Aquino: I Corintios 47

47
(
1Co 11,23-24)

Lección 5: 1Co 11,23-24

En que se trata de la dignidad del Sacramento de la Eucaristia, y se habla de su institución en lo tocante a la consagración del Cuerpo de Cristo.

23. Porque yo aprendi del Señor lo que también os tengo enseñado, y es que el Señor Jesús la noche misma en que había de ser traidoramente entregado, tomo el pan,
24. y dando gracias, lo partio, y dijo: tomad y comed: éste es mi Cuerpo, que por vosotros sera entregado; haced esto en memoria mia.

Después de haber censurado los defectos y desordenes que al juntarse a recibir la Sagrada Eucaristia cometian los Corintios, pasa a tratar el Apóstol del Sacramento mismo, y primero de su dignidad, a cuya recepción mueve a los fieles a que la hagan reverentemente. Y para que la doctrina, que va a darles, tocante a esa dignidad, sea acogida con respeto, ensalza su autoridad:

a) de parte del autor, que es Cristo, diciendo: dije que cuando os juntáis ya no es para celebrar la Cena del Señor -llamando Cena del Señor al Sacramento de la Eucaristia- "porque yo aprendi del Señor, es a saber, Cristo, que es el autor de esta doctrina, no de un puro hombre; b) de parte del ministro, que es San Pablo mismo, al anadir: "lo que también os tengo enseñado" (Is 21 Sg 7).

-"y es que el Señor Jesús... ". Encarece la dignidad de este Sacramento, contandonos su institución, de la que trata primero; segundo, del tiempo: "la noche misma en la que había de ser traidoramente entregado"; tercero, del modo: "tomo el pan".

Ahora bien, el instituidor de este Sacramento es Cristo mismo. De ahí que diga: "y es que el Señor Jesús... ".

Pues ya se dijo, al tratar del Bautismo, que en materia de sacramentos Cristo tiene la potestad de excelencia, a la cual pertenecen 4 cosas:

I*) que su mérito y virtud obren en los sacramentos. 2?) que en su nombre se santifiquen los sacramentos.

3- que lo que da el sacramento pueda El dar sin sacramento.

4*) instituir un sacramento; y por lo que toca al en que se comulga su Cuerpo y su Sangre se recibe, muy puesto estaba en razón que de manera especial El por Si personalmente lo instituyese. De donde El mismo dice: "el pan que Yo os daré es mi carne" (Jn 6).

Describe, en segundo lugar, el tiempo de su institución, al decir: "en la noche en que era entregado", tiempo muy acomodado:

primero, por eso mismo, porque fue de noche, pues el alma se ilumina por virtud de este Sacramento. De donde lo que se cuenta en el libro de los Reyes: que andando un dia por el bosque Jonatas, muerto de hambre, la punta de su baston se alargo a un panal de miel, en la que mojada y en su boca destilada, al punto luego los ojos quedaron iluminados, recobraron su vigor (I, XIV,27). Por lo cual dice al Salmista: "y la noche me sera deliciosa con su lumbre esplendorosa" (Ps 138,

ii);

segundo, por el negocio que a tal tiempo se efectuaba, es a saber, que la institución de este Sacramento, memorial de la Pasión, fue entonces, cuando era entregado a sufrir dicha Pasión, por la que paso de este mundo al Padre. De ahí lo del Eclesiastico: "vamos, le dirán al hospedado, pon la mesa, y da de comer a los otros, con lo que tienes a mano o en tus alforjas" (29,33).

Indica, en tercer lugar, el modo de su institución, al decir: "tomo el pan"; y pone primero lo que dijo e hizo Cristo al instituir este Sacramento, y luego lo explica. La materia de la institución es doble: el Cuerpo de Cristo y la Sangre de Cristo.

Pero antes de adentrarnos en la exposición del texto, es menester primero considerar de cuanta necesidad fuese la institución de este Sacramento. Para lo cual es de saber que la institución de los sacramentos fue por la necesidad de la vida espiritual. Y porque lo corporal tiene con lo espiritual parecido o semejanza, es bien que los sacramentos se ajusten y proporcionen a lo que a la vida corporal es necesario; en la cual, pues lo primero es la generación, al par y en correspondencia, en la vida espiritual es la regeneración, que se da por el Bautismo. El paso siguiente en la vida corporal es el crecer, por el cual poco a poco llega uno a cierta medida de cantidad y estatura, vigor o fuerza cabal; y a este aumento o crecimiento corresponde el Sacramento de la Confirmación, en que se da para esfuerzo al Espíritu Santo. Lo tercero, en la vida corporal, requiéresé el alimento, por el que el cuerpo del hombre se sustenta. Por semejante manera, en la vida espiritual restaurase el alma del hombre, según lo dice el Salmista, por el Sacramento de la Eucaristia: "en verdes pastos me hace recostar, me guia a fuentes refrigerantes, restaura mi alma" (22,1).

