EL PINTOR CHRISTIANO Y ERUDITO-Juan Interián de Ayala - CAPITULO VI.


CAPITULO VII.


Las Imágenes, y Pinturas del Papa S. Dámaso, y de Santa Lucía Virgen, y Martir.

I Si muchos no fuesen tan atrevidos en escribir, como los Pintores en representar á la vista lo que se les antoja; por cierto que no habria motivo de tocar aquí algo de la Pintura de S. Dámaso Papa, y Confesor. Pero muchos hay, que se atreverán tal vez, y pretenderán probar, así por medio de Pinturas (en quanto les sea posible), como por escrito, que el Papa S. Dámaso, no solamente fué Español, á que asiento gustoso, pero que fué natural de Madrid. De esta manera piensan algunos engrandecer la gloria de las Villas, y de las Ciudades, que lejos de ilustrarse con semejantes imposturas, y ficciones, mas presto se disminuye. No fué, pues, Madrileño el Papa S. Dámaso, ni aun Castellano, aunque fué Español, sino que nació en aquella Provincia de Lusitania, que ahora mas rigurosamente llamamos Portugal, en la Ciudad de Guimaraens, de la Provincia entre Tajo, y Miño. Todo esto, con mucha prudencia, y elegancia, como acostumbra, dice, y prueba D. Nicolás Antonio, dignísimo siempre de toda alabanza (1571). Lo contrario carece de todo fundamento probable, por haberse tomado del fingido Flavio Dextro (ilustre origen por cierto!) que fingió esta, como otras muchas cosas de su celébro, y quiso vendérnoslas por verdaderas, sin embargo de que solo referirlas es evidentemente impugnarlas. ???

2 Un Autor recomendable por su ingenio, y por su juicio (aunque Poeta) dixo graciosa, y prudentemente, que hay muchas cosas, que las créen los muchachos, y despues quando son hombres, no por otra razon, sino por haberlas oído de sus padres: pues dice así (1572):

Plurima sunt, Fuscine, & famna digna sinistra, Et nitidis maculam, ac rugam figentia rebus, Quæ monstrant ipsi pueris traduntque parentes.

Lo que se verifica con lo que ahora vamos tratando. Porque pintan, y describen los Pintores á Santa Lucía Virgen de Siracusa de la manera siguiente. Atribúyenle primeramente la palma, y laureola del martirio; en que hacen muy bien, por haber sido en efecto esta Santa, Virgen, y Martir, y tal que por la celebridad de su nombre, no necesitaba de que quisiesen hacerla mas célebre con ficciones: pero los Pintores, como son pródigos en tributar honores, que ellos fingen muchas veces, pintan á esta Santa teniendo un pequeño plato, donde están los ojos, que fingen ellos haberse arrancado la misma Santa violentamente: pensando ser esta la Virgen, que habiéndose sacado los ojos, se los envió al impuro amante. De que están tan persuadidos todos, aun los que no debieran, que ni se atreven á dudar de ello. Pero, que esto sea evidentemente falso, y en realidad erroneo, y no conforme, ó contra la verdad de la historia, es facil de demostrar. Lo primero, por el profundo silencio que hay sobre esto en sus Actas, y escritos, no solo de los antiguos, pero aun de los que no son tan antiguos, sino modernos, los quales todos, sin exceptuar uno solo, no hacen ni la mas ligera mención de un hecho tan admirable, lo que sin duda hace ??? mucha fuerza. Pues los que pensaron (ciertamente sin hacer bastante exámen sobre ello), que esta razon no pasaba los límites de un argumento meramente negativo; fuera de que, les redargüirémos luego con otros argumentos, parece que ignoran, ó quieren desentenderse de la fuerza que tiene en este caso el argumento negativo: lo que se hará mas evidente con las razones, y autoridades, con que probaré, y manifestaré luego quien fué esta Santa Lucía.

3 Conoció esto muy bien un Autor de no poca fama, el P. Pedro de Ribadeneyra (1573), cuyas palabras quiero poner aquí: Comunmente (dice) pintan á esta preciosa Virgen con sus ojos en un plato, que tiene en sus manos. La causa de pintarse así, su historia no lo dice, ni tampoco, que se haya sacado los ojos, por librarse de un hombre lascivo, que la perseguia, como algunos escriben. Y el Prado Espiritual, que es libro antiguo, y que tiene autoridad, atribuye este hecho á una doncella de Alexandría. Y lo que luego añade, de que muchos movidos de una firme fé, y devocion, encomendándose á Santa Lucía, alcanzaron por su intercesion no pocos beneficios de Dios acerca de la vista corporal, y que esto está confirmado por la experiencia, téngolo por verdadero: pero niego, que lo dicho proviniese del mencionado error, sino que dimanó de la fé, y devocion, que tuvieron á la Santa. Pero demos otras pruebas, que convenzan lo mismo á los Lectores, con tal que no estén ciegos, ó obstinados.

