y austera, como lo ha observado diligentemente despues de otros, el moderno Escritor de su vida el Padre D. Eugenio Calderon de la Barca lib. 2. cap. I9. Píntanle tambien, y muy á menudo, arrodillado, y abrazando respetosamente al Niño Jesus, á que dió motivo el insigne, y singular favor, que le hizo en Roma la Virgen Santísima la noche de la Natividad del Señor, quando oraba fervorosamente, y se derretia en ardores celestiales en la Basílica de Santa María la Mayor; pues convidado entonces una, ??? y otra vez por la dulcísima Madre de Dios, y de los hombres, recibió en sus brazos al Divino Niño; lo que el mismo Santo, aunque humildísimo zelador, y custodio de las divinas gracias, ingenua, y sinceramente lo escribió en un estilo sencillo á la Virgen Laura Miñana, cuyas palabras refiere el célebre Autor que hemos citado (1489). Pero por haber sucedido esto antes de fundar su Orden, será del caso, que en este lance no se le pinte viejo, ni cerca de esta edad.

9 Muchas cosas había que decir, y casi son infinitas las alabanzas que podian darse al celebérrimo Martir de Christo S. Lorenzo, si me fuera lícito detenerme en lo que han dicho de un tal Santo los mas esclarecidos Padres de la Iglesia. Bastará advertir el que suelen pintar á este Martir en trage de Levita (que así hablaron los Padres antiguos) ó de Diácono, y junto á él unas parrillas de hierro, donde como hubiesen echado al Santo, y puesto ascuas encendidas debaxo, consiguió un tan grande triunfo del tirano perseguidor, que (como dice el Padre S. Agustin) (1490) fué tanta la gloria de su martirio, que iluminó con su pasion á todo el universo, y con el fuego que padeció victorioso, enardeció los corazones de todos los Christianos. Pero hase de observar, que algunos neciamente figuran estas parrillas tan pequeñas, que apenas podria tostarse en ellas un pez de á dos libras. Deben, pues, pintarse mas grandes, ya que sobre ellas estuvo el cuerpo, no de un niño, sino el de un joven fuerte, y robusto. Desagradó algún tanto á un Escritor (1491) sobradamente nimio, el que algunos pinten á este Santo sobre las parrillas, y ascuas encendidas debaxo, sin estár quemado por ningúna parte su cuerpo, como si estuviera echado no sobre ascuas, sino sobre una cama. Pero esto es cosa muy ??? prolixa, ni merecia notarse con tan diligente exámen. Porque primeramente puede significarse, como que acababan de echar sobre las parrillas al esclarecido Martir de Christo, y sobre esto, nunca debiera pintarse enteramente quemado, sino medio asado, si damos fé á Prudencio, que describe elegantemente todo el hecho: el qual dice en boca del Tirano, hablando á los ministros, y verdugos (1492):

Sed non volenti impertiam, Præstetur ut mortis citæ Compendiosus exitus: Perire raptim non dabo. Vitam tenebo, & differam PSnis morarum jugibus, Et mors inextricabilis Longos dolores protrahet.

Prunas tepentes sternite, Ne fervor ignitus nimis Os contumacis occupet, Et cordis intret abdita.

Vapor senescens langueat: Qui fusus adflatu levi Tormenta sensim temperet Semiustulati corporis.

¿Quién dexará de vér, que esta circunstancia hace subir de punto la gloria, y paciencia del esforzado Martir y (lo que no debo callar) de este Español?

I0 Español, digo, lo que afirmo siempre, y constantemente, por mas que piensen de otro modo, ó quieran delirar, los que pretenden decir mal de la gloria de España pretextando erudicion. Los Escritores Españoles han ilustrado bastante esta materia, y á ellos ??? podrian añadirse otros extrangeros; pero de estos, solamente quiero citar á una lumbrera, y columna de Italia, y aun de la misma Roma, cuya amenidad de ingenio, y erudicion, hizo que Roma Christiana no tuviese nada que envidiar á la antigua Roma Gentil. Este es, el que antes se llamó Mafféo Barberino, el qual por las singulares prendas, y virtudes de su excelente, y culto ingenio, mereció primero ser condecorado con distinguidos honores, y empleos, y subiendo finalmente á la cumbre del Pontificado, resplandeció en Roma, y en todo el universo, como favorecedor, y protector insigne de las letras, y de los hombres sabios. Un Autor, pues, de tanta nota, que no solamente entre los grandes negocios, y ocupaciones en que se hallaba, ilustró la Theología, la Jurisprudencia, y la Política, sino que tambien adornado de las amenas flores de la Poesía, reformó los Himnos Eclesiásticos, y enseñó á las Musas á servir tambien á Jesu-Christo; en sus Obras Poéticas, que son mas hermosas, y elegantes de lo que puede decirse, afirmó claramente que S. Lorenzo fué Español. Y para que no parezca que lo digo sin fundamento, quiero copiar aquí por encima algo de lo que dice en el Himno de S. Lorenzo, ú Ode, como la llaman los Poetas, donde dice así:

Ibera tellus Austrio Sub Rege felix, aurifero Tagi Te dicant alii flumine mobilem, Te classe, te bello ferocem, Oceani dominam celebrent, Regnisque potentem:

Hic Peruanis divitem metallis, Mexici gazis, Arabumque conchis, Et mercibus Goæ beatam Te laudet: fera prælia Extollat alter, & triumphos Caroli, Ac temperatis vividum Consiliis animum Philippi. ???

Dicho esto en honor de España, añade luego el mismo Autor, que por otra parte no era muy Español:

Te concinam Laurentii Sacro parentem lumine fulgidam.

Y despues de varias cosas, reprehendiendo á Valeriano, concluye: Acres quid iras aggeras Rex barbare? Impavidus contemnere novit Hispanus Juvenis Regum fera jussa.

Lo que gustoso he querido referir aquí, para que se eche de vér, no como cosa decidida por la Silla Apostólica, pero sí, por quien dignamente la obtuvo, que siempre se ha afirmado, y afirmará, que S. Lorenzo no fué Romano, ni Italiano, sino Español.




CAPITULO V.


De las Pinturas, é Imágenes de Santa Clara Virgen, de los Santos Mártires Hipólito, y Casiano, y de las de S. Jacinto, S. Roque, y S. Bernardo Abad de Claravál.

I No solamente los Escritores de la Orden Seráfica, sí tambien muchos otros, que sería ahora superfluo formar su catálogo, celébran con las mayores alabanzas á la ilustre Virgen Santa Clara (que en su mismo nombre, dice quan esclarecida es) Fundadora de las Monjas Menores, cuya obra emprendió con la ayuda, y á instancias del Gran Padre S. Francisco. Píntanla llevando en sus manos con mucha reverencia la Custodia del Santísimo Sacramento: el origen de esta Pintura, que no hay otra mas freqüente, es, el que no quiero referir con otras palabras, sino con las que usa la ??? Iglesia en su rezo, donde se dice: Sitiando los Sarracenos á Asis, y pretendiendo asaltar el Monasterio de Clara, quiso que enferma la lleváran á la puerta de él, y juntamente el vaso donde estaba el Santísimo Sacramento de la Euchâristía, y allí hizo oracion, &c. Mas acerca de este hecho, dexando á parte otras cosas que por ventura podian causar mayor reparo, he oído repetidas veces á hombres doctos, que con ser muy píos, y eruditos, llevaban muy á mal el que una muger, aunque santa, y purísima, llevára en sus manos el Santísimo Sacramento. Pero ellos, movidos de la inviolable costumbre de estos, y de otros tiempos modernos, que dimanó de las nuevas disposiciones de la Iglesia, no hicieron bastante reflexîon en que á la Santa Virgen inspirada de Dios (como piamente debe creerse) le fué lícito, y verdaderamente laudable en tan grave peligro, si no el tocar con sus piadosas manos la misma Euchâristía, á lo menos el vaso que la contenía. Con efecto antiguamente, no una, ú otra vez, sino en todos los cinco primeros siglos de la Iglesia, no se metia la Sagrada Euchâristía en la boca de los que comulgaban (lo que todavía es mucho mas moderno, como advirtió muy bien el Cardenal Juan de Bona) (1493), sino que se ponia en las manos aun de los seglares: A quienes (son palabras de un hombre muy erudito, y versadísimo en materias de Disciplina Eclesiástica) (1494) les era permitido llevarla á su propia casa, y guardarla privadamente. S. Cipriano tract. de Lapsis, junta muchos exemplos, de aquellos que habiendo recibido con manos indignas este Sacramento, y guardádolo en su casa con no menor indignidad, experimentaron su ruína, y la divina venganza de su temeridad. Pero que tambien fueron milagrosos los beneficios conferidos á los que recurriendo ??? á este Sacramento, que con pia devoción lo guardaban en sus casas particulares; por callar de los demas, lo refirieron S. Gregorio Nacianceno de su hermana Gorgonia, y S. Ambrosio de su hermano Sátyro, en las Oraciones que cada uno de estos Santos recitaron en los respectivos funerales de sus hermanos. A que añade muchas otras cosas el mismo Escritor, con quien concuerda el citado Cardenal Bona (1495). Véa á estos dos Escritores, y tambien á otros, el que desea imponerse mas sobre esta materia.