Pero conviene advertir -(porque hay mucha diferencia de Bautismo a Eucaristia)- que el que engendra no se junta al engendrado según la substancia, sino según la virtud, no mas; empero el manjar se hace con el que lo come uno según la substancia. De donde en el Sacramento del Bautismo, en que Cristo regenera o reengendra para salud, no esta según su substancia Cristo mismo, sino según su virtud, no mas; empero en la Eucaristia, que es manjar espiritual, esta según su substancia Cristo mismo, mas debajo de otra especie, por estas razónes:

1- para que los fieles, al recibir este Sacramento, no se horrorizarán de tener que comer la carne de un hombre, y de beber, tal cual, su sangre.
2- para no dar, con eso mismo, motivo de escarnio a los infieles.
3- para aumentar el mérito de la fe, que consiste en que se crean las cosas que no se ven.

Por tres razónes también se reparte en doble especie:

a) por su perfección, porque siendo refección espiritual, ha de constar de bebida y de manjar; así como el alimento o refección corporal no es tal, a carta cabal, si no hay comida y bebida.

b) por su significación, por ser el memorial de la Pasión del Señor, por la cual se separo del Cuerpo la Sangre de Cristo; por cuya razón, en el Santo Sacrificio, se ofrece por si la Sangre, aparte del Cuerpo.

c) por su efecto saludable para el cuerpo y para el alma. Por eso se ofrece el Cuerpo, para la salud del cuerpo; por eso también la Sangre, para la salud del alma; porque, como dice el Génesis (IX), el alma se halla en la sangre.

Asimismo hay tres razónes por qué, de modo especial, debajo de especies de pan y vino, se ofrece este Sacramento:

I) porque del pan y del vino comunmente hacen mas uso los hombres para tomar su alimento; y así en este Sacramento la materia es pan y vino, como el agua en el bautismo y el oleo en la Extremaunción.

2- por su virtud; que el pan restaura el corazón del hombre, y el vino le da alegria (Ps 103,15).

3- porque el pan, compuesto de muchos granos, y el vino, exprimido de muchas uvas, simbolizan la unidad de la 1glesia, que esta compuesta de muchos fieles.

Pero especialmente la Eucaristia es el Sacramento de la unidad y de la caridad, como dice San Agustín; y esto dicho acerca de la explanación del texto, consideremos ahora qué fue lo que Cristo hizo y qué fue lo que dijo. Lo que hizo fueron tres cosas:

La primera indicase al decir: "tomo el pan", por cuyas palabras puede significarse: a) que la Pasión, cuyo memorial es este Sacramento, la acepto voluntariamente, como dice Is : "se ofrecio porque quiso" (53). b) que recibio del Padre el poder de dar el ser y hechura a este Sacramento, según lo de San Mateo: "todo lo ha puesto mi Padre en mis manos".

La segunda, diciendo: "y dando gracias"; con lo que, según aquello: "sed en todo agraciados", nos pone el Señor la muestra de serlo en todas las cosas o beneficios divinos.

La tercera, al decir: "partio" (Is 58); lo cual parece contrario a lo que se usa en la 1glesia, pues primero se consagra, luego se parte la Hostia; aquí, en cambio, es al revés, ya que se dice: partio, y luego que consagro. Por eso algunos dijeron que primero consagro Cristo con otras palabras, y que después profirio las palabras con las cuales consagramos. Pero esto no puede ser, porque el sacerdote, cuando consagra, no profiere estas palabras como si las dijese en propia persona, sino en la persona consagrante de Cristo. Donde se ve claramente que con las mismas palabras con que nosotros, Cristo también consagro, y, por tanto, hay que asentar que lo que se dice aquí: "y dijo" no hay que tomarlo como frase puesta en pos, como si Cristo primero tomase el pan, diese gracias, partiese, y luego dijese las palabras que se siguen; sino al mismo tiempo (concomitanter), quiere decir, que a tiempo que tomo el pan, dando gracias, partio y dijo. Por tanto, con San Mateo, digase que Jesús tomo el pan, lo bendijo y lo partio. El Apóstol no se apuro poco ni mucho por hacer aquí mención de la bendición, por tener entendido que no era otra cosa que lo que el Señor dijo: "esto es mi Cuerpo".

-"y dilo". 1ndica qué dijo Cristo al instituir este Sacramento. Por sus palabras prescribio su uso, expreso su verdad, enseno su misterio. Prescribio su uso, al decir: "tomad", como si quisiese decir: no cabe en mérito humano, ni tiene el hombre poder, sino Dios, por singular beneficio, para otorgaros el uso de este (excelso) Sacramento: "alimentaste a tu pueblo con manjar de angeles" (Sg 16 1Co 4). Y determina la especie de ese uso: "comed", que "si no comiereis la carne del

Hijo del hombre, no tendréis vida en vosotros" (Jn 6 JobJn 31).