4 Y ya que tratamos de Imágenes, opongamos á las falsas otras Pinturas verdaderas, y racionales. En el Convento de Madrid, que llaman de la Pasion, que sirve de hospedage á los Padres Dominicos, he contemplado repetidas veces la Imagen de una Santa Monja de dicha Orden, teniendo en un pequeño plato los ojos, ??? que ella misma se sacó: asimismo he oido freqüentemente ser esta Imagen la de Santa Lucía de Bolonia, Monja de la misma Orden de Predicadores, que executó aquella gloriosa hazaña, que por una crasa ignorancia de los hechos, se atribuye á Santa Lucía Martir. Pero oigamos á otros Escritores sobre la misma materia, y defiendan los Padres de la Compañía á los Religiosos Dominicos. El Padre Enrique Engelgrave (1574), erudito Flamenco, refiriendo este mismo suceso, dice así: Resplandece aquí Lucía, hija de la Religion de Santo Domingo, que executó una noble acción, que excede á la condición de su sexô: solicitándola freqüentemente un varon noble, para malos fines ¿qué es lo que hay en mí (le dixo) que tanto amas? Tus ojos, le respondió, ....................oculique tiu, quibus ignea cedunt sidera. (1575)..........................................................

Enojada entonces consigo misma la casta Virgen, ¿así es (dixo) que yo con mis ojos hago daño en las almas de los mortales, y las pierdo? Sigo el consejo de mi Maestro: Si tu ojo derecho te escandaliza, arráncatelo, y arrójalo de tí. Arrancóse, pues, ambos ojos, y enviólos al que torpemente la amaba; el qual con quatro ojos recibió tanta luz de Lucía, que cerrando los suyos á la vanidad, los abrió á la verdad: y despreciando al mundo, entregóse á sí, y á todas sus cosas á la Religion de Santo Domingo, para que allí se guardáran. Hasta aquí este pío, y eruditísimo Escritor, el qual no podia decir cosa mas expresa, ni mas elegante. Y en todo subscribe á él Mathéo Radero (1576), otro erudito Autor de la misma Compañía: y así, instruídos con tan claros testimonios, aprendan los hombres vulgares, y poco entendidos, á no vender por verdaderas sus propias imaginaciones, ??? y á escribir con mas juicio: de este modo quedará sentado entre los doctos, que aquella Virgen, que se sacó á sí misma los ojos, no fué la Virgen, y Martir de Siracusa, sino una Monja de la Orden de Santo Domingo.




CAPITULO VIII.


Varias cosas acerca de la Imagen, y Pintura de Santo Thomas Apostol, y una anotacion, que no será desagradable.

I Muchas cosas nada vulgares podrian notarse sobre las Imágenes, y Pinturas de Santo Thomas Apostol. Y por quanto hemos dicho repetidas veces, que no se compáran mal las Imágenes con los libros; convendrá advertir aquí primeramente, en que han faltado los Pintores acerca de las Imágenes de Santo Thomas, los quales han obrado las mas veces ignorantemente, cuyo rumbo han seguido algunos Escritores no menos ignorantes. Pintan por lo comun á Santo Thomas entre los últimos Apóstoles, lo que ciertamente es un absurdo: pues S. Marcos al cap. 3. de su Evangelio, le numéra en el octavo lugar: el Evangelio de S. Lucas cap. 6. en el séptimo: los Hechos Apostólicos cap. I. en el sexto: y lo que es muy digno de advertirse, en el Sagrado Canon de la Misa, se le numera tambien en el sexto lugar, como facilmente lo verá qualquiera que tenga presentes los nombres como están allí: Petri, Pauli, Andreæ, Jacobi, Joannis, Thomæ. Esta asignación de lugar, la excusa en cierto modo, y al mismo tiempo la reprehende Molano (á quien tantas veces hemos citado) (1577), lo que hace con palabras muy terminantes: No haría (dice) mención de esta asignación del puesto que dán á Santo Thomas, ??? á no pensar, que los Pintores, por cierto mal juicio que forman, tienen en menos á este Apostol, por haber dudado de la Resurrección de Jesu-Christo.

2 Mas, sobre si este beatísimo Apostol, palpó, no solo la carne impasible de Christo resucitado, sí tambien sus llagas; aunque por lo comun, parece cosa fuera de duda á los que léen con reflexîon el Evangelio, no faltan, ó á lo menos no faltaron, quienes lo han dudado. Sobre este punto, me persuado que será muy del caso referir aquí á mis Lectores una narracion, que no les ha de ser ni inutil, ni desagradable. En cierta Ciudad dedicada á este Santo Apostol, en la Isla de Madrastapatán, en las Indias Orientales, se vé una Imagen del Apostol Santo Thomas, el qual dicen haber predicado allí; pero no está pintado como le pintan entre nosotros (1578), sino de un modo enteramente diverso, esto es, juntas las manos ante el pecho. El origen de esto, es, el haber predicado en la misma Ciudad un Religioso Francés, el qual disputó valientemente sobre que debia pintarse de aquel modo á Santo Thomas, por pensar, que el mencionado Apostol, no tocó jamas la carne impasible, ó las llagas del Señor. Tan opuestos como eso son muchas veces los juicios de los hombres, en que caen sin embargo varones de mucho nombre. Y para que todo ello se véa mas claro, no será fuera de propósito poner aquí, aunque sucintamente, los pareceres de hombres muy sabios.

