Aquino: 2a Timoteo 15

15
(
2Tm 4,9-22)

LECTIO 3: Ad 2 Timotheum 4,9-22

Ordénale Pablo a Timoteo que venga, porque en breve morirá y ya casi todos lo han desamparado; por último, despidiéndose, le desea la gracia.

Festina ad me venire cito.9. Demás enim me dereliquit diligens hoc saeculum, et abiit Thessalonicam.10. Crescens in Galatiam, Titus in Dalmatiam.11. Lucas est mecum solus. Marcum assume et adduc tecum; est enim mihi utilis in ministerio.12. Tychicum autem misi Ephesum.13. Penulam quam reliqui Troade apud Carpum, veniens affer tecum et libros, máxime autem membranas.14. Alexander aerarius multa mala mihi ostendit; reddet Mi Dominus secundum opera eius.15. Quem et tu devita. Valde enim restitit verbos nostris.16. 1n prima mea defensione nemo mihi affuit, sed omnes me dereliquerunt; non illis imputetur.17. Dominus autem mihi astitit, et confortavit me, ut per me praedicatio impleatur, et audiant omnes gentes, quia liberatus sum de ore leonis.18. Liberavit me Dominus ab omni opere malo, et salvum faciet in regnum suum caeleste; cui gloria in saecula saeculorum. Amen.19. Soluta Priscam et Aquilam, et Onesiphori domum.20. Erastus remansit Corinthk Trophymum autem reliqui infirmum Mileti.21. Festina ante hyemem venire. Salutant te Eubulus, et Pudens, et Linus, et Claudia, et fratres omnes.22. Dominus 1esus Christus cum spiritu tuo. Gratia vobiscum. Amen.

Ruégale lo visite, y primero lo llama a sí, dale a conocer su estado y acaba su carta con saludos. Y al mandarle que venga le indica que se acompañe de Marcos y traiga consigo la capa que dejó en Tróade. Explícale asimismo por qué debe venir, porque Demás lo ha dejado. Dícele pues: ya que estoy con un pie en el estribo para salir de este mundo, "date la mayor prisa en venir a mí"; y esto para mutuo consuelo y para que le ayudase a predicar el Evangelio, que era el clavo que traía atravesado en el corazón en sus cadenas (Pr 18). La causa de haberlo llamado era porque se veía desamparado de la debida compañía; y primero de la de uno que por culpa suya se había ausentado; segundo, de la de otros, a quienes había enviado a predicar. Dice pues: "Demás me ha desamparado, por el amor de este siglo", esto es, antepuso a mi amor el del siglo (1Jn 1). Crescenie, cierto discípulo, partió para Saiacia, por orden del Apóstol. Tito, enviado también por él, para Dalmacia, donde según se dice, acabó Obispo. (Jb 38). "Sólo Lucas está conmigo". Lo retuvo consigo para predicar el Evangelio, en cuyo arte tuvo gracia particular (2Co 8,18).

Y cuando dice: "toma a Marcos y traétele contigo", le señala un compañero. Este Marcos, por otro nombre Juan, era sobrino de Bernabé. En Ac 15,37, se dice que Bernabé quería llevar consigo a Marcos, y Pablo no quería, por cuya causa resultaron diferencias entre ellos; y la disensión entre los dos vino a parar en que se apartaron uno de otro. Pero en esta ocasión que lo traiga Timoteo, "porque me es del caso para el ministerio evangélico".

-"Cuando vengas, tráete contigo la capa que dejé en Tróade, en casa de Carpo", un cierto santo. La pénula, según San Jerónimo, era un volumen de la ley, a modo de rodillo, envuelto en papel; o una especie de vestidura; según San Crisóstomo, era un vestido común, y como el Apóstol en Roma estaba pobre, sin recibir de otros, por eso quiso que le llevasen vestidos. Haymón dice que era una vestidura especial, como librea o insignia de nobleza. De aquí que Pablo se dijera ciudadano romano (Ac 22); porque el padre de Pablo estaba al servicio de los romanos en Tarso de Cilicia, y la toga era la insignia consular; y su padre quizá era cónsul en ese lugar. O llámase pénula la talega donde se llevaban los libros, como parece por lo que sigue: y los libros. Mas ¿qué necesidad tenía el Apóstol de libros, lleno como estaba del Espíritu Santo?

Además, ya estaba para morir. Respondo: por 2 razones: la. para consolarse con su lectura (1M 12); que son buen remedio contra las tribulaciones; o dícelo para que no se perdiesen sino los heredasen los fieles. Asimismo, porque, cuanto más se avecinaba a la muerte, tanto más se entregaba al servicio de las Escrituras, o tanto más se dedicaba al ejercicio de escribir; como se cuenta de San Ambrosio que hasta el último aliento no cesó de escribir y murió rasgueando con la pluma el Ps 47: "el Señor es excelso, terrible, el gran Rey sobre toda la tierra". -"mayormente los pergaminos". Son papeles no escritos, o cédulas donde había escrito sus cartas o sus sermones.