Empero estas palabras no pertenecen a ia forma de la consagración; porque hay esta diferencia entre éste y los otros sacramentos: que los otros surten su efecto al usar, no al consagrar, la materia consagrada, como con el lavatorio del agua, o la unción del santo crisma; y la razón es porque en la materia de los otros sacramentos no hay ahí naturaleza racional que sea capaz de gracia santificante. Por tal motivo, en la forma de los otros sacramentos se hace mención de uso del sacramento, como al decir: te bautizo, o te confirmo con el crisma.

Pero en este Sacramento su ser cabal consiste en la consagración misma de la materia, en la cual se contiene Cristo mismo, que es el fin de toda la gracia santificante. Por tal razón las palabras que pertenecen al uso del Sacramento, no constituyen la esencia o substancia de la forma, sino solo aquellas que contienen la verdad y el cuerpo del Sacramento, las cuales pone a continuación, anadiendo: "esto es mi Cuerpo". Y acerca de estas palabras conviene considerar: lo que ellas quieren decir, es a saber, que ahí esta el Cuerpo de Cristo; que es verdad lo que ellas dicen; y si esta forma se adapta a este Sacramento.

Concerniente a lo primero, de advertir es lo que algunos opinaron: que el Cuerpo de Cristo no esta en este Sacramento, tal como suena, en verdad, mas como en signo no mas, y así explican las palabras: "esto es mi Cuerpo", es a saber, esto es señal y figura de mi Cuerpo; del mismo modo que se dijo arriba: "y la piedra era Cristo" (1Co X), esto es, figura de Cristo. Mas tal cosa es herejia, ya que dice expresamente el Señor: "mi carne es verdadera comida, y mi Sangre verdadera bebida" (Jn 6). De ahí que otros dijerán que si, que ahí esta* el Cuerpo de Cristo, tal cual, verdaderamente, pero también juntamente con la substancia del pan, lo cuai: no es posible, como quedo demostrado.

De donde opinaron otros que solo el Cuerpo de Cristo esta ahí sin brizna de pan, cuya substancia, o se reduce a la nada, o se torna a la materia preyacente; pero esto no puede ser, pues, según San Agustín, encaminarse a la nada no tiene a Dios por autor.

Segundo, porque aun así, a la substancia del pan mudarse en Cuerpo de Cristo se le hace ya imposible, y de esta manera, no siendo por conversión de otra substancia en Si mismo empezar a estar el Cuerpo de Crista en el Sacramento, ya no queda otro camino sino que ahí empiece a estar por movimiento local, lo cual, come dicho queda, no es posible. Así que no queda mas que decir que el Cuerpo de Cristo esta en este Sacramento, tal cual, verdaderamente, por conversión del pan en Si mismo.

Pero es de considerar que va mucha diferencia de esta conversión a todas las otras que hay en la naturaleza; pues toda acción natural presupone la materia; por consiguiente, esa acción no llega sino a mudar algo en cuanto a su forma, substancial o accidental. De ahí que en lo natural se dice formal toda conversión. Empero porque es autor de la materia y la forma Dios, que hace esta conversión, por tal razón, sin que quede vestigio de la materia, puede convertirse toda la substancia del pan en toda la substancia del Cuerpo de Cristo.

Y por ser la materia el principio de individuación, todo este individuo señalado, que es la substancia particular, se convierte en otra substancia particular, por cuya razón se llama esta conversión substancial o transubstanciación.

Acaece, pues, en esta conversión lo contrario de lo que en las naturales, en donde, quedando entero el sujeto, se mudan los accidentes; pero aquí, transmudada la substancia, se quedan los accidentes sin sujeto, obrando el poder divino que, como causa primera, los sustenta sin la causa material, que es la substancia causada con este fin: que el Cuerpo y la Sangre de Cristo se tomen en especie ajena, por las razónes predichas. Y porque los accidentes refiérense a la substancia con cierta disposición, por eso las dimensiones se quedan sin el sujeto, y en las dimensiones mismas, como si fuesen sujeto, quédanse otros accidentes. Mas si en esas dimensiones no quedara otra substancia que la del Cuerpo de Cristo, pudiera haber duda de las fracciones de la Hostia consagrada, por ya estar glorificado el Cuerpo de Cristo y, por consiguiente, infrangibie. Luego al dicho rompimiento no puede quedar sujeto, ni fingirse otra cosa que subsista, porque ficción y verdad no caben a un mismo tiempo dentro de este Sacramento. De donde lo percibido en él por algún sentido todo es ahí verdadero; porque las cosas sensibles de suyo son cualidades, las cuales, como esta dicho, permanecen, como antes habían estado, en este Sacramento.

