CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA

AÑO C

COMISIÓN EPISCOPAL DE ENSEÑANZA Y CATEQUESIS SUBCOMISIÓN EPISCOPAL PARA LA CATEQUESIS

INDICE

Adviento

Navidad

Cuaresma

Santo Triduo Pascual

El Tiempo Pascual

Tiempo Ordinario

Solemnidades

PRESENTACIÓN (inicio)

Ofrecemos con humilde esperanza este instrumento principalmente orientado a quienes tienen la responsabilidad de preparar la homilía dominical y festiva; y también útil como guía para una lectura del propio "Catecismo de la Iglesia Católica" encuadrada en el marco del tiempo litúrgico y de las perícopas bíblicas que se asignan al Año C del ciclo trienal celebrativo.

Se inicia con este libro la consecución de una acción que nos fue encomendada para el trienio 1993-1996 en orden a la recepción del Catecismo en España: "Elaboración de ayudas para la predicación dominical y festiva aportando, en relación con sus textos bíblicos, las referencias del Catecismo de la Iglesia Católica que tienen relación con dichos textos". Este objetivo nos fue recomendado expresamente por la LX Asamblea Plenaria de los Obispos, cuando nos alentaba a prestar servicios para "la promoción de una catequesis profundamente eclesial que parte de la comunión y memoria de la Iglesia y tiende a ella".

En qué consiste el presente instrumento se explica con claridad y amplitud en su introducción. Ha sido elaborado por un equipo presidido por un Obispo, del que han formado parte Mons.

José M.a Eguaras, liturgista y durante tantos años Vicesecretario del Episcopado Español; D. Francisco Ferrer Luján, catequeta y Vicario Episcopal del Arzobispo de Valencia; el P. José Antonio Goenaga S.J., liturgista y Profesor de la Facultad de Teología de Deusto; y D. Manuel del Campo Guilarte, Profesor ordinario del Centro de Estudios Teológicos "San Dámaso" de Madrid y Director del Secretariado Nacional de Catequesis.

A todos ellos el agradecimiento más profundo de la Comisión Episcopal de Enseñanza y Catequesis.

15 de actubre de 1994

José Manuel Estepa Llaurens Arzobispo Presidente de la Subcomisión Episcopal de Catequesis

INTRODUCCIÓN (inicio)

1. Homilía y Catequesis

2. Homilía y Catecismo

a) La Tradición viva en la Iglesia

b) La confesión de la fe en lo sustancial

c) Exposición orgánica

d) Adaptación necesaria

3. Esquema general del ciclo «C»

«Pido... a los pastores de la Iglesia y a los fieles, que reciban este Catecismo con un espíritu de comunión y lo utilicen constantemente cuando realizan su misión de anunciar la fe y llamar a la vida evangélica» (Juan Pablo II, Const. Apost., Fidei Depositum, 4).

«En la homilía se exponen durante el ciclo del año litúrgico, a partir de los textos sagrados, los misterios de la fe y las normas de la vida cristiana» (Vaticano II, Sacrosantum Concilium, 52)

«El sacerdote debe ser el primero en tener una gran familiaridad personal con la Palabra de Dios; no le basta conocer su aspecto lingüístico o exegético, que es también necesario; necesita acercarse a la Palabra con una conexión dócil y orante, para que ella penetre a fondo en sus pensamientos y sentimientos, y engendre dentro de sí una mentalidad nueva: la mente de Cristo (l Co 2,16), de modo que sus palabras, sus opciones y sus actitudes sean, cada vez más una transparencia, un anuncio y un testimonio del Evangelio... El no es el dueño de esta Palabra: es su servidor. El no es el único poseedor de esta palabra: es deudor ante el Pueblo de Dios. El anuncia la Palabra en su cualidad de ministro, partícipe de la autoridad profética de Cristo y de la Iglesia. Por esto, por tener en sí mismo y ofrecer a los fieles la garantía de que transmite el Evangelio en su integridad, el sacerdote ha de cultivar una sensibilidad, un amor y una disponibilidad particulares hacia la Tradición viva de la Iglesia y de su Magisterio, que no son extraños a la Palabra, sino que sirven para su recta interpretación y para custodiar su sentido auténtico». (Juan Pablo II, Pastores dabo vobis, 26).

Estos tres textos presentan el objetivo de esta obra.

Es una ayuda a los sacerdotes para la preparación de las homilías de los domingos y solemnidades. Un subsidio para el anuncio de la fe y la llamada a la vida evangélica que se realiza en la homilía, lugar propio de la liturgia.

Un auxilio que quiere ser garantía de un recto ejercicio del ministerio de la Palabra, ya que ofrece el Catecismo de la Iglesia Católica que «es una exposición de la fe de la Iglesia y de la doctrina católica, atestiguadas o iluminadas por la Sagrada Escritura, la Tradición apostólica y el Magisterio eclesiástico» (FD, 4).

El Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal Española Para que el mundo crea (l994-l997) señala la catequesis y la predicación como dos de los sectores más importantes en los que se ha de buscar expresamente el servicio a los objetivos comunes de la pastoral de evangelización propuesta por el Episcopado español para este trienio.

En la catequesis y en la predicación es necesario «asumir cada vez más hondamente el Catecismo de la Iglesia Católica, tanto en sus contenidos como en sus criterios inspiradores, en todos los procesos de formación cristiana».

Asumir el Catecismo de la Iglesia Católica posibilita que la acción catequética y la predicación sean verdaderamente evangelizadoras y busquen «por encima de todo la verdadera conversión de las personas a Dios, a Jesucristo, a la vida cristiana en todos sus exigencias de seguimiento, vida espiritual, testimonio y responsabilidades apostólicas y sociales» (Para que mundo crea, pág. 32).

Con esta convicción ofrecemos este servicio pastoral. Creemos que es un buen instrumento para renovar la predicación homilética e «impulsar una predicación más adecuada a las exigencias actuales del servicio a la fe de nuestro pueblo y de una verdadera evangelización» (Para que el mundo crea, pág.32)

1. Homilía y Catequesis

La exhortación apostólica del Papa Juan Pablo II Catechesi Tradendae, 48, trata de la homilía como uno de los momentos para la catequesis en el sentido amplio del término:

«La homilía vuelve a recorrer el itinerario de fe propuesto por la catequesis y la conduce a su perfeccionamiento natural»

La catequesis se realiza en una comunidad cristiana en lugares y ámbitos distintos, y utiliza diversos métodos, pero tiende siempre a la celebración litúrgica. La homilía interviene como nexo entre el itinerario recorrido y la liturgia que se celebra.

«La homilía impulsa a los discípulos del Señor a emprender cada día su itinerario espiritual en la verdad, en la adoración y en la acción de gracias. En este sentido, se puede decir que la pedagogía catequética encuentra, a su vez, su fuente y su plenitud en la Eucaristía dentro del horizonte completo del año litúrgico»

La homilía no es solo un nexo para que la acción evangelizadora de la catequesis culmine en la liturgia, sino que lo es también para que la liturgia celebrada sea fuente de la vida cristiana.

«La predicación centrada en los textos bíblicos debe facilitar entonces, a su manera, el que los fieles se familiaricen con el conjunto de los misterios de la fe y de las normas de la vida cristiana»

La homilía es un forma de catequesis sistemática, siguiendo el año litúrgico, y a partir de la Palabra de Dios proclamada en la celebración. Es una forma peculiar litúrgica de educar en la fe. Su nota más sobresaliente es «lo que hace de ella un acto sacramental que pertenece por entero a la misma dinámica de la presencia de la Palabra de Dios en la liturgia. La homilía no cumple únicamente la función de anunciar a Cristo, explicar las Escrituras o instruir al pueblo, sino que hace todo esto en el ámbito propio del culto litúrgico y de los signos sacramentales» (Comisión Episcopal de Liturgia, Partir el pan de la palabra, n.o 10).

Esta descripción de la función que tiene la homilía en la educación de la fe del pueblo cristiano queda iluminada por la experiencia histórica del Catecumenado.

El Catecumenado en la iniciación cristiana de adultos fue en los primeros siglos de la Iglesia un tiempo de catequesis acomodado al año litúrgico. La celebración litúrgica incidía en el programa catequético pero no lo suplía, y la catequesis culminaba en celebración.

De los cuatro caminos que componen el catecumenado la catequesis o enseñanza, el ejercicio en la práctica de la vida cristiana, la liturgia, y el aprendizaje en el apostolado el Ritual de la Iniciación Cristiana de Adultos en sus observaciones previas señala que «por una catequesis apropiada, dirigida por sacerdotes, diáconos o catequistas y otros seglares, dispuesta por grados, pero presentada íntegramente, acomodada al año litúrgico y basada en las celebraciones de la palabra, se va conduciendo a los catecúmenos no sólo al conveniente conocimiento de los dogmas y de los preceptos sino también al íntimo conocimiento del misterio de la salvación, cuya aplicación desean» (R.I.C.A., Observaciones previas, 19,1).

Esta obra, preparada por la Subcomisión Episcopal de Catequesis parte de la convicción de que Catequesis y Liturgia han de estar íntimamente relacionadas en la misión pastoral de la Iglesia, y que la homilía es la actividad principal del ministerio pastoral de los sacerdotes para establecer ese nexo.

2. Homilía y Catecismo

El más utilizado anexo al Catecismo Romano del Concilio de Trento tiene como título: «Práctica del Catecismo, o sea, el Catecismo distribuido entre todas las dominicas del año, algunas ferias y fiestas del Señor, y acomodado a los evangelios». Fue un texto auxiliar de la formación teológica de los párrocos en su misión de instruir al pueblo.

¿Nos encontramos hoy ante el Catecismo de la Iglesia Católica con la necesidad de que llegue al pueblo cristiano un catecismo destinado directamente a los pastores y, por ellos, al pueblo? ¿Existe hoy la necesidad de hacer llegar a todos los católicos el Catecismo de la Iglesia Católica para que se eduquen en la fe? Creemos que sí. El texto ya citado de la Constitución Fidei Depositum pone el Catecismo en manos de los pastores «para que lo utilicen constantemente cuando realizan su misión de anunciar la fe y llamar a la vida evangélica», no solo para su formación teológico-pastoral, ni solo para elaborar otros catecismos menores. Debe llegar a todos los sujetos del anuncio de la fe y de la vocación cristiana. La homilía es para ello una acción evangelizadora privilegiada en el marco de la liturgia cualitativa y cuantitativamente. La homilía es escuchada semanalmente por casi un tercio de la población católica en España.

2.1. Las Constituciones del Concilio Vaticano II Dei Verbum y Sacrosantum Concilium nos sugieren el modo de incorporar el Catecismo de la Iglesia Católica a la predicación homilética. Modo muy distinto al del citado anexo del Catecismo Romano.

La predicación homilética ha de hacerse a partir de los textos sagrados (cf SC, 52 citado arriba), y conforme al Espíritu que inspiró los textos. El Concilio Vaticano II (DV, 12, 3) señala tres criterios para una interpretación de la Escritura conforme al Espíritu que la inspiró. Así los recoge el Catecismo de la Iglesia Católica.

«Prestar una gran atención» al contenido y a la unidad de toda la Escritura. En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios, del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua` (112).

«Leer la Escritura en la Tradición viva de toda la Iglesia. Según un adagio de los Padres..., la Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos. En efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura» (113).

«Estar atento a la analogía de la fe. Por analogía de la fe entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación» (114).

El Catecismo de la Iglesia Católica ha sido un buen regalo para los sacerdotes por muchos motivos, pero no es el menor el que sirva para enraízar la homilía en la Tradición viva de la Iglesia y poder descubrir esta riqueza al Pueblo de Dios con el humilde servicio de lapredicación. El Catecismo de la Iglesia Católica presenta «fiel y orgánicamente la enseñanza de la Sagrada Escritura, de la Tradición viva en la Iglesia y del Magisterio entero, así como la herencia espiritual de los Padres, de los santos y santas de la Iglesia, para permitir conocer mejor el

misterio cristiano y reavivar la fe del Pueblo de Dios... (Tiene en cuenta) las explitaciones de la doctrina que el Espíritu Santo ha sugerido a la Iglesia a lo largo de los siglos... y ayuda a iluminar con la luz de la fe las situaciones nuevas y los problemas que en el pasado aún no se habían planteado» (FD, 3).

En los esquemas homiléticos que se proponen, hay citas literales del Catecismo bajo los epígrafes: «La fe de la Iglesia» y «Testimonio cristiano»; y referencias al Catecismo «Sugerencias para el estudio de la homilía» junto con otras sugerencias. Todo ello quiere ser una ayuda para comprender los textos sagrados recogidos en el Leccionario, en el Espíritu que los inspiró, y según los criterios señalados por la Constitución Dei Verbum del Concilio Vaticano II.

2.2. Cuanto señala la nota publicada por la Comisión Episcopal para la Doctrina de la fe y Subcomisión Episcopal de Catequesis «sobre algunos aspectos de la Catequesis hoy, relacionados con el tema de la revelación cristiana y su transmisión» puede decirse también de la predicación homilética.

«Insistir en la catequesis como transmisión de la Sagrada Escritura y de los principales documentos de la Tradición y del Magisterio; insistir, asimismo...como memoria en conexión vital con la anamnesis eucarística o en la fe como inserción y participación en la corriente viva de la

Tradición y de su lenguaje; o insistir en la necesidad de unas expresiones inalterables que salvaguarden la unidad, homologia (confesión), de la fe en lo sustancial, se compadece mal con una de las tendencias de la modernidad: la emancipación respecto de toda insistencia ajena a la razón autónoma, de toda tradición, de todo lo dado...A partir de esta exigencia de ``reinventar'' la ``auténtica'' fe y la comunidad cristiana, pues parece que no se esté seguro de que la larga tradición de la Iglesia no la haya corrompido, no es extraño, por un lado que el discurso catequético se haya fragmentado y parcializado en bastantes casos, y por otro lado, haya perdido sustantividad, referencia a la realidad, y ``regla'' de la fe, y se haya convertido en instrumento para suscitar experiencias, actitudes y compromisos pretendidamente cristianos» (Cf 14-15).

Los esquemas homiléticos que se proponen expresan también esta preocupación, y para responder a ello escogen algunos textos del Catecismo para que, de alguna manera, se formulen en la homilía con un lenguaje común al que se utiliza en otras actividades del ministerio de la Palabra. Son los textos citados en el epígrafe: «La Fe de la Iglesia». En los esquemas homiléticos de los otros dos ciclos se escogerán otros textos con la finalidad de colaborar desde la homilía a la necesaria homología (confesión) de la fe en lo sustancial.

2.3. Asimismo, el Catecismo de la Iglesia Católica, propicia exponer la fe de la Iglesia orgánicamente y ayuda a superar la tendencia a la fragmentación. «Este Catecismo está concebido como una exposición orgánica de toda la fe católica. Es preciso, por tanto, leerlo como una unidad. Numerosas referencias en el interior del texto y el índice analítico al final del volumen permiten ver cada tema su vinculación con el conjunto de la fe» (18).

Además, la homilía «está destinada preferentemente a aquellos que ya han sido llamados a la conversión y a la fe, que la suponen al mismo tiempo que la alimentan, la robustecen y la expresan por medio de palabras y obras» (Comisión Episcopal de Liturgia, DC, 10). La homilía, pues, debe exhortar a celebrar, orar y vivir lo que la fe proclama, y debe relacionar armónicamente el primer anuncio (kerigma), la exposición sistemática (la catequesis), la exhortación a la perseverancia en la vida cristiana (parénesis), y la comunicación con el misterio de la presencia del Señor (mystagogia). La homilía necesita, pues, de un instrumento que relacione orgánicamente la fe profesada, con la liturgia, la vida cristiana y la oración. Este instrumento, de toda garantía, es el Catecismo de la Iglesia Católica.

En los esquemas homiléticos, se ofrece esta relación orgánica mediante citas del Catecismo para el estudio de la homilía en dos epígrafes: «La fe», preferentemente con referencias a la primera y segunda parte del Catecismo y en «La respuesta» con referencias también a la tercera y cuarta parte del mismo Catecismo, a fin de que se pueda establecer esa relación orgánica entre lo que creemos, celebramos, vivimos y oramos. En cada año litúrgico se contiene la sustancia viva del Evangelio y de las enseñanzas de la Iglesia. En el conjunto de los tres años litúrgicos se habrá recorrido extensivamente todo el Catecismo.

2.4. Finalmente, no se debe olvidar que «por su misma naturaleza este catecismo no se propone dar una respuesta adaptada, tanto en el contenido como en el método, a las exigencias que dimanan de las diferentes culturas, de edades, de la vida espiritual, de situaciones sociales y eclesiales de aquellos a quienes se dirige la catequesis. Estas indispensables adaptaciones corresponden a catecismos propios de cada lugar, y, más aún, a aquellos que toman a su cargo instruir a los fieles» (24).

El Catecismo de la Iglesia Católica exige leerlo adaptado a los fieles por parte de los encargados de educarles en la fe. Esta exigencia es mayor cuando se utiliza en la predicación homilética.

«La predicación sacerdotal resulta bastantes veces muy difícil en la situación actual de nuestro mundo. Para mejor mover las almas de los oyentes, debe presentar la Palabra de Dios no sólo

de manera abstracta y general, sino aplicando la verdad perenne del Evangelio a las circunstancias concretas de la vida» (C. Vaticano II,

Presbyterorum Ordinis, 4).

La Palabra de Dios, leída y comentada en la Tradición viva de la Iglesia ha de realizar en el «hoy-aquí-para nosotros» lo que se proclama. Esta acción es obra del Espíritu Santo.

El que predica colabora con El en cuanto traduce y aplica a la situación y vida concreta del oyente la Palabra de Dios proclamada.

La Palabra de Dios proclamada y concretada por la Iglesia es la Luz que ilumina la vida personal y la comunidad humana social donde el creyente, en comunión con la Iglesia, peregrina hacia el encuentro con Dios.

El Catecismo de la Iglesia Católica, que es adaptable necesariamente, es evidente que no puede ser leído sin más en la homilía, pero es un buen instrumento para que los pastores puedan ofrecer a los fieles la mayor de las cualidades de una predicación: la sustancia viva de la fe de la Iglesia.

El esfuerzo, sin embargo, para su adaptación a los oyentes concretos no lo puede suplir nadie. En estos esquemas se ofrecen «Otras sugerencias» generales para el estudio de la homilía a partir de algunas situaciones y propone algunas posibles conexiones entre los textos bíblicos y el Catecismo. La preparación de la homilía ha de hacerla gozosamente cada ministro de la predicación.

La mejor preparación homilética, la más concreta y adaptada a las circunstancias sociales y a los destinatarios es aquella que se gesta conducida por el Espíritu de Dios, «tácitamente o a grandes gritos, pero siempre con fuerza, se nos pregunta ¿creéis verdaderamente en lo que anunciáis? ¿Vivís lo que creéis? ¿Predicáis verdaderamente los que vivís? Hoy más que nunca el testimonio de vida se ha convertido en una condición esencial con vistas a una eficacia real de la predicación» (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, 76).

ESQUEMA GENERAL DEL

AÑO C (inicio)

Tiempo litúrgico

Enfoque

Objetivo

1.ADVIENTO

Dimensión misionera: Desde la confesión de fe hacia la confesión de fe.

Itinerario del hombre para su encuentro con el Señor que vino, viene y vendrá.

2.NAVIDAD

Mystagogia: Profundizar en el Misterio y «gustar» su celebración.

El Misterio de la Encarnación como Epifanía o manifestación del Hijo de Dios a los pastores, paganos, pobres, y como Siervo.

3.CUARESMA

Dimensión catequética (Catecumenado: tiempo

de iluminación y purificación).

Camino hacia la cruz pascual a

través del ejercicio de la cuaresma y de la conversión.

4.SANTO TRIDUO PASCUAL

La celebración Pascual.

Celebrar y contemplar el Misterio.

5.TIEMPO PASCUAL

Dimensión catequética (Mystagogia).

Mystagogia del Misterio pascual:Cristo resucitado.La

Iglesia, Cuerpo visible de Cristo resucitado.

6.TIEMPO ORDINARIO

Dimensión parenética para el

testimonio y la misión.

Exhortación a la vocación

cristiana. Catequesis de la vida en Cristo y la oración.

Exhortación a la esperanza escatológica.

En cada tiempo litúrgico hay un esquema e introducción

explicativa del plan de homilía que se propone.

ADVIENTO

Adviento:

El Señor vino en la carne de nuestro Salvador.

El Señor viene en la Iglesia por medio del Espíritu Santo.

El Señor vendrá al final de los tiempos en el que Dios será todo

en todos.

La Iglesia anuncia abiertamente y con decisión al Dios vivo y a

Jesucristo enviado por El para salvar a todos los

hombres y cultiva en este tiempo las dimensiones morales de vigilancia y

acogida ante el encuentro con Jesucristo.