-"Alejandro, el calderero, me ha hecho mucho mal". Habla de los acontecimientos pasados y presentes, de parte de los hombres y de parte de Dios; y lo. de cierto fulano que le llevaba la contra; 2o. de la negligencia de los que no le ayudaban. Asimismo echa por delante la culpa de su inicuo impugnador, y señala la pena que le caerá encima, y cómo aun la Iglesia le aplicará un castigo. Parece que este Alejandro era de oficio calderero o tesorero del erario, y de los que dijeron que los preceptos legales eran de necesidad para salvarse (1Tm 1); y dicen algunos que éste es el que, según los Hechos, cp. 19, concitó un motín contra el Apóstol; pero el nombre disuena, porque aquel es Demetrio, éste Alejandro, aquél en Éfeso, éste vivió en Roma. Y añade: "muchos males me ha mostrado". Advierte que no dice hizo, sino mostró, porque los impíos pueden mostrar contra los justos la perversidad de su ánimo, mas no siempre les queda henchido y satisfecho (Jr 1 Jb 5).

Luego al decir: "el Señor le dará el pago conforme a sus obras", pone su pena futura, pero advierte que no pone el tiempo optativo reddat, sino que dice reddet, con lo que se significa que Dios tiénele preparada su pena, lo cual preveía el Apóstol por su pertinacia (Ps 61). Con todo, como esta pena que le está reservada, sea futura, también la Iglesia debe castigarlo con la excomunión. Por eso añade: "guárdate tú también de él" y evita su compañía (Tt 3,10), cual de tocado de la herejía, "porque se ha opuesto sobremanera a nuestra doctrina" (Ac 7).

A continuación señala la negligencia de los que no le ayudaron, reprende su culpa y les implora el perdón: "ruego a Dios que se lo perdone". Dice pues: "en mi primera defensa nadie me asistió, antes todos me desampararon". Dice la Glosa que el Apóstol mucho lidió contra el perverso doctor Alejandro y que en persona nadie le asistió; mas no parece ser tal el sentido, porque este Alejandro no era de tantas agallas o de tanto tomo que necesitase el Apóstol del auxilio ajeno para habérselas con él; sino más bien el de los Hechos 25, que "habiendo interpuesto Pablo apelación, fue enviado a Roma", y, por tanto, fue menester le presentasen al César para que su causa se ventilase en su presencia, y los Judíos la emprendieran contra él; y esto es lo que el Apóstol llama su primera defensa, en la que sus discípulos lo desampararon, por míedo a ser castigados por el cruel Nerón (Si 51 Is 63). Mas pudiera alegarse que esto sucedió porque desde el principio nadie se enteró; pero esto es falso, más todavía, por cierta pusilanimidad se retiraron (Ps 87 Jb 6). Mas porque por flaqueza así lo hicieron, ruega por ellos, y no los excomulga, diciendo: "Dios se ¡o perdone" (Lc 6).

-"Mas el Señor me asistió". Muestra de parte de Dios el auxilio que le prestó y el efecto que se siguió. Dice pues: todos me desampararon; mas, donde falta el hombre, presto está y aparejado Dios (Ps 24). Por eso dice: "el Señor me asistió", a saber, para ayudarme (Jr 20 Ps 15). ¿Cómo? "y alentó" dándome esfuerzo para no quedar suspenso y atónito delante del César (Ez 3). Y esto "para que yo acabase de predicar"; que tiene su cumplimiento cuando lo que de boca se dice se ¡leva a ejecución por la obra y a muchos llega su sonido.

-"y me oyesen todos los gentiles". Pónese el efecto del auxilio divino, cuanto a lo pretérito y cuanto a lo futuro, y da gracias. Cuanto a lo pasado es doble el beneficio, a saber, sacándolo a paz y a salvo de culpa y de pena. Dice pues: el Señor me asistió, y por eso en esa ocasión me vi libre, porque no fui condenado por el César, antes me dio permiso de ir a donde quisiera. Por eso dice: "y me oyesen todos los gentiles", a saber, para que se esforzasen, con su ejemplo, y lo viniesen a ver (Ps 95); y bajasen la cresta de su soberbia los insolentes judíos. Y añade: "y fui librado de la boca del león", esto es, de la crueldad de Nerón (Pr 19); que "león rugiente y oso hambriento es un príncipe impío que reina sobre un pueblo pobre" (Pr 28,15). Fue librado también de culpa; de donde dice: "el Señor me libró de todo pecado"; porque algunos se ven libres de pena, que incurren en la culpa de negar la fe. "Me arrebató de mi enemigo fortísimo y de los que me odiaban, que eran más fuertes que yo" (Ps 17,18). Y esto como don de Dios. "Llegué a entender que no podría ser continente si Dios no me lo otorgaba" (Sg 8,21). En lo futuro "me conducirá a su reino celestial" (Is 45 Lc 22 Mt 5). Por todo lo cual le da gracias: "A El sea dada la gloria por los siglos de los siglos. Amén".



LAUS DEO







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