Origenes - de principis 4104

La elección de los gentiles

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4. En la canción de Deuteronomio, también se declara proféticamente que debido a los pecados de la generación anterior, se daría la elección de una nación insensata, no otra, ciertamente, que la reunida por Cristo; porque si guen estas palabras controladas: "Ellos me movieron a celos con lo que no es Dios; hiciéronme ensañar con sus vanidades: Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo, con gente insensata los haré ensañar" (
Dt 32,21). Podemos ver cómo los hebreos, de quienes se dice que han provocado la cólera de Dios mediante los ídolos, que no son dioses, y excitado su ira por sus imágenes, también serán movidos a celos mediante una nación insensata, que Dios ha escogido por el advenimiento de Jesucristo y sus discípulos. Lo siguiente es el lenguaje del apóstol: "Porque mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles; antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es" (1Co 1,26-28). El Israel carnal, por lo tanto, no debería jactarse; ya que tal es el término usado por el apóstol: "Para que ninguna carne se jacte en su presencia" (v. 29).

La extensión universal del Evangelio: obra divina

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5. Qué no diremos, además, de las profecías sobre Cristo contenidas en los Salmos, especialmente uno que lleva el título de "Canción para el Amado", en el que se declara que "mi lengua es pluma de escribiente muy ligero. Te has hermoseado más que los hijos de los hombres.

La gracia se derramó en tus labios (
Ps 45,1-2). Ahora bien, la indicación de que la gracia se derramó en sus labios es que, después de transcurrido un período corto, ya que Él enseñó sólo durante un año y algunos meses; sin embargo el mundo entero se llenó de su doctrina y de fe en su religión.

"Los mansos heredarán la tierra, y se recrearán con abundancia de paz" (Ps 37,11). "Florecerá en sus día justicia, y muchedumbre de paz, hasta que no haya luna" (Ps 72,7), es decir, hasta el fin. Su dominio se extenderá de mar a mar, desde los ríos hasta los confines de la tierra.

Se dará una señal a la casa de David: "He aquí que la virgen concebirá, y parirá un hijo, y llamará su nombre Emanuel, que interpretado es, Dios con nosotros" (Is 7,14). Que lo sepan las naciones y se sometan. Porque nosotros somos conquistados y vencidos; somos de los gentiles y permanecemos como una especie de botín de su victoria, quien ha sometido nuestra cerviz a su gracia.

Hasta el lugar de su nacimiento fue predicho en las profecías de Miqueas: "Y tú, Belén, de tierra de Judá, no eres muy pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel" (Mi 5,2 Mt 2,6). También las semanas de años, predichas por el profeta Daniel, referidas al gobierno de Cristo, se han cumplido.

Además, Él está al alcance de la mano, quien en el libro de Job se dice que está dispuesto a destruir la bestia enorme, que también dio poder a sus propios discípulos para pisar serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo, sin ser perjudicados por él. Pero si alguien quiere considerar los viajes de los apóstoles de Cristo en los diferentes lugares en los que como sus mensajeros predicaron el Evangelio, encontrará que lo que ellos se aventuraron a emprender está fuera del poder de hombre, y que lo que fueron capaces de lograr procede de Dios solamente.

Si consideramos cómo los hombres, en oyendo que una doctrina nueva era introducida por los apóstoles, fueron capaces de recibirlos; o más bien, cuando deseando a menudo destruirlos, ellos fueron impedidos por el poder divino que estaba en ellos, encontraremos que en esto nada se efectuó por la fuerza humana, sino que todo es el resultado del poder divino y la providencia: signos y maravillas, manifestados más allá de toda la duda, dando testimonio de su Palabra y doctrina.

La venida de Cristo certifica la inspiración de las Escrituras

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6. Habiendo establecido brevemente estos puntos, a saber, la deidad de Cristo y el cumplimiento de todo lo que ha sido profetizado sobre El, pienso que esta posición también ha sido hecha buena, a saber, que las Escrituras mismas, que contienen estas predicciones, han sido inspiradas divinamente, las que habían profetizado su advenimiento, o el poder de su doctrina, o la sujeción de las naciones a su obediencia. A esta observación hay que añadir que la divinidad y la inspiración de las predicciones de los profetas y de la ley de Moisés han sido claramente reveladas y confirmadas, sobre todo desde el advenimiento de Cristo al mundo. Ya que antes del cumplimiento de los acontecimientos predichos, ellos no pudieron mostrarlo, aunque verdaderos e inspirados por Dios, porque como tales aún no se habían cumplido. Pero la venida de Cristo fue una declaración de que sus afirmaciones eran verdaderas e inspiradas de forma divina, aunque eran ciertamente dudosas antes de que se cumpliera lo que se había predicho.