2 Una sola cosa quiero añadir, y es, que aun en los mismos siglos en que estaba en uso el llevarse cada qual á su casa la Euchâristía, estaba en algunos lugares prohibido á las mugeres tocar el Sacramento con sus propias manos, sino que debian tener un lienzo blanco, y muy limpio, que llamaban Dominical, para poner la Sagrada Euchâristía, como con bastante claridad lo da á entender S. Agustin (1496), y aun parece que lo manda, quando dice: Todas las mugeres tengan lienzos limpios para recibir el Cuerpo de Christo. Y aun mas severamente lo indica el Concilio Antisiodorense celebrado el año 578. can. 36. con estas palabras: No le es permitido á la muger recibir la Euchâristía con la mano desnuda. Y luego en el Can. 42. manda: Que cada muger quando comulga, tenga su Dominical; y que si alguna no lo tuviere, no comulgue hasta otro Domingo. Estas, y otras muchas cosas, que facilmente podrian traerse, demuestran claramente, que no debia haber movido á hombres doctos, el que se pinte á Santa Clara teniendo en su mano la Custodia del Santísimo Sacramento. Ademas, que por un Escritor antiguo se echa de vér, sin que se opongan las palabras que se léen en su rezo, que Santa Clara no tomó en sus manos la Euchâristía, ni el vaso en que esta se guardaba, sino ??? que mandó, que la Euchâristía que estaba en aquel sagrado vaso, precediera á ella, y á las demas Vírgenes que la acompañaban. Nombré de propósito, y he procurado advertir á los doctos; pues quanto á los demas, aun de los que no quieren que su nombre pase por el del vulgo, diría de ellos mas severamente, que llevados de su imaginación han caído en estas, y otras ridiculeces, que dimanan del poco, ó ningún conocimiento de la antigüedad, y de su profunda ignorancia en semejantes materias. Debe tambien pintarse á esta Santa (pues me ha desagradado el haber observado mas de una vez que no lo hacen) con un hábito pobre, y muy raído, como á verdadera hija del Padre S. Francisco: ni tampoco se la ha de pintar muy joven, pues por graves argumentos se infiere, que quando murió, era de cerca de 60. años.

3 Es bastante célebre, y lo será siempre para nuestra antigua España, y singularmente para aquella region de América, á quien los Conquistadores dieron nombre de Nueva España, el dia de S. Hipólito, de quien se hace larga mención en las Actas, y Martirio de S. Lorenzo: pues en este dia, ya hace mas de dos siglos, se tomó, y subyugó aquella célebre Ciudad, que con la misma palabra propia de los Indios, llamamos México, que fué la Capital de toda la América Septentrional, y de todo aquel Nuevo Mundo: Ciudad, que podria competir con qualesquiera otras de la Asia, y de la Europa, á no haberse puesto de por medio las intenciones de hombres codiciosos, y que no tienen otras miras que las de su propio interes. Este es tambien el parecer de los Escritores extrangeros. Pero baste sobre este punto.