Los cuatro domingos de Adviento y la solemnidad que dentro de él se

celebra: la Inmaculada Concepción de

María, pueden ayudar al pueblo cristiano, utilizando el Catecismo, para

volver a realizar el primer anuncio

misionero y la llamada a la conversión. Los temas del Catecismo que se

seleccionan y su secuenciación subrayan

esta dimensión misionera:

1.er domingo: El hombre abierto a la esperanza en Jesucristo que vendrá

es llamado a la vigilancia.

2.o domingo: A este hombre, Dios le concede la virtud teologal de la

esperanza.

3.er domingo: Dios, que no le abandona al poder de la muerte, es, en

Jesucristo, la Buena Noticia, la plenitud de

la Revelación, y le libra del pecado con su gracia.

4.o domingo: Y Solemnidad de la Inmaculada Concepción: Jesucristo,

concebido por obra y gracia del Espíritu

Santo, y nacido de la Virgen María, en la plenitud de los tiempos, la

Alianza definitiva y definitivo encuentro de

Dios con los hombres.

ADVIENTO

Domingos y Solemnidades

Primera Lectura

Segunda

Lectura

Evangelio

Catecismo de la Iglesia Católica

ADVIENTO

Suscitaré a David un

vástago legítimo (Jr 33, 14-16)

...cuando Jesús

nuestro Señor, vuelva (1 Ts. 3,12-4,2)

Velad (Lc 21,

25-28.34-36)

Venida final de Jesucristo: 668-677

Vigilancia: 2612

2.o ADVIENTO

Dios ha mandado abajarse a todos los

montes elevados (Ba 5, 1-9)

...hasta el día de Cristo

Jesús (Flp l, 4-6.8-11)

Preparad el camino del Señor,

(Lc 3, 1-6)

La esperanza: 1817-1821

3.o ADVIENTO

Regocíjate Israel (So 3,

14-18a)

Estad siempre alegres ... El Señor está cerca

(Flp 4,4-7)

Viene el que puede más que yo (Lc 3, 10- 18)

Alegría y búsqueda de Dios: 30Acción de

Cristo glorioso: 1084-1085

4.o ADVIENTO

Hasta el tiempo en que la madre de a

luz (Mi 5, 2-5a)

Cuando entró en el mundo dijo: Aquí

estoy (Hb 10, 5-l0)

La Visitación (Lc 1, 39-45)

El Espíritu Santo vendrá sobre tí: 484-489

Magnificat: 2617-2619

INMACULADA CONCEPCIÓN

Protoevangelio (Gn. 3, 9-15.20)

Nos eligió en la persona de Cristo (Ef 1,3-6.11-12)

La Anunciación (Lc 1, 26-38)

La Concepción

Inmaculada: 508; 490-493.

DOMINGO I DE ADVIENTO (inicio)

«A Tí levanto mi alma»

I. LA PALABRA DE DIOS

Jr 33, 14-16: «Suscitará a David un vástago legítimo».

Sal 24: «A Tí, Señor, levanto mi alma».

1 Ts 3, 12-4, 2: «Que el señor os fortalezca interiormente para cuando

Jesús vuelva».

Lc 21, 25-28. 34-36: «Se acerca vuestra liberación».

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos» (668s).

«Cristo es el Señor del Cosmos y de toda la Historia» (668).

«Desde la Ascensión, el designio de Dios ha entrado en su

consumación. Estamos ya en la ``última hora''. El

final de la Historia ha llegado ya a nosotros y la renovación del mundo

está ya decidida de manera irrevocable...»

(670).

«El Reino de Cristo, presente ya en su Iglesia, sin embargo no está

todavía acabado. Este reino aún es objeto

de los ataques de poderes del mal, a pesar de que estos poderes hayan sido

vencidos en su raíz por la Pascua de

Cristo...» (671).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La Luz luce en las tinieblas. Las tinieblas son el error y la muerte...

Abramos las puertas para que aquella Luz

nos ilumine con sus rayos y siempre gocemos de la benignidad de Nuestro

Señor Jesucristo». (S. Juan Crisóstomo,

PG, 59, 57 ss).

«Nuestro Redentor y Señor anuncia los males que han de seguir a este

mundo perecedero, a fin de que nos

hallemos preparados...Nosotros, que sabemos cuáles son los gozos de la

Patria Celestial, debemos ir cuanto antes

a Ella y por el camino más corto... No queráis, pues, hermanos, amar lo

que no ha de permanecer mucho» (S

Gregorio Magno, PL. 76, 1077 ss).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El anuncio profético de Jeremías se cumple en Jesucristo «retoño

de David» (Ap 5,5), que ha dado al mundo

la «justicia», es decir, la salvación. Los males, el miedo, la

angustia, etc. afligen a los hombres a lo largo de su

historia contingente (Evangelio) y evidencian la necesidad que tienen de ser

liberados.

Con la plegaria del «pobre» y «pecador» nos dirigimos a Dios que

nos salva (Salmo responsorial). A Dios

pedimos, mientras cominamos hacia nuestra plena liberación, que nos

conceda «crecer y abundar en el amor...

portándonos de modo que agrademos a Dios» (Segunda lectura).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Venida final de Jesucristo: 668-677.

La respuesta:

La vigilancia: 2612; 2849.

C. Otras sugerencias

Toda la Creación gime (Rom 8). Los hombres gemimos en ella. Los

creyentes en Jesús nos sentimos

estimulados en el primer Domingo de Adviento a transmitir al increyente y al

alejado los caminos del Señor, que

son «misericordia y lealtad». Es un aspecto de la «Nueva

Evangelización», que tiene por núcleo la realidad de

que Dios se hizo Enmanuel para salvarnos (cf CEE, Para que el mundo crea)

Desde el primer Domingo de Adviento ha de contemplarse la triple venida de

Jesucristo Salvador: la histórica,

la futura y la actual.

Necesitamos vigilar, disipar las sombras, para que el anuncio que

transmitimos, se potencie con la luz y

testimonio de nuestra vida.

Ha de salir, además, de nuestro corazón la plegaria «muéstranos,

Señor, tu misericordia y danos tu salvación».

DOMINGO II DE ADVIENTO (inicio)

«El Señor vendrá...»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ba 5, 1-9: «Dios mostrará su esplendor sobre tí»

Sal 125: «El Señor ha estado grande con nosotros»

Flp 1, 4-6.8-11: «Manteneos limpios e irreprochables para el día de

Cristo»

Lc 3, 1-6: «Todos verán la salvación de Dios»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los

cielos y a la vida eterna como

felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y

apoyándonos no en nuestras fuerzas

sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo» (1817).

«La virtud de la esperanza corresponde al anhelo de felicidad puesto por

Dios en el corazón de todo hombre;

asume las esperanzas que inspiran las actividades de los hombres; las

purifica para ordenarlas al reino de los

cielos; protege del desaliento; sostiene en todo desfallecimiento; dilata el

corazón en la espera de la

bienaventuranza eterna» (1818).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El Verbo de Dios ha habitado en el hombre y se ha hecho hijo del hombre

para acostumbrar al hombre a

comprender a Dios y para acostumbrar a Dios a habitar en el hombre, según

la Voluntad del Padre» (S. Ireneo

de Lyón) (53).

Cada uno de nosotros estaba torcido. Por la venida de Cristo, ya realizada,

lo que estaba torcido en nuestra

alma se ha enderezado. ¿De qué te sirve a tí que Cristo haya venido

históricamente en la humanidad si no ha

venido también a tu alma? Roguemos pues para que cada día se realice en

nosotros su venida de manera que

podamos decir: Vivo, pero no yo; es Cristo quien vive en mí (Orígenes,

In. Lc. 22, 1-5).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Las tres lecturas convergen en un mismo mensaje: Esperanza. «Todos

verán la salvación de Dios» (Evangelio).

«Ponte en pie, Jerusalén, sube a la altura, contempla a tus hijos...

gozosos, porque Dios se acuerda de ellos». Son

bellísimas imágenes de la esperanza en Baruc.

«Esta es nuestra confianza: que el que ha inaugurado entre vosotros una

empresa buena la llevará adelante

hasta el día de Cristo Jesús». La salvación anunciada se

realizó y se realiza en Cristo (Seguna lectura).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Los preparativos para la venida del Salvador: 552-524.

La esperanza, virtud teologal: 1817-1821.

La respuesta:

La virtud de la esperanza: 2090-2092.

La oración «venga a nosotros tu Reino»: 2816-2821.

C. Otras sugerencias

La antífona de Entrada: «Pueblo de Sión: mira el Señor que viene

a salvar a los pueblos. El hará oir su voz

gloriosa en la alegría de vuestro corazón», son la respuesta al «a

Tí levanto mi alma...» del primer domingo.

Apoyados en el texto de Baruc (Primera lectura) contemplamos que «Dios se

acuerda de nosotros» «nos ama»

nos conduce por los caminos de la historia, por en medio de tribulaciones y

dificultades, como un Dios salvador y

liberador en Jesucristo.

La virtud de la esperanza se alimenta en la oración: «venga a nosotros

tu Reino».

DOMINGO III DE ADVIENTO (inicio)

«Estad siempre alegres en el Señor»

I. LA PALABRA DE DIOS

So 3, 14-18a: «El Señor se alegrará en tí»

Is 12, 2-3; 4-6: «Gritad jubilosos...»

Fl 4, 4-7: «El Señor está cerca»

Lc 3, 10-18: «¿Qué hemos de hacer?»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Se alegre el corazón de los que buscan a Dios» (Sal 105, 3). Si el

hombre puede olvidar o rechazar a Dios,

Dios no cesa de llamar a todo hombre a buscarle para que viva y encuentre la

dicha» (30).

«Sentado a la derecha del Padre y derramando el Espíritu Santo sobre

su Cuerpo que es la Iglesia, Cristo actúa

ahora por medio de los Sacramentos, instituídos por El para comunicar su

gracia. Los Sacramentos son signos

sensibles (palabras y acciones), accesibles a nuestra humanidad actual.

Realizan eficazmente la gracia que

significan en virtud de la acción de Cristo y por el poder del Espíritu

Santo» (1084).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La verdadera alegría se encuentra donde dijo S. Pablo: En el

Señor. Las demás cosas, a parte de ser

mudables, no nos proporcionan tanto gozo que puedan impedir la tristeza

ocasionada por otros avatares en

cambio, el temor de Dios la produce indeficiente porque quien teme a Dios

como se debe a la vez que teme

confía en El y adquiere la fuente del placer y el manantial de toda la

alegría» (S. Juan Crisóstomo, PG. 27, 179)

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El tema de la Palabra es la alegría por la presencia y acción de

Jesucristo salvador en la historia humana:

«Estad siempre alegres en el Señor». (Segunda lectura).

«Regocíjate... grita de júbilo... alégrate y goza de todo

corazón» (Primera lectura).

La causa de la alegría es el Señor. Su presencia es el anuncio de la

Buena Noticia, gozosa noticia. «Yo os

bautizo con agua; pero viene el que puede más que yo». «El os

bautizará en Espíritu Santo y fuego» (Evangelio).

Bautismo que purifica, salva, santifica. Bautismo, es decir, la vida

sacramental por la que Jesucristo está presente

y actua en la vida de los hombres.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Acción de Cristo glorioso en la liturgia: 1084-1085.

... y en la oración: 2656-2658.

La respuesta:

Alegría y búsqueda de Dios: 30.

C. Otras sugerencias

Ovidio escribe en el destierro: «Nada puede hacerse sino llorar» (De

tristitia). San Pablo, prisionero

recomienda: «Estad siempre alegres en el Señor; de nuevo os digo, estad

alegres». Dice también: «Sobreabundo

de gozo en nuestra tribulación» (2 Co 7,4). Este vive de Cristo. Ovidio,

no.

El discípulo de Jesucristo vive en comunión con El, que actua en el

misterio; cree y espera su venida final y

definitiva. Sabe que por la presencia y acción de Cristo, que nos

acompaña, nuestra vida cristiana está penetrada

de la vida nueva de Dios. Aquí está el secreto de la alegría del

creyente.

En un mundo que cada día se torna más triste, el creyente debe velar

para no esclavizarse por lo contingente,

esforzarse por el cumplimiento del deber, la austeridad de su vida y la

solidaridad con los hombres necesitados y

presentar a Dios sus peticiones y acciones de gracias.

DOMINGO IV DE ADVIENTO (inicio)

«Enviad cielos vuestro rocío»

I. LA PALABRA DE DIOS

Mi 5, 2-5a: «De tí saldrá el jefe de Israel».

Sal 79, 2 y 3. 15-16. 18-19. «Oh Dios, restáuranos».

Hb 10, 5-10: «Aquí estoy para hacer tu voluntad».

Lc 1, 39-45: «¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi

Señor?».

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Dios envió a su Hijo» pero para «formarle un cuerpo» quiso la

libre cooperación de una criatura. Para ésto

desde toda la eternidad, Dios escogió para ser la Madre de su Hijo a una

hija de Israel (488). A lo largo de toda

la antigua alianza, la misión de María fue preparada por la misión

de algunas santas mujeres (489).

«La misión del Espíritu Santo está siempre unida y ordenada a la

del Hijo. El Espíritu Santo fue enviado para

santificar el seno de la Virgen María y fecundarla por obra divina»

(485).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«En verdad, Virgen Santísima, que tu alabanza supera toda alabanza,

por haberse encarnado Dios en Tí...» Por

Tí hoy llena de gracia, es conocida en la tierra la Trinidad beatísima

(S. Pedro Damiano. Sermón 44; PL. 144,

738 ss.)

Dichosa María que unió virginidad, fecundidad y humildad. «Venerad,

pues, los casados la integridad y pureza

de aquel cuerpo mortal; admirad vosotras vírgenes consagradas, la

fecundidad de la Virgen; imitad, hombres

todos, la humildad de la Madre de Dios; honrad ángeles santos a la Madre

de vuestro Rey...a cuya dignidad sea

dada toda gloria y honor». (S. Bernardo. Homilía I, sobre el «Missus

est»).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En el texto del Profeta Miqueas se anuncia al Mesías «Jefe de

Israel» que «pastoreará con la fuerza del Señor»

y realizará la unión de todos los hombres.

María, después del anunio del Angel, se entregó a Dios:

«Hágase en mi según tu voluntad». Inmediatamente

después: «fue a prisa a la montaña». Y se entregó al servicio de

su prima.

El Hijo de Dios, encarnado ya en sus entrañas, dice al Padre: «Aquí

estoy para hacer tu voluntad» ... conforme

a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del Cuerpo de

Cristo (Segunda lectura). Se entregó al

Padre y se hizo servidor de todos los hombres.

El «fruto bendito» del vientre de María llenó de Espíritu

Santo a Isabel y a la criatura de su vientre, Juan. Lo

cual nos estimula a pedir a Dios, contemplando a toda la humanidad, «Oh

Dios, restáuranos que brille tu rostro y

nos salve» (Sal 79). Que se muestre hoy al hombre el fruto bendito de la

Virgen María.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

«El Espíritu Santo vendrá sobre tí»: 484-489.

La respuesta:

La oración de la Virgen María: 2617-2619.

C. Otras sugerencias

La celebración del IV Domingo de Adviento nos invita a prepararnos a la

gran fiesta de Navidad unidos a

María y con el mismo espíritu de adoración y alabanza que

manifestó ella en el Magníficat.

Exige de nosotros, además, un compromiso para imitar el gesto de caridad

que Ella tuvo con su prima Santa

Isabel, en el día a día de nuestra existencia, haciéndonos

solidarios de nuestros hermanos más necesitados.

LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE SANTA MARÍA VIRGEN (inicio)

«Alégrate, llena de gracia»

I. LA PALABRA DE DIOS

Gn 3, 9-15.20: «Establezco hostilidades entre tí y la mujer, entre tu

estirpe y la suya».

Sal 97, 1.2-4: «Cantad al Señor un cántico nuevo».

Ef 1, 3-6.11-12: «Dios nos elegió en la persona de Cristo».

Lc 1, 26-38: «Alégrate, María, llena de gracia, el Señor está

contigo».

II. LA FE DE LA IGLESIA

«De la descendencia de Eva, Dios elegió a la Virgen María para ser

la Madre de su Hijo. Ella, ``llena de

gracia'', es ``el fruto excelente de la Redención''; desde el primer

instante de su concepción, fue totalmente

preservada de la mancha del pecado original y permaneció pura de todo

pecado personal a lo largo de toda su

vida» (508).

«Esta resplandeciente santidad del todo singular de la que Ella fue

``enriquecida desde el primer instante de su

concepción'', le viene toda entera de Cristo. Ella es ``redimida de la

manera más sublime en atención a los

méritos de su Hijo''. El Padre la ha ``bendecido con toda clase de

bendiciones espirituales en el cielo, en Cristo''

(492).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando leemos que el Mensajero dice a María ``llena de gracia'', el

contexto evangélico en el que confluyen

revelaciones y promesas antiguas, nos da a entender que se trata de una

benedición singular entre todas las

bendiciones espirituales en Cristo. En el misterio de Cristo María está

presente ya ``antes de la creación del

mundo'' como aquella que el Padre ``ha elegido'' como Madre de su Hijo en la

Encarnación y junto con el Padre

la ha elegido el Hijo confiándola eternamente al Espíritu de

Santidad». (Juan Pablo II, Redemptoris Mater, n.8).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El texto del Génesis es el primer anuncio de la salvación. El pecado

originó la división y la lucha entre la

serpiente y la mujer, entre la descendencia de una y la descendencia de otra.

El triunfo será de la mujer y de su

descendencia. Se anuncia así la redención y liberación del pecado

por la victoria de Jesucristo «nacido de mujer».

La tradición eclesial ha visto, además, el anuncio de la victoria de

una Mujer. Aquella de la que nació el

Salvador: La Virgen María, Inmaculada en su Concepción.

«La llena de gracia» (Evangelio). En el ser de María no ha existido

jamás ni vacío ni sombra alguna, desde que

«es» Inmaculada.

La Virgen Inmaculada es el espejo que hemos de mirar en el empeño por

realizar el designio de Dios sobre

nosotros (Segunda lectura).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Inmaculada Concepción: 490-493; 508.

María, icono escatológico de la Iglesia: 972.

La respuesta:

María tipo de la Iglesia Santa: 829.

Alégrate llena de gracia: 721-726.

C. Otras sugerencias

El Adviento es el tiempo de la Virgen María. En Ella se realizan las

tres venidas de Jesucristo (ver Domingo I

de Adviento).

Cielos, tierra, cosmos y toda criatura que Dios ha sometido al hombre para

su realización, se alegran porque la

concepción inmaculada de María es el anuncio de que la salvación ha

llegado a la tierra y ha comenzado en ella

la «nueva creación» «el cielo nuevo y la tierra nueva».

Dios la amó y la hizo inmaculada: «Con amor eterno te amé: por eso

te he mantenido mi favor» (Jr 31, 3-4).

En María no hay mancha alguna de pecado, es toda hermosa. Todo su ser es

puro, bello y santo. Dios muestra

en Ella su esplendor. «La llena de gracia».

NAVIDAD

El tiempo litúrgico de Navidad es una continua Epifanía, o

Revelación de Dios en Jesucristo:

El Hijo de Dios se manifiesta a los pastores en el Niño nacido en Belen

(Solemnidad de la Navidad, y 2.o

domingo); a sus padres (fiesta de la Sagrada Familia y solemnidad de Santa

María, Madre de Dios), a los Magos

y pueblos de gentiles (Solemnidad de la Epifanía), y a todo el pueblo como

Siervo de Javhé (Fiesta del Bautismo

del Señor).

Jesucristo, de niño a adulto, muestra quien es: Hijo de David,

Príncipe de la paz; hombre como nosotros; Mesias

y Salvador universal; Hijo de Dios, igual al Padre.

En Navidad, el pueblo cristiano queda inmerso en el misterio del Hijo de

Dios, hecho hombre.

La liturgia de este tiempo nos ayuda a «gustar» de este misterio y a

hacer memoria jubilosa del nacimiento de los

cristianos como hijos de Dios, gracias al «admirable intercambio» que la

misericordia divina quiso establecer en la

plenitud de los tiempos.

La propuesta que se hace de utilización del Catecismo de la Iglesia

Católica en este tiempo litúrgico es una

ayuda para profundizar en el misterio celebrado y enriquecer su

celebración.

No se puede olvidar que las fiestas navideñas han sufrido un gran

proceso de secularización. No se propone,

pues, una variedad temática, sino un detenido estudio del misterio de la

Encarnación del Hijo de Dios, que

pueda responder a la necesidad de dar contenido a estas fiestas.