Si alguien, además, estudia las palabras de los profetas con todo el celo y la reverencia que se merecen, es seguro que en el examen cuidadoso y atento de los escritos proféticos sentirá al leerlos un aliento divino y este sentimiento le persuadirá de que lo que creemos ser las palabras de Dios no son escritos de hombre, y por sus propias emociones sentirá que estos libros no han sido compuestos por la habilidad humana, ni por la elocuencia mortal, sino que, por así decirlo, su estilo es divino. El esplendor de la venida de Cristo, por lo tanto, iluminando la ley de Moisés por la luz de la verdad, ha quitado el velo que estaba colocado sobre la letra (de la ley), y desvela para todo el que cree en Él las bendiciones que se habían ocultado por el manto de la palabra.132

La Providencia divina

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7. Es además una cuestión que precisa de mucho trabajo, indicar en cada caso cómo y cuándo las predicciones de los profetas se cumplieron como para conformar a los que tienen dudas, viendo que es posible para todo el que desea familiarizarse con estas cosas, reunir pruebas abundantes de los mismos registros de la verdad. Pero si el sentido de la letra, que está más allá del hombre, no parece presentarse inmediatamente, en un primer vistazo, a los que están menos versados en la disciplina divina, no hay por qué sorprenderse; porque las cosas divinas no descienden sino lentamente a la comprensión de los hombres, y eluden la vista en proporción al escepticismo o indignidad de uno. Pues aunque es cierto que todas las cosas que existen o pasan en este mundo, están ordenadas por la providencia de Dios, y ciertos acontecimientos parecen con claridad suficiente estar sometidos a la disposición de su gobierno providencial, pero otros se despliegan tan misteriosa e incomprensiblemente que el plan de la divina providencia respecto a ellos está completamente oculto; de modo que de vez en cuando algunos crean que ciertos acontecimientos particulares no pertenecen al plan de la providencia, porque su principio elude su comprensión, según el cual las obras de la providencia divina son administradas con habilidad indescriptible; cuyo principio de administración, sin embargo, no es igualmente oculto a todos. Porque hasta entre los hombres mismos, un individuo le dedica menos consideración y otro más. La naturaleza de cuerpos nos es clara de un modo, la de los árboles de otro, la de los animales en un tercero; por otra parte, la naturaleza de almas nos es ocultada de modo diferente; y la manera en la cual los diversos movimientos del entendimiento racional están ordenados por la providencia, elude la visión del hombre en un grado más grande y hasta, en mi opinión, en un grado no pequeño la de los ángeles también.

Pero como la existencia de la providencia divina no es refutada por quienes están seguros de su existencia,

aunque no comprendan su proceder o disposiciones por los poderes de la mente humana; así tampoco la inspiración divina de la Escritura santa, que se extiende en todas partes de su cuerpo, se creerá inexistente por la debilidad de nuestro entendimiento, incapaz de trazar el significado oculto y secreto en cada palabra individual; el tesoro de la sabiduría divina oculto en vulgares envases verbales sin refinar. Como dice el apóstol: "Tenemos empero este tesoro en vasos de barro", con el propósito de que "la alteza del poder sea de Dios, y no de nosotros" (
2Co 4,7), y el poder divino pueda brillar más intensamente sin ser coloreado por la elocuencia humana entremezclada con la verdad de las doctrinas. Ya que si nuestros libros indujeran a los hombres a creer por su composición literaria o por el arte retórico o por la sabiduría de la filosofía, entonces indudablemente nuestra fe se consideraría basada en el arte de las palabras, o en la sabiduría humana, y no en el poder de Dios; mientras que ahora es sabido por todos que la palabra de esta predicación ha sido aceptada por muchos en todas partes de casi todo el mundo, porque entendieron que su creencia no descansaba sobre palabras persuasivas de humana sabiduría, sino sobre la manifestación del Espíritu y de poder.133