3 El Cardenal Francisco de Toledo, Escritor á la verdad de primer orden, tratando diligentemente esta materia, segun su costumbre (1579): Todos confiesan (dice) que Santo Thomas tocó las llagas de Christo, segun el precepto del Señor; el qual se lo mandó, para dexar, no solo á Thomas, sino á todos los Fieles, un argumento ??? eficaz de su resurreccion. Del mismo modo lo han entendido, no solamente otros Expositores, sino lo que es de mucho peso, toda la Sagrada Orden de Predicadores, que por lo mismo son Expositores tambien: y así leémos en el Oficio Eclesiástico que esta Orden tiene para la Fiesta de este Apostol: O Thoma, qui meruisti Christum tangere: O Thomas, que mereciste tocar á Christo. Lo que es preciso entenderlo de Christo, y de su purísima carne, despues de resucitado; pues que mientras vivió Christo en esta vida mortal, á todos permitió que le palpáran: ¿y qué digo, que le palpáran? que le tratáran injuriosamente, que le abofeteáran, y por último, que le crucificáran. Quede, pues, esta opinion, ó error, entre aquellas paradoxas, con que se deleytan los que no meditan, ni léen las cosas con la debida madurez, y juicio. Pero vamos á otra cosa.

4 Los Pintores, con quienes tengo yo muchas veces mis disputas, conceden con liberalidad varias cosas, sin hacer antes por lo comun un recto, y juicioso exâmen sobre los asuntos que tratan. Entre ellas debe numerarse el martirio de Santo Thomas Apostol, ó por hablar mas rigurosamente, el género de muerte que padeció: lo que sin embargo pudieran saberlo aun los mas vulgares, por lo que dice de él el Martirologio Romano, el qual (por no dar lugar á ningúna otra excusa) anda traducido, y en manos de todos, en idioma, ó dialecto Español. Las palabras del Martirologio Romano, dicen así: En Calamina se celébra la Fiesta del Bienaventurado Thomas Apostol, el qual predicó el Evangelio á los Parthos, á los Medos, á los Persas, y á los Hircanos; y llegando finalmente á la India, como hubiese instruído á aquellos pueblos en la Religion Christiana, por orden del Rey murió atravesado á lanzadas. Y para que esto no lo ignoren totalmente los Lectores, quiero tocarlo de paso, aunque con mucha brevedad. Calamina, de quien se habla aquí, es una Ciudad de la India, que ??? poco ha la llamaban los Geógrafos, y sus moradores Meliapor: pero hoy, por el gran número de habitantes, y Portugueses, que concurren allí, la llaman la Ciudad de Santo Thomas; donde ciertamente consumó su martirio, y gloriosa muerte el Bienaventurado Apostol, traspasado no con muchas lanzadas, segun parece, sino con una sola. Lo que, como otras muchas cosas, han notado exâctísimamente los Escritores de las Indias, á quienes con solo nombrarles se les elogia: pues nadie puede ignorar, que tales son Gerónimo Osorio Obispo de Silva, Juan de Barrós (1580), y otros, que casi tienen igual fama.

5 Mas, como el mencionado Osorio, Autor á quien nunca se le puede alabar bastantemente, no solo describió el hecho, sino que lo ilustró en gran manera; séame permitido poner aquí sus palabras como á exemplar de una narración Histórica: Dice, pues (1581): El año del nacimiento de Christo I562., el Obispo de Cochîma envió al Cardenal Enrique un testimonio auténtico, que contenia una historia digna de conmemoracion. En aquella Ciudad, que diximos llamarse Meliapor, y que desde que los Portugueses empezaron á freqüentarla, la llaman la Ciudad de Santo Thomas, había edificada en un collado una Capilla, por afirmar sus moradores, que en aquel lugar los enemigos de la Religion habían muerto á Santo Thomas. Había allí la costumbre, que en dicha Capilla, ocho dias antes de la Natividad del Señor, se celebraba el Santo Sacrificio de la Misa, y se juntaban allí todos los Christianos. A mas de esto, catorce años antes, se había encontrado en aquel collado una Cruz esculpida en una piedra, y en lo mas alto de ella había la figura de una paloma: la basa estaba sentada sobre cierta especie de yerbas, que se extendian muchísimo; ??? y así lo alto de la Cruz, como la basa, ó pie de ella, y sus brazos, remataban en forma de azucenas: á que se añadia un arco hecho de la misma piedra, que lo resguardaba todo. Había en el arco letras esculpidas, que nadie podia leér. Toda esta mole entera, que era bastante grande, trabajando para ello mucha gente, la colocaron sobre el Altar de la misma Capilla. En la Cruz se distinguian ilustres señales de sangre. Sucedió, que el dia que los Christianos se juntaban allí, ocho dias antes de la Natividad de Christo, para celebrar en aquel Templo la salutación que hizo el Angel á María Santísima, comenzando el Evangelio el Sacerdote que celebraba la Misa, se convirtió la Cruz en color negro, y manó de ella un liquor, con tanta copia que parece increíble: luego, en vez del color negro, tomó el de ceruleo; y en las partes donde estaban las señales de sangre, se echó de vér un resplandor de color de rosa. Los años siguientes sucedia siempre lo mismo en dicho dia: pues en ningún otro (lo que causaba mas admiracion) se veía tal cosa en aquella Cruz. Sin embargo hubo algún tiempo en que se interrumpió este suceso que á todos parecia admirable. Pero el año de I56I. juntándose los Christianos en dicho lugar con igual pompa, y solemnidad, el mismo dia en que la Cruz, durante la Misa, solía destilar aquel liquor; como el Sacerdote empezase el Evangelio (pues eso tambien causaba admiracion, que nunca se veía tal mutación antes que se empezase a leér el Evangelio) se tiñó de repente la Cruz con manchas negras, aunque resplandecientes, hasta que añadiéndose otras, y otras, se volvió enteramente negra; pero relucía de tal modo, como si la hubiesen untado con aceyte. Entre tanto empezaron á caér gotitas á manera de rocío, las que haciéndose poco á poco mas grandes, llenaron toda la Cruz de un humor copiosísimo. Celebró el Sacardote su Sacrificio con muchas lágrimas, y continuos sollozos: subió luego al Altar, y limpió la Cruz con los lienzos de que solia usar ??? para las cosas sagradas, los quales al instante quedaron teñidos con manchas de sangre. El Gobernador de la Ciudad, y demas muchedumbre que se había juntado, comenzaron á levantar las manos al Cielo, á implorar el auxilio de Jesu-Christo, á pedir perdon de sus pecados, y á excitarse en los mas ardientes actos de Religion. Pero la Cruz, despues de haber manado mucho licor, comenzó á resplandecer mas claramente, y se echó de vér con mas distinción el color de sangre. Esta señal estimuló al Gobernador de la Ciudad, y al Obispo para indagar con diligencia si habria alguno que pudiese entender aquellas letras. Dixeron los habitantes, que en el Reyno de Narsinga, había uno entre los Brachmanes, que excedia en literatura, y erudicion, el qual sabía varias lenguas. Hácenle venir al instante, pregúntanle si conocia aquellas letras. Respondió él, que aquellas eran letras antiguas de que usaban antiguamente los sabios; pero que la negligencia de los hombres había hecho que no se tuviese ya conocimiento de ellas: dixo tambien, que la lengua en que estaban escritas, había muy pocos que la supiesen. Dícenle al Brachman que suba al Altar; á que él se resistió, diciendo ser un delito exêcrable poner los pies en el Altar donde se celebraba el Santo Sacrificio. Subió sin embargo, aunque repugnante, y leyó las letras: cuya fuerza dixo ser tal, que una nota sola podia servir por diez, quince, y aun veinte letras; y que el sentido de ellas era en suma: Que Thomas había sido un varon Divino, á quien el Hijo de Dios, de quien era Discípulo, le había enviado allá en tiempo del Rey Sagamo, para instruír á aquellas gentes en el conocimiento del Dios Omnipotente: Que allí había edificado un Templo, y obrado cosas admirables: y finalmente que haciendo oración á Dios puesto de rodillas en aquella Cruz, un Brachman había traspasado su cuerpo con una lanza. Y que aquella Cruz teñida con la sangre de dicho varon santísimo había quedado para eterna memoria de sus virtudes. ??? Este era el sentido que contenian aquellas letras: á que añadió mas fé otro varon de la misma secta, que hicieron venir de otra parte, el qual interpretó del mismo modo dichas letras. Yo tengo en mi poder un exemplar de dicha Cruz esculpido en la misma madera de que dicen haberse edificado aquel Templo, juntamente con los papeles auténticos, sellados con las firmas de varios personages, cuya fé se exploró entonces con tantas razones, que nadie puede dudar de unos monumentos tan claros, y auténticos de este varon divino.

6 Hasta aquí este doctísimo Obispo, de donde se puede sacar el modo de pintar exâctamente la Imagen del Apostol Santo Thomas, que en quanto yo sé, y entiendo, deberá describirse del modo siguiente. Represéntese al Santo arrodillado ante la Cruz, y junto á él uno de aquellos Sacerdotes, ó Brachmanes, que le traspasa el cuerpo con una aguda lanza. Lo que concuerda admirablemente con el hecho, como echará de vér el que exâmine con atención todo lo sucedido, y coteje dicha Pintura con la mencionada descripcion. Ni pasaría yo á advertir nada mas, á no haber habido quienes observaron cosas todavía mas menudas. Tales son las que anotó S. Antonino, el qual reprehende á los Pintores por pintar el cíngulo, que dicen haber dexado la Sacratísima Virgen á dicho Apostol quando fué subida á los Cielos, por el motivo de haber dudado el Santo de la Resurrección de su Divino Maestro.

Las palabras de San Antonino son estas (1582): Ni son dignos de alabanza los Pintores quando pintan cosas apócrifas: por exemplo, quando en el parto de la Virgen representan comadres, y ponen á Santo Thomas Apostol el cíngulo, que dicen haberle dexado la Soberana Señora en su Asunción por la duda que había tenido. ???




CAPITULO IX. Y ULTIMO.


Las Imágenes, y Pinturas de S. Esteban Protomartir, de S. Juan Apostol, y de Santo Thomas Obispo de Cantorberi.

I Bien sabida es la historia del insigne, y gloriosísimo Protomartir S. Esteban, la que vemos representada con los mas vivos colores en los Hechos Apostólicos; y así no debo detenerme en sus hazañas: teniendo siempre presente, como debo, no ser de mi asunto el referir la serie de los hechos, ó historias de los Santos, sí solo lo que respeta á sus Imágenes, y Pinturas. Esto supuesto, veamos, cómo, y de qué manera se deberá representar á este ínclito Protomartir, para vindicar su Imagen de toda nota de error, ó de impericia.

2 Digo, pues, que no se le debe pintar viejo, ni tampoco muy mozo, sino como joven robusto, y que podia exercer muy bien el cargo de Diácono para el qual le habían ordenado los Apóstoles: cuyo empleo exîgia por cierto robustez de fuerzas, como facilmente verá qualquiera que léa los Hechos Apostólicos. Fuera de esto, debe representarse con semblante modesto, pero muy hermoso, como consta de aquellas palabras (1583): Y mirándole todos los que estaban sentados en el concilio, vieron su semblante como el de un Angel. Y aunque algunos en el mismo acto de la pedrea, ó de su martirio, pintan aquella vision, en que S. Esteban vió abiertos los Cielos, no debería en rigor hacerse así; por haberla visto el Sagrado Protomartir, quando estaba aun en el concilio de los Judíos. Todo se echa de vér por aquellas palabras (1584): Como estuviese lleno del Espíritu Santo, mirando al Cielo, vió la gloria de Dios, y á Jesus que estaba á su derecha. ???

3 Y así, para que no se confundan impropiamente estas cosas, que son de mucha importancia, desearía yo que se pintasen así. En primer lugar podrá permitirse, que en el mismo acto de la pedréa, ó de su martirio, se describa la gloria que se le representó, y el premio que ya estaba preparado para este glorioso testigo de la Divinidad. Porque, sobre verse esto con mucha freqüencia en sus principales Imágenes, y Pinturas; como se echa de vér en una insigne que hay en el gran Convento de Padres Predicadores de Salamanca (obra de Claudio Coello Pintor del Rey); puede unirse con bastante oportunidad con lo que poco antes había dicho el Sagrado Historiador, refiriéndonos la historia, pasion, y martirio de S. Esteban. Mas, aunque el adorno con que regularmente suelen pintarle, y hermosearle, es por lo comun, el que hoy usan los Diáconos en la Misa solemne, quisiera sin embargo, que no fuera con tanta puntualidad, como suelen practicarlo algunos; pero de un modo que no fuese muy diverso: pues es constante, que la Dalmática, el collar, y otras cosas semejantes, solamente se usaron en los siglos posteriores, y que no había tal cosa en los tiempos en que padeció martirio el beatísimo Protomartir. Digo esto, aunque por otra parte no ignoro, que el Pueblo Christiano, y los Fieles rudos, en ningún modo pueden comprehender bastantemente ser la Pintura de S. Esteban, si de alguna manera no se le pinta adornado, y vestido como Diácono. Quanto á los que le apedreaban, hacen muy bien los Pintores de pintarles hombres robustos, y de muchas fuerzas, por concordar esto grandemente con su historia; como tambien el pintar á S. Esteban, no en pie, sino arrodillado, lo que es de fé, y consta de aquellas palabras (1585): Puesto de rodillas exclamó con voz fuerte. Si todo esto se observa diligentemente, como ??? es razon, en nada será reprehensible la Imagen del esclarecido Protomartir S. Esteban.

4 Ya antes hemos advertido, y reprobado, que á S. Juan Evangelista, varon (si así podemos llamarle) superior á todo elogio humano, le pintan freqüentemente los Pintores sin barba. Uno de estos es Pedro Sutor Cartuxano de París, el qual en un libro verdaderamente erudito, pero en que no defiende buena causa, á saber, la que va notada abaxo (1586), apoya dicho modo de pintar con las siguientes palabras: Los mismos Pintores (dice) en esta parte mas son dignos de alabanza, que de vituperio; por pintar prudente, apta, y oportunamente á S. Juan como mozo, y sin barba, ya por su edad, porque era mozo en el tiempo de la cena; ya por su perpetua virginidad; y ya finalmente á fin de proponer á los jóvenes un exemplar para que á la manera de Juan consagren á Jesu-Christo la flor de su juventud, y procuren entregarse á sí mismos al servicio divino (1587). Esto dice el referido Escritor; pero véa el Lector lo que hemos dicho arriba lib. 4. cap. 6. y lib. 5. cap. I. n. 8.

5 Píntanle con el Caliz en la mano, así por las palabras que dixo Christo (1588): De verdad beberéis mi Caliz; como tambien porque, conforme escribe S. Isidoro (1589), habiendo bebido veneno, no le hizo daño, segun la promesa de Jesu-Christo: Si bebieren alguna cosa envenenada, no les hará daño. Añaden ademas, para significar la qualidad de la bebida mortal, á una pequeña serpiente, ó víbora saliendo del Caliz. Omito otras cosas, que notan muchos acerca de la fiesta principal del Apostol, y Evangelista S. Juan, por no ser tales, que en rigor pertenezcan á sus Imágenes.

6 Sobre las Pinturas del martirio, y muerte de los Santos Inocentes, ya hemos dicho bastante en sus propios ??? lugares, lo que podrá repasar quien gustase, y el que quisiese que una misma cosa se repitiera una, y muchas veces hasta causar fastidio. Mas, acerca de las Imágenes de Santo Thomas Martir, y Arzobispo de Cantorberi, bastará advertir únicamente, que no se le deberá pintar vestido con los ornamentos solemnes, y Pontificales, de Mitra, Báculo, y otros semejantes: pues vemos suficientemente por su historia, que le mataron quando iba, ó estaba asistiendo á Vísperas. Pero no deberá omitirse la grande llaga que le hicieron en la cabeza, de donde manó con mucha abundancia su gloriosa sangre, saltándole su celébro, con que quedó rociado el pavimento de la Iglesia. Y esto baste por lo que es de mi asunto. Porque, quanto á los demas Santos, que se celébran en el mes de Diciembre, no tengo necesidad de decir nada, por no ocurrir en sus Imágenes, y Pinturas cosa alguna especial: y ya he advertido muchas veces, no ser de mi oficio el referir historias de los Santos, sino notar solamente lo que es mas digno de advertirse acerca de sus Imágenes, y Pinturas.

El pintor christiano, y erudito, ó Tratado de los errores que suelen cometerse freqüentemente en pintar, y esculpir las Imágenes Sagradas.

dividido en ocho libros con un apéndice ... ; escrita en latín por ... Juan Interián de Ayala ... ; y traducida en castellano por D. Luis de Durán y de Bastéro Marc legal ???

El pintor christiano, y erudito, ó Tratado de los errores que suelen cometerse freqüentemente en pintar, y esculpir las Imágenes Sagradas.

dividido en ocho libros con un apéndice ... ; escrita en latín por ...Juan Interián de Ayala ... ; y traducida en castellano por D. Luis de Durán y de Bastéro APENDICE, QUE CONTIENE ALGUNAS ADVERTENCIAS sobre las Imágenes Sagradas que pertenecen al Testamento Viejo.

I fuesen tan comunes las Imágenes pertenecientes al Testamento Viejo, como lo son las que pertenecen al Nuevo, y á la Historia Eclesiástica, habria muchas cosas que advertir, y acaso tantas como las que hemos notado hasta aquí. Lo que, dexarlo enteramente sin tocar, sería á mi parecer un absurdo; singularmente para los que desean un tratado completo sobre este asunto, conforme parece lo pide, no solo la proxîmidad de la materia, sino tambien su identidad. Notaré, pues, lo que parece mas digno de advertirse, y los errores, y extravagancias que se han introducido, y se introducen en pintar los hechos del Antiguo Testamento. Y para hacerlo con el debido método, dividiré la materia, notando primero lo contenido en el primer libro de la Escritura, esto es, en el Génesis, y luego trataré de los demas, siguiendo el orden que tienen en la Sagrada Biblia. Sea pues


CAPITULO I.


De los errores cometidos acerca de las Pinturas del Libro del Génesis.

I El que haya visto, como yo, varias láminas para dar á entender á los ignorantes lo que dice el Sagrado ??? Texto, no puede menos de quedar convencido de los muchos errores, é ignorancias que en ellas se han cometido, con tal que coteje lo escrito con lo pintado. Y entrando ya en mi asunto, pintan á nuestros primeros Padres arrojados del Paraíso de delicias por ministerio de un Angel, el qual pone por obra la formidable sentencia (1590): Y arrojó á Adan, y colocó ante el Paraíso de delicias á un Querubin con una espada encendida, y versatil para guardar el camino del arbol de la vida. Pero píntanles desnudos, aun despues de arrojados del Paraíso; lo que sin embargo es falso, como se echa de vér por lo que se dice antes, y por las siguientes palabras (1591): Hizo tambien el Señor Dios unas túnicas de pieles á Adan, y á su muger, y los vistió. No fueron, pues, arrojados enteramente desnudos, como los representan siempre, ó á lo menos, por lo comun. Y aunque no dexa de tener dificultad el explicar como eran, y de qué manera dichas túnicas de pieles, de que habla el Texto; pero esto toca á los Expositores de la Sagrada Escritura, siendo solo propio del Pintor el poner las cosas á la vista conforme el Texto simplemente las refiere.

2 Describen los Pintores de varias maneras, segun su antojo, las señales, é indicios de la aceptación divina en los sacrificios del justo Abél, y la reprobación de los de Caín. Pintan freqüentemente los sacrificios del segundo, como que sale humo de las cosas puestas sobre el altar, y que tira hácia la tierra; y por el contrario, tirando el humo derechamente hácia el Cielo en los sacrificios, y oblaciones del primero, en las quales pintan poco humo, y muchas llamaradas. El Texto Divino expresó todo esto con pocas palabras (1592): Miró Dios (dice) con agrado á Abél, y á su presente. Y á Caín, y á su presente, no miró. Dichas señales del divino agrado, ??? ó de su reprobacion, las representaron los Pintores del modo que llevamos dicho; pero esto lo afirman conforme á sus idéas, y fantasía, como quiero demostrarlo brevemente. Digo, pues, que la señal, ó indicio de que Dios aceptaba las víctimas, ó oblaciones puestas sobre el altar, era el que baxando fuego del Cielo, consumia lo ofrecido: y el no descender fuego en las cosas que se ofrecian, era señal de que no agradaban á Dios. Podria señalar documentos de esto, así en las Letras Sagradas, como en las profanas, como se verá por lo que dirémos. Baste entre tanto referir lo afirman los mismos Gentiles, de los quales léase á Servio, que dice (1593): En tiempo de nuestros mayores no se encendian las aras, sino que á súplicas hacían salir fuego celestial que abrasaba los altares. Lo mismo confirma admirablemente un Autor Griego, y erudito (1594): Los ministros (dice) del sacrificio, amontonan sarmientos sobre las aras, sin meter fuego en dicho monton, despues de haber arrojado las entrañas. Si Dios es propicio (esta es la prueba de la aceptación del sacrificio) los sarmientos, aunque verdes, reciben espontaneamente el fuego, y sin que nadie los incendie, los abrasa el Dios á quien se han ofrecido las víctimas.

3 Y así afirmo con muchísima probabilidad, que esta fué la señal de que aceptaba Dios los sacrificios de Abél; y que acontecia lo contrario en las oblaciones de Caín, convéncese no solo por la narración del Texto, sino tambien por haber sido de este sentir los mismos antiguos Padres de la Iglesia, entre los quales fué comunmente recibida esta sentencia, pues de este parecer fueron S. Cirilo (1595), S. Gerónimo, Procopio, y otros muchos que pueden verse en los modernos Intérpretes de la Sagrada Escritura, Pereyra, y Alápide. Y ??? aun vése esto clarísimamente por la misma narración de la Escritura en los lugares que cito abaxo (1596); cuyos Textos, que alego con la mayor fidelidad, no los transcribo, por ser demasiado molesto para mí: pues quanto me es posible, procuro instruír, y ser breve al mismo tiempo. De aquí se echa de vér, que la diferencia entre las oblaciones de Caín, y la víctima de Abél, y entre la aceptación de esta, y la reprobación de aquellas, puede representarse muy bien, pintando el altar de Caín sin estar abrasado del fuego; y al contrario, la víctima, esto es, el cordero del altar de Abél, con fuego baxado del Cielo, cuyas llamas suban derechamente á Dios, ó á lo alto. Por esta misma razon quedan reprobadas otras imaginaciones ridículas, que insinuamos arriba.

4 Y aunque algunos pintan haber muerto Caín á su hermano Abél con una piedra, ó bien con un leño, cosa que no puede facilmente reprobarse; pero lo mas comun es pintar muerto á Abél con una quixada de asno: lo que no parece haber tenido otro origen, que el de la historia de Sanson, el qual con una quixada de asno mató á mil Filistéos: Y hallando á mano (dice el Texto) (1597) una quixada de asno, tomóla, y hirió con ella á mil hombres. Pero no refiriéndose nada de esto en el Génesis, con la facilidad que los Pintores han admitido esta imaginacion, con la misma queda desechada.

5 En lo demas, apenas hay nada que notar hasta la descripción del Arca de Noé, materia que trató muy por extenso N. Pelletier de Rohan, aunque con tal prolixidad, que no han faltado quienes han dicho graciosamente haber sido él uno de los habitantes del Arca. Pero en su preciosa obra, solo la describió con palabras, sin poner ningúna lámina á fin de que se representára ??? mejor á la vista. Suplieron otros este defecto, pero no hicieron bien en no pintar el Arca rematando en punta, sino casi enteramente llana. Lo que, fuera de ser contra la razon, se opone á aquellas palabras de la Escritura (1598): Harás que su punta remate en la altura de un codo, lo que debe entenderse de modo que desde las extremidades del Arca, se levantára suavemente un techo puntiagudo, de la altura de un codo, de los que allí se refieren: lo que era necesario para recibir luz del Cielo, que de otro modo no podia entrar facilmente en el Arca.

6 Sería no solamente prolixo, sino molesto, el que quisiese ir notando cosas de poco momento tomadas del Testamento Viejo, que se vén gravadas en varias láminas. Y sino ¿á qué viene, pregunto, el que en las estampas donde se representan los soldados de Abrahán, esto es, aquellos trecientos diez y ocho hombres, nacidos todos en su casa, que esto significa propiamente la palabra (1599) vernaculi, se pinten tambien bestias militares, esto es, elefantes cargados con castillos, y torres sobre sus espaldas? Esto, por decir ingenuamente lo que siento, mas es desatinar que pintar. Son semejantes estampas un campo fertil de muchos absurdos, que por tanto, no quiero, ni puedo referirlos. Y así, omitiendo, y dexando esto á parte, vengamos á otras cosas mas interesantes, y que mas facil, y felizmente pueden refutarse, y convencerse de error. Tal es aquel hecho grande, que Abrahán casi puso en execucion, imolando á su hijo. En muchas de estas tablas, y Pinturas se nos representa á Isaác, no como varon robusto, y tal vez, ni aun como joven, sino como muchacho, lo que en ningún modo se puede tolerar: ni es menester ser hombre de erudición vasta, y profunda, para convencer de falsa dicha Pintura; basta la sencilla ??? narración del Texto, para que entiendan los Pintores, que Abrahán tuvo precepto de sacrificar á su hijo, no quando este era muchacho, sino siendo ya varon. Porque, primeramente dice la Escritura, que Isaác llevaba en las espaldas la carga de un jumento, á saber, una carga de leña, con que había de ser ofrecido en holocausto, como consta de aquello del Génesis (1600): Tomó tambien la leña del holocausto; y la puso sobre Isaác su hijo: y el mismo (Abrahán) traía en sus manos el fuego, y la espada. ¿Era, pregunto, muchacho, ó tierno mozo, el que llevaba en sus espaldas la carga de un jumento, á saber, tanta leña, quanta era menester, para que el ofrecido en holocausto quedase enteramente consumido, pues esto denota la palabra holocausto? No lo creo yo, ni lo creerá nadie que haga sobre ello un poco de reflexion. Ni son menester en confirmación de todo esto, suputaciones exâctas de Cronología, que si bien no nos faltarian, basta solamente la narración del hecho. Pero aun se observa mayor absurdo en algunas Pinturas: porque muchos pintan á Isaác, quando su padre iba á sacrificarle en holocausto, no como mozo, ó joven, sino verdaderamente muchacho, ó niño, movidos del nombre que en el mismo lugar se da á Isaác: Ego & puer illuc usque properantes. En lo qual, quan absurdamente obren, bastante discurro se puede vér por lo que llevamos dicho. Pues pasando en silencio el que quando se le mandó á Abrahán sacrificar en holocausto á su hijo, fuese este tierno mozo, ó verdaderamente niño; no se echaba tanto de vér su obediencia para con su padre, y aun para con el mismo Dios: su obediencia, digo, que era símbolo, y figura de la que prestó Jesu-Christo, quando como víctima, fué sacrificado en la Cruz. Porque permitió Isaác ser atado, y que cargáran ademas sobre sus ??? espaldas un haz de leña (1601)! portentosa imagen de la suma obediencia que Christo había de tributar á su Eterno Padre! Accion, que quiso el mismo Dios quedase aquí encarecida, y recomendada. Pinte, pues, á Isaác el que no quiera delirar, no niño, no tierno, y delicado joven, sino ya varon, en quien se represente, y figure el sumo obsequio, y obediencia para con el Padre Eterno.

7 Los Pintores imperitos, no en su Arte, pero sí en los hechos de la historia, pintaron tambien como muchachos, y aun los pintan, á Efraím, y Manasés, hijos de Joseph, y nietos de Jacob, quando convenia pintarlos hombres robustos. Como estuviese Jacob en Egipto, y se viese ya enfermo, y en la última vejez, llevóle su hijo Joseph sus dos hijos Efraím, y Manasés. Preguntó el Santo viejo ¿quiénes eran? A que como respondiese Joseph, que no eran otros sino los hijos que Dios le había dado, con estas palabras (1602): Son mis hijos, que me ha dado Dios aquí: añadió el Patriarca: Traémelos para echarles la bendicion. Sabido es el hecho, y su historia: pues me persuado que nadie la ignora, y en tanto lo tengo por cierto, que juzgo no dexan de saberla aun los mismos seglares que poco, ó nada han leído la Sagrada Escritura: con efecto lo pueden vér claramente en el libro escrito en lengua vulgar, que llamamos en Castellano Patriarcas, y Profetas. En este hecho se representan en pié Efraím, y Manasés junto á la cama de su abuelo conforme á la idea del Pintor, que se los figuró muchachos; sin embargo de repugnar esto mucho á la verdad de la historia. Píntanles, digo, en pié, aunque por la reverencia, y por otros motivos, debieran mas presto pintarles arrodillados: y quanto á lo que vamos tratando, y reprehendiendo, les pintan muchachos, no obstante de ser constante, ??? que pasaban ya respectivamente de veinte y cinco, ó de veinte y seis años. Propone todo el hecho, y lo demuestra con la mayor claridad, y exâcta Cronología, Jacobo Saliano (1603) de la Compañía de Jesus, de suerte que no dexa la menor duda á los Lectores. Pero esto dimana de lo que ya hemos notado repetidas veces, á saber, que los Pintores (y muchas veces los mas famosos) tanto como fueron felicísimos en imaginar lo que querian, tanto por la ignorancia de los hechos fueron desgraciadísimos en sus imaginaciones. Y como en esta materia han acostumbrado á figurarse viejo al abuelo; y á sus nietos, no varones aun, sino muchachos: se engañaron en pintar niños á sus nietos quando se arrimaban al venerable viejo. He dicho todo esto, para que no quede duda de que es error el haber pintado muchachos á Efraím, y Manasés, y no varones, como era razon.




EL PINTOR CHRISTIANO Y ERUDITO-Juan Interián de Ayala - CAPITULO VI.