NAVIDAD

Solemnidadesy Domingos

Primera Lectura

Segunda

Lectura

Evangelio

Catecismo de la Iglesia Católica

 

NAVIDAD. Vigilia

El Señor te prefiere a tí

(Is 62, 1-5)

Pablo da testimonio de Cristo (Hch 13,

16-17.22-25)

Genealogía (Mt 1, 1-25)

La

Virginidad de María: 496-511

NAVIDAD. Misade Medianoche

Un hijo se nos ha dado (Is

9,2-7)

Ha aparecido la gracia de Dios (Tt 2, 11-14)

Ha nacido el Salvador (Lc 2, 1-14)

Salvador, Mesías,

Señor: 430-452El misterio de Navidad: 525-526

NAVIDAD. Misa del día

La tierra nos da la victoria de

nuestro Dios (Is 52, 7- l0)

Dios nos ha hablado por su Hijo

(Hb 1, 1-6)

La Palabra se hizo carne (Jn 1, 1-18)

Cómo es hombre el Hijo de Dios: 470-483

SAGRADA FAMILIA

Honra a sus padres (Si 3-7.14-17a)

La vida de familia vivida en el Señor (Col 3,12-21)

Los padres de Jesús le encuentran en el templo (Lc 2, 41-52)

La familia cristiana: 2202-2206Vida de Jesús en

Nazaret: 531-534

SANTA MARIA MADRE DE DIOS

El Señor os bendiga (Nm 6,

22-27)

... Nacido de una mujer (Ga 4, 4-7)

María meditaba en su corazón (Lc 2, 16-21)

La

maternidad divina: 494-495

II DOMINGODE NAVIDAD

La sabiduría habita en medio del

pueblo (Si 24,1-4.12-16)

Hijos adoptivos en el Hijo (Ef

1, 3-6.15-18)

La palabra se hizo carne (Jn 1, 1-18)

Dos naturalezas y una persona: 463-483

EPIFANÍADEL SEÑOR

La gloria del Señor (Is 60,

1-6)

Se ha revelado a los gentiles (Ef 3, 2-6)

Adoración de los Magos (Mt. 2, 1-12)

La Epifania:

528Cristo Rey: 668-669

BAUTISMODEL SEÑOR

Mirad a mi Siervo (Is 42,

1-4.6-7)

Dios ungió a Jesús (Hch 10, 34-38)

El bautismo de Jesús (Lc 3, 15-16.21-22)

El Bautismo de

Jesús: 535-537El Bautismo cristiano: 1267-1269

NATIVIDAD DEL SEÑOR. MISA DE LA VIGILIA (inicio)

«Resultó que Ella esperaba un hijo, por obra del Espíritu Santo»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 62, 1-5: «El Señor te prefiere a Tí»

Sal 88, 4-5. 16-17. 27. 29.: «Cantaré eternamente...»

Hch 13, 16-17. 22-25: «Pablo da testimonio de Cristo, Hijo de David»

Mt 1, 1-25: Genealogía de Jesucristo, Hijo de David

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Desde las primeras formulaciones de la fe, la Iglesia ha confesado que

Jesús fue concebido en el seno de la

Virgen María únicamente por el poder del Espíritu Santo» (496).

«Los relatos evangélicos presentan la concepción virginal como una

obra divina que sobrepasa toda comprensión

y toda posibilidad humanas...» (497).

«María la siempre Virgen». La profundidad de la fe en la maternidad

virginal ha llevado a la Iglesia a confesar

la virginidad real y perpetua de María, incluso en el parto del Hijo de

Dios hecho hombre. En efecto, el

nacimiento de Cristo «lejos de disminuir, consagró la integridad

virginal de su Madre». La liturgia de la Iglesia

celebra a María como la «Aeiparthenos», la «siempre virgen»

(499).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El Príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su

parto, así como la muerte del Señor: tres

misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios» (S. Ignacio

de Antioquía, Smyrn, Ef 19, 1; cf 1 Co

2,8).

María «fue Virgen al concebir a su Hijo, virgen durante el embarazo,

virgen en el parto, virgen después del

parto, virgen siempre» (S. Agustín, serm. 186, 1) (510).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Celebración de la espera, la de hoy. De las dos esperas. Las dos

aparecen en los textos litúrgicos de la

celebración: «Hoy» y «Mañana». (Antífona de Entrada)

«Concédenos que así como ahora acogemos gozosos a tu

Hijo como Redentor, lo recibamos también confiados cuando venga como

Juez». (Colecta).

Con lenguaje esponsal anuncia Isaías la restauración de Israel, tipo

y anuncio de la salvación de Jesucristo. De

la de «Hoy» y de la de «Mañana». (Primera lectura).

A la primera venida se refieren la segunda lectura y, sobre todo, el texto

evangélico, que nos presenta a

Jesucristo ya en nuestra historia, engendrado según una línea

genealógica y concebido en las entrañas de la

Virgen por obra del Espíritu Santo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La virginidad de María: 496-507.

La respuesta:

La promesa y la oración de la fe: 2570-2573.

C. Otras sugerencias

La maternidad virginal de María es el signo único de un Hijo

único, compendio de la trascendencia de la

salvación y prueba de que Jesús eligió lo débil de este mundo

para confundir a lo fuerte. Dios salva al mundo no

con la riqueza y el poder, sino con la pobreza y la debilidad.

Los creyentes en Jesús hemos de celebrar la Navidad unidos a todos los

hombres, con especial atención a los

que no han recibido todavía la alegre buena noticia. El camino del Hijo de

Dios, al encarnarse, fue el hombre, y

por ello, el camino de la Iglesia y del creyente ha de ser el hombre, todo

hombre, todos los hombres, de los que

Cristo se hizo hermano. (Cf Juan Pablo II, Redemptor Hominis).

NATIVIDAD DEL SEÑOR. MISA DE MEDIA NOCHE (inicio)

«Os ha nacido un Salvador»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 9, 2-7: «Un hijo se nos ha dado»

Sal 95, 1-2a.2b-3,11-12.13: «Ha aparecido la gracia de Dios para todos

los hombres»

Tt 2, 11-14: «Hoy nos ha nacido un Salvador, El Mesías, el Señor»

 

Lc 2, 1-14: «Hoy os ha nacido un Salvador»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El nombre de Jesús, significa Dios salva. El niño nacido de la

Virgen María se llama Jesús porque El salvará a

su pueblo de sus pecados; no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres

por el que nosotros debamos

salvarnos» (452).

«Jesús es el Cristo porque Dios le ungió con el Espíritu Santo y

con poder. Era el que ha de venir, el objeto

de la esperanza de Israel» (453).

«El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o

invocar a Jesús como Señor es creer en su

divinidad. Nadie puede decir ``Jesús es Señor'' sino por influjo del

Espíritu Santo» (455).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Volvemos a celebrar la Natividad de Nuestro Salvador Jesucristo.

Alegrémonos y gocémonos... Yacía en el

pesebre el que contiene al mundo y era Niño sin habla el que es la

Palabra. Aquel que no cabe en los cielos lo

llevó el seno de una mujer. Complete sus dones en nosotros el que no se

espantó de seguir nuestros primeros

pasos y hagános hijos de Dios el que por nosotros se hizo Hijo del

Hombre». (S. Agustín, PL 38).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

San Lucas nos descubre la grandeza del Niño: «Os ha nacido un

Salvador, el Mesías, el Señor». Da a la vez

como signo «un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

Es decir, oculta su grandeza revestido de

pequeñez y pobreza. (Texto evangélico).

En el Niño se realiza el anuncio de Isaías: es Luz, Alegría,

Liberación... «lleva al hombro el principado y es su

nombre: maravilla de consejero, Dios guerrero, Padre perpetuo, Príncipe de

la paz».

San Pablo en su carta a Tito lo presenta como el don: «la gracia de Dios

que trae la salvación para todos los

hombres y les enseña sus caminos para encontrarse con El en su

aparición gloriosa...» (Segunda lectura).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Jesús, Cristo, Hijo Unico de Dios y Señor: 430-452.

La respuesta:

El misterio de la Navidad: 525-526.

Jesús, modelo de hombre perfecto:520.

C. Otras sugerencias

Navidad es la fiesta de la Buena Noticia, de la «gran alegría». Sin

embargo, son pocos los que reciben el don y

la gracia que la Navidad contiene y comunica.

No debe secularizarse la fiesta, ni la noticia, ni la alegría.

Sintámonos impulsados a transmitirla al hombre de

hoy cooperando a la Nueva Evangelización «con nuevo ardor, con nuevos

métodos y nuevas expresiones» (Juan

Pablo II) y seamos defensores de los derechos del hombre. Empeñémonos

en que se reconozcan, se respeten y se

favorezcan esos derechos en todo el mundo.

Demos gracias a Dios, alegrémonos y felicitémonos mutuamente.

NATIVIDAD DEL SEÑOR. MISA DEL DÍA (inicio)

«La Palabra se hizo Hombre»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 52, 7-10: «Los confines de la tierra verán la victoria de nuestro

Dios»

Sal 97, 1.2-3ab.3cd-4.5-6: «Los confines...»

Hb 1, 1-6: «Dios nos ha hablado por su Hijo»

Jn 1, 1-18: «La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«En el momento establecido por Dios, el Hijo único del Padre, la

Palabra eterna, es decir, el Verbo e Imagen

substancial del Padre, se hizo carne: sin perder la naturaleza divina

asumió la naturaleza humana» (479).

«Jesucristo es verdadero Dios y verdadero hombre en la unidad de su

Persona divina; por esta razón él es el

único Mediador entre Dios y los hombres» (480).

La Encarnación es pues el Misterio de la admirable unión de la

naturaleza divina y de la naturaleza humana en

la única Persona del Verbo (483).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Nadie sube al cielo sino el que bajó del cielo» (Jn 3,13).

Recibiendo el cuerpo de Adán por medio de María...

!Ea, pues, hermanos! Dios quiso ser Hijo del Hombre y que los hombres

fueran hijos de Dios. Bajó para que

nosotros subiéramos...; pero si El es el único que sube, ¿qué

esperanza nos queda a los demás? Nuestra

esperanza se funda en que El bajó para que hechos unos con El subamos

todos con El y por El... (S. Agustín, PL

38) (Cf 1330-1331).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La Palabra de Dios hoy proclamada nos invita a penetrar en la profundidad

del Misterio de la Navidad. Con

una sencilla y bella expresión, teológicamente densa, proclama San Juan

el Misterio de la Navidad: «la Palabra se

hizo carne y acampó entre nosotros».

El texto de la carta a los Hebreos coincide en el mismo mensaje: «En esta

etapa final Dios nos ha hablado por

su Hijo Jesucristo, ``reflejo de su gloria, impronta de su ser''» que

«sostiene el universo con su palabra poderosa».

El texto de Isaías es una invitación a alegrarnos por la «Buena

Noticia» y a comprometernos para transmitirla a

todo el mundo: «verán los confines de la tierra la victoria de nuestro

Dios».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Cómo es hombre el Hijo de Dios: 470-483.

La respuesta:

Nuestra comunión en los misterios de Jesús: 519-521.

C. Otras sugerencias

«El Niño que nos ha nacido y el Hijo que se nos ha dado» es la

expresión del amor de Dios. «En ésto se

manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su

Hijo Unico para que vivamos por medio

de El» (Jn 4, 9).

En Navidad debe fomentarse el espíritu de adoración y de

contemplación y acción de gracias en contraste con

la creciente secularización de las fiestas navideñas.

De él brotará el deseo y compromiso de ser evangelizadores de la

«Buena Noticia» y «gran alegría» y nuestro

acercamiento y solidaridad con los pobres.

Los que creen en Jesús se hacen «hijos de Dios», «nacidos de

Dios». Lo cual se ha hecho realidad en los

santos, de carne y hueso como todo hombre, que son nuestros modelos para el

seguimiento de Jesús y nuestra

entrega a El. Ellos nos estimulan a una conversión sincera, constante y

progresiva y a dejarnos evangelizar para

ser evangelizadores.

LA SAGRADA FAMILIA (inicio)

«Los padres de Jesús lo encuentran en el templo»

I. LA PALABRA DE DIOS

Si 3, 3-7. 14-17a: «El que teme al Señor, honra a sus padres»

Sal 127, 1-2.3.4-5: «Dichoso el que teme al Señor»

Col 3, 12-21: «La vida de familia vivida en el Señor»

Lc 2, 41-52: «Los padres de Jesús lo encuentran en medio de los

hombres»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La comunidad conyugal está establecida sobre el consentimiento de los

esposos. El matrimonio y la familia

están ordenados al bien de los esposos y a la procreación y

educación de los hijos» (2201).

«La familia cristiana constituye una revelación y una actuación

específicas de la comunión eclesial; por eso

puede y debe decirse Iglesia doméstica. Es una comunidad de fe, esperanza

y caridad» (2204).

La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la

comunión del Padre y del Hijo en el

Espíritu Santo... (2205).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Para expresar la comunión entre generaciones el Divino Legislador no

encontró palabra más apropiada que

esta: ``Honra...'' (Ex 20,12). Estamos ante otro modo de expresar lo que es

la familia. La familia es una

comunidad de relaciones interpersonales particularmente intensas: entre

esposos, entre padres e hijos, entre

generaciones; es una comunidad que ha de ser especialmente garantizada. Y

Dios no encuentra garantía mejor

que ésta: ``Honra''. ``Honra'' quiere decir: reconoce, o sea, déjate

guiar por el reconocimiento conocido de la

persona, de la del padre y la de la madre ante todo y también de la de

todos los demás miembros de la familia»

(Juan Pablo II, Carta a las familias, 15).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

A la familia se refieren las tres lecturas proclamadas. La primera de ellas

a la familia en cuanto institución; las

otras dos, a la familia cristiana.

El autor del Eclesiástico se fija en la relación del hijo con los

padres. Se insinúa implícitamente la corriente de

vida que los padres transmiten a los hijos...

El Evangelio da varios datos que configuran la familia cristiana.

Comunión en el amor («Te buscábamos

angustiados»). Unidos en la prueba (desandan el camino para la búsqueda

del Niño). Cumplimiento del deber

religioso (el hecho de subir a celebrar la Pascua y las palabras de Cristo

«no sabíais que debo ocuparme en las

cosas de mi Padre») y escuela de realización personal («Jesús iba

creciendo en sabiduría y gracia ante Dios y ante

los hombres»).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Los misterios de la vida oculta de Jesús: 531-534.

La respuesta:

La familia cristiana: 2201-2206.

El cuarto mandamiento: 2251-2253.

C. Otras sugerencias

La actual cultura plantea grandes desafíos a la familia. El amor esponsal

se desnaturaliza por la enorme fuerza

del hedonismo y el amor libre. Se hace necesaria una eduación para un amor

paciente, abnegado, comprensivo.

El cristiano está llamado a defender y actualizar la familia cristiana

conforme a la Doctrina Social de la Iglesia.

Muchas familias existen hoy víctimas de pobreza y marginación que

tienen que emigrar de su país y no

encuentran protección en el país que las recibe. Como emigró a

Egipto la familia de Nazaret.

SOLEMNIDAD DE SANTA MARÍA, MADRE DE DIOS (inicio)

«Envió Dios a su Hijo, nacido de una Mujer...»

I. LA PALABRA DE DIOS

Nm 6, 22-27: «Invocarán mi nombre los Israelitas y yo los

bendeciré»

Sal 66, 2-3.5.6.8: «El Señor tenga piedad y nos bendiga»

Ga 4, 4-7: «Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer»

Lc 2, 16-21: «Encontraron a María y a José y al Niño»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«María es verdaderamente ``Madre de Dios'' porque es la Madre del Hijo

Eterno de Dios hecho Hombre, que

es Dios mismo» (509).

«Llamada en los evangelios ``la Madre de Jesús'', María es

aclamada bajo el impulso del Espíritu como ``la

Madre de mi Señor'' desde antes del nacimiento de su Hijo. En efecto,

Aquel que Ella concibió como hombre

por obra del Espíritu Santo y que se ha hecho verdaderamente su hijo

según la carne, no es otro que el Hijo del

Eterno Padre, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad». La Iglesia

confiesa que María es verdaderamente

Madre de Dios (Theotokos) (495).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

Las palabras «He aquí la esclava del Señor» expresan el hecho que

desde el principio Ella acogió y entendió la

propia maternidad como donación total de sí, de su persona, al servicio

de los designios salvíficos del Altísimo...

(Juan Pablo II, Redemptoris Mater, 36).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los pastores «encontraron a María y a José y al Niño acostado en

el pesebre». Ese Niño es el «Salvador, el

Mesías, el Señor». El Dios encarnado, el Enmanuel.

El texto de la segunda lectura se incluye en los fundamentos bíblicos de

la Maternidad Divina: «Dios envió a su

Hijo nacido de la mujer, nacido bajo la Ley».

La primera lectura ofrece una bendición sobria y bellísima en su

forma y de plena actualidad por su contenido

para comienzo de un Año Nuevo y para la Jornada de la Paz.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La maternidad divina de María: 494-495.

La respuesta:

El culto a la Santísima Virgen: 971.

En comunión con la Santa Madre de Dios: 2673-2679.

C. Otras sugerencias

Maternidad de María. Como los pastores, contemplamos nosotros por la fe a

María la Madre del Niño, recostado

en un pesebre que es el Salvador, el Mesías, el Señor. Como ellos

glorifiquemos a Dios nosotros.

El tema de la «paz» debe apoyarse en el texto de la primera lectura:

«El Señor vuelva su rostro hacia tí y te

conceda la paz». María es la Madre de Jesús, llamado «Príncipe

de la Paz» (Is 9,5) y «es nuestra paz» porque

creó en sí mismo de los dos pueblos un sólo hombre nuevo haciendo la

paz (Ef 2, 14 y ss.).

La bendición para el Año Nuevo, según el texto de la primera

lectura, ha de entenderse: como preservación del

mal físico y moral, sentido negativo. En sentido positivo, es súplica

del favor de Dios sobre todos y cada uno de

los hombres con sus dificultades, sus problemas, sus temores.

DOMINGO II DESPUES DE NAVIDAD (inicio)

«La Palabra acampó entre nosotros»

I. LA PALABRA DE DIOS

Si 24, 1-4.12-16: «La Sabiduría habita en medio del pueblo elegido»

 

Sal 147, 12-13. 14-15.19-20: «Glorifica al Señor Jerusalén»

Ef 1, 3-6.15-18: «Nos predestinó a ser hijos adoptivos suyos»

Jn 1, 1-18: «La Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Jesucristo posee dos naturalezas, la divina y la humana, no confundidas

sino unidas en la única Persona del

Hijo de Dios» (481).

«La Iglesia... ha tenido que recordar en cada ocasión que la

naturaleza humana de Cristo pertenece

propiamente a la persona divina del Hijo de Dios que la ha asumido. Todo lo

que es y hace en ella pertenece a

``uno de la Trinidad''. El Hijo de Dios comunica, pues, a su humanidad su

propio modo personal de existir en la

Trinidad. Así, en su alma como en su cuerpo, Cristo expresa humanamente

las costumbres divinas de la Trinidad»

(470).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Canten mis labios las alabanzas del Señor, de ese Señor por el que

fueron hechas todas las cosas y por el que

fue hecho El en medio de las mismas; de ese Señor que es el manifestador

del Padre y el creador de su Madre;

Hijo del Padre Dios sin madre, hijo del hombre de madre sin padre; gran luz

de los Angeles, pequeña en la luz

de los hombres; Palabra de Dios antes de los tiempos; palabra humana en el

tiempo oportuno; creador del sol,

creado bajo el sol» (S. Agustín, Cuarto Sermón de Navidad, 1 PL 38,

1001).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El mensaje de este domingo es la trascendencia y la imanencia de

Jesucristo. El texto del Eclesiástico presenta

a Israel como beneficiario de la inmanencia divina. En el prólogo de su

Evangelio, S. Juan se refiere a la Palabra

en su trascendencia y en su inmanencia.

La Palabra es anterior al mundo: «En el principio». «Es Dios».

«Sin Ella no se hizo nada». «Era la luz de los

hombres». «La luz brilla en la tiniebla...la Palabra era la luz que

ilumina a todo hombre...». «Vino a los suyos...».

«Se hizo carne y acampó entre nosotros...». Y nos dio a conocer a

Dios.

Ante tan sublime realidad, brota de nuestro corazón un himno de

acción de gracias a Dios por habernos

incorporado a su Hijo Unico (Segunda lectura).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El Verbo se hizo carne: 456-460.

La encarnación: 461-469.

La respuesta:

El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: 459;

2012-2016.

C. Otras sugerencias

No podemos olvidar nuestro compromiso evangelizador en la Navidad: «La

Iglesia desea servir a este único fin:

que todo hombre pueda encontrar a Cristo para que Cristo pueda recorrer con

cada uno el camino de la vida,

con la potencia de la verdad acerca del hombre y del mundo, contenida en el

misterio de la Encarnación y de la

Redención, con la potencia del amor que irradia ella». (Juan Pablo II, Redemptor hominis).

«La Iglesia conoce el ``sentido del hombre'' gracias a la Revelación

Divina». «Para conocer al hombre, al

hombre verdadero, al hombre integral, hay que conocer a Dios», decía

Pablo VI.

EPIFANÍA DEL SEÑOR (inicio)

«También los gentiles son coherederos»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 60, 1-6: «La gloria del Señor amanece sobre tí»

Sal 71, 2.7-8.10-13: «Se postrarán ante Tí, Señor, todos los

reyes de la tierra»

Ef 3, 2-3a.5-6: «Ahora ha sido revelado que también los gentiles son

coherederos».