A la vista de esto, somos conducidos por un celestial, y más que celestial poder, a la fe y aceptación para poder adorar al solo Creador de todas las cosas como a nuestro Dios; hagamos nosotros también por nuestra parte el esfuerzo supremo de abandonar el lenguaje de los rudimentos de Cristo, que no son sino los primeros principios de la sabiduría, y continuar hacia la perfección, para que aquella sabiduría dada a los perfectos, se nos pueda dar a nosotros también." Porque tal es la promesa de aquel a quien ha sido confiada la predicación de esta sabiduría: "Empero hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen" (1Co 2,6), por lo que muestra que esta nuestra sabiduría no tiene nada en común, en lo que a belleza de lenguaje se refiere, con la sabiduría de este mundo. Esta sabiduría, pues, será inscrita más clara y perfectamente en nuestros corazones, si ha de darse a conocer en nosotros según la revelación del misterio que ha sido oculto desde la eternidad, pero ahora es manifiesto por las Escrituras de profecía, y el advenimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien sea la gloria para siempre. Amén.134

Muchos, al no entender las Escrituras en un sentido espiritual, sino incorrectamente, han caído en herejías.

Lectura incorrecta de la Biblia

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8. Estos detalles, pues, siendo brevemente mencionados en cuanto a la inspiración de las Escrituras sagradas por el Espíritu Santo, parece necesario explicar ahora este punto también, a saber, cómo ciertas personas, no leyéndolas correctamente, se han dado a opiniones erróneas, puesto que el procedimiento a seguirse para alcanzar el entendimiento de las Escrituras santas es desconocido a muchos. Los judíos, en justicia, debido a la dureza de su corazón, y a un deseo de aparecer sabios en sus propios ojos, no han creído en nuestro Señor y Salvador, juzgando que aquellas declaraciones que han sido pronunciadas respecto a Él tienen que ser entendidas literalmente, esto es, que Él debería haber predicado de una manera sensible y visible el rescate a los cautivos, y construir primero una ciudad que ellos realmente consideran la ciudad de Dios, y que también debería comer la mantequilla y la miel, para escoger lo bueno antes de que supiera cómo extraer el mal.

Ellos también piensan que se ha predicho que el lobo, que es un animal cuadrúpedo, dormirá con el cordero en la venida de Cristo, y el leopardo se acostará con los niños, y el becerro y el toro pastarán con leones, y que todos serán conducidos por un niño pequeño; que el buey y el oso se acostaran juntos en los campos verdes, y que sus crías se alimentaran juntas; los leones también frecuentarán los pastos de los bueyes y comerán de la paja.135 Y viendo que, según la historia, nada de esto se ha cumplido, que ellos creen que son las señales de la venida de Cristo, que se observarán especialmente, rechazan reconocer la presencia de nuestro Señor Jesucristo, tan contrario a todos los principios de la ley divina, es decir, contrario a la fe de la profecía; precisamente le crucificaron por asumir el título de Cristo o Mesías.

Dificultades de algunos textos bíblicos

Por eso los herejes, leyendo que está escrito en la ley: "Porque el Señor tu Dios es fuego que consume, Dios celoso" (Dt 4,24). "Tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos, sobre los terceros y sobre los cuartos" (Ex 20,5); que se arrepiente de haber ungido a Saúl por rey; el Dios "que hago la paz y creo el mal" (Is 45,7); y otra vez: "¿Habrá algún mal en la ciudad, el cual el Señor no haya hecho?" (Am 3,6); y que males traerá sobre las puertas de Jerusalén; y que un espíritu malo de parte del Señor molestaba a Saúl (1S 16,14), y leyendo muchos otros pasajes similares a estos, que se encuentran en la Escritura, no se aventuraron a afirmar que estas no eran las Escrituras de Dios, sino que consideraron que se trataba de las palabras de ese Dios creador (demiurgo) a quien los judíos adoran, y a quien los herejes consideran que debe ser tenido por justo, pero no por bueno, y que el Salvador ha venido a enseñarnos un Dios más perfecto, quien, ellos alegan, no es el creador del mundo.

Hay opiniones diferentes y discordantes entre ellos hasta sobre este mismo punto, porque tan pronto como se alejaron de la creencia en Dios el Creador, que es el Señor de todo, se han entregado a sí mismos a varias invenciones y fábulas, inventando ciertas ficciones, y afirmando que algunas cosas eran visibles, y hechas por un Dios, y que otras cosas eran invisibles, y han sido creados por otro, según las sugerencias vanas e imaginarias de sus propias mentes.

Pero, también, no unos pocos de los más simples de los que parecen estar refrenados dentro de la fe de la Iglesia, son de la opinión de que allí no hay ningún Dios más grande que el Creador, manteniendo en esto una opinión correcta y sana; y aún así albergan sobre Él tales opiniones que no se tendrían sobre el más injusto y cruel de los hombres.

El sentido literal y el sentido espiritual

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9. La razón de la aprehensión errónea de todos estos puntos de parte de quienes hemos mencionado arriba, no es otra que esta, que la Escritura santa no es entendida por ellos según su sentido espiritual, sino según su significado literal.136 Por lo tanto procuraremos, en la medida en que nuestra moderada capacidad lo permitirá, indicar a los que creen que las Escrituras santas no son composiciones humanas, sino que han sido escritas por inspiración del Espíritu Santo, y que se nos han transmitido y confiado por la voluntad de Dios Padre y por su unigénito Hijo Jesucristo, lo que nos parece a nosotros, que observamos las cosas por medio de un modo correcto de entendimiento, que es el modelo y disciplina que nos han entregado los apóstoles por Jesucristo; las que ellos nos transmitieron en sucesión a su posteridad, los maestros de la Iglesia santa.

Que hay ciertas economías místicas indicadas en la Escritura, es admitido por todos, pienso que hasta por el más simple de los creyentes. Pero ¿cuáles son, de qué clase, quién es intelectualmente recto, no vencido por el vicio de la jactancia, sino que escrupulosamente reconocerá que es un ignorante? Ya que si alguien, por ejemplo, aduce el caso de las hijas de Lot, que parecen, contrariamente a la ley de Dios, haber copulado con su padre; o las dos mujeres de Abrahán, o las dos hermanas que estuvieron casadas con Jacob, o de las dos criadas quien aumentaron el número de sus hijos, ¿qué otra respuesta podría ofrecérsele, sino que estos eran ciertos misterios y formas de cosas espirituales, pero que somos ignorantes de qué naturaleza son?

Incluso cuando leemos de la construcción del tabernáculo, consideramos cierto que las descripciones escritas son figuras de ciertas cosas ocultas; pero adaptar estas a sus normas apropiadas, y abrir y discutir cada punto individual, pienso que es sumamente difícil, por no decir imposible. Que esta descripción, sin embargo, esté llena de misterios no escapa ni al entendimiento común. Pero toda la parte de narrativa, relacionando con los matrimonios, o con el engendramiento de hijos, o las batallas de clases diferentes, o cualquier otra historia, ¿qué otra cosa además se puede suponer salvo formas y figuras de cosas ocultas y sagradas?

Como el hombre hace muy poco esfuerzo en ejercitar su intelecto, o imagina que tiene el conocimiento antes de aprenderlo realmente, la consecuencia es que nunca comienza a tener conocimiento; o si no hubiera carencia de deseo, al menos de un instructor, y si se buscara el conocimiento divino, como debería ser, en espíritu religioso y santo, y con la esperanza de que muchos puntos serán abiertos por la revelación de Dios -ya que al sentido humano ellos son sumamente difíciles y oscuros- entonces, quizás, quien busca de tal manera encontrará lo que es permitido descubrir.

El sentido profundo de la Escritura

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10. Pero supongamos que esta dificultad existe solamente en el lenguaje de los profetas, viendo que el estilo profético abunda en figuras y enigmas, ¿qué encontramos cuando venimos a los Evangelios? ¿No hay aquí oculto también un sentido interno, es decir, divino, que es revelado solamente por gracia, recibida por quien dice: "Mas nosotros tenemos la mente de Cristo" (
1Co 2,16), "para que conozcamos lo que Dios nos ha dado. Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu" (vv. 12, 13)?

Y si uno leyera las revelaciones dadas a Juan, qué asombrado quedaría al descubrir en ellas una cantidad tan grande de misterios ocultos e inefables, en los que claramente se entiende, incluso por los que no pueden comprender lo que está oculto, que ciertamente algo es ocultado. Y las mismas Epístolas de los apóstoles, que parecen más sencillas, están llenas de significados tan profundos, que mediante ellos, como por algún pequeño receptáculo, la claridad de luz incalculable parece derramarse en los que son capaces de entender el significado de la sabiduría divina.