4 Los Hereges, como aborrecedores que son de las cosas de la Iglesia, en tanto grado, que como yo he pensado muchas veces á mis solas, hubieran deseado, ó querrian, que pocos, ó ningunos exemplos hubiesen ??? quedado en la Iglesia de Martirios, y de vida penitente; afirman á las claras, y sin disfraz alguno, ó por mejor decir, desvergonzadamente, que de ningúna manera puede pintarse al Martir S. Hipólito: pues se atreven á decir, con suma osadía, y locura, que no ha habido tal Martir. Omito el hablar de sus Gefes, cuyo discípulo un tal Raynoldo, conforme puede verse en un Autor pío, y erudito (1497) habla, ó parla así de S. Hipólito: A los Papistas, se les representa á la vista desquartizado por los caballos, como regularmente le pintan. Hasta aquí aun estamos bien: porque á lo menos, aun parece admitir otros Hipólitos, de quienes en ningúna parte se lée que fuesen desquartizados, y despedazados por los caballos: y uno de estos puede ser el Presbítero de Antiochía, cuya memoria se celébra el dia 29. de Enero, ó el Obispo Portuense, del qual se hace fiesta el dia 22. de Agosto. Pero ¿porque, pregunto, no ha de entenderse de estotro, cuya Pintura está conforme con su nombre, y con su historia? Con efecto, á este reconocen los Autores antiguos, Adon, Usuardo, Beda, y otros no pocos. Pero el género de martirio junto con el nombre de Hipólito, no huele, dicen, á otra cosa, sino á la antigua, y fingida fábula de Hipólito hijo de Theséo, á quien arrastraron, y despedazaron rápidamente los caballos; cuya fábula describió elegantemente Séneca, y antes de él Ovidio, y el que es mas antiguo que ambos, Eurípides, en su Tragedia sobre este argumento. Así sienten de las cosas sagradas, y de las pasiones de los Mártires, los que hacen mas caso de los Poetas, y de las fábulas, que de las Historias Eclesiásticas. Yo, á estos Poetas, les opondré otros Poetas; pero Poetas Christianos, y píos. Tal es nuestro Prudencio, que supo bien los hechos de los Mártires, y se enteró de ellos con grande cuidado en la misma Ciudad de Roma, ??? el qual hizo larga relacion, no solo de este esclarecido Martir, sino tambien del género de martirio que padeció: aunque en su narración (lo que espontaneamente confieso) de un Hipólito hizo tres, ó los hechos de tres, los confundió en uno, como lo notó muy bien un Autor muy principal de la Historia Eclesiástica (1498). Y el mismo Prudencio dió el medio tambien, y ofreció el escudo con que pudiese rechazarse el dardo poco agudo, y temible á la verdad, que tomaron de la alusion del nombre de Hipólito con respecto al Hipólito fabuloso: porque dice, que el impío juez Gentil tomó ocasion para aquel martirio del mismo nombre de Hipólito. Pues el pío, y elegante Poeta introduce á los jóvenes Romanos hablando con grandes clamores al Juez, y dice así (1499):

Insolitum leti poscunt genus, & nova pSnæ Inventa, exemplo quo trepident alii.

Y prosigue:

Ille supinata residens cervice: Quis, inquit, Dicitur? Adfirmant dicier Hippolytum:

Ergo sit Hippolytus: quatiat turbetque jugales, Intereatque feris dilaceratus equis.

Quede, pues, sentado ser verdadera la Pintura del Martir Hipólito arrastrado por los caballos; cuya Pintura me acuerdo haber visto pintada en Salamanca por un excelente Pintor.

5 Nada resonaba con mas freqüencia en nuestros oidos, quando muchachos, ibamos á la escuela del Maestro de niños, que el nombre del Martir S. Casiano. La esclarecida confesion de este Santo, es particularmente de mi asunto; la que como el Poeta Prudencio hubiese visto pintada en una tablilla, admirado, y ??? pasmado, paró allí su consideracion, y conforme á ella nos refirió este hecho, mas con fé de Historiador, que con alabanzas de Poeta: el qual dice claramente haber visto dicha Pintura, quando moraba en una Ciudad, que los antiguos llamaron el Foro de Cornelio, y hoy se llama Imola; lo que refiere con las siguientes palabras:

Hic mihi cum peterem te, rerum maxima Roma, Spes est oborta, prosperum Christum fore.

Y poco despues, añade:

Erexi ad CSlum faciem, stetit obvia contra Fucis colorum picta Imago Martyris: Plagas mille gerens, totos lacerata per artus, Ruptam minutis præferens punctis cutem, Innumeri circum pueri, miserabile visu, Confossa parvis membra figebant stylis: Unde, pugillares soliti percurrere ceras, Scholare murmur adnotantes scripserant:

Ædituus consultus ait: Quod prospicis, hospes, Non est inanis, aut anilis fabula. Historiam pictura refert: quæ tradita libris Veram vetusti temporis monstrat fidem.