Mt 2, 1-12: «Venimos de Oriente para adorar al Rey»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Epifanía es la manifestación de Jesús como Mesías de

Israel, Hijo de Dios y Salvador del mundo. Con el

Bautismo de Jesús, en el Jordán y las Bodas de Caná, la Epifanía

celebra la adoración de Jesús por unos Magos

venidos de Oriente. En estos Magos, representantes de religiones paganas de

pueblos vecinos, el Evangelio ve las

primicias de las naciones que acogen con la Encarnación, la Buena Nueva

de la Salvación» (528).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La docilidad de los Magos a esta Estrella nos indica el modo de nuestra

obediencia, para que en la medida de

nuestras posibilidades, seamos servidores de esa gracia que llama a todos los

hombres a Cristo. Animados por

este celo, debeis aplicaros, queridos mios, a ser útiles los unos a los

otros, a fin de que brilleis como hijos de la

luz en el Reino de Dios, al cual se llega gracias a la fe recta y a las

buenas obras...» (S. León Magno, Sermón 3).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los Magos representan las primicias de los gentiles llamados a ser

«coherederos, miembros del mismo cuerpo y

partícipes de la promesa en Jesucristo, por el Evangelio» (Segunda

lectura). Es la universalidad de la salvación.

Universalidad que se anuncia en el profeta Isaías: «Caminarán los

pueblos a tu luz...» «Tus hijos llegan de

lejos...» «Vienen todos de Sabá, trayendo incienso y oro y proclamando

las alabanzas del Señor».

El texto evangélico de S. Mateo señala unos datos importantes para

deducir de ellos que «el Niño, nacido en

Belén y recostado en un pesebre», se manifestó como el Señor del

señorío que tiene en su mano el Reino y la

Potestad y el Impero (Antífona de entrada y Salmo responsorial).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Epifanía: 528.

Cristo Rey: 668-669.

La respuesta:

Participación en la misión real de Cristo: 908-913.

C. Otras sugerencias

Los Evangelistas, al referir los hechos del Nacimiento de Jesús

presentan siempre al Niño con María su Madre.

María es la que presenta a Jesucristo a los pastores y a los magos.

María es el tipo de la Iglesia. Como Ella, la

Iglesia presenta hoy a Jesús y Jesús es inseparable de su Iglesia.

La Epifanía puede considerarse como la fiesta de los «signos de los

tiempos» (GS n.11). A través de los

acontecimientos humanos el hombre de hoy puede ver el signo de un Dios

Salvador que llama. Los creyentes

estamos urgidos a esparcir el esplendor de la Luz y manifestar a Jesucristo

salvador mediante el ejmplo de

nuestra vida.

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR (inicio)

«Tú eres mi Hijo, el Amado, el Predilecto»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 42, 1-4.6-7: «Mirad a mi Siervo, a quien prefiero»

Sal 28, 1-4.9-10: «El Señor bendice a su pueblo con la paz»

Hch 10, 34-38: «Dios ungió a Jesús con la fuerza del Espíritu

Santo»

Lc 3, 15-16.21-22: «Después del bautismo de Jesús, el cielo se

abrió»

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El Espíritu Santo, en forma de Paloma, viene sobre Jesús y la voz

del cielo proclama que El es mi ``Hijo

amado''. Es la manifestación (Epifanía) de Jesús como Mesias de

Israel e Hijo de Dios» (535).

«El bautismo de Jesús es, por su parte, la aceptación y la

inauguración de su misión de siervo doliente. Se deja

contar entre los pecadores; es ya el ``Cordero de Dios que quita el pecado

del mundo''; anticipa ya el bautismo

de su muerte sangrienta. Viene ya a ``cumplir toda justicia'', es decir, se

somete enteramente a la voluntad de su

Padre: por amor, acepta el bautismo de muerte para la remisión de nuestros

pecados» (536).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Bautizados en Cristo y revestidos de Cristo, habeis llegado a ser

conformes al Hijo de Dios. Dios, que nos ha

predestinado a la adopción, nos ha vuelto semejantes al Cuerpo Glorioso de

Cristo. Salidos del baño, habeis

recibido el crisma, símbolo y prenda de la unción con la que fue

ungido Cristo. Esta unción es el Espíritu Santo

del que el profeta Isaias, hablando en nombre del Señor dice ``El

Espíritu Santo está sobre Mí. Me ha enviado

para dar la buena noticia a los pobres...''». (S. Cirilo de Jerusalén,

Catequesis mistagógica).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El texto de Isaías es el primer cántico del Siervo de Yahvé, un

anuncio profético del Mesías: «Mirad a mi

Siervo, a quien prefiero».

En el bautismo de Jesucristo, se hace realidad el anuncio: «Se abrió

el cielo, bajó el Espíritu Santo sobre El en

forma de paloma, y vino una voz del cielo: Tú eres mi Hijo el amado, el

predilecto».

Los Hechos de los Apóstoles testifican que Jesús fue «el ungido por

Dios con la fuerza del Espíritu Santo».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El bautismo de Jesús: 535-537; 1223-1225.

La respuesta:

El bautismo cristiano: incorporados a la Iglesia, Cuerpo de Cristo:

1267-1269.

C. Otras sugerencias

Por el bautismo de penitencia recibido de Juan, Jesucristo, que no tenía

pecado, se hizo solidario con los

pecadores para quitar el pecado del mundo.

El bautismo de Jesucristo manifiesta además, la solidaridad de

Jesucristo con el Padre y con el Espíritu Santo.

Mediante El, entramos los hombres en solidaridad con la Trinidad.

Los bautizados somos llamados a la «Nueva Evangelización», que tiene

por núcleo la noticia de que «Dios te

ama, Cristo ha venido por tí». El es un Dios que se acerca a nosotros,

se nos comunica, se une a nosotros, el

verdadero Emmanuel ... Sólo llegamos a la verdadera evangelización

cristiana si se anuncia la Persona de Jesucristo.

Además, por bautizados somos «Hijos de Dios, santos, y amados», y,

en cuanto tales, en la «Nueva

Evangelización» hemos de empeñarnos en hacer un mundo nuevo,

fraterno, justo en el que sea posible el amor y

la paz.

EL TIEMPO DE CUARESMA (inicio)

La Cuaresma es una subida larga y difícil que alcanza la cima en la

Pascua. La ascensión tiene tres tramos: el

penitencial, que se extiende por toda la Cuaresma; el bautismal, unido al

anterior que prepara al bautismo o a su

renovación en la noche pascual; y el de la pasión de Cristo, que sube a

Jerusalén y al monte «de la Calavera

(que en hebreo se dice Gólgota)». Este último tramo que comprende la

semana santa ha dado lugar a los

anteriores y culmina, sin solución de continuidad, en la mañana de

Pascua. Por esto, los tres tramos son

pascuales, los tres conducen a la Nueva Vida en Cristo.

En el año C predomina el camino penitencial, en el que ahora nos

detenemos.

Comprende el «ejercicio cuaresmal»: la austeridad de vida, también

el ayuno, la instrucción religiosa, la oración

más prolongada, la comunicación cristiana de bienes, etc., y, como

razón de ser y culminación de todo lo anterior,

la conversión del corazón y el sacramento del perdón y la

penitencia, que cura al hombre enfermo por el pecado.

El «ejercicio cuaresmal» cura y prepara, pone en forma para la

práctica del vivir cristiano de cada día.

El «ejercicio» pertenece al proceder moral del bautizado, pero no se

olvide que en la fe cristiana ninguna acción,

ningún mandato, ninguna práctica, quedan confinados al área de la

moralidad. Todo arraiga en la infinita riqueza

de la gracia del misterio de Cristo.

Nuestra aportación a las homilías dominicales de esta Cuaresma se

centra en las respectivas perícopas evangélicas,

que dan su nombre a los distintos domingos: Domingo del desierto, de la

transfiguración... del hijo pródigo... El

cuadro de la página siguiente orienta en el trazado del itinerario

cuaresmal de este año, sobre todo, en los dos

últimos apartados de cada Domingo.

CUARESMA

Domingos

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo de la Iglesia Católica

CUARESMA

Profesión de fe después de

la salida de Egipto (Dt 26, 4-10)

Profesión de fe en

Jesucristo (Rm 10, 8-13)

Tentación (Lc 4, 1-13)

Tentación y victoria (anticipo de la Pascua): 538-50

CUARESMA

Abraham: Alianza y bendición

(Gn 15, 15-12.17-18)

Cristo nos transformará (Fl 3,

17-4,1)

Transfiguración (Lc 9, 28-36)

Tranfiguración de Cristo y del cristiano (anticipo de la Pascua):

554-555

3.oCUARESMA

Moisés: Dios le revela su nombre

(Ex 3, 1-8.13-15)

Exhortación cristiana sobre el paso del

desierto (1 Co 10,1-6.10-12)

Llamamiento a la conversión

(Lc 13, 1-9)

Exhortación a la conversión por el juicio

de Dios en este mundo: 1427-1429; 312-314

4.oCUARESMA

Tierra Prometida: La Pascua (Jos

5,9-12)

Dios nos ha reconciliado en Cristo (2 Co 5,17-21)

El hijo pródigo (Lc 15, 1-3.11-32)

Exhortación a la conversión por la bondad de Dios: 545;

1468-1470

5.oCUARESMA

Isaias: Mirad, realizo algo nuevo

(Is 43, 16-21)

Todo lo estimo pérdida comparado con Cristo

(Fl 3,8-14)

La mujer adúltera (Jn 8, 1-11)

Exhortación a la conversión por la bondad de Dios: 589;

1468-1470

SEMANA SANTA: DOMINGO DE RAMOS

Tercer cántico del Siervo

de Yavhé (Is 50, 4-7)

Himno cristológico (Fl 2,6-11)

Pasión, muerte y sepultura de N.S. Jesucristo (Lc 22, 14-23,56)

La Pasión Pascual del Señor y nuestra

participación: 609-618

DOMINGO I DE CUARESMA (inicio)

La tentación y la victoria de Cristo

I. LA PALABRA DE DIOS

Dt 26, 4-10: Profesión de fe del pueblo escogido

Sal 90, 1-2.10-11.12-13.14-15: Acompáñame, Señor, en la

tribulación

Rm 10, 8-13: Profesión de fe del que cree en Jesucristo

Lc 4, 1-13: El Espíritu le iba llevando por el desierto, mientras era

tentado

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de

Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto»

(540).

«... el mal no es una abstracción, sino que designa una persona,

Satanás, el Maligno, el ángel que se opone a

Dios. El ``diablo''[``dia-bolos''] es aquel que se atraviesa en el

designio de Dios y su obra de salvación cumplida

en Cristo» (2851).

La lucha y la victoria contra el Tentador y las tentaciones «sólo son

posibles con la oración. Por medio de su

oración, Jesús es vencedor del Tentador, desde el principio... y en el

último combate de su agonía... Cristo nos

une a su combate y a su agonía. La vigilancia del corazón es recordada

con insistencia en comunión con la suya...

La vigilancia es ``guarda del corazón''... El Espíritu Santo trata de

despertarnos continuamente a esta vigilancia...»

(2849).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«... El Hijo de Dios tiene el designio de hacer participar y de extender

y continuar sus misterios en nosotros y

en toda su Iglesia, por las gracias que El quiere comunicarnos y por los

efectos que quiere obrar en nosotros,

gracias a estos Misterios...» (S. Juan Eudes) (521).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La Cuaresma comienza siempre con el panorama yermo y atractivo, al mismo

tiempo, del desierto (cf Os 1, 16),

decisivo en la historia de la salvación, por el paso de Israel «durante

cuarenta años». Oscuro en la perícopa

envangélica por el Tentador. Pero luminoso, pascual, por la victoria de

Cristo.

Después del Bautismo de Cristo e inmediatamente antes de las

tentaciones, S. Lucas coloca la genealogía de

Jesús, que arranca en Adán, el hombre que viene de las manos de Dios

(cf 3, 23-38). En el bautismo, Jesús es

presentado por el Padre como «mi Hijo querido», sobre el que ha

descendido en plenitud el Espíritu Santo de

Dios. Por una parte, Jesús pertenece a la raza de Adán (genealogía),

a la raza humana. Por eso, como todo

hombre, desde el primero, será tentado. Por otra parte, como el Hijo del

Padre, lleno del Espíritu Santo de Dios,

vencerá la tentación, allí donde sucumbieron el primer hombre y sus

hijos. Comienza, pues, con Jesús una nueva

humanidad.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Las tentaciones y la victoria de Jesús sustentan nuestra respuesta:

538-540.

Meditación sobre la situación del hombre, débil e inclinado al

mal, pero «no lo abandonaste al poder de la

muerte»: 402-412 (también 1707; puede completarse con el paradigma del

primer pecado, 385-401).

La respuesta:

«No nos dejes caer en la tentación»: 2846-2849.

«Y líbranos del mal» [«del Malo»]: 2850-2854.

La lucha y la victoria contra los malos deseos del corazón: 2514-2519;

2534-2543.

C. Otras sugerencias

Si no hay «ejercicio cuaresmal», no hay renovación pascual.

El bautizado vive el misterio de la tentación de Jesús en la celebración litúrgica y en las tentaciones que padece. Así, anticipa con Jesús la victoria pascual.

DOMINGO II DE CUARESMA (inicio)

«!Maestro, qué bien se está aquí!»

I. LA PALABRA DE DIOS

Gn 15, 5-12. 17-18: Dios hace alianza con el fiel Abrahán

Sal 26, 1.7-8a.8b-9abc.13-14: El Señor es mi luz y mi salvación

Flp 3, 17-4, 1: Cristo nos transformará, según el modelo de su cuerpo

glorioso

Lc 9, 28b-36: Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Una visión anticipada del Reino: La Transfiguración... Por un

instante, Jesús muestra su gloria divina,

confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para

``entrar en su gloria'' (Lc 24, 27), es necesario

pasar por la Cruz en Jerusalén. Moisés y Elías habían visto la

gloria de Dios en la montaña; la ley y los Profetas

habían anunciado los sufrimientos del Mesías. La Pasión de Jesús

es la voluntad por excelencia del Padre: el Hijo

actúa como siervo de Dios. La nube indica la presencia del Espíritu

Santo: ``Apareció toda la Trinidad: el Padre

en la voz, el Hijo en el hombre, el Espíritu en la nube luminosa'' (Santo

Tomás)» (554-555).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

Pedro no había comprendido... cuando deseaba vivir con Cristo en la

montaña. Te ha reservado eso, oh Pedro,

para después de la muerte. Pero ahora, él mismo dice: Desciende para

penar en la tierra, para servir en la tierra,

para ser despreciado y crucificado en la tierra. La Vida desciende para

hacerse matar; el Pan desciende para

tener hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende

para sentir la sed; y tú, ¿vas a

negarte a sufrir? (S. Agustín)» (556).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En los tres sinópticos, la transfiguración está estrechamente

vinculada al primer anuncio de la pasión y en Lucas

a la oración de Jesús: «mientras oraba, el aspecto de su rostro

cambió». La transfiguración es una experiencia

mística de la humanidad de Cristo, compartida con los tres discípulos

predilectos. Estos, no habituados, «se

asustaron al entrar en la nube».

En Lucas se destaca el binomio gloria-muerte. La gloria de la

transfiguración está patente en los tres sinópticos.

Pero, al mismo tiempo, Moisés y Elías «hablaban de su muerte [su

éxodo], que iba a consumar en Jerusalén» (lo

propio de Lucas). Y todo quedaba envuelto en el misterio del «secreto

mesiánico: ``guardaron silencio y, por el

momento, no contaron a nadie''. Pasión y Gloria, secreto mesiánico,

anuncian y anticipan en este mundo de

muerte lo que no es de él, el Misterio Pascual.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Jesús es el «Hijo único de Dios»: 444; 441-445.

La gracia transfigura ya a los hombres: 1996-2005.

Por los sacramentos: 556.

La transfiguración, avance de la Segunda Venida y «esperanza de los

cielos nuevos y de la nueva tierra»: 1042-

1050.

La respuesta:

La transfiguración del bautizado por la oración: 2559-2565.

La transfiguración del bautizado por la vida moral: 1691-1698.

La transformación de los deseos: 2520-2533; 2544-2550.

C. Otras sugerencias

Se ha de grabar en el corazón del cristiano la ley pascual, de

muerte-vida. Implantada en el bautismo, puede

desarrollarse o amortiguarse. Debiéramos sentir miedo a otras formas de

vivir.

La Transfiguración tuvo lugar durante la oración de Jesús. No hay

vida cristiana sin oración, sin tiempo

«perdido» para Dios. La Cuaresma es el tiempo para decidirse a entrar en

la vida de oración. «Oigo en mi

corazón, buscad mi rostro» (Ant. de entrada).

DOMINGO III DE CUARESMA (inicio)

«Fue a buscar fruto... y no lo encontró»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ex 3, 1-8a. 13-15: ``Yo soy'' me envía a vosotros

Sal 102, 1-2.3-4.6-7.8 y 11: El Señor es compasivo y misericordioso

1 Co 10, 1-6. 10-12: La vida del pueblo con Moisés en el desierto se

escribió para escarmiento nuestro

Lc 13, 1-9: Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera

II. LA FE DE LA IGLESIA

«... la llamada de Cristo a la conversión sigue resonando en la vida

de los cristianos [después del bautismo].

Esta segunda conversión es una tarea ininterrumpida para toda la Iglesia

que ``recibe en su propio seno a los

pecadores'' y que siendo ``santa al mismo tiempo que necesitada de

purificación constante, busca sin cesar la

penitencia y la renovación''» (1428).

«El olvido de la Ley y la infidelidad de la Alianza llevan a la muerte:

el exilio, aparente fracaso de las

Promesas, es en realidad fidelidad misteriosa del Dios Salvador y comienzo de

una restauración prometida, pero

según el Espíritu. Era necesario que el Pueblo de Dios sufriese esta

purificación; el Exilio lleva ya la sombra de

la Cruz en el designio de Dios y el Resto de pobres que vuelven del Exilio es

una de las figuras más

transparentes de la Iglesia» (710).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«... Santo Tomás Moro, poco antes de su martirio, consuela a su hija:

Nada puede pasarme que Dios no quiera.

Y todo lo que El quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo

mejor» (313).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Nos faltan datos para determinar, aun aproximadamente, la represión de

Pilato. Lo más probable es que el

Procurador romano, en venganza a una revuelta, matara a bastantes galileos.

Jesús saca la conclusión: «Si no os convertís, todos

pereceréis de la misma manera». El Maestro aplica la

enseñanza desprendida de la higuera estéril, que será cultivada, a

ruegos del viñador, «a ver si da fruto. Si no, al

año que viene la cortarás».

La perícopa plantea el juicio de Dios a los pecadores, ya en este mundo.

Pone delante la imagen de un Dios

justo y que castiga. Imagen muy popular y que plantea interrogantes a la fe.

La justicia es atributo necesario de Dios, que la sola inteligencia del

hombre no acierta a conciliar con su bondad

y ternura. Pero justicia y misericordia se afirman en: el NT, la profesión

de fe de la Iglesia y la experiencia

cristiana de los fieles, porque Dios no puede menos de superar nuestros

esquemas sobre su modo de ser. El

castigo de Dios en este mundo se comprende como castigo pedagógico: Dios

sólo permite los males para sacar de

ellos mayores bienes (cf Hb 12, 5-11; también 311b, 324).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Necesidad constante de conversión: 1425-1429.

Fe en los caminos de la Providencia: 309-314.

La respuesta:

La constante «conversión de los bautizados», por la formación

de la conciencia: 1783-1789.

La conversión de la sociedad: 1423; 1886-1889.

C. Otras sugerencias

El juicio en este mundo del Dios que nos ama ofrece un avance, sujeto a

revisión, del juicio definitivo. Por esto,

el juicio de Dios en este mundo busca nuestra conversión.

Hay que adherirse a los caminos de la providencia de Dios, que busca la

purificación de nuestros corazones,

bajo la sombra de la Cruz, en comunión con el Cristo paciente (Ver 618).

DOMINGO IV DE CUARESMA (inicio)

«Padre, he pecado contra el cielo y contra ti»

I. LA PALABRA DE DIOS

Jos 5, 9a. 10-12: El pueblo de Dios celebra la Pascua al entrar en la

tierra prometida

Sal 33, 2-3.4-5.6-7: Gustad y ved qué bueno es el Señor

2 Co 5, 17-21: Dios nos ha reconciliado consigo en Cristo

Lc 15, 1-3. 11-32: Este hermano tuyo estaba muerto y ha revivido

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Jesús invita a los pecadores al banquete del Reino: ``No he venido a

llamar a justos sino a pecadores''... Les

invita a la conversión» (545).

«... la gracia debe descubrir el pecado para convertir nuestro

corazón... Como un médico que descubre la herida

antes de curarla, Dios, mediante su palabra y su espíritu, proyecta una

luz viva sobre el pecado» (1848).

