DEPUIS LE JOUR

 

A los obispos y clero de Francia

8 de septiembre de 1899

 

Vuelve de nuevo León XIII a señalar, como el año anterior lo hiciera en carta al general de los franciscanos, el peligro del modernismo naciente, que, so capa de apologética, amenazaba con destruir la inspiración y el carácter sobrenatural de la Sagrada Escritura. El Papa insiste una vez mas en las enseñanzas de la encíclica Providentissimus y recomienda a los profesores que las den a conocer a sus alumnos.

 

A propósito del estudio de las Sagradas Escrituras, Nos llamamos de nuevo vuestra atención, venerables hermanos, sobre las enseñanzas que dábamos en nuestra encíclica Providentissimus Deus, de las cuales deseamos que los profesores den conocimiento a sus alumnos, añadiendo las explicaciones necesarias. Que los pongan especialmente en guardia contra ciertas tendencias inquietantes que tratan de introducirse en la interpretación de la Biblia, y que, si llegaran a prevalecer, no tardarían en destruir su inspiración y su carácter sobrenatural. Bajo el especioso pretexto de quitar a los adversarios de la palabra revelada la exclusividad de los argumentos que parecerían irrefutables contra la autenticidad y la veracidad de los libros santos, algunos escritores católicos han considerado hábil tomar estos argumentos por su cuenta. En virtud de esta extraña y peligrosa táctica, vienen trabajando con sus propias manos para abrir brechas en las murallas de la fortaleza que tenían la misión de defender. En nuestra encíclica mencionada, así como en otro documento, Hemos hecho justicia contra estas peligrosas temeridades. Aun animando a nuestros exegetas para que estén al corriente de los progresos de la critica, hemos mantenido firmemente los principios sancionados en esta materia por la autoridad tradicional de los Padres y de los concilios, renovadas en nuestros idas por el concilio Vaticano.