6 Con la misma elegancia va refiriendo luego toda la historia del martirio, que con igual, ó mayor gravedad compendió el Martirologio Romano con estas palabras (1500): En la Ciudad de Imola en Italia S. Casiano Martir, maestro que enseñaba los niños: al qual porque no quiso adorar los Idolos, entregó el tirano en poder de los muchachos (de los quales era aborrecido, porque en la escuela los castigaba) y dióles licencia para que le matasen. Y quanto mas flacas eran las fuerzas de estos verdugos, tanto era mayor el tormento con que le daban espaciosa ??? muerte. Nadie ignorará, segun pienso, que los muchachos no solían aprender antiguamente los primeros rudimentos de las letras, como ahora: pues no escribian sobre papel con plumas de ganso, sino sobre unas tablillas enceradas, sobre las quales formaban con estilos, ó punzones de hierro, los lineamentos de las letras, y abreviaturas. Puede verse sobre esta materia, y otras cosas pertenecientes á ella (ademas de otros, pues es cosa muy obvia) un erudito, y ameno Autor el Padre Hermanno Hugo (1501). Con dichos estilos, que eran muy puntiagudos, y acaso con cuchillos pequeños que usarían los muchachos, mataron á este ilustre Martir de Christo, á quien aborrecian. Ni es de extrañar: puesto que no solo entre Gentiles, pero ni aun entre los Christianos, apenas se encuentra un muchacho de tan buena índole, que sufra con paciencia, y cariño los golpes de la férula, y los azotes: grave martirio por cierto; pero no tan desacostumbrado, que no hayan hecho mención de él los Antiguos. Séneca (1502), tratando del suplicio popular que dieron á Erixon Caballero Romano, habla de este género de tormento; y fuera de él, Suetonio in Caio, dice: Deseando que dicho Senador fuese despedazado, sobornó gente, que al entrar en la Curia lo embistiesen de repente, llamándolo enemigo público, y habiéndole traspasado con punzones, le entregaron á los demas, que le despedazáran. Ni solamente se ha dado este género de tormento para causar una muerte mas larga, sino que muchas veces se ha dado tambien en las torturas para averiguar la verdad. Por eso aquella insigne muger llamada Porcia, hablando con su marido, le dixo entre otras cosas (1503): No soy de una naturaleza tan mugeril, que sean parte para obligarme á revelar el secreto, llamas, azotes, ni punzones. ???

7 Hase, pues, de pintar á este esclarecido Martir, conforme se representaba en aquella tabla que refiere Prudencio haber visto él mismo con mucha edificacion; cuyas palabras puse antes, y pueden leerse enteras en el citado Himno IX. Pero no deberá pintarse, segun mi parecer, con adornos Episcopales, ni semejantes ornamentos junto á él. Porque si bien no faltan quienes digan, que este Martir fué Obispo de Brixîa, ó de alguna otra Ciudad de Alemania, ó de los Suizos; pero todo esto tiene poco fundamento: prueba de ello es, que algunos que lo dicen, afirman tambien que le ordenó Fortunaciano Obispo de Aquileia; sin embargo de ser constante, que este (que fué Arriano) vivió en los tiempos de Constancio Augusto, y fué mucho mas moderno que Casiano. Séase como se fuere, Prudencio en su Himno no hizo mención de esta dignidad, ni tampoco el Martirologio Romano, y no es verisimil que la omitiese, si fuese así.