«Perdona nuestras ofensas... aun revestidos de la vestidura bautismal, no

dejamos de pecar, de apartarnos de

Dios... Nuestra petición empieza con una ``confesión'' en la que

afirmamos, al mismo tiempo nuestra miseria y su

Misericordia» (2839).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El que confiesa sus pecados actúa ya con Dios. Dios acusa tus

pecados; si tú también te acusas, te unes a

Dios. El hombre y el pecador son por así decirlo, dos realidades: cuando

oyes hablar del hombre es Dios quien lo

ha hecho; cuando oyes hablar del pecador, es el hombre mismo quien lo ha

hecho. Destruye lo que tú has hecho

para que Dios salve lo que El ha hecho... Cuando comienzas a detestar lo que

has hecho, entonces tus obras

buenas comienzan porque reconoces tus obras malas. El comienzo de las obras

buenas es la confesión de las

obras malas. Haces la verdad y vienes a la luz (S. Agustín)» (1458).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La misericordia y la alegría de Dios Padre son los dos rasgos más

destacados por S. Lucas en las parábolas del

perdón.

A las ideas judías de justicia y pecado, obediencia o desobediencia a

las órdenes del Padre (vers. 29), muy

presentes en el hijo mayor de la parábola, Jesús opone otro modo de ver

las relaciones del hombre con Dios: la

rectitud consiste en comportarse como hijo y el pecado en dejar de proceder

como tal, por esto, el hijo menor se

aleja del Padre y de su casa. Esto equivale a morir y el retorno a vivir

(vers. 24 y 32).

El pródigo recupera los privilegios del hijo: «el mejor traje»

(más exactamente «el primer traje»); el anillo y las

sandalias, propios de los hombres libres y se le festeja con el ternero

cebado, reservado para las grandes

ocasiones.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La realidad del pecado y su proliferación: 386-387; 1865-1869.

La necesidad de un sacramento del perdón: 979-983.

La respuesta:

La penitencia del corazón: 1430-1433.

La confesión de los pecados: 1455-1458.

Las obras de satisfacción: 1459-1460.

C. Otras sugerencias

El perdón de Dios no alcanza al hombre, mientra éste no se vuelva a

El, mientras no se convierta, porque Dios

no puede menos de respetar la libertad de la criatura. Esta retorna por la

decisión del corazón, bajo la gracia del

Dios que espera y llama al sacramento de la penitencia y del perdón.

«El cristiano que quiere purificarse de su pecado... no está solo...

En la comunión de los santos... la santidad de

uno aprovecha a los otros, más allá del daño que el pecado de uno

pudo causar a los demás». Esta es la base de

las Indulgencias, que completan el sacramento de la penitencia y cuya

práctica se debe recuperar (cf 1474).

DOMINGO V DE CUARESMA (inicio)

«Mujer, tampoco yo te condeno, anda y no peques más»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 43, 16-21: Mirad que realizo algo nuevo y daré bebida a mi pueblo

Sal 125, 1-2ab.2cd-3.4-5.6: El Señor ha estado grande con nosotros y

estamos alegres

Fl 3,8-14: Todo lo estimo pérdida, comparado con Cristo, configurado,

como estoy, con su muerte

Jn 8, 1-11: El que esté sin pecado que le tire la primera piedra

II. LA FE DE LA IGLESIA

«``¿Quién puede perdonar los pecados sino sólo Dios?'' (Mc 2, 7).

Al perdonar los pecados, o bien Jesús

blasfema porque es un hombre que pretende hacerse igual a Dios o bien dice

verdad y su persona hace presente

y revela el Nombre de Dios» (589).

«Dios nos ha creado sin nosotros, pero no ha querido salvarnos sin

nosotros. La acogida de su misericordia

exige de nosotros la confesión de nuestras faltas» (1847).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Si en la Iglesia no hubiera remisión de los pecados, no habría

ninguna esperanza, ninguna expectativa de una

vida eterna y de una liberación eterna. Demos gracias a Dios que ha dado a

la Iglesia semejante don (San

Agustín)» (983).

La liturgia bizantina posee expresiones diversas de absolución ...:

«Que el Dios que por el profeta Natán

perdonó a David cuando confesó sus pecados, y a Pedro cuando lloró

amargamente y a la pecadora cuando

derramó lágrimas sobre sus pies, y al fariseo, y al pródigo, que

este mismo Dios, por medio de mí, pecador, os

perdone en esta vida y en la otra y que os haga comparecer sin condenaros en

su temible tribunal. El que es

bendito por los siglos de los siglos. Amén» (1481).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los redactores del leccionario litúrgico de este año han optado por

esta perícopa de Juan, porque hay

testimonios extrínsecos e intrínsecos para su atribución a Lucas.

La escritura de Jesús en el suelo parece ser una manera, frecuente en la

literatura árabe, de abstenerse de

tomar parte en un asunto espinoso. Pero Jesús termina tomando parte y muy

habilmente. La perícopa no se ha

de examinar desde la casuística, posible quizá, sino desde Jesús y

su mensaje cuestionados: pretendían

«comprometerlo y poder acusarlo». Jesús se muestra fiel al mensaje de

misericordia y fiel a la Ley, que también

viene del Padre. Por eso, perdona a la mujer y le exhorta al arrepentimiento:

«en adelante no peques más». La

palabra de exhortación, palabra viva, es gracia que la mujer acoge. En

otra ocasión, el mismo Jesús había

perfeccionado las exigencias de la Ley, más allá de la letra, apelando

al espíritu, prohibiendo el adulterio del

corazón (cf Mt 5, 27s.).

La misericordia mayor y la exigencia mayor descubren el paso del AT al NT.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Sacramento de la penitencia y de la reconciliación: 1440-1445.

Los dones del sacramento: 1468-1470.

La respuesta:

Actitudes-actos del penitente y gracia del sacramento: 1490-1498.

La respuesta del ministro del sacramento: 1465-1467.

C. Otras sugerencias

Los pecados se perdonan por el sacramento pero no se destruyen todas sus

consecuencias (= penas temporales,

1472). La penitencia que se impone en el sacramento y la que nosotros mismos

nos impongamos ha de ser la

medicina para «recobrar la plena salud espiritual» (cf 1459-1460)).

La práctica del sacramento de la penitencia depende del convencimiento

personal del pecado, fruto del Espíritu

cuya misión es convencer del pecado (cf Jn 16, 8) y del deseo de

encontrarse con el Cristo de la misericordia.

DOMINGO DE RAMOS (inicio)

«Murió por nuestros pecados, según las Escrituras»

I. LA PALABRA DE DIOS

Procesión de Ramos: Lc 19, 28-40: Bendito el que viene en nombre del

Señor

Misa: Is 50, 4-7: No oculté el rostro a insultos; y sé que no

quedaré avergozado

Sal 21, 8-9.17-18a.19-20.23-24: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me

has abandonado?

Flp. 2, 6-11: Se rebajó a sí mismo; por eso Dios lo levantó sobre

todo

Lc 22, 14-23, 56: Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San

Lucas

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La entrada de Jesús en Jerusalén manifiesta la venida del reino,

que el Rey-Mesías llevará a cabo mediante la

Pascua de su Muerte y de su Resurrección...» (560).

«La Iglesia en el magisterio de su fe y en el testimonio de sus santos no

ha olvidado jamás que ``los pecadores

mismos fueron los autores y como los instrumentos de todas las penas que

soportó el divino Redentor''. Teniendo

en cuenta que nuestros pecados alcanzan a Cristo mismo, la Iglesia no duda en

imputar a los cristianos la

responsabilidad más grave en el suplicio de Jesús, responsabilidad con

la que ellos, con demasiada frecuencia, han

abrumado únicamente a los judíos» (598).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando se hizo hombre recapituló en sí mismo la larga historia de

la humanidad procurándonos en su propia

historia la salvación de todos, de suerte que lo que perdimos en

Adán... lo recuperamos en Cristo Jesús (S.

Ireneo...)» (Cf 469).

«La noche pascual de la resurrección pasa por la de la agonía y la

del sepulcro. Son estos tres tiempos fuertes

de la Hora de Jesús los que su Espíritu (y no la ``carne que es

débil'') hace vivir en la contemplación. Es

necesario aceptar el ``velar una hora''...» (2719).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En la entrada en Jerusalén, Lucas destaca, por un lado, el recibimiento

triunfal y, por otro, las lágrimas de

Jesús sobre la ciudad (cf Lc 19, 28-42).

La lectura de la Pasión, que comienza en la última Cena, invita a

interpretar los dos acontecimientos en mutua

referencia. Lucas subraya el carácter sacrificial de la Cena: sacrificio

expiatorio (cf Lc 22, 19 e Is 53, 4-12);

sacrificio de la Nueva Alianza (cf Lc 22, 19 y Ex 24, 8); sacrificio memorial

de la Nueva Pascua (cf Lc 22, 14-19 y

Ex 12, 14).

La Pasión en Lucas presenta, entre otras, las siguientes variantes: en

el huerto, «el sudor a goterones, como de

sangre»; en el proceso, Jesús ante Herodes; en el camino de la cruz, el

lamento de las hijas de Jerusalén y las

palabras de Jesús que anuncian el juicio de Dios; en la cruz, como en la

vida pública, el evangelio del perdón

para los verdugos y el ladrón arrepentido; y en la muerte, la oración

con «gran voz» «Padre, en tus manos

encomiendo mi espíritu».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La subida a Jerusalén y la entrada mesiánica: 557-560.

La muerte de Jesús designio divino de salvación: 599-605.

La ofrenda de Cristo por nuestros pecados: 606-617.

La respuesta:

Nuestra participación en el sacrificio de Cristo: 618.

participación sacramental: 1227; 1362-1372

participación contemplativa: 2718-2719

participación constante: 2028s.

participación en la muerte: 1005-1014.

C. Otras sugerencias

Todo bautizado debe decir en las pruebas de la vida: «Me alegro de sufrir

por vosotros: así completo en mi

carne los dolores de Cristo, sufriendo por su cuerpo que es la Iglesia»

(Col 1, 24).

S. Ignacio de Antioquía dice que la Muerte del Señor fue un misterio

resonante que sucedió «en el silencio de

Dios». Para adentrarnos en ese Misterio, la Iglesia celebra el Santo Triduo

Pascual, en el que todo bautizado

debe participar cordialmente.

SANTO TRIDUO PASCUAL (inicio)

Se repite con razón una y otra vez que el Triduo es el centro de la vida

de la Iglesia y, dentro del mismo, la

Vigilia es el corazón. Las celebraciones litúrgicas del Jueves y del

Viernes cuentan con la participación de los

fieles; sin embargo, la Noche Santa, la Vigilia, sobre todo si es vigilia

nocturna, como debe ser, no ha entrado. Se

echa de menos un fuerte esfuerzo pastoral de catequización sobre el Triduo

y principalmente sobre la Vigilia

(véase 1095).

El Triduo ofrece la siguiente estructura:

Primer Día: del jueves al atardecer celebración de la Cena del

Señor, al Viernes por la tarde celebración

de la Muerte del Señor. Se celebra el anticipo del Misterio pascual en

la Ultima Cena y la primera fase del

Misterio, la negativa, que se centra en la Pasión y Muerte del Señor.

Segundo Día: del Viernes al atardecer hasta el Sábado por la noche.

Se celebra, dentro de la primera fase del

Misterio Pascual, la sepultura del Señor. No hay otras celebraciones

litúrgicas, fuera de la liturgia de las horas. A

no pocos les da la sensación de un día vacío. Y lo es, porque

está vacío de Cristo, muerto y sepultado, y, por eso,

lleno de la contemplación de la Iglesia, la esposa, que medita el pasado y

se abre al próximo futuro.

Tercer Día: de la Vigilia Pascual a todo el Domingo de Resurrección.

Este Día no tiene ocaso. Se celebra la

segunda y definitiva fase del Misterio Pascual, la positiva: la

Resurrección del Señor del fondo de la misma

muerte.

Se ha aludido al comienzo a la Vigilia nocturna. La Vigilia da el nombre a

toda la celebración. Señal de su

importancia. Esta Vigilia, como toda vigilia eclesial, pide oración

sosegada. En esta Noche con la contemplación

de los grandes momentos de la Historia de la Salvación, desde la

Creación del mundo hasta la Resurrección de

Cristo. Las nueve lecturas han de escucharse «en silencio meditativo».

Los formularios que les acompañan

ahondan la contemplación y avivan la súplica. Se malogra el conjunto de

la celebración, cuando se reduce la

Vigilia y deja de ser vigilia, es decir, deja de ser espera larga en la noche

del Señor resucitado.

Las aportaciones que se ofrecen a continuación giran en torno a los

anuncios evangélicos.

JUEVES SANTO: MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR (inicio)

«Los amó hasta el extremo»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ex 12, 1-8. 11-14: Prescripciones sobre la cena pascual

Sal 115, 12-13.15-16bc.17-18: El cáliz que bendecimos es la comunión

de la Sangre de Cristo

1Co 11, 23-26: Cada vez que coméis del pan y bebéis del cáliz,

proclamáis la muerte del Señor

Jn 13, 1-15: Los amó hasta el extremo

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El mandamiento de Jesús de repetir sus gestos y sus palabras ``hasta

que venga'' (1 Co 11, 26), no exige

solamente acordarse de Jesús y de lo que hizo. Requiere la celebración

litúrgica por los apóstoles y sus sucesores

del memorial de Cristo, de su vida, de su muerte, de su resurrección y de

su intercesión junto al Padre» (1341).

«Así, de celebración en celebración, anunciando el misterio

pascual de Jesús ``hasta que venga'' (1 Co 11, 26),

el pueblo de Dios peregrinante ``camina por la senda estrecha de la cruz''

hacia el banquete celestial, donde

todos los elegidos se sentarán a la mesa del Reino» (1344).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

El amor cristiano es más que filantropía, es caridad que brota de la

vida compartida en el mismo Cuerpo de

Cristo, en la Iglesia de la Eucaristía: «Si vosotros mismos sois Cuerpo

y miembros de Cristo, sois el sacramento

que es puesto sobre la mesa del Señor, y recibís este sacramento

vuestro. Respondéis ``amén'' (es decir, ``sí'' ``es

verdad'') a lo que recibís, con lo que, respondiendo, lo reafirmáis.

Oyes decir ``el Cuerpo de Cristo'' y respondes

``amén''. Por lo tanto, sé tú verdadero miembro de Cristo para que

tu ``amén'' sea también verdadero (S.

Agustín)» (1396).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El término de la vida terrena de Jesús, de la Última Cena a la

Resurrección, se enmarca en la Pascua antigua

y en la Nueva: La Cena se celebra «Antes del día de la fiesta de la

Pascua» antigua. Se relaciona así con aquella

Pascua. Y la misma Cena se vincula, a su vez, con la Pascua Nueva: «Antes

del día de la fiesta de la Pascua

(antigua, la fiesta del paso del Dios salvador de su pueblo), sabiendo

Jesús que había llegado la hora de pasar (su

Nueva Pascua) de este mundo al Padre... estando cenando...». El paso de

Jesús al Padre prolonga y supera a la

Pascua antigua, es la Pascua Nueva.

El día de la Eucaristía se lee el evangelio del lavatorio de los

pies, para destacar que la Eucaristía se frustra sin

el servicio mutuo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La institución de la Eucaristía: 610; 1337-1344.

La Oración de la Hora de Jesús: 2746-2751.

La comunión de bienes espirituales y materiales: 949-953.

El respeto de la persona y la solidaridad imperativos del mandamiento

nuevo: 1929-1933; 1939-1942.

Razón de ser del sacerdocio ministerial: 610; 1548-1553.

La respuesta:

La ofrenda de la Iglesia en la Eucaristía: 1368-1372.

La Iglesia de la Eucaristía, Iglesia de la caridad: 2074; 1396-1398.

El ministerio sacerdotal: 1551. 876-879.

C. Otras sugerencias

Si en verdad se participa de la Eucaristía, se participa de la Muerte

del Señor. Si se participa de la Muerte del

Señor, se ama como El amó, «hasta el fin».

El ministerio es el servicio eclesial que acerca el Amor del Señor hasta

la muerte a los miembros de la Iglesia.

VIERNES SANTO: CELEBRACION DE LA MUERTE DEL SEÑOR (inicio)

«!Pueblo mío! ¿Qué te he hecho?»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 52,13-53,12: El fue traspasado por nuestras rebeliones

Sal 30, 2 y 6.12-13.15-16.17 y 25: Padre, a tus manos encomiendo mi

espíritu

Hb 4, 14-16; 5, 7-9: Experimentó la obediencia, y se convirtió en

causa de salvación eterna para todos los que le

obedecen

Jn 18,1-19,42: Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan.

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Toda la vida de Cristo es Misterio de Redención. La Redención nos

viene ante todo por la sangre de la cruz...

pero este misterio está actuando en toda la vida de Cristo: ya en la

Encarnación porque haciéndose pobre nos

enriquece con su pobreza... en su vida oculta donde repara nuestra

insumisión mediante su sometimiento... en sus

curaciones y exorcismos, por los cuales él tomó nuestras flaquezas y

cargó con nuestras enfermedades...» (517).

«El ``amor hasta el extremo'' (Jn 13, 1) es el que confiere valor de

redención y de reparación, de expiación y de

satisfacción al sacrificio de Cristo. Nos ha conocido y amado a todos en

la ofrenda de su vida. La existencia en

Cristo de la persona divina del Hijo, que al mismo tiempo sobrepasa y abraza

a todas las personas humanas, y

que le constituye Cabeza de toda la humanidad, hace posible su sacrificio

redentor por todos (616).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Jesús, durante su vida, su agonía y su pasión nos ha conocido y

amado a todos y a cada uno de nosotros y se

ha entregado por cada uno de nosotros: ``El Hijo de Dios me amó'' (Ga 2,

20). Nos ha amado a todos con un

corazón humano'' (Pío XII)» (478).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Destaca en la Pasión, según San Juan, la realeza del Crucificado:

Así, por ejemplo, el título de la cruz, «Jesús

el Nazareno, el Rey de los judíos». Muere de forma soberana: cuida de su

Madre y del discípulo amado, de que

se cumplan las Escrituras (cf 19, 28) y termina su vida en este mundo, como

dueño de la vida y de la muerte:

«inclinando la cabeza, entregó el espíritu» (19, 30).

Sólo Juan transmite la transfuxión de Jesús muerto y asevera

repetidamente el testimonio de la sangre y del

agua que brotaron del costado de Jesús (cf 19, 34s.). Los ojos de la

Iglesia, a lo largo de los siglos, han

contemplado el costado abierto del Redentor y han visto: la fuente viva de

los sacramentos, el nacimiento de la

Iglesia (como Eva del costado de Adán), el refugio seguro de pecadores y

místicos, y, sobre todo, el Amor del

Corazón del Hijo, impulso de toda su vida y su obra.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

En la Cruz se muestra:

«El misterio de la aparente impotencia de Dios»: 272.

El «Dios misericordioso y clemente»: 210.

Que «Dios es Amor»: 218-221.

La respuesta:

La adhesión a la oración de Jesús en la Cruz: 2605.

La oración exigente: 2717-2719.

La Alianza y el Decálogo: 2056-2063; 2083.

C. Otras sugerencias

«El pecado mortal es una posibilidad radical de la libertad humana como

lo es también el amor. Entraña la

pérdida de la caridad... El pecado venial debilita la caridad...» (1861

y 1863). El beso al Cristo clavado, en la

Adoración de la Cruz, debe ser un acto de contrición sin palabras.

«Todos los fieles... son llamados... a la perfección de la caridad (LG

40)» (2013). «El camino de la perfección

pasa por la cruz. No hay santidad sin renuncia y sin combate espiritual...»

(2015).

LA VIGILIA PASCUAL (inicio)

«!Qué Noche tan dichosa!»

I. LA PALABRA DE DIOS

La Ley: Lecturas 1.a-3.a: La Creación, la promesa a Abrahán y la

liberación de Egipto.

Los Profetas: Lecturas 4.a-7.a: La restauración del pueblo que pecó

(Isaías, Baruc y Ezequiel).

Rm 6, 3-11: Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere

más

Sal 117, 1-2.16ab-17.22-23: Aleluya, aleluya, aleluya

Lc 24, 1-12: ¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive?

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Qué Noche tan dichosa canta el ``Exultet'' de Pascua, sólo

ella conoció el momento en que Cristo resucitó

de entre los muertos». «En efecto, nadie fue testigo ocular del

acontecimiento mismo de la Resurrección y ningún

evangelista lo describe. Nadie puede decir cómo sucedió físicamente.