Por lo cual otros dijeron que hay cierta fracción ahí, sin sujeto; de donde nada se rompe. Mas ni esto puede decirse, porque siendo la fracción una especie de pasión, que junto a la cualidad tiene mas debilidad, no puede estar sin sujeto en este Sacramento, como ni la cualidad.

Luego lo que hay que decir es que la dicha fracción estriba, como en sujeto, en las dimensiones que quedan del pan y del vino, y que la dicha fracción no alcanza al Cuerpo de Cristo, porque en cada partecita de las rotas dimensiones todo entero permanece. Lo cual puede así considerarse: que el Cuerpo de Cristo esta en este Sacramento gracias a la conversión de la substancia del pan en Si mismo; empero no hay conversión por razón de dimensiones -pues las del pan permanecen-; mas por razón de substancia. De donde el Cuerpo de Cristo esta ahí por razón de su substancia, mas no de sus dimensiones, aunque ellas estén ahí por consecuencia, por cuanto no se separán de la substancia de El.

Por lo que a la naturaleza de la substancia concierne, toda entera en cada parte esta de las dimensiones. De donde así como antes de la consagración la verdad de la substancia hallabase toda entera, y asimismo en cada; parte de las dimensiones la naturaleza del pan; del mismo modo, después de la consagración, en cada parte del pan dividido hallase el Cuerpo de Cristo todo entero.

Mas ¿qué significa la fracción de la Hostia consagrada?

a) la Pasión de Cristo, por la que su Cuerpo fue a heridas hecho pedazos, según aquello: "taladraron mis manos y mis pies" (Ps 21).

b) la distribución de sus dones que de El procedieron (1Co 12).

c) las diferentes partes de la 1glesia; pues de los miembros de Cristo unos van de romeria todavía en este mundo; otros viven en la gloria cuanto al cuerpo y cuanto al alma, en companía de Cristo; finalmente otros esperan, al finalizar el mundo, la resurrección final; y éste es el significado de la Hostia tripartita.

Lo segundo, si esta frase: "esto es mi Cuerpo" es "verdadera o es falsa, pues parece lo segundo; puesto que la conversión del pan en Cuerpo de Cristo se hace acabando de proferir estas palabras; que entonces queda completa la significación de esta frase; ya que las formas de los sacramentos producen su efecto significando la cosa. De donde se sigue que, al principio de la frase, cuando se dice que ahí no se halla el Cuerpo de Cristo, sino sola la substancia del pan, que se indica por este pronombre Hoc, cuando es demostrativo de la substancia (en el texto queda incompleta la frase). Así que decir: "esto es mi Cuerpo" lo mismo es que si dijera: la substancia del pan es mi Cuerpo, lo que es falso a todas luces.

Esto dio pie a que algunos dijesen que estas palabras .las profiere el sacerdote de un modo recitativo y asimismo material, haciendo las veces de la persona de Cristo, y así la demostración de este pronombre Hoc no a la presente materia aplicase o se refiere, para con eso la frase, a tenor de la objeción, sea una falsa locución. :Pero eso no puede ser:

a) porque si esta frase no se aplica a la presente materia, no tiene que ver con ella, lo cual es falso; pues dice San Agustín: la palabra allégase al elemento, y se plasma el sacramento. Por donde es fuerza decir que "formaliter", formalmente hay que tomar estas palabras, refiriéndolas a la presente materia; las cuales las profiere el sacerdote en la persona de Cristo, de quien su virtud tomaron, a fin de mostrar que tanta eficacia tienen ahora como cuando Cristo las pronuncio; ya que "Ja virtud conferida a estas palabras no pierde su fuerza ni por la diversidad de tiempos ni por la variedad de ministros.

b) porque permanece la misma dificultad de cuando, por vez primera, estas palabras, las mismas, Jesucristo profirio.

De ahí lo que algunos dicen: que el sentido de esta frase es éste: "esto es mi Cuerpo", quiere decir, este pan designa mi Cuerpo, de modo que el hoc designe lo que esta al principio de la frase. Mas ni esto puede ser, ya que estas palabras no tienen mas resultado sino lo significado; en cambio, los sacramentos la imagen y la figura la truecan en realidad.

Segundo, por la secuela de que por esas palabras no se consiguiera mas sino que el Cuerpo de Cristo ahí estuviese como bajo de señal o signo, lo cual quedo arriba reprobado. Por tal razón otros dicen que el hoc la demostración hacela al entendimiento, y demuestra lo que se coloca al final de la frase, esto es, el Cuerpo de Cristo. Mas ni esto lleva camino, que entonces fuera el sentido de este modo: mi Cuerpo es mi Cuerpo, lo cual no se dice con estas palabras, pues seria antes de pronunciadas las de la consagración este dicho verdadero. Por tanto, habra que valerse de otra manera de hablar, porque al par que significan, también obrán las formas sacramentales, que con el significado conllevan su efecto obrado.

Ahora bien, en toda hechura es menester asentar algo comun por principio; mas en esta conversión no es lo comun una substancia, sino son los accidentes que quedan, como antes eran. Así que, en esta expresión, de parte del sujeto, no se pone el nombre, que significa cierta especie de substancia, sino se pone el pronombre, que significa substancia sin determinada especie. Por tanto, el sentido es éste: "Hoc, esto es, lo contenido bajo de estos accidentes, es mi Cuerpo"; que esto es lo que se hace con las palabras de la consagración; porque antes de ella lo que estaba contenido bajo de estos accidentes no era el Cuerpo de Cristo, mas por la consagración se hace ya Cuerpo de Cristo.

Lo tercero, conviene considerar como es propia y ajustada a este Sacramento esta forma; pues como esta dicho ya, no en el uso de materia consiste este Sacramento, sino en su consagración; la cual no llega a su hechura solo porque la materia consagrada reciba alguna virtud espiritual, mas porque, según su ser, se transubstancia en el Cuerpo de Cristo. Así que no pudo usarse de otra palabra mejor que del verbo substantivo, de suerte que se dijera: "Esto es mi Cuerpo"; ya que por esta expresión tiene significación el fin que significando se obra.

Por fin, al decir: "que por vosotros sera entregado", toca el misterio de este Sacramento, ya que es una representación de la divina Pasión, por la cual entrego por nosotros a la muerte su Cuerpo, según aquello: "entregué mis espaldas a los que me azotaban" (Is 50,6) y Ep 5,2: Se entrego El mismo por nosotros.

Y para dar a entender que hay que frecuentar este misterio, añade: "haced esto en memoria mia", trayendo a la memoria tan grande beneficio por el cual por vosotros me entregué a la muerte. De ahí lo de Jeremias: "Acuérdate de mi pobreza, de mi hiel y ajenjo" (Lm 3,19); y lo del Salmista: "Hizo un memorial de sus maravillas el misericordioso y clementisimo Señor, dio un manjar a los que le temen" (Ps 1 Ps 10,5).

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1Co 11,25-26)

Lección 6: 1Co 11,25-26

Declarase como fue la consagración del caliz en la misma Cena.

25. Y de la misma manera el caliz, después de haber cenado, diciendo: Este caliz es el nuevo testamento con mi sangre; haced esto, cuantas veces lé bebiereis, en memoria mia.
26. Pues todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis este caliz, anunciaréis la muerte del Señor hasta que venga.

Después de habernos narrado la institución de este Sacramento cuanto a la consagración del Cuerpo, el Apóstol prosigue en su narración cuanto a la consagración de la Sangre, en que hay que atender al orden de la institución y a las palabras al decir: este caliz, etc. Orden quiere aquí decir:

primero concomitancia de ambas especies al decir: y de la misma manera el caliz, pues ambas a dos se requieren para que este Sacramento sea perfecto y cabal, así por la perfección del manjar o refección, y la representación de la Pasión, como también -ya se dijo- porque la salud se obre en el alma y el cuerpo.

Mas si en este Sacramento primero el Cuerpo de Cristo se consagra, y luego la Sangre, se siguiera, al parecer, que el Cuerpo de Cristo, no estando aun consagrada la Sangre, en este Sacramento estuviese exangüe. Viendo esta dificultad, para obviarla unos dijeron que se andan con miramiento para obrar estas dos formas, de suerte que la primera forma de consagración, la del Cuerpo, no surte su efecto hasta que la de la Sangre, complemento y perfección, da por conclusa la acción. Como asimismo se dijo que hasta que se acaban de proferir las palabras de la consagración del Cuerpo no surten éstas su efecto.

Pero parecida no es una cosa a la otra; porque en la consagración del Cuerpo de Cristo, hasta tanto que no han sido proferidas las palabras todas de la forma, lo significado no es perfecto y acabado. Y porque significando hacen lo que significan, por tal razón las palabras sacramentales no pueden surtir efecto antes de ser proferidas. Ya entonces tienen ellas -las de la consagración del pan- plena significación, aun antes de proferidas las palabras de la consagración de la Sangre y, por tanto, es necesario que aun desde entonces produzcan su efecto. De otra suerte el sacerdote pecaria si luego de consagrar alzara, para que el pueblo la adore, una hostia no consagrada, a no ser que ahí estuviera el Cuerpo de Cristo, porque induciria al pueblo a la idolatria. Conclusión: que hay que decir que antes de la consagración de la Sangre esta en este Sacramento el Cuerpo de Cristo, pero no sin sangre.