Por lo tanto, porque este es el caso, y porque hay muchos que se equivocan en esta vida, considero que no es fácil pronunciarse sin peligro, que nadie sabe ni entiende aquellas cosas, que, para ser abiertas, se necesita la llave del conocimiento; llave que, el Salvador declaró, está con ios que son expertos en la ley (Lc 11,52).l37 Y aquí, aunque esto sea una digresión, pienso que nosotros deberíamos informarnos sobre los que afirman que antes del advenimiento del Salvador no había ninguna verdad entre los que estaban dedicados al estudio de la ley, ¿cómo pudo decir nuestro Señor Jesucristo que las llaves del conocimiento estaban con ellos, que tenían los libros de los profetas y de la ley en sus manos? Porque El dijo: "¡Ay de vosotros, doctores de la ley! que habéis quitado la llave de la ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis" (Lc 11,52).

El cuerpo, alma y espíritu de la Escritura

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11. Pero, como hemos comenzado a observar, el camino que nos parece correcto para el entendimiento de las Escrituras, y para la investigación de su significado, consideramos que es de la siguiente clase: que somos instruidos por la Escritura misma respecto a las ideas que nosotros deberíamos formarnos de ella.

En los Proverbios de Salomón encontramos una regla como la siguiente sobre la consideración de la santa Escritura: "¿No te he escrito tres veces en consejos y ciencia, para hacerte saber la certidumbre de las razones verdaderas, para que puedas responder razones de verdad a los que a ti enviaren?" (
Pr 22,20).

Cada uno, entonces, debería describir en su propia mente, en una manera triple, el entendimiento de las letras divinas, es decir, para que todos los individuos más simples puedan ser edificados, por así decirlo, por el cuerpo mismo de la Escritura; porque así llamamos el sentido común e histórico; mientras que si algunos han comenzado a hacer progresos considerables y son capaces de ver algo más, pueden ser edificados por el alma misma de la Escritura. Aquellos, por otra parte, que son perfectos, y que se parecen a los que el apóstol se refiere: "Hablamos sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen; mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria" (1Co 2,6); los tales pueden ser edificados por la ley espiritual misma, que es una sombra de las buenas cosas por venir, como si fuera por el Espíritu.

Porque así como se dice que el hombre consiste de cuerpo, alma, y espíritu, también la sagrada Escritura, que nos ha sido concedida por la divina generosidad para la salvación del hombre; que vemos señalado, además, en el pequeño libro del Pastor, que parece ser despreciado por algunos, donde Hermas recibe la orden de escribir dos libros pequeños, y después anunciarlo a los presbíteros de la iglesia lo que él aprendió del Espíritu. Estas son las palabras que están escritas: "Sacarás dos copias y enviarás una a Clemente y otra a Grapta. Clemente, por su parte, la remitirá a las ciudades de fuera, pues a él está encomendado, y Grapta amonestará a las viudas y a los huérfanos. Tú, en fin, lo leerás en esta ciudad entre los ancianos que presiden la iglesia".138

Grapta, en consecuencia, a quien se le manda que amoneste a los huérfanos y viudas, es el entendimiento puro de la letra, por el cual las mentes jóvenes son amonestadas, que aún no han merecido tener a Dios como su Padre, y por eso se les llama huérfanos. Ellos, también, son las viudas, que se han separado del hombre injusto, a quien se habían unido contrariamente a la ley; pero que han permanecido viudas, porque aún no han avanzado hacia la etapa de unión con el Novio celestial.

A Clemente, además, se le pide que envíe a las ciudades que están en el extranjero lo que está escrito a aquellos individuos que ya se han separado de la letra, como si el significado fuera a aquellas almas que, siendo edificadas por este medio, hubieran comenzado a elevarse por encima de los cuidados del cuerpo y los deseos de la carne; mientras que él mismo, que ha aprendido del Espíritu Santo, recibe la orden de anunciar, no por letra, ni libro, sino por la voz viva de los ancianos de la iglesia de Cristo, esto es, los que poseen una facultad madura de sabiduría, capaz de recibir la enseñanza espiritual.

El sentido corporal

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12. Este punto no debe ser pasado por alto sin noticia, a saber, que hay ciertos pasajes de la Escritura donde este "cuerpo", como nosotros lo llamamos, esto es, este sentido deductivo histórico, no siempre es encontrado, como demostraremos que es el caso en las páginas siguientes, sino donde sólo puede entenderse lo que hemos llamado "alma" o "espíritu".

Pienso que esto está indicado en los Evangelios, donde se dice que hay colocado, según la manera de purificación de los judíos, seis vasijas de agua, conteniendo dos o tres medidas cada una; por las que, como he dicho, el lenguaje del Evangelio parece indicar, en lo que concierne a los que el apóstol llama en secreto "judíos", que son purificados por la palabra de la Escritura, recibiendo cada uno dos medidas, esto es, el entendimiento del "alma" o "espíritu", según nuestra declaración de antes. A veces hasta tres, cuando para la edificación del pueblo puede conservarse en la lectura de la Escritura el sentido "corporal", que es el "histórico".

Ahora bien, seis vasijas de agua es una manera apropiada de hablar respecto a esas personas que son purificadas al ser colocadas en el mundo; porque leemos que en seis días -que es el número perfecto- este mundo y todas las cosas en él han sido terminados. Cuan grande, pues, es la utilidad de este primer sentido "histórico" que hemos mencionado, es atestiguado por la multitud de todos los creyentes, que creen con la fe adecuada y la simplicidad, y no necesita mucho argumento, porque es abiertamente manifiesto a todos; mientras que el sentido que hemos llamado "alma", como si fuera de la Escritura, el apóstol Pablo nos ha dado numerosos ejemplos en la primera Epístola a los Corintios, donde encontramos la expresión: "No pondrás bozal al buey que trilla" (
1Co 9,9).

Y después, explicando qué precepto debería ser entendido por esto, añade las palabras: "¿Tiene Dios cuidado de los bueyes? ¿O lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros está escrito: porque con esperanza ha de arar el que ara; y el que trilla, con esperanza de recibir el fruto" (vv. 9, 10). Hay también muchos otros pasajes de esta naturaleza, donde la ley es explicada de esta manera, y contribuyen a la información extensiva de los oyentes.

El sentido espiritual

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13. La interpretación "espiritual" es de esta naturaleza: cuando uno es capaz de precisar qué son las cosas celestiales que sirven como modelos y sombra, qué son los judíos "según la carne", y de qué cosas futuras la ley contiene una sombra, y cualquier otra expresión de esta clase que pueda encontrarse en la santa Escritura; o cuando es tema de investigación, cuál es la sabiduría oculta en misterio, que "Dios ha ordenado desde antes de la fundación del mundo para nuestra gloria, que ninguno de los príncipes de este mundo conoce"; o el significado del lenguaje del apóstol, cuando, empleando ciertas ilustraciones del Éxodo o Números, dice: "Estas cosas les acontecieron en figura; y son escritas para nuestra admonición, en quienes los fines de los siglos han parado" (
1Co 10,11). Se nos ofrece la oportunidad de entender qué cosas de las que les pasaron fueron figuras, cuando añade: "Y bebieron de la Roca espiritual que les siguió, y la Roca era Cristo" (v. 4).

También en otra epístola, donde refiriéndose al tabernáculo menciona la orden dada a Moisés: "Mira, dice, haz todas las cosas conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte" (He 8,5). Y escribiendo a los Gálatas, reprendiendo a ciertos individuos que parecían leer la ley, pero sin entendimiento, debido a su ignorancia del hecho de que su significado alegórico es la base de lo que está escrito, él les dice en cierto tono de reproche: "Decidme, los que queréis estar debajo de la ley, ¿no habéis oído la ley? Porque escrito está que Abrahán tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre. Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa. Las cuales cosas son dichas por alegoría; porque estas mujeres son los dos pactos" (Ga 4,21-24). Este punto debe observarse con cuidado, debido a la precaución empleada por el apóstol: "Decidme, los que queréis estar debajo de la ley, ¿no habéis oído la ley?" ¿No os enteráis ni comprendéis?

En la Epístola a los Colosenses, resumiendo y condensando brevemente el significado de la ley entera, dice: "Nadie os juzgue en comida, o en bebida, o en parte de día de fiesta, o de nueva luna, o de sábados. Lo cual es la sombra de lo por venir" (Col 2,16). Escribiendo a los Hebreos y tratando de los que pertenecen a la circuncisión, dice: "Los cuales sirven de bosquejo y sombra de las cosas celestiales" (He 8,5).

Mediante estas ilustraciones, quizás, no tendrán ninguna duda sobre los cinco libros de Moisés quienes sostienen los escritos del apóstol como divinamente inspirados.139 Y si ellos inquieren lo que concierne al resto de la historia, que aquellos acontecimientos que están contenidos deberían considerarse como habiendo ocurrido para ejemplo de a quienes están dirigidos, hemos observado que esto también se declara en la Epístola a los Romanos, donde el apóstol aduce un caso del tercer libro de Reyes, diciendo: "He dejado para mí siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal" (Rm 11,4), expresión que Pablo entendió como dicho en sentido figurado de los que son llamados israelitas según la elección, para mostrar que el advenimiento de Cristo no ha sido sólo una ventaja para los gentiles, sino que muchos de la raza de Israel han sido llamados a la salvación.

El Espíritu Santo

y la interpretación bíblica

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14. Siendo este el estado del caso, bosquejaremos a modo de la ilustración y modelo qué nos puede ocurrir respecto a la manera en la que la santa Escritura debe ser entendida sobre estos puntos. En primer lugar hay que indicar que el objeto del Espíritu Santo, que por la providencia y voluntad de Dios, mediante el poder del Verbo unigénito, que estaba en el principio con Dios, iluminó a los ministros de la verdad, los profetas y apóstoles, para que entendieran los misterios inefables de aquellas cosas o causas que ocurren entre los hombres, o que conciernen a los hombres. Por "hombres" me refiero a las almas que son colocadas en cuerpos que, respecto a aquellos misterios que son conocidos por ellas, y revelados por Cristo, como si fueran una especie de transacciones humanas, o la transmisión de ciertas observancias y prescripciones legales, descritas por ellos en sentido figurado; para que nadie que viera estas exposiciones pudiera pisotearlas bajo sus pies, sino que aquel que se dedicara con toda castidad, moderación y vigilancia a los estudios de esta clase, pudiera ser capaz por este medio de trazar el significado del Espíritu de Dios, que quizás está enterrado profundamente, y el contexto, que puede señalar en otra dirección que el uso ordinario de lenguaje podría indicar.

De este modo él podría hacerse partícipe del conocimiento del Espíritu y del consejo divino, porque el alma no puede llegar a la perfección del conocimiento, sino por la inspiración de la verdad y de la sabiduría divina. En consecuencia, es de Dios, esto es, del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo, que estos hombres, llenos del Espíritu Divino, principalmente tratan. Entonces los misterios que se relacionan con el Hijo de Dios -cómo el Verbo se hizo carne, y por qué descendió hasta asumir la forma de un siervo-, son el tema de explicación de aquellas personas que están llenas del Espíritu Divino.

Después se sigue necesariamente que ellos debían instruir a los mortales por la enseñanza divina, en cuanto a las criaturas racionales, a las del cielo y a las más felices de la tierra; y también explicar las diferencias entre las almas y el origen de esas diferencias; y entonces decir lo que es este mundo, y por qué fue creado; de dónde procede la gran y terrible maldad que se extiende sobre la tierra. Si esta maldad se encuentra en esta tierra solamente, o en otros sitios, es un punto que necesitamos aprender de la enseñanza divina. Ya que fue la intención del Espíritu Santo iluminar a aquellos ministros santos de la verdad en lo que concierne a estos y otros temas similares.

En segundo lugar, el objeto tenido en mente, por amor a aquellos que eran incapaces de soportar la fatiga de investigar asuntos tan importantes, fue envolver y ocultar la doctrina que se relaciona con los sujetos antes mencionados en lenguaje ordinario, bajo la capa de alguna historia y narración de cosas visibles. Allí, por tanto, se introduce la narración de la creación visible, y de la creación y formación del primer hombre; después el descendiente que le siguió en sucesión, y algunas acciones hechas por los buenos entre su posteridad; también se relatan ciertos crímenes cometidos por ellos en cuanto humanos, y después también se relatan ciertos hechos impúdicos y malvados de los pecadores e impíos.

Y lo que es más notable, por la historia de las guerras, de los vencedores y de los vencidos, son dados a conocer ciertos misterios inefables a los que saben cómo investigar las declaraciones de esa clase.

Y más maravilloso todavía, las leyes de la verdad son predichas según la legislación escrita; cada una de las cuales es tejida por el arte divino de la sabiduría, como una especie de cubierta y velo de verdades espirituales. Y esto

es lo que hemos llamado "el cuerpo" de la Escritura, para que también, de este modo, lo que hemos llamado la capa o cubierta de la letra, tejida por el arte de la sabiduría, pudiera ser capaz de edificar y beneficiar a muchos, cuan do otros no sacarían ninguna ventaja.


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