8 S. Jacinto, gloria inmortal de la Orden de Predicadores, y perfectísimo exemplar de una vida Religiosa, que es el elogio que le dá la Iglesia, y comprehende no una sola alabanza, sino casi infinitas (1504): No pasó ningún dia en que no diese algunas ilustres pruelas de su fé, piedad, é inocencia; y es un Santo á quien le dán freqüentes alabanzas. Muchos han escrito su vida, y esclarecidos hechos, entre los quales un Escritor docto, y muy pío (1505), pone principalmente dos, ademas de otros bastante conocidos, á saber, á Severo Cracoviense, y á Diego Masio, ambos de la Orden de Predicadores, y ambos insignes Catedráticos de Theología: los quales, por haber tomado de otros muchos, cuentan el prodigioso caso mas acomodado á mi intento. Refieren, pues, que viviendo el Santo en las partes de la ??? Sarmacia Européa, ó segun la llaman sus naturales, de la Rusia Oriental, aconteció que los bárbaros pusieron sitio á la Ciudad donde él moraba; y faltando ya poco, para que se entrasen vencedores á dicha Ciudad, y lo pasasen todo á fuego, y á cuchillo, estaba á la sazon Jacinto celebrando el Santo Sacrificio de la Misa. Viéndose, pues, en tan apretado conflicto, al acabar la Misa, determinó apartarse de allí; y como estuviera aun vestido con los adornos Sacerdotales, resolvió llevarse consigo el Santísimo Sacramento. Había tambien en el mismo lugar una Imagen de la Sacratísima Virgen bastante grande, y de mucho peso (pues era de alabastro) la que sentía mucho el Santo verse obligado á dexarla por no poder con tanto peso. Pero avisado por boca de la misma Virgen, de que en ningúna manera le incomodaría el peso de la Sagrada Imagen, la tomó intrépido, y echó prudentemente á huír, acompañándole algunos compañeros, y Religiosos de la misma Orden. Este hecho de suyo tan admirable, lo hizo luego Dios mas ilustre con un nuevo milagro. Porque habiendo llegado al grande rio, que sus habitantes llaman Nieper, y los Griegos, y Latinos Borysthenes, sobre el qual nota Hortelio varias cosas sacadas de los principales Geógrafos Ptoloméo, Estrabon, y tambien de Aristóteles: habiendo, digo, llegado el Santo con sus compañeros á este rio tan grande, que despues del Danubio, se tiene por el mayor de la Europa, y viéndose destituido de todo barco; confiado siempre en la divina Providencia, y afianzado en su misma inocencia, púsose de pies sobre la corriente del agua, la que sin embargo de su natural fluidéz, tributóle el obsequio de mantenerle firme: cosa, que S. Pedro Chrisólogo refiere haber sucedido tambien en otra parte. Mostróse Dios propicio á tan piadoso atrevimiento; y no solamente pasó sin lesion con sus compañeros á la otra parte del rio, sino que por mandado del mismo Dios, erigió ??? despues un monumento inmortal en testimonio de tan gran milagro, dexando ademas impresas en las aguas sus mismas huellas: pues esto añaden tambien, y dicen, que en el mismo parage en que S. Jacinto pisó las aguas, se echan de vér aun en el dia de hoy, como unas pisadas de hombre. Lo que, por mas que parece increíble, conforme solemos juzgar de las cosas humanas; pero no se hace totalmente increíble á los que consideran el poder de un Dios Omnipotente: y en tanto no contiene esto ningúna ficcion, que es cosa que se propuso en los procesos de Canonización de dicho Santo. Ni debe causarnos admiración (por preocupar los reparos que acaso podria objetar algún importuno) el que cite yo aquí sus Actas: antes sí debe extrañarse mas, el que habiendo sido S. Jacinto un tan gran Santo, y obrado en vida, y despues de muerto tan freqüentes milagros, y algunos tan prodigiosos, y que apenas jamas se habían oído; sin embargo se pasasen 337. años enteros sin darle el honor que tenia bien merecido, de ser puesto en el número de los Santos, lo que executó finalmente Clemente VIII. Pontífice Máxîmo, el dia I7. de Abril de I594. Todo lo dicho está tan claro, que no necesita de mas explicación para quedar enterado el Pintor pío, y erudito, de qué manera, y conforme á la fé de la Historia, deba pintar á S. Jacinto.

9 Un Escritor muy moderno, á quien nombro honoríficamente, el M. R. P. M. Fr. Benito Feyjoo, de la Orden del Gran Padre S. Benito, pretendió no sin doctrina, y nervio convencer de falso, lo que vulgar, y comunmente se dice, que La voz del pueblo, es voz de Dios. No quiero ahora entrar en disputa con este erudito, ni quisiera (aun quando pudiera) hacer vér, como aquel adagio por lo comun es verdadero, por mas que parezca quedar convencido de falso, y enteramente destruído, en fuerza de los argumentos tomados de todas partes de que se vale el citado Autor. Pero sí me ??? atreveré á afirmar sin apartarme de mi intento, que á S. Roque por ningún otro título se venéra entre los Santos, y que no se ha acostumbrado á llamarle Santo en la Iglesia Católica, sino por la fé, voz, y aclamación del Pueblo. Pues que habiendo vivido en aquellos siglos, en que ya estaba en uso el que solamente el Romano Pontífice canonizaba á los que habían muerto con fama, y opinion de santidad; con todo no hay Bula alguna de Sumo Pontífice, y aun se dice, que nunca la habido, por la qual se haya declarado por Santo á San Roque. Y para que esto se haga mas evidente, no será fuera de propósito tomar el agua de mas arriba. Floreció S. Roque en el siglo décimo tercio de la Iglesia, y dicen haber muerto el año de Christo I237. Mucho tiempo despues tuvieron noticia de él los Padres del Concilio de Constanza: Por cuyo decreto (son palabras del doctísimo Baronio) (1506) se le tributaron los honores debidos á los Santos, para apartar la peste que iba acometiendo; pues con acompañamiento de todo el pueblo, llevaron por toda la Ciudad con solemne pompa su Imagen: y al instante desapareció la peste. De aquí tuvo origen el que en todas partes se le erigieran Imágenes, altares, oratorios, y aun templos.

I0 Esto supuesto, no faltaron hombres doctos, y Católicos, que escribieron los hechos, y virtudes de tan noble Varon, y Confesor de Christo. Muchos alega el citado Cardenal, entre los quales no es el de menor autoridad Alberto Krantzio (1507) á quien cita, y por lo que dice Baronio, le citan tambien otros: pero por decir la verdad, ni en aquel lugar, ni en otros que he mirado con bastante diligencia, he podido encontrar tal cosa. Sea de esto lo que fuere, quantas Imágenes, y Pinturas he podido vér de este Santo, todas le representan ??? del mismo modo. Píntanle en trage de Peregrino, levantado algún tanto el vestido, y con una llaga en el muslo: junto á él está un perro teniendo en su boca un pequeño pan, y como que con reverencia lo está ofreciendo á S. Roque. El origen de pintarle así, lo que parece estár enteramente recibido, se toma de su historia, donde se lée, que quando el Santo joven (pues verdaderamente era joven, ni pasaba de 32 años, quando volvió á la Ciudad de Mompellér su patria) quando joven, digo, iba siguiendo las Ciudades de Italia por motivo de peregrinacion, sanando á muchos inficionados de peste con sola la señal de la Santa Cruz, sucedió que muchos, por parecerles que era aquel un hombre desconocido, y despreciable, le injuriaron, y trataron contumeliosamente, á que se añadió que en una riña, ó debate, le hirieron con una flecha en el muslo, y que así estuvo echado debaxo de un arbol, destituído de todo socorro humano. Pero Dios que tenia cuidado de él, hizo (dicen) que cada dia fuera allá un perro, ofreciéndole un pan, tomado de la mesa de un rico. Este parece haber sido el origen de dicha Imagen.

II Sería un trabajo infinito, querer representar aquí en una pequeña tabla las muchas cosas que hizo por la gloria de Dios, y los milagros que obró aquel primer Abad de Claravál, bien conocido por su nombre en todo el Orbe, y República Christiana, el glorioso S. Bernardo. Emprendió este trabajo Guillermo Abad del Instituto Cisterciense, el qual por haber muerto antes, no pudo concluirlo; pero lo perficionó despues, en quanto pudo, el Abad Gaufrido. Aunque, ni estos, ni otros que se encargaron de semejante asunto, pudieron concluirlo todo. Con efecto el Abad Guillermo, el qual, aun viviendo S. Bernardo, empezó á escribir su historia (pues habla de él como que aun vivía); confesó en varios lugares, que se veía obligado á omitir muchas cosas, así por la abundancia de la materia, ??? como por la gravedad, y modestia del Santo, que procuraba en gran manera encubrir, y que ignoráran los hombres sus cosas. Y así omitiendo esto, ó dexándolo á mayores ingenios, y principalmente á hombres fervorosos, y de sólida piedad, sigamos nosotros nuestro camino. De tres maneras he observado que suelen pintar á S. Bernardo. La primera: puesto de rodillas ante la Imagen de un Crucifixo, y estrechando con sus brazos los instrumentos de la Pasion del Señor, la Cruz, la lanza, la esponja, la escalera, y otros. El único motivo de esto, es, el que apenas hay otro entre los Sagrados Doctores, y Padres, que haya hablado, ó escrito de la Pasion del Señor con tanta eloqüencia, piedad, y dulzura, y de un modo que parece inspirar piedad, aun á los que no la quieren.

I2 Llegando aquí, así como lo hemos hecho en otros lugares de los mas notables de esta obra, me perdonará el piadoso, y erudito Lector poner ahora el epigrama que compuse en otro tiempo, contemplando esta Imagen de S. Bernardo, que dice así:

Instrumenta necis Christi complecteris ulnis, Verbaque ab ore fluunt nectare blanda magis. Magne, rogo, Bernarde Parens, rem dissere verbis, Attica queis cuperet Musa canora loqui:



Nempe salutifero Domini depastus in horto Hyblæas supero mellificatus apes. Sæpius & Jesu pSnas meditatus acerbas, Solvitur in dulces nostra loquela favos: Et fio interea fellis potatus amari Haustibus his totus, credite, mellifluus.

I3 La otra manera de pintar á S. Bernardo, que he observado en varias partes, es esta. Píntanle estando en pie con mucha reverencia, y que Jesu-Christo pendiente de la Cruz, le está abrazando con la mano derecha. El ??? origen de esto, segun yo juzgo, no es incierto, por referirlo muchos (1508), particularmente los modernos, los quales dicen que de hecho sucedió así al Santo, el qual meditando con mucha ternura, y lágrimas sobre los dolores, y Pasion del Señor, le dió Jesu-Christo á entender con una moción indecible, y verdaderamente celestial, que se arrimára mas: y habiéndolo executado el fervorosísimo amante, la Sabiduría encarnada, que ama á los que la aman, le hizo un favor tan singular, como fué el que soltando la mano derecha, que la tenia atada con un clavo, abrazó á S. Bernardo, que ya estaba deshaciéndose en fuego de un amor casi divino. Yo no dudo, que aunque no es facil de saber de dónde se ha tomado semejante modo de pintarle; pero que ello habrá sido de alguna Historia antigua, que yo no he podido vér, sin embargo de haber leído todo lo que de la vida de este Santo, escriben los Abades Ruperto, Bernardo de Bonavalle, y Gaufrido. Finalmente suelen pintarle muy á menudo juntas las manos ante el pecho, arrodillado delante de una Imagen de la Sacratísima Virgen, y como chupando en sus labios el rocío de su purísima leche, con que la Virgen de las Vírgenes roció á su siervo de pureza tan singular: lo que dimanó, ó bien de alguna vision interior con que la Santísima Virgen se manifestó á este su hijo fervorosísimo, y obedientísimo; ó de difundirse S. Bernardo en alabanzas de esta Señora, con tal dulzura, y suavidad, que apenas puede darse cosa igual.

I4 Mas, sobre si debe pintarse con aquellos adornos de Mitra, y Báculo Pontifical, que ya en tiempos de S. Bernardo, por privilegio de los Sumos Pontífices se habían concedido á algunos Abades, es cosa que con razon puede dudarse: estando á favor de la parte afirmativa el uso, y la costumbre generalmente recibida: ??? á que apenas podrá contradecir, sin nota de temeridad, el Pintor pío, y erudito. Aunque, si alguno quisiese oponerse á esta costumbre, podría sin duda defenderse con el testimonio de un Autor sabio, y de mucho nombre. ¿Pero quién es este? No otro sino el mismo humildísimo, y doctísimo Abad de Claravál, cuyas son las siguientes palabras (1509): Algunos de estos declaran abiertamente quáles son sus pensamientos, quando habiendo alcanzado con mucho trabajo, y suma de dinero, privilegios de la Silla Apostólica, se atribuyen en fuerza de ellos las insignias Pontificales, usando como los Obispos, de mitra, báculo, sandalias, &c. Y un poco mas abaxo, se explica con palabras mas agrias que no quiero transcribir. El Abad Gaufrido hace una descripción de su venerable persona, y de todas sus facciones, diciendo (1510): Era muy delgado de cuerpo, y sin carnes, y tenia algo encarnado el finísimo cutis de sus mexillas. Pues su continua meditacion, y su mucha compuncion, había llamado á aquella parte, lo que tenia de calor natural. Su cabellera era de color medio entre rubio, y blanco: la barba un tantico roxa, y al fin de sus dias con algunas canas. Su estatura fué mediana, y antes alta que baxa.




EL PINTOR CHRISTIANO Y ERUDITO-Juan Interián de Ayala - CAPITULO III.