Porque es de saber que en este Sacramento el modo de estar es doble: uno por concomitancia, otro por consagración, por virtud de sus palabras. Este se refiere al término de la conversión del pan y del vino, tal como lo significa la forma de la consagración, y así, debajo de la especie del pan hallase el Cuerpo de Cristo.

Por real concomitancia esta algo en la Eucaristia, como esta en este Sacramento la divinidad del Verbo por la indisoluble unión del mismo al Cuerpo de Cristo, aunque no se trueque de ningun modo la substancia del pan en la divinidad. Por semejante manera hallase ahí el alma, que esta unida al mismo Cuerpo realmente. Empero si en los tres dias en que estuvo muerto Cristo, alguno de los Apostoles hubiese consagrado su Cuerpo, no hubiese estado ahí el alma, separada por entonces realmente del Cuerpo.

Lo mismo habra que decir de la Sangre; pues por virtud de la consagración, debajo de las especies de pan, hallase el Cuerpo de Cristo, en el que se trueca la substancia del pan. Empero la Sangre esta ahí por real concomitancia, porque entonces realmente la Sangre de Cristo no esta de su Cuerpo separada- y por la misma razón esta la Sangre de Cristo debajo de la especie de vino por virtud de la consagración; mas el Cuerpo esta también allí por real concomitancia, de suerte que todo Cristo esta entero en cada especie.

Mas si cuando la Pasión, cuando la Sangre de Cristo fuera de su Cuerpo estaba, hubiese este Sacramento consagrado algún Apóstol, bajo de especie de pan estuviese solo el Cuerpo de Cristo exangüe, y bajo de especie de vino solo la Sangre de Cristo.

Lo s&gundo a que, en el orden, hay que prestar atención, es la comparación con las viandas materiales, que lo habían antecedido, cuando añade: "después de haber cenado", lo cual parece que adrede anadio; pues Cristo les dio su Cuerpo en medio de una cena. De ahí lo de San Mateo 26,26, que: "mientras estaban cenando tomo Jesús pan", etc. Pero su Sangre la dio precisamente después de la cena. Por lo cual en San Lucas 22,20 se dice: Del mismo modo tomo el caliz después que hubo cenado, diciendo: etc. Y la razón es porque el Cuerpo de Cristo representa el misterio de la Encarnación, que sucedio estando aun en vigor las legales observancias, la principal de las cuales era la cena del cordero pascual. Pero la Sangre de Cristo, de intento, en el Sacramento, representa la Pasión, por la cual se derramo, y por la cual se acabaron todas las observancias legales.

De donde dice en Hebreos que "en el santuario del cielo entro una sola vez para siempre, con la sangre propia, habiendo obtenido una eterna redencion" (He 9,12). A continuación pone las palabras, diciendo: "este caliz"... , con las que demuestra la verdad de este Sacramento y prescribe su uso. La expresión: "este caliz. .. " puede tomarse ora en sentido metaforico, ora en sentido metonimico. De este modo, es a saber, poniendo lo continente por lo contenido, es como si dijera: lo contenido en este caliz, expresión mas apropiada1 para la consagración del vino, que por ser liquido ha menester de un recipiente que lo contenga. En la consagración del pan no acontece lo mismo, que por seco es para si propio receptaculo.

En sentido metaforico, de arte que quiera decir: como el caliz embriaga y perturba, de modo semejante la pasión. De ahí lo que dijo a Santiago y a Juan: "¿podéis beber el caliz que Yo he de beber?" (Mt 20,22); y también: "pase de Mi este caliz" (Mt 26,39). Así que el sentido es éste: "este caliz, esto es, lo contenido en este caliz, o esta pasión mia, es el nuevo testamento con mi sangre".

Asimismo testamento en la Sagrada Escritura o bien se emplea por cualquier pacto o convenio, y esto es lo mas general, o, de modo mas estricto, por lo que mira a la herencia. En el sentido de pacto, confirmado por testigos, Dios con el género humano lo concerto de dos modos: en el orden temporal, o con promesa de bienes y liberación de males (el Antiguo Testamento); o con promesa de bienes y liberación de males, pero en orden superior, espiritual (el Nuevo Testamento). De ahí lo de Jeremias: "haré una nueva alianza con la casa de 1srael y con la casa de Juda: alianza, no como aquella que contraje con sus padres el dia que los tomé por la mano para sacarlos de la tierra de Egipto... mas ésta sera la alianza que Yo haré: imprimiré mi ley en sus entranas... y Yo seré su Dios, y ellos serán el pueblo mio" (31,31).

Entre los antiguos era costumbre, para confirmar el pacto, verter sangre de animales. De ahí lo que se lee en el Génesis: que, luego de establecida entre Laban y Jacob una alianza, "e inmoladas victimas en el monte, convido éste a comer a sus hermanos" (32,54). De donde también Moisés rocio al pueblo con la sangre que tomo de los becerros inmolados diciendo: "ésta es la sangre de la alianza que el Señor ha contraido con vosotros" (Ex 24,6). Así que, como con simbolica sangre de toros fue confirmado el Antiguo Testamento o pacto, así el Nuevo fue confirmado con la Sangre de Cristo, que derramo en la Pasión; y así es como en este caliz se contiene el Sacramento.

La otra acepción de testamento es la de disposición hereditaria, que es necesario confirmar, según las leyes, con cierto numero de testigos. No así la del testamento que no se recibe sino con la muerte, pues, como dice el Apóstol: "el testamento no tiene fuerza sino por la muerte del que lo otorgo; de otra suerte no vale mientras tanto que vive el que testo" (He 9,17). Ahora bien, disposición de alcanzar la herencia eterna es lo que Dios hizo primero, mas en sombra y en figura de bienes temporales, lo cual pertenece al Antiguo Testamento. Luego en pos expresamente, prometiendo esa herencia eterna, hizo el Nuevo Testamento, que por la Sangre de Cristo muerto recibio su fuerza. Por eso dice el Señor: "este caliz es el nuevo testamento con mi Sangre", como si dijera: por lo contenido en el caliz (de salud) se hace rememoración del Nuevo Testamento confirmado con la Sangre de Cristo.

Pero conviene advertir que las palabras que aquí pone el Apóstol las mismas pone San Lucas, mas con esta anadidura: "que sera derramada por vosotros" (22,20); pues San Lucas de San Pablo fue discipulo y lo tomo por dechado al escribir su Evangelio. San Mateo, en cambio, escribe: porque ésta es mi Sangre del nuevo testamento, la cual sera derramada por muchos para remisión de los pecados" (26,28). Las mismas palabras pone San Marcos: "ésta es la Sangre mia, del nuevo testamento, la cual sera derramada por muchos" (14,24).

A este propósito dicen algunos que de estas palabras, con tal que las traiga el Canon, cualquiera forma que se use basta para consagrar. Pero es mas probable que solo se consagra con las palabras que usa la 1glesia por tradición apostolica; porque el intento de los Evangelistas al referir las palabras del Señor no fue otro que el tocante a la historia; no el ordenado a la consagración .de los sacramentos, que a puerta cerrada, por los infieles, celebraban en la primitiva 1glesia. De ahí lo que dice Dionisio: no es licito poner por escrito invocaciones con virtud perfectiva, ni sacar a plaza del rincon oculto lo misterioso de ellas antes que Dios obre en ellas sus maravillas (In ult. cap. Eccl. hierarch.).

Pero acerca de estas palabras usadas por la 1glesia para la consagración del vino, en opinión de algunos, no todas son de absoluta necesidad para la validez de la forma, sino solo éstas: "éste es el caüz de mi sangre"; no así lo restante: "del nuevo y eterno testamento, misterio de fe, que sera derramada por vosotros y por muchos para remisión de los pecados". Pero no parece bien tal opinión, pues todo lo que se sigue es una determinación del predicado. Luego a la significación déla misma locución o sentencia pertenece. Y porque, como se ha dicho muchas veces, las formas de los sacramentos, a par de significar, obrán al significar, la locución toda entera a la forma pertenece para su fuerza efectiva. Ni empece a este razónar el reparo que atraviesan: que en la consagración del Cuerpo es suficiente decir: "esto es mi Cuerpo", porque la Sangre, consagrada por su lado, representa de modo especial la Pasión de Cristo, por la cual su Sangre quedo separada del Cuerpo y, por consiguiente, en la consagración de la Sangre era conveniente se expresase la virtud de la Pasión de Cristo:

Primero, respecto de nuestra culpa, que ella borra, según el Apocalipsis 1,5: "nos lavo con su Sangre de nuestros pecados"; y a eso se refiere lo que dice: "que sera derramada por vosolros y por muchos para remisión de los pecados". Que en verdad fue derramada para perdon de los pecados, no solo por muchos, sino también por todos, según lo de San Juan: "y E! mismo es la victima de propiciación por nuestros pecados; y no tan solo por los nuestros, sino también por los de todo el mundo" (1Jn 2,2). Mas porque algunos se tornan indignos de recibir tal efecto, cuanto a su eficacia se dice que se derrama por muchos, en quienes surte su efecto la Pasión de Cristo. Empero señaladamente dice "pro vobis et pro multis", por vosotros y por muchos, porque este Sacramento vale para perdonar los pecados a los que lo toman a modo de Sacramento; lo cual señaladamente se hace notar, al decir: por vosotros, esto es, a quienes había dicho: tomad. Vale también, a modo de sacrificio, a muchos que no lo toman, y por quienes se ofrece; lo cual se da a entender, al decirse: "y por muchos".

Segundo, por comparación con la vida de justicia, a la que da ser por la fe, según dice a los Romanos: "siendo justificados gratuitamente por la gracia del mismo, en virtud de la redención que todos tienen en Jesucristo, a quien Dios propuso para ser victima de propiciación en virtud de su Sangre por medio de la fe" (3,24). En lo tocante a esto dice: Misterio, esto es, lo que la fe tiene oculto, porque en todos los sacrificios del Antiguo Testamento la fe de la Pasión de Cristo estaba oculta, como la verdad en la figura. Y esto, por no hallarse en el canon de la Escritura, lo ha recibido la 1glesia por tradición apostolica.

Tercero, respecto de la vida gloriosa, en la que por la Pasión de Cristo tiene uno entrada, según aquello de Hebreos: "teniendo la firme esperanza de entrar en el santuario del cielo por la Sangre de Cristo" (He X,19). Y cuanto a esto dice: "del nuevo y eterno testamento". Eterno, porque la disposición es sobre la herencia eterna; nuevo, para distinguirlo del antiguo, que prometia bienes temporales. De ahí lo de Hebreos: "y por eso es mediador de un nuevo testamento, a fin de que mediante su muerte... reciban la herencia eterna prometida a los que han sido llamados de Dios" (He 1X,15).

-"Haced esto... ". Prescribe el uso de este Sacramento, diciendo: "haced esto, cuantas veces lo hagais, en memoria mia", esto es, de mi Pasión. De ahí lo de Jeremias: "de continuo tengo en la memoria estas cosas" (Lm 3,20); y lo de Is 63,7: "me acordaré de las misericordias del Señor".

Por las razónes sobredichas debe ponerse en el caliz principalmente vino; pero también agua; porque es probable que en la ultima cena Cristo haya dado a sus discipulos vino mezclado con agua, según la costumbre de aquella tierra, donde todos beben vino mezclado con agua, para que con ésta se mitigue su fuerza. "Bebed el vino que os he mezclado" (Pr 9,2), dice la Sabiduría.

Con todo eso, el agua mezclada con vino significa al pueblo cristiano unido a Cristo por la pasión, según el Apocalipsis 17,15: "las aguas son los pueblos"; y la participación de la Sangre de Cristo por los fieles pertenece al uso del sacramento, que no es de necesidad en este Sacramento. Mas puede el vino consagrarse sin agua, bien que, por no guardar el rito de la 1glesia, cometa pecado el que así consagre. Por tanto, si el sacerdote, antes de consagrar, advierte que no le echo agua al caliz, debe echarsela. Si después de consagrar lo advierte, no debe echarsela, sino seguir adelante y dar fin al Sacramento; pues después de consagrar no hay nada ya que mezclar a la Sangre de Cristo; puesto que hubiera peligro de que el vino consagrado con semejante mixtura se alterase de algún modo, y eso seria crimen de sacrilegio.

Ahora bien, dicen algunos que, como hubiese salido Sangre y agua del costado de Cristo colgado en la cruz (Jn 19,34), si el vino se torna Sangre, así el agua agua se torne. Mas de lo uno no se sigue lo otro, ya que esa agua era figura del lavatorio que hace el Bautismo. Por cuya razón, dicen otros que, convertido ya el vino en Sangre, quédase el agua tal cual, bien que envuelta y rodeada del vino en sus accidentes. Pero tampoco esto esta bien, porque antes de consagrarse se le mezcla el agua al vino, cuando éste por consagrar no difiere de otro vino. Luego no se queda aparte el agua sino se mezcla y, por tanto, hay que decir que el agua se trueca en vino, y este vino todo en la Sangre de Cristo. Por tal razón es costumbre echar un poquito de agua, sobre todo si el vino es débil, que no puede, si no es poca, convertir el agua en si.

Explica, en fin, lo ya dicho: "haced esto en memoria mia", diciendo: "pues todas las veces que comiereis este pan... ". Dice pan, por las especies remanentes; y este, por el Cuerpo significado y contenido numéricamente el mismo. "Y bebiereis este caliz, anunciaréis la muerte del Señor, representandola por este Sacramento, hasta que venga", esto es, hasta su ultima venida, dando a entender con esto que este rito de la 1glesia no cesara hasta el fin del mundo, según lo de San Mateo: "he aquí que Yo estoy con vosotros hasta la consumación de los siglos" (28,20) y lo de San Lucas: "no pasara esta generación, es a saber, la de la 1glesia, hasta que todo se cumpla" (21,32).


Aquino: I Corintios 47