Menos aún, su esencia más íntima, el paso a

otra vida, fue perceptible a los sentidos. Acontecimiento histórico

demostrable por la señal del sepulcro vacío y

por la realidad de los encuentros de los apóstoles con el Cristo

resucitado, no por ello la Resurrección pertenece

menos al centro del Misterio de la fe en aquello que transciende y sobrepasa

la historia. Por eso, Cristo

resucitado no se manifiesta al mundo sino a sus discípulos, ``a los que

habían subido con él desde Galilea a

Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo'' (Hch 13, 31)»

(647).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La vida se ha extendido sobre todos los seres y todos están llenos de

una amplia luz: el Oriente de los

orientes invade el universo, y el que existía ``antes del lucero de la

mañana'' y antes de todos los astros, inmortal

e inmenso, el gran Cristo brilla sobre todos los seres más que el sol. Por

eso... se instaura un día de luz, largo,

eterno, que no se extingue: la Pascua mística» (S. Hipólito) (1165).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

«El sepulcro vacío... ``no está aquí, ha resucitado'' (Lc 24,

5-6). En el marco de los acontecimientos de Pascua,

el primer elemento que se encuentra es el sepulcro vacío. El sepulcro

vacío ha constituído para todos un signo

esencial. Su descubrimiento por los discípulos fue el primer paso para el

reconocimiento del hecho de la

Resurrección» (640).

La Historia de la Salvación meditada en la Vigilia, en las lecturas del

AT que culminan en el anuncio

evangélico de la Resurrección, se hace presente en el contacto

sacramental con el Cristo resucitado: primero en la

renovación del bautismo y después, y principalmente, en la

renovación de la Eucaristía.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La lectura cristiana del Antiguo Testamento: 1093-1995.

«Jesucristo fue sepultado»: 624-630.

«Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre

los muertos»: 631-640.

La respuesta:

Muertos, sepultados y resucitados con Cristo en el bautismo: 628;

1262-1274.

La vocación de todo cristiano a la vida nueva que es la santidad

cristiana: 2012-2016.

C. Otras sugerencias

La vida cristiana en este mundo es prolongar y desarrollar el misterio de

la Noche pascual año tras año, porque

del bautismo «fuente de la nueva vida en Cristo... brota toda la vida

cristiana... Todo el organismo de la vida

sobrenatural del cristiano tiene su raíz en el santo bautismo» (cf 1254

y 1266).

Así, de año en año, y cada año de Domingo en Domingo, Día de

la Resurrección y, por eso, de la Eucaristía,

«el pueblo de Dios peregrinante ``camina por la senda estrecha de la

cruz''(AG 1) hacia el banquete celestial,

donde todos los elegidos se sentarán a la mesa del Reino» (cf 1344).

DOMINGO DE RESURRECCIÓN (inicio)

«!En verdad resucitó el Señor!»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 10, 34a. 37-43: Nosotros hemos comido y bebido con él después de

su resurrección

Sal 117, 1-2.16ab-17.22-23: Este es el día en que actuó el Señor:

sea nuestra alegría y nuestro gozo

Col 3, 1-4: Buscad los bienes de allá arriba, donde está Cristo [o

1Co 5, 6b-8: Barred la levadura vieja, para ser

una masa nueva]

Jn 20, 1-9: El había de resucitar de entre los muertos

II. LA FE DE LA IGLESIA

«En la Liturgia de la Iglesia, Cristo significa y realiza principalmente

el misterio pascual. Durante su vida

terrestre Jesús anunciaba con su enseñanza y anticipaba con sus actos

el misterio pascual. Cuando llegó su Hora...

vivió el único acontecimiento de la historia que no pasa... todos los

demás acontecimientos... son absorbidos por el

pasado. El misterio pascual de Cristo... no puede permanecer solamente en el

pasado, pues por su muerte

destruyó a la muerte, y todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y

padeció por los hombres participa de la

eternidad divina y domina así todos los tiempos y en ellos se mantiene

permanentemente presente...» (1085).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando meditamos, oh Cristo, las maravillas que fueron realizadas en este

día del domingo de tu santa

Resurrección, decimos: Bendito es el día del domingo, porque en él

tuvo comienzo la creación... la salvación del

mundo... la renovación del género humano... en él el cielo y la

tierra se regocijaron y el universo entero quedó

lleno de luz. Bendito es el día del domingo, porque en él fueron

abiertas las puertas del paraíso para que Adán y

todos los desterrados entraran en él sin temor» (Fanqîth, Oficio

siríaco de Antioquía) (1167).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

«... su descubrimiento [del sepulcro vacío] por los discípulos

fue el primer paso para el reconocimiento del

hecho de la Resurrección. ``El discípulo que Jesús amaba'' (Jn 20,

2) afirma que, al entrar en el sepulcro vacío y

al descubrir ``las vendas en el suelo'' (20, 6) ``vió y creyó'' (Jn 20,

8). Eso supone que constató en el estado del

sepulcro vacío (cf Jn 20, 5-7) que la ausencia del cuerpo de Jesús no

había podido ser obra humana y que Jesús

no había vuelto simplemente a una vida terrenal como había sido el caso

de Lázaro (cf Jn 11, 44)» (640).

Los protagonistas de la perícopa son Pedro y el otro discípulo «que

Jesús amaba». Serán los primeros testigos

de la Resurrección. Al ver el sepulcro vacío, creen. La fe está

vinculada a entender la Escritura: «que El había de

resucitar de entre los muertos». Del principio al fin de la Revelación,

Dios se muestra siempre fiel, no abandona

ni a su pueblo ni a cada uno de sus hijos. Ni se deja vencer en fidelidad.

Por eso resucita al Justo por excelencia,

«el Hijo amado, el predilecto».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Resurrección de Cristo y la Santísima Trinidad: 648-650.

Resucitados ya con Cristo: 1002-1004.

La respuesta:

Esperanza personal y comunitaria: 1817-1821. 1042-1050.

La Eucaristía y la resurrección: 1402-1405.

C. Otras sugerencias

Para que el misterio de la resurrección arraigue en el corazón, es

imprescindible la experiencia de la vida de

Dios en nosotros, en cuanto es posible en este mundo. La actividad

espiritual, la atención a la vida del Espíritu

en nosotros, en línea con el «ejercicio cuaresmal», conducen a tal

experiencia.

«``La Iglesia, desde la Tradición apostólica que tiene su origen en

el mismo día de la resurrección de Cristo,

celebra el misterio pascual cada ocho días, en el día que se llama con

razón `día del Señor' o domingo''» (1166).

El Domingo es el símbolo real de la identidad cristiana, que reclama la

celebración de la Eucaristía y del Día.

EL TIEMPO PASCUAL (inicio)

Es el Tiempo primero histórica y teológicamente. Sus comienzos se

sitúan en el siglo II, cuando los demás

Tiempos fuertes datan del IV y el Adviento es aún más tardío.

También teológicamente ocupa el primer puesto,

porque el misterio de la Resurrección del Señor es el fundamento de la

fe cristiana y su vivencia el centro de la

vida «en el Espíritu», que es la experiencia propia del bautizado.

Así, la Cuaresma, por ejemplo, es imprescindible

pero no es el Tiempo más importante, porque fuimos creados para gozar de

Dios, no para sufrir por El; aunque

no hay otro camino para la dicha que el de la negación de sí mismo,

según el Evangelio.

Los Cincuenta días de Pascua celebran el gozo de Dios en nosotros,

presente en el Cristo resucitado.

La vida parroquial, durante este tiempo, está en parte acaparada por las

Primeras Comuniones. Se impone, sin

embargo, la paciente y constante catequización de los fieles en las

riquezas de este Tiempo. «Los cincuenta días

que van desde el Domingo de Resurrección hasta el Domingo de

Pentecostés, han de ser celebrados con alegría y

de forma exultante como si se tratase de un solo y único día festivo,

más aún, como si se tratase de ``un gran

Domingo''...» (Normas Universales sobre el Año litúrgico y el

Calendario, n.o 22). Se nos pone delante como

tarea pastoral la experiencia del gozo del Espíritu Santo.

Una introducción a las celebraciones de los Domingos pascuales aparece

en el cuadro de la página siguiente. Las

aportaciones recogidas del Catecismo giran en torno a la anuncios

evangélicos.

TIEMPO PASCUAL

Solemnidades y Domingos

Primera Lectura

Segunda

Lectura

Evangelio

Catecismo de la Iglesia Católica

2.o PASCUA

Expansión de la Iglesia

(Hch 5, 12-26)

Visión de Cristo Resucitado, «un domingo»

(Ap 1, 9-11a.12s.17-19)

Aparición a los discípulos el

domingo de Resurrección (Jn 20, 19-31)

Las aparicones del

resucitado: 641-647

3.o PASCUA

Testimonio apostólico sobre la

Resurrección (Hch 5, 27-32.40b-41)

Liturgia celeste,

universal y cósmica: en torno a Dios y al Cordero (Ap 5, 11-14)

Aparición después de la pesca milagrosa (Jn 21, 1-19)

Sentido salvífico y alcance de la Resurrección: 651-655

4.o PASCUA

La misión a los gentiles por el

rechazo de Israel (Hch 13, 14.43-52)

Liturgia celeste

(Ap 7,9. 14b-17)

El Buen Pastor (Jn 10, 27-30)

Los símbolos de la Iglesia: 753-757

5.o PASCUA

Misión de Pablo y Bernabé

(Hch 14, 20b-26)

La nueva creación y la nueva

Jerusalén (Ap 21, 1-5a)

Consignas para el tiempo de la

Iglesia (Jn 13, 31-33a.34s)

La Alianza Nueva y el Nuevo

Mandamiento: 733-734; 1822- 1832

6.o PASCUA

El Concilio de Jerusalén

(Hch 15, 1-2.22-29)

La nueva Jerusalén (Ap 21,

10-14.22-23)

Consignas para el tiempo de la Iglesia (Jn 14,

23-29)

La comprensión de la Palabra de Dios: 111-117;

128-133

ASCENSIÓN

El Misterio de la Ascensión (Hch 1,

1-11)

La gloria de Cristo exaltado (Ef 1, 17-23)

El Msterio de la Ascensión del Señor (Lc 24, 46-53)

El misterio de la Ascensión: 659-668

PENTECOSTÉS. Vigilia

El Espíritu hace revivir al

Pueblo de Dios (Ez 37, 1-14)

El «gemido» del Espíritu

en la creación y en los hijos (Rm 8, 22-27)

El

Espíritu Agua Viva (Jn 7, 37-39)

Cristo resucitado fuente

del Espíritu: 728-730; 742; 746

PENTECOSTÉS. Día

El misterio de Pentecostés

(Hch 2, 1-11)

Un Cuerpo y un Espíritu (1 Co 12, 3b-

7.12-13)

Aparición a los discípulos el Domingo de

Resurrección y donación del Espíritu (Jn 20, 19-23)

El Espíritu Santo y la Iglesia: 731-741

DOMINGO II DE PASCUA (inicio)

«!Dichosos los que crean sin haber visto!»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 5, 12-16: Crecía el número de los creyentes

Sal 117,2-4. 22-24.25-27a: Dad gracias al Señor porque es bueno, porque

es eterna su misericordia (o Aleluya)

Ap 1, 9-11. 12s. 17-19: Estaba muerto, y ya ves, vivo por los siglos de los

siglos

Jn 20, 19-31: A los ocho días, se les apareció Jesús

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Jesús resucitó de entre los muertos ``el primer día de la

semana''... En cuanto es el ``primer día'', el día de la

Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto es el

``octavo día'', que sigue al sábado... significa

la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los

cristianos vino a ser el primero de todos los

días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor... el

``domingo''... La celebración dominical del día y de la

Eucaristía del Señor tiene un papel principalísimo en la vida de la

Iglesia...» (2174 y 2177).

«Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas

mediante el tacto... y el compartir la comida...

no es un espíritu... es el mismo que ha sido martirizado y crucificado ya

que sigue llevando las huellas de su

pasión...» (645).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Los que vivían según el orden de cosas antiguo han pasado a la

nueva esperanza, no observando ya el sábado,

sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por El y por

su muerte» (S. Ignacio de Antioquía).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La misma perícopa se repite en los tres años. Señal de su

importancia. Es un condensado del lado divino del

misterio: la presencia asequible del Resucitado, su mensaje, el don del

Espíritu, la constitución de los Doce y con

ellos de la Iglesia para la misión y en ésta, la extinción del

pecado y la creación de la vida nueva. Por el lado

humano: la «experiencia» de los Doce y hoy de la asamblea litúrgica,

la duda en el corazón humano y también la

adoración rendida: «!Señor mío y Dios mío!». El misterio

divino-humano cristaliza en un Día, en el que todo eso

sucede, «el día primero de la semana» y «a los ochos días».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Las apariciones del Resucitado: 641-647.

El Día del Señor: 1163-1167; 2174-2179.

La respuesta:

El encuentro con el Señor resucitado en la Iglesia por la oración:

2559-2561; la adhesión a la oración del

Cristo pascual: 2606; para la búsqueda incipiente de Dios: 27; 29;

166-168.

El Domingo día de encuentro con el Señor, con los hombres y de

descanso: 2180-2188.

C. Otras sugerencias

Cuaresma y Pascua se completan. A la oración penitente de Cuaresma

sucede el impulso interior al gozo

oracional de la Pascua. También la oración se entreteje de negación

de sí y de consolación, de negativo y positivo,

de la Ley pascual que domina la vida del bautizado.

Se ha de catequizar sobre la grandeza del Domingo y no se ha de ocultar el

precepto dominical, que es una

ayuda a la debilidad humana (2180-2182).

DOMINGO III DE PASCUA (inicio)

«!Es el Señor!»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 5, 27b-32.40b-41: Testigo de esto somos nosotros y el Espíritu Santo

 

Sal 29,2 y 4.5 y 6.11 y 12a y 13b: Te ensalzaré, Señor, porque me has

librado (o Aleluya)

Ap 5, 11-14: Digno es el Cordero degollado de recibir el poder y la

alabanza

Jn 21, 1-19: Jesús se acercó, tomó el pan y se lo dio; lo mismo el

pescado

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Con mucha frecuencia, en los evangelios, hay personas que se dirigen a

Jesús llamándole ``Señor''... En el

encuentro con Jesús resucitado, se convierte en adoración: ``Señor

mío y Dios mío''... Entonces toma una

connotación de amor y de afecto que quedará como propia de la

tradición cristiana: ``!Es el Señor!'' (Jn 21, 7)»

(448).

«El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente

de él, la piedra de su Iglesia. Le entregó

las llaves de ella... lo instituyó pastor de todo el rebaño... Este

oficio pastoral de Pedro y de los demás apóstoles

pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa por los obispos bajo

el primado del Papa» (881 y 765).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«... no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos

pastores, lo proteges y conservas, y

quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores

a quienes tu Hijo dio la misión de

anunciar el Evangelio (MR, Prefacio de los apóstoles)» (857).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La Resurrección «acontecimiento histórico demostrable por la

señal del sepulcro vacío [Domingo de Pascua] y

por la realidad de los encuentros de los apóstoles con Cristo resucitado

[Domingos II y III], no por ello...

pertenece menos al centro del Misterio de la fe...Por eso, Cristo resucitado

no se manifiesta al mundo (cf Jn 14,

22) sino a sus discípulos, ``a los que habían subido con él desde

Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos

suyos ante el pueblo'' (Hch 13, 31)» (647).

También en esta perícopa hay que tomar conciencia de la riqueza del

anuncio evangélico: la presencia peculiar

del Resucitado (cf 645), el banquete del Pez y del Pan, símbolos

primitivos eucarísticos, el descubrimiento del

Señor por los discípulos pero manteniendo El su misterio, la misión

de Pedro en la Iglesia y su futuro martirial.

(Cf Liturgia de las Horas II, 778-780).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Sentido y alcance salvífico de la Resurrección: 651-655.

El ministerio de Pedro en la Iglesia: 553 (también 551-552).

La respuesta:

El encuentro con el Señor resucitado en la Iglesia por la oración:

2626-2643.

m Toda la Iglesia es apostólica: 863-865.

C. Otras sugerencias

Pascua es el Tiempo del gozo profundo, de la alegría desbordante y de la

paz del corazón.

El deseo de felicidad «es de origen divino: Dios lo ha puesto en el

corazón del hombre a fin de atraerlo hacia

El, el único que lo puede satisfacer... Dios nos llama a su propia

bienaventuranza... a cada uno... al conjunto de

la Iglesia» (cf 1718).

DOMINGO IV DE PASCUA (inicio)

«El Buen Pastor se hace presente en los pastores de la Iglesia»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 13, 14. 43-52: Nos dedicamos a los gentiles

Sal 99, 2.3.5: Somos su pueblo y ovejas de su rebaño

Ap 7, 9. 14b-17: El Cordero será su pastor, y los conducirá hacia

fuentes de aguas vivas

Jn 10, 27-30: Yo doy la vida eterna a mis ovejas

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Iglesia, en efecto, es el redil cuya puerta única y necesaria es

Cristo. Es también el rebaño cuyo pastor será

el mismo Dios, como él mismo anunció. Aunque son pastores humanos

quienes gobiernan a las ovejas, sin

embargo es Cristo mismo el que sin cesar las guía y alimenta» (754).

«La única Iglesia de Cristo.... Nuestro Salvador, después de su

resurrección, la entregó a Pedro para que la

pastoreara. Le encargó a él y a los demás apóstoles que la

extendieran y la gobernaran... Esta Iglesia, consituída y

ordenada en este mundo como una sociedad subsiste en la Iglesia católica,

gobernada por el sucesor de Pedro y

por los obispos en comunión con él» (816).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«``El mundo fue creado en orden a la Iglesia'', decían los cristianos

de los primeros tiempos. Dios creó el

mundo en orden a la comunión en su vida divina, ``comunión'' que se

realiza mediante la ``convocación'' de los

hombres en Cristo, y esta ``convocación'' es la Iglesia. La Iglesia es la

finalidad de todas las cosas (Clemente de

Alejandría...)» (760).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

A los primeros Domingos pascuales, centrados en las apariciones, sucede en

todos los ciclos el Domingo

dedicado al Buen Pastor. Porque este título se verifica sólo en el

Cristo que ha dado «la vida por las ovejas» y

éste sólo es el Resucitado.

Destaquemos expresiones significativas en la perícopa de este año C:

Las ovejas «escuchan» su voz (de Jesús),

no sólo oyen sino atienden con interés y acogen la Palabra sembrada en

el corazón. Jesús «conoce» a las ovejas,

da la «Vida eterna». Nadie podrá arrebatar las ovejas de las manos de

Jesús, porque se las ha dado el Padre, que

todo lo puede, con el que Jesús es «Uno», «Yo y el Padre somos

uno».

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La imágenes de la Iglesia descubren tanto a la Iglesia como a su

Señor: 753-757.

m Los pastores en la misión de la Iglesia: 881; 890; 893 y 896.

La respuesta:

m Don y responsabilidad para los pastores: 1585-1589.

La adhesión de los fieles a los pastores: 858; 862; en la vida moral:

2032-2040.

C. Otras sugerencias

La Iglesia arraiga en la vida pública del Señor pero es el fruto

maduro del gozo desbordante de la resurrección.

En este gozo del Tiempo pascual, se ha de cambiar la actitud crítica

hacia los pastores en actitud cordial,

pensada y expresada, según «el lenguaje... la inteligencia y la vida de

la fe» (171).

Tenemos que recuperar el amor a la Iglesia de las primeras generaciones.

DOMINGO V DE PASCUA (inicio)

Domingo de las consignas del Señor en su despedida

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 14, 20b-26: Contaron a la Iglesia lo que Dios había hecho por medido

de ellos

Sal 144,8-9. 10-11. 12-13ab: Bendeciré tu nombre por siempre jamás,

Dios mío, mi Rey

Ap 21, 1-5a: Dios enjugará las lágrimas de sus ojos

Jn 13, 31-33a. 34s.: Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a

otros

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Cuando por fin Cristo es glorificado (Jn 7, 39), puede a su vez, de

junto al Padre, enviar el Espíritu a los que

creen en El: les comunica su Gloria, es decir, el Espíritu Santo que lo

glorifica. La misión conjunta se desplegará

desde entonces en los hijos adoptados por el Padre en el Cuerpo de su Hijo:

la misión del Espíritu de adopción

será unirlos a Cristo y hacerles vivir en El» (690).

Jesús hace de la caridad el mandamiento nuevo. Amando a los suyos

«hasta el fin» (Jn 13, 1), manifiesta el

amor del Padre que ha recibido. Amándose unos a otros, los discípulos

imitan el amor de Jesús que reciben

también en ellos. Por eso Jesús dice: «Como el Padre me amó, yo

también os he amado a vosotros: permaneced

en mi amor» (Jn 15, 9). Y también : «Este es el mandamiento mío:

que os améis unos a otros como yo os he

amado» (Jn 15, 12) (1823).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La culminación de todas nuestras obras es el amor. Ese es el fin;

para conseguirlo, corremos; hacia él

corremos; una vez llegados en él reposamos» (S. Agustín) 1829).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Al Domingo del Buen Pastor suceden dos Domingos del Sermón de la Cena o

de las consignas de Jesús para el

tiempo de la Iglesia.

La Cruz y la Gloria, mejor la Gloria de la Cruz o la Cruz gloriosa, se

aunan en el Misterio pascual, ley de

Vida de Jesús y de sus seguidores.

La unidad del Padre y del Hijo, «somos Uno» (Jn 10, 30), se manifiesta

una vez más en que la glorificación del

Hijo es también glorificación del Padre. Se alude primero a la

glorifiación pascual en este mundo, en la pasión y

resurrección, y, después de la Ascensión, en el seno del Padre.

La «novedad» del mandamiento nuevo estriba en que es un mandato

estipulado en la «nueva» alianza. Y ésta se

caracteriza por la comunicación profunda e íntima de Dios a su

«nuevo» pueblo, «escribiré mi Ley en vuestros

corazones» (cf Jr 31, 33).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La «gloria» del Resucitado: 645-647; 663; 668.

La Alianza Nueva y el Mandamiento Nuevo: 733-736; 1822-1832.

La respuesta:

La adhesión a Jesucristo resucitado y la «evangelización»:

422-429.

La práctica del mandamiento nuevo: 1824-1829; 2197-2199; 2212.

C. Otras sugerencias

Para evangelizar en necesario buscar la «ganancia sublime que es el

conocimiento de Cristo» [y] «aceptar

perder todas las cosas... para ganar a Cristo y ser hallado en él»

(428).

El amor cristiano nace del Amor del Padre a los hombres comunicado a su

Hijo y de éste a sus hermanos, «en

el Espíritu Santo». Es trinitario y se llama caridad. Es fruto de la

gracia, no es simple filantropía, aun cuando

ésta puede prepararle el camino.

DOMINGO VI DE PASCUA (inicio)

«El Espíritu Santo os irá recordando lo que os he dicho»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 15, 1-2. 22-29: Hemos decidido, el Espíritu Santo y nosotros, no

imponeros más cargas que las

indispensables

Sal 66,2-3.5.6 y 8: !Oh Dios!, que te alaben los pueblos, que todos los

pueblos te alaben

Ap 21, 10-14.22-23: Me enseñó la ciudad santa, que bajaba del cielo

Jn 14, 23-29: El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he

dicho

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El fin último de toda la economía divina es la entrada de las

criaturas en la unidad perfecta de la

Bienaventurada Trinidad. Pero desde ahora somos llamados a ser habitados por

la Santísima Trinidad: ``Si alguno

me ama mdice el Señor guardará mi Palabra, y mi Padre lo amará,

y vendremos a él, y haremos morada en él''

(Jn 14, 23)» (260).

«Jesús promete la venida del Espíritu Santo... El Espíritu de

Verdad, el otro Paráclito, será dado por el Padre

en virtud de la oración de Jesús... El Espíritu Santo vendrá,

nosotros lo conoceremos, estará con nosotros para

siempre... nos lo enseñará todo y nos recordará todo lo que Cristo

nos ha dicho y dará testimonio de él; nos

conducirá a la verdad completa y glorificará a Cristo» (729).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«... Sin el Espíritu no es posible ver al Hijo de Dios, y, sin el

Hijo, nadie puede acercarse al Padre, porque el

conocimiento del Padre es el Hijo, y el conocimiento del Hijo se logra por el

Espíritu Santo (San Ireneo)» (683).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Tres consignas en este Domingo para el tiempo de la Iglesia:

El cumplimiento de la Palabra y la inhabitación de la Trinidad: El

Padre amó al mundo en la encarnación del

Hijo y lo sigue amando al habitar con el Hijo y el Espíritu en la Iglesia

y en los fieles.

El Don del Espíritu: para comprender y penetrar en el Evangelio. El

Espíritu es «el maestro interior». «Entra

hasta el fondo del alma/... Mira el vacío del hombre/ Si tú le faltas

por dentro».

La paz en la ausencia visible del Resucitado: la «paz» evangélica

es más que sosiego; refleja, además, plenitud

y felicidad («bienaventuranza»).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La acción trinitaria en el hombre: 257-260; 265; 1996-1999; 2003-2005.

m «El Espíritu Santo intérprete de la Escritura»: 1093-1095;

1099-1103.

La paz (felicidad) del corazón, don divino: 1720-1724; 2302-2306.

La respuesta:

La bendición, la adoración y la alabanza a la Stma. Trinidad:

2626-2628; 2639.

La comprensión de la Palabra, «según el Espíritu»: 111-117;

128-130; 134; 137 y 140.

C. Otras sugerencias

Necesitamos más del gozo pascual que de la abnegación cuaresmal, aun

cuando ésta sea imprescindible para

aquélla.

El Tiempo de Pascua es el Tiempo de la consolación de Dios, si el fiel

bebe reposadamente en la espiritualidad

de la Iglesia.

DOMINGO VII DE PASCUA: LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR (inicio)

«La Ascensión de tu Hijo, es ya nuestra victoria»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 1, 1-11: Se elevó a la vista de ellos

Sal 46, 2-3.6-7.8-9: Dios asciende entre aclamaciones, el Señor, al son

de trompetas

Ef 1, 17-23: Lo sentó a su derecha en el cielo

Lc 24, 46-53: Mientras los bendecía, iba subiendo al cielo

II. LA FE DE LA IGLESIA

«... La última aparición de Jesús termina con la entrada

irreversible de su humanidad en la gloria divina

simbolizada por la nube... y por el cielo... donde se sienta para siempre a

la derecha de Dios... [hay] una

diferencia de manifestación entre la gloria de Cristo resucitado y la de

Cristo exaltado a la derecha del Padre...

El acontecimiento a la vez histórico y transcendente de la Ascensión

marca la transición de una a otra...» (659).

Está sentado a la derecha del Padre... entendemos la gloria y el honor

de la divinidad... el que existía como

Hijo de Dios antes de todos los siglos... está sentado corporalmente...

Sentarse a la derecha del Padre significa

[también] la inauguración del reino del Mesías... A partir de

este momento los apóstoles se convirtieron en

testigos del «Reino que no tendrá fin» (663-664).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La Iglesia... sólo llegará a su perfección en la gloria del

cielo, cuando llegue el tiempo de la restauración

universal y cuando con la humanidad, también el universo entero... quede

perfectamente renovado en Cristo (LG

48)» (1042).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Nos limitamos a los puntos más propios del misterio de la Ascensión:

 

«Testigos» revestidos «de la fuerza de lo alto»: La misión es

testimonio de lo sucedido, no la reflexión que

seduce. Los testigos de hoy, apoyados en la sucesión apostólica,

garantizan lo sucedido a los apóstoles.

«Mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo al

cielo)»: La experiencia de «la entrada irreversible de

su humanidad en la gloria divina» fue una experiencia profundamente

«religiosa». Jesús aparece como Sumo

Sacerdote en su sacrificio y exaltación en los cielos.

«...se volvieron a Jerusalén con gran alegría»: por la vida,

muerte, resurrección y ascensión de Jesucristo, el

Hijo de Dios.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El misterio de la Ascensión: 659-668.

m Entre la Ascensión y el retorno glorioso de Cristo: 669-670.

La respuesta:

m «Nuestra comunión en los misterios de Jesús»: 516-521;

2711-2719.

El Tiempo de la misión y la prueba: 671-672.

La mirada hacia el retorno de Cristo: 673-677.

C. Otras sugerencias

La Ascensión nos abre «a la fuerza de lo alto». La semana que

clausura las fiestas pascuales debe estar

marcada por el deseo frecuente del Espíritu Santo. No debe perder el tono

de las fiestas pascuales y debe

intensificar la oración al Espíritu (2670-2672).

El Tiempo de la Iglesia: Tiempo del Espíritu y del testimonio, de la

prueba del mal, de la espera y la vigilia.

Son los rasgos de una espiritualidad eclesial, de la que han de participar

todas las formas de espiritualidad.

DOMINGO DE PENTECOSTÉS. MISA VESPERTINA DE LA VIGILIA (inicio)

«Envía tu Espíritu, Señor»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ez 37, 1-14: !Huesos secos! Os infundiré espíritu y viviréis

Sal 103, 1-2a.24 y 35c.27-28-29bc-30: Envía tu Espíritu, Señor, y

repuebla la faz de la tierra

Rm 8, 22-27: El Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables

Jn 7, 37-39: Manarán torrentes de agua viva

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Jesús no revela plenamente el Espíritu Santo hasta que él mismo

no ha sido glorificado por su Muerte y su

Resurrección. Sin embargo, lo sugiere poco a poco, incluso en su

enseñanza a la muchedumbre, cuando revela

que su Carne será alimento para la vida del mundo. Lo sugiere también a

Nicodemo, a la Samaritana y a los que

participan en la fiesta de los Tabernáculos. A sus discípulos les habla

de él abiertamente a propósito de la

oración y del testimonio que tendrán que dar» (728).

«... La comunión con Jesús se hizo en cierto modo más intensa

obdespués de la Ascensión]: ``Por la comunicación

de su Espíritu a sus hermanos, reunidos de todos los pueblos, Cristo los

constituye místicamente en su cuerpo''»

(788).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«En efecto, es a la misma Iglesia, a la que ha sido confiado el ``Don de

Dios''... Es en ella donde se ha

despositado la comunión con Cristo, es decir, el Espíritu Santo, arras

de la incorruptibilidad, confirmación de

nuestra fe y escala de nuestra ascensión hacia Dios... Porque allí

donde está la Iglesia, allí está también el

Espíritu de Dios; y allí donde está el Espíritu de Dios, está

la Iglesia y toda gracia (San Ireneo)» (797).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La mera exégesis plantea distintas lecturas sobre el sentido del

«agua» y del lugar de donde brota. En la gran

Tradición de la Iglesia, la comprensión del texto es clara: El agua

designa el Espíritu y también sus dones (por lo

tanto, el bautismo). El lugar de donde brota es, en primer término,

Cristo, y también, como lugar derivado, el

creyente. Y el Cristo de esta perícopa está referido al Cristo pascual,

muerto para resucitar, de cuyo costado

brotaron «sangre y agua». El Espíritu brota del Corazón del

Señor. Por fin, la donación del Espíritu se vincula a

la glorificación de Jesús. No es que antes el Espíritu permaneciera

inactivo, sino que, después de la Resurrección

de Jesús, comenzaba la acción a gran escala del Espíritu Santo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El Cristo resucitado fuente viva del Espíritu: 728-730.

La sed de Dios y la sed del hombre: 2560-2565.

La respuesta:

La orientación trinitaria de la vida cristiana: 732; 232-234; 256; 260.

m «Las fuentes de la oración» que calman la sed: 2652-2660.

C. Otras sugerencias

«Creo en el Espíritu Santo». Y en él se incluyen los artículos

sobre el Espíritu y sus grandes acciones: la

Iglesia, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la

vida eterna. Esta distribución del Credo pone

de manifiesto que nuestra vida cristiana, presente y futura, depende del

Espíritu Santo. ¿Caemos en la cuenta de

su lugar decisivo en la vida cristiana?

La donación del Espíritu a la Iglesia se vincula a la muerte de

Cristo en la Cruz. De ahí la efusión del Espíritu

Santo a los discípulos en el Día de la Resurrección.

DOMINGO DE PENTECOSTÉS: MISA DEL DÍA (inicio)

«!Ven, Espíritu Santo!»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 2, 1-11: Se llenaron todos de Espíritu Santo y comenzaron a hablar

Sal 103, 1ab y 24ac.29bc-30.31 y 34: Envía tu Espíritu, Señor, y

repuebla la faz de la tierra

1 Co 12, 3b-7. 12-13: Hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para

formar un solo cuerpo

Jn 20, 19-23: Como el Padre me ha enviado, así también os envío

yo. Recibid el Espíritu Santo.

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El día de Pentecostés (al término de las siete semanas

pascuales), la Pascua de Cristo se consuma con la

efusión del Espíritu Santo que se manifiesta, da y comunica como

Persona divina. Desde su plenitud, Cristo, el

Señor, derrama profusamente el Espíritu» (731).

«En este día se revela plenamente la Santísima Trinidad. Desde ese

día el Reino anunciado por Cristo está

abierto a todos los que creen en El: en la humildad de la carne y en la fe,

participan ya en la Comunión de la

Santísima Trinidad. Con su venida, que no cesa, el Espíritu hace entrar

al mundo en los «últimos tiempos», el

tiempo de la Iglesia, el Reino ya heredado, pero todavía no consumado»

(732).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«!Ven, Espíritu Santo,!

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas

y reconforta en los duelos» (Secuencia del día).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En Pentecostés se vuelve a proclamar el Evangelio del Domingo II de

Pascua. Coinciden los comienzos y el fin

del Tiempo pascual y ambos abrazan los Cincuenta días «como un solo

día que no conoce ocaso... como un gran

Domingo». El domingo de Pentecostés destaca el envío de la Iglesia al

mundo, impulsada por el Espíritu Santo.

«La misión es trinitaria, del Padre al Hijo y de éste, ``en el

Espíritu'', a la Iglesia. Agente decisivo de la

primera fue el Espíritu, desde la encarnación hasta la resurrección.

Y lo será también de la segunda, «pues la

misión de la Iglesia no se añade a la de Cristo y del Espíritu

Santo, sino que es su sacramento» (cf 737; 797).

«En la misión se coloca en primer plano el perdón de los pecados,

porque Jesús fue enviado a liberar a los

hombres de la esclavitud más grande, la del pecado... obstáculo en su

vocación de hijos de Dios y causa de todas

sus servidumbres humanas» (549 y 430). Lo mismo la Iglesia que recibió

la misión del Jesús (cf 976).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m «El Espíritu y la Iglesia en ``los últimos tiempos''»: 731-741.

m «La Iglesia, Templo del Espíritu Santo»: 797-801.

La respuesta:

m Catequesis sobre el misterio de la Iglesia: 770-776.

La misión tarea permanente de la Iglesia y de todos sus miembros:

849-852; 863.

C. Otras sugerencias

Los carismas: son dones de Dios a la Iglesia y al mundo; se han de ejercer

en la unidad y caridad del Cuerpo

de Cristo; requieren, por tanto, el discernimiento de los pastores de la

Iglesia (cf 799-801).

TIEMPO ORDINARIO (inicio)

El período más extenso del año litúrgico nos permite leer,

según el evangelio de S. Lucas los pasajes de la vida

pública de Jesús, excepto aquellos que fueron leídos en los otros

tiempos litúrgicos. La lectura evangélica es

precedida, a modo de «profecía», por la del Antiguo Testamento. El

Evangelio es el «cumplimiento». La segunda

lectura, sin embargo, no está, en principio, relacionada con el tema

dominante del Evangelio, sino que sigue una

lectura semicontinua de algunas cartas paulinas y de la de Hebreos.

Con la misma intención que se ha ordenado el leccionario se propone

también exhortar homiléticamente al

pueblo cristiano exponiéndole, con una cierta sistematización, aquellas

partes del Catecismo de la Iglesia Católica

que no han sido tratadas en los denominados «tiempos fuertes»

litúrgicos. Para este año se ha optado por la 3.a y

4.a parte: la vida en Cristo y la oración.

Las lecturas bíblicas de este año «C» posibilitan desarrollar

temas de estas parte del Catecismo de la Iglesia

Católica, no siempre con el mismo orden que expone el Catecismo, y

recurrir excepcionalmente a otras partes no

tratadas en los otros tiempos litúrgicos.

De acuerdo con los principios homiléticos expuestos en la

introducción se propone para este TIEMPO ORDINARIO el

siguiente esquema:

1.a parte (domingos 2.o a 5.o): la participación de los fieles laicos en

la misión de Cristo.

2.a parte (domingos 6.o a 31.o): la vida de Cristo y la oración: temas

que sirven de comentario a los textos

sagrados.

3.a parte (domingos 32.o y 33.o): la escatología.

La solemnidad de Jesucristo Rey del universo es el «Amén»

litúrgico de todo el año. «Jesucristo mismo es el

Amén... asume y completa nuestro ``Amén'' al Padre» (1065).

Las otras solemnidades del TIEMPO ORDINARIO celebran el misterio de Dios,

el misterio eucarístico, y la memoria de

la Santísima Virgen y de los Santos. Para ello también el Catecismo es

una importante ayuda en la preparación

homilética.

Los temas morales referidos a la «vida de Cristo» se deberán

utilizar según la indicación que hace el Catecismo:

Con respecto a la «catequesis de la vida nueva en El» (Rm 6,4) será:

una catequesis del Espíritu Santo...

una catequesis de la gracia...

una catequesis de las bienaventuranzas...

una catequesis del pecado y del perdón...

una catequesis de las virtudes cristianas...

una catequesis de las virtudes humanas...

una catequesis del doble mandamiento de la caridad...

una catequesis eclesial... (1697).

TIEMPO ORDINARIO

DOMINGOS

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo

2. TIEMPO ORDINARIO

El marido se alegra con

su esposa (Is 62, 1-5)

Diversidad de dones, un Espíritu

(2 Co 12, 4-11)

Las Bodas de Caná (Jn 2, 1-12)

Los signos del Reino: 547-550 El Sacramento del matrimonio:

1601-1617La Iglesia doméstica: 1655-1658

3. TIEMPO ORDINARIO

La escucha de la

palabra (Ne 8,2-4a.5-6.8-10)

Somos el Cuerpo de Cristo

(1 Co 12, 12-30)

Hoy se cumple la Palabra en Jesús, Maestro

(Lc 1,1; 4,14-21)

La participación de los laicos en la

misión sacerdotal de Cristo: 897-903

4. TIEMPO ORDINARIO

Misión profética

(Jr 1,4,5.17-19)

Lo más grande es el amor (1 Co

12,31-13,13)

Jesús profeta, bandera discutida (Lc 4, 21-

30)

La participación de los laicos en la misión profética

de Cristo: 904-907

5. TIEMPO ORDINARIO

La vocación de

Isaías (Is 6,1-2a.3-8)

El núcleo de la predicación

apostólica (1 Co 15, 1-11)

La vocación de los

discípulos (Lc 5, 1-11)

La participación de los laicos

en la misión real de Cristo: 908-913

6. TIEMPO ORDINARIO

Bendiciones y

maldiciones (Jr 17, 5-8)

La resurrección de Cristo,

centro de la fe (1 Co 15, 12.16-20)

Bienaventuranzas y

lamentos (Lc 6, 17.20-26)

Nuestra vocación a la

Bienaventuranza: 1716-1729

7. TIEMPO ORDINARIO

Compasión de David

ante Saúl (1 S 26,2.7-9.12-13.22-23)

Imagen del hombre

(1 Co 15, 45-49)

Sed compasivos como el Padre Dios (Lc 6,

27-38)

El hombre, imagen de Dios: 1701-1715El hombre:

355-384

DOMINGOS

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo

8. TIEMPO ORDINARIO

Prudencia en el juicio

(Si 27, 5-8)

¿Dónde está muerte tu victoria? (1

Co 15,54- 58)

Lo que rebosa el corazón habla la boca

(Lc 6,39-45)

El 8. Mandamiento de la Ley de Dios:

2464-2513

9. TIEMPO ORDINARIO

La fe del extranjero

(1 R 8, 41-43)

El servicio de Cristo (Ga 1, 1-2.6-10)

La fe del Centurión (Lc 7, 1-10)

La oración:

2558-2567La fe, virtud teologal: 1814-1816

10. TIEMPO ORDINARIO

Curación del hijo de

la viuda por Elías (1 R 17, 17-24)

Anunciar a Cristo a

los gentiles (Ga 1, 11-19)

Resurrección del hijo de la

viuda de Naín (Lc 7, 11-17)

La bendición:

2626-2627La esperanza, virtud teologal: 1817-1821

11. TIEMPO ORDINARIO

El Señor perdona a

David (2 S 12, 7-10.13)

Es Cristo quien vive en mí

(Ga 2,16.19-21)

Mucho se le perdonó porque amó mucho

(Lc. 7, 36-8,3)

La misericordia y el pecado: 1846-1878

12. TIEMPO ORDINARIO

Mirarán al que

transpasaron (Za 12, 10-11)

Los bautizados revestidos de

Cristo (Ga 3, 26-29)

Tu eres el Mesías. El tiene que

padecer (Lc 9,18-24)

El seguimiento de Cristo: 1694-

1698Las virtudes: 1803-1845

13. TIEMPO ORDINARIO

Eliseo sigue a Elías

(1 R 19, 16b.19-21)

Vocación a la libertad (Ga

4,31b-5,1.13-18)

El seguimiento de Cristo, seguimiento de cruz

(Lc 9,51-62)

El seguimiento de Cristo: 1972La

libertad del hombre: 1730-1748)

14. TIEMPO ORDINARIO

Haré derivar hacia

ella , como un río, la paz (Is 66,10-14)

Llevo en mi

cuerpo las marcas de Jesús (Ga 6, 14-18)

Misión de los

discípulos (Lc 10, 1-12.17-20)

La misión: 849-856

Vida moral y testimonio misionero: 2044-2046

DOMINGOS

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo

15. TIEMPO ORDINARIO

El mandamiento está

muy cerca de tí (Dt 30,10-14)

Jesús imagen de Dios

invisible y primogénito. (Col 1, 15-20)

El buen

samaritano (Lc. 10,25-37)

Introducción a los Diez

Mandamientos: 2052-2082

16. TIEMPO ORDINARIO

La oración de

Abrahán: contemplativa (Gn 18,1-10)

El misterio lo ha

revelado a su pueblo santo (Col. 1,24-28)

María escogió

la mejor parte (Lc 10, 38-42)

El primer mandamiento:

2083- 2141

17. TIEMPO ORDINARIO

La oración de

súplica de Abrahán (Gn 18,20-32)

Cristo nos dio la

vida (Col 2, 12-14)

Pedid y se os dará (Lc 11,1-13)

La oración del Señor: 2759-2865

18. TIEMPO ORDINARIO

¿Qué saca el

hombre de todo su trabajo? (Qo 1,2; 2,21-23)

Buscad los

bienes de arriba (Col 3,1-5)

El uso cristiano de los bienes

(Lc 12, 13-21)

El séptimo mandamiento: (I-IV), 2401-

2436

19. TIEMPO ORDINARIO

La noche de la

liberación (Sb 18,6-9)

Esperar la ciudad de Dios (Hb

11, 1-2.8-19)

Estad preparados y vigilantes (Lc 12, 32-48)

El combate de la oración: 2725-2758

20. TIEMPO ORDINARIO

Jeremías hombre de

pleitos (Jr 38, 4-6.8-10)

Corramos la carrera (Hb 12,

1-4)

No he venido a traer la paz, sino la división (Lc

12, 49-53)

La santidad cristiana: 2012-2016

DOMINGOS

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo

21. TIEMPO ORDINARIO

Vendrán de todas las

naciones (Is 66, 18-21)

El Señor reprende a los que ama

(Hb 12, 5-7.11-13)

Vendrán de Oriente y Occidente y se

sentarán en la mesa (Lc 13, 22-30)

La Iglesia, madre y

educadora: 2030-2040

22. TIEMPO ORDINARIO

Hazte pequeño

(Si 3, 19-21.30-31)

Os habéis acercado al monte de Sión

(Hb 12, 18-19.22-24)

No a los primeros puestos (Lc 14,

1.7-14)

La oración del Señor: «Padre».«Padre

nuestro»: 2777-2793

23. TIEMPO ORDINARIO

¿Quién comprende

lo que Dios quiere? (Sb 9, 13-19)

Recíbelo como hermano,

no como esclavo (Flm 9-10.12-17)

La renuncia a todo por

Jesús (Lc 14, 25-33)

La ley nueva o ley evangélica:

1965-1974

24. TIEMPO ORDINARIO

El Señor se

arrepiente (Ex 32, 7-11.13-14)

Vino a salvar a los pecadores

(1 Tm 1, 12-17)

Alegría por el pecador convertido

(Lc 15,1-32)

Perdona nuestras ofensas...: 2838-2845

25. TIEMPO ORDINARIO

Contra los que compran

por dinero al pobre (Am 8,4-7)

Dios quiere que todos se

salven (1 Tm 2,1-8)

No podéis servir a Dios y al dinero

(Lc 16,1-13)

El décimo mandamiento: 2534-2557

26. TIEMPO ORDINARIO

Contra la vida

disoluta (Am 6,1.4-7)

Guarda el mandamiento hasta la venida

del Señor (1 Tm. 6, 11-16)

El mendigo Lázaro y el

derroche (Lc 16,19-31)

Justicia y solidaridad entre las

naciones.El amor a los pobres: 2437-2449

27. TIEMPO ORDINARIO

El justo vive por la fe

(Ha 1,2-3;2,2-4)

Parresía (2 Tm 1,6-8.13-14)

La fuerza de la fe (Lc 17, 5-10)

Características de la

fe: 144-165

DOMINGOS

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo

28. TIEMPO ORDINARIO

Agradecimiento de

Naamán a Eliseo (2 R 5,14-17)

La perseverancia (2 Tm

2, 8-13)

El agradecimiento del leproso extranjero (Lc 17,

11-19)

La oración de acción de gracias: 2637-2638

29. TIEMPO ORDINARIO

Eficacia de la

oración de Moisés (Ex 17, 8-13)

El hombre de Dios

está perfectamente equipado (2 Tm 3, 14-4,2)

Eficacia de

la oración (Lc 18, 1-8)

La oración de petición:

2629-2633

30. TIEMPO ORDINARIO

La oración del pobre

(Si 35, 15-17.20-22)

Me aguarda la corona merecida (2

Tm 4, 6-8.16-18)

La oración del publicano (Lc 18, 9-14)

Recapitulación de las homilías sobre la oración.

Jesús enseña a orar: 2607-2615

31. TIEMPO ORDINARIO

La compasión de

Dios es para todos (Sb 11, 23-12,2)

Jesús sea nuestra

gloria, y nosotros la de él (2 Ts 1, 11-2,2)

La

conversión de Zaqueo (Lc 19, 1-10)

La vida en Cristo:

Recapitulación de las homilías morales: 1691-1698

32. TIEMPO ORDINARIO

La resurrección de

los muertos (2 M 7,1-2.9-14)

El Señor nos liberará de

todo mal (2 Ts. 2, 15-3,5)

No es un Dios de muertos sino de

vivos (Lc 20, 27-38)

Creo en la resurrección de la carne y

en la vida eterna: La muerte y los novísimos: 988-1037

33. TIEMPO ORDINARIO

El juicio final

(Ml 4, 1-2a)

El que no trabaja que no coma (2 Ts 3, 7-12)

El final de los tiempos (Lc 21, 5-19)

Creo en la

vida eterna: el juicio final y la esperanza de cielos y tierra nueva:

1038-1060

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY

David, ungido Rey (1 S 5,

1-3)

Himno a Cristo, primogénito de todas las criaturas

(Col 1, 12-20)

La entronización de Cristo en la cruz (Lc

23, 35-43)

Jesucristo Hijo único de Dios y Señor:

436-451

TIEMPO ORDINARIO.

SOLEMNIDADES

SOLEMNIDAD

Primera Lectura

Segunda Lectura

Evangelio

Catecismo

SAN JOSÉ

Promesa a la casa de David (2 S 7,

4-5a.12-14a.16)

Creyó contra toda esperanza (Rm 4,

13.16-18.22)

José, hizo lo mandado por el ángel (Mt

1,16.18-21.24a)

La familia de Nazaret, modelo de obediencia de la

fe: 531-533La obediencia de la fe: 144-165

SANTÍSIMA TRINIDAD

La Sabiduría, preexistente

(Pr 8, 22-31)

El Padre, por Cristo en el Espíritu (Rm 5,

1-5)

El Padre, el Hijo y el Espíritu, uno (Jn 16, 12-15)

La Revelación de Dios como Trinidad. La Santísima

Trinidad: 238-267La Liturgia, obra de la Santísima Trinidad:

1077-1112

CORPUS CHRISTI

El sacrificio de Melquisedec (Gn 14,

18-20)

Institución de la Eucaristía (1 Co 11, 23-26)

Comieron todos y se saciaron (Lc 9, 11-17)

La

Eucaristía, fuente y cumbre de la vida eclesial: 1322-1419

SAN PEDRO Y SAN PABLO

Pedro liberado de la cárcel

(Hch 12, 1-11)

El testamento de Pablo (2 Tm 4, 6-

8.17-18)

Profesión de fe de Pedro y ministerio (Mt

16,13-19)

La constitución jerárquica de la Iglesia: el

ministerio petrino: 874-896

SANTIAGO APÓSTOL

Martirio de Santiago (Hch 4,

33;5,12.27-33;12,2)

Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús

(2 Co 4, 7-15)

El Hijo del hombre ha venido a servir

(Mt 20, 20-28)

Iglesia apostólica: 857-865

ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA (Misa de la víspera)

El arca de la Alianza (1 Cro 15 y 16)

Nos da la victoria

por Jesucristo (1 Co 15, 54-57)

Dichoso el vientre (Lc

11, 27-28)

María, icono escatológico de la Iglesia:

963-972

ASUNCIÓN DE NUESTRA SEÑORA. Día

La mujer del

Apocalipsis (Ap 11, 19a;12,1.3-6a.10ab)

Cristo, primicia de

los resucitados (1 Co 15, 20-27)

Magnificat (Lc 1,39-

56)

María, Madre de Cristo, Madre de la Iglesia: 963-975

La oración de la Virgen María: 2617-2622

TODOS LOS SANTOS

Muchedumbre de bienaventurados (Ap

7,2-4.9-14)

Veremos a Dios tal cual es (1 Jn 3, 1-3)

Bienaventuranzas (Mt 5, 1- 12)

La comunión entre la

Iglesia del cielo y de la tierra: 954-962

DOMINGO II ORDINARIO (inicio)

La Familia, Iglesia Doméstica

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 62, 1-5: El marido se alegrará con su esposa

Sal 95, 1-3.7-8a.9-10a y c: Contad las maravillas del Señor a todas las

naciones

1 Co 12, 4-11: El mismo y único Espíritu reparte a cada uno, como a

él le parece

Jn 2,1-11: En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El Reino de los cielos ha sido inaugurado en la tierra por Cristo. Se

manifiesta a los hombres en las palabras,

en las obras y en la presencia de Cristo. La Iglesia es el germen y el

comienzo de este reino. Sus llaves son

confiadas a Pedro» (567).

«El sacramento del Matrimonio significa la unión de Cristo con la

Iglesia. Da a los esposos la gracia de amarse

con el amor con que Cristo amó a su Iglesia; la gracia del sacramento

perfecciona así el amor humano de los

esposos, reafirma su unidad indisoluble y los santifica en el camino de la

vida eterna» (1661).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«!Qué matrimonio el de dos cristianos... Los dos hijos de un mismo

Padre, servidores de un mismo Señor; nada

los separa, ni en el espíritu ni en la carne; al contrario, son

verdaderamente dos en una sola carne. Donde la

carne es una, también es uno el espíritu» (Tertuliano) (1642).

«La casa familiar es llamada justamente ``Iglesia doméstica'',

comunidad de gracia y de oración, escuela de

virtudes humanas y de caridad cristiana» (1666).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En las bodas de Caná comenzó el Señor «sus signos, manifestó

su gloria y creció la fe de sus discípulos en El».

Comienza así la liturgia del TIEMPO ORDINARIO en este ciclo el recorrido

de la vida pública de Jesús.

Isaías profetiza lo que el Evangelio manifestará. La venida del

Mesías será como la de un novio regio que

alegrará y elevará a su esposa a su pueblo.

La segunda lectura presenta la primera carta del Apóstol S. Pablo a los

Corintios que seguirá durante seis

domingos. Es un texto importante para conocer la naturaleza de la Iglesia y

la obra del Espíritu Santo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Los signos del Reino de Dios: 547-550.

El Sacramento del Matrimonio: 1601-1617.

;sb El matrimonio en el plan de Dios.

;sb Los efectos del Sacramento: 1638-1642.

La respuesta:

La Iglesia doméstica: 1655-1658.

«La casa familiar es llamada justamente ``Iglesia doméstica'',

comunidad de gracia y de oración, escuela de

virtudes humanas y de caridad cristiana» (1666).

C. Otras sugerencias

Tras la manifestación del Hijo de Dios en Jesús, en Belén, Nazaret

y el Jordán, inicia su vida pública, con un

signo del Reino en Caná de Galilea, participando activamente en unas

bodas.

La familia que nace del matrimonio cristiano es como un signo e instrumento

del reino de Dios, inaugurado

por Cristo: Iglesia doméstica.

La familia nace del matrimonio cristiano. Características. Dificultades

actuales. La gracia del sacramento.

DOMINGO III ORDINARIO (inicio)

El culto espiritual

I. LA PALABRA DE DIOS

Ne 8, 2-4a.5-6.8-10: Leyeron el libro de la ley y todo el pueblo estaba

atento

Sal 18, 8.9.10.15: Tus palabras, Señor, son espíritu y vida

1 Co 12, 12-30: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y cada uno es un miembro

 

Lc 1, 1-4; 4, 14-21: Hoy se cumple esta Escritura

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Los laicos, consagrados a Cristo y ungidos por el Espíritu Santo,

están maravillosamente llamados y preparados

para producir siempre los frutos más abundantes del Espíritu. En

efecto, todas sus obras... si se realizan en el

Espíritu... se convierten en sacrificos espirituales agradables a Dios por

Jesucristo, que ellos ofrecen con toda

piedad a Dios Padre en la celebración de la Eucaristía uniéndolos a

la ofrenda del cuerpo del Señor. De esta

manera, también los laicos, como adoradores que llevan una conducta sana,

consagran el mundo mismo a Dios»

(901).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«En la Sinagoga estaba establecido el pasaje que debía leerse. Pero,

sea cual sea el pasaje, hoy está escrito para

mí. Tanto si escucho la Escritura en la asamblea de los fieles, como si la

escucho en privado, si Tú (Señor) lees

por mí, siempre habrá un texto que me dirá algo en la situación

en que me encuentro. Y si mi corazón está lleno

de ti, descubriré inmediatamente la palabra que me puede dar el empuje y

la ayuda que necesito» (Un monje de

la Iglesia oriental).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El pueblo judio tenía como preciado tesoro la costumbre de proclamar y

comentar comunitariamente la Sagrada

Escritura. Es el «culto espiritual» que fue sustituyendo a los antiguos

sacrificios, al volver del exilio de Babilonia.

La lectura evangélica une el prólogo de S. Lucas, cuyo texto se

seguirá en todo el ciclo litúrgico, con la

presentación de Jesús de Galilea y en la Sinagoga de Nazaret,

después de ser ungido por el Espíritu en el

bautismo y de vencer la tentación en el desierto. La «Palabra» se

cumple en El.

La segunda lectura expone la imagen del cuerpo y la relación entre sus

diferentes miembros para explicar lo

que es la comunión eclesial.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Iglesia, cuerpo de Cristo: 787-789.

Un solo cuerpo. Cristo, Cabeza: 790-795.

Los fieles laicos. Su vocación: 897-900.

La respuesta:

La participación de los laicos en la misión sacerdotal de Cristo:

901-903.

C. Otras sugerencias

El Señor se presenta en medio de su pueblo, ungido por el Espíritu de

Dios tras la experiencia del desierto y

el bautismo en el Jordán. En la sinagoga anuncia su vida pública

inspirándose en un cántico del siervo de Yahve.

Los bautizados estamos ungidos por el mismo Espíritu de Dios y llamados

a hacer presente nuestra unión con

Cristo en medio de nuestros pueblos y situaciones.

Hemos sido consagrados a Cristo en el bautismo. Estamos llamados a su misma

misión. También en nosotros la

Palabra se cumple hoy, y podemos participar de la misión sacerdotal de

Cristo. Es nuestro culto espiritual.

DOMINGO IV ORDINARIO (inicio)

Llamados a ser profetas

I. LA PALABRA DE DIOS

Jr 1,4-5.17-19: Te nombré profeta de los gentiles

Sal 70,1-2.3-4a.5-6ab.15ab y 17: Mi boca contará tu salvación,

Señor

1 Co 12,31-13,13: Quedan la fe, la esperanza y el amor; pero lo más

grande es el amor

Lc 4,21-30: Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado sólo a los

judíos

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Cristo... realiza su misión profética... no sólo a través de

la jerarquía... sino también por medio de los laicos. El

los hace sus testigos y les da el sentido de la fe y la gracia de la

palabra» (904).

«Los laicos cumplen también su misión profética evangelizando,

con el anuncio de Cristo comunicado con el

testimonio de la vida y de la palabra. En los laicos, esta evangelización

adquiere una nota específica y una eficacia

particular por el hecho de que se realiza en las condiciones generales de

nuestro mundo» (905).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Enseñar a alguien para traerlo a la fe es tarea de todo predicador e

incluso de todo creyente» (Sto. Tomás de

Aquino) (904).

«Los fieles laicos que sean capaces de ello y que se formen para ello

pueden prestar su colaboración en la

formación catequética, en la enseñanza de las ciencias sagradas, en

los medios de comunicación social» (Cf CIC,

774, 776, 780, 229, 823) (906).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La misión del profeta viene de una elección de Dios que le protege

ante la difícil tarea de ser signo de

contradicción en medio de los gentiles.

Jesús sigue el destino de todos los verdaderos profetas: es bandera

discutida. En el episodio de la sinagoga de

Nazaret entre los suyos, Jesús anuncia su misión no sólo a los

judios.

El «Himno del amor», que se proclama en la segunda lectura, incita a

fijarse en lo sustancial por encima de

cualquier otro carisma. Amor que es como el de Dios: donación de sí

mismo, comprensión, misericordia.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El sentido sobrenatural de la fe: 91-93.

La participación de los laicos en la misión profética de Cristo:

904-905.

La respuesta:

Actividades de los laicos en la misión evangelizadora: 906-907.

C. Otras sugerencias

La presentación de la misión de Jesús en medio de los suyos provoca

una reacción contraria a El. Al profeta no

se le aplaude pues no habla para agradar sino para iluminar desde la voluntad

de Dios.

¿Puede un cristiano pasar desapercibido en medio de los suyos? Su

misión es la de Cristo. ¿Por qué no es

bandera discutida como El?

La misión profética del cristiano se realiza como en Cristo con

palabras y obras. Las palabras anuncian la

salvación de Dios y las obras tienen su punto culminante en el amor, el

mayor de los carismas.

DOMINGO V ORDINARIO (inicio)

Vuestra vocación es la libertad

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 6, 1-2a. 3-8: Aquí estoy, mándame

Sal 137,1-2a,2bc-3.4-5.7c-8: Delante de los ángeles tañeré para

ti, Señor

1 Co 15, 1-11: Esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis

creído

Lc 5, 1-11: Dejándolo todo, lo siguieron

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Por su obediencia hasta la muerte, Cristo ha comunicado a sus

discípulos el don de la libertad regia para que

vencieran en si mismos, con la propia renuncia y una vida santa al reino

del pecado» (908).

«Los laicos, además, juntando también sus fuerzas, han de sanear

las estructuras y las condiciones del mundo,

de tal forma que, si algunas de sus costrumbres incitan al pecado, todas

ellas sean conformes con las normas de

la justicia y favorezcan en vez de impedir la práctica de las virtudes»

(909).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El que somete su propio cuerpo y domina su alma, sin dejarse llevar por

las pasiones es dueño de si mismo:

se puede llamar rey porque es capaz de gobernar su propia persona» (San

Ambrosio) (908).

«Lo seglares también pueden sentirse llamados a ser llamados a

colaborar con sus pastores en el servicio de la

comunidad eclesial, para el crecimiento y la vida de ésta, ejerciendo

ministerios muy diversos según la gracia y los

carismas que el Señor quiera concederles» (Pablo VI) (910).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La vocación del profeta es una elección de Dios a pesar de su

fragilidad humana.

La vocación de los primeros discípulos de Jesús tiene en San Lucas

el prólogo de la «pesca milagrosa»; con este

signo Jesús llama la atención de aquellos hombres, y ellos responden

con prontitud, dejándolo todo.

Comienza la parte de la 1.a carta a los Corintios dedicada a responder a

las preguntas de los corintios sobre la

resurrección de los muertos. San Pablo escribe un texto fundamental del

Nuevo Testamento: el testimonio de los

testigos de la resurrección.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Iglesia, pueblo sacerdotal, profético y real: 783-786.

La misión real de Cristo: 908-913.

La respuesta:

La participación de los laicos en la misión real de Cristo:

908-913.

C. Otras sugerencias

El profeta y el apóstol es un hombre limitado pero tiene una gran

misión: así se describe en la vocación del

profeta Isaías y en la revelada en el Evangelio. Reconocer la propia

limitación es aceptar el don de la vocación y

la tarea que la misión implica.

La vocación cristiana es el seguimiento de Cristo. Seguimiento total, de

toda la persona, capaz de ser libre, rey,

y transformar el mundo con esa libertad regia.

Los cristianos son capaces, con la gracia de Dios, de ser transformadores

del mundo, pescadores de hombres,

remando mar adentro de cualquier estructura social humana.

DOMINGO VI ORDINARIO (inicio)

Vida o muerte. !Bienaventurados! o !Malditos!

I. LA PALABRA DE DIOS

Jr 17,5-8: Maldito quien confía en el hombre; bendito quien confía en

el Señor

Sal 1, 1-2.3.4 y 6: Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el

Señor

1 Co 15,12.16-20: Si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido

Lc 6, 17.20-26: Dichosos los pobres: !ay de vosotros, los ricos!

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su

caridad; expresan su vocación de los fieles

asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las

acciones y las actitudes características de la

vida cristiana; son promesas paradójicas que sostiene la esperanza en las

tribulaciones; anuncian a los discípulos

las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida

de la Virgen María y de todos los

santos» (1717).

«Las bienaventuranzas nos enseñan el fin último al que Dios llama:

el Reino, la visión de Dios, la participación

en la naturaleza divina, la vida eterna, la filiación, el descanso en

Dios» (1726).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Sólo Dios sacia» (Sto. Tomás de Aquino) (1718).

«El dinero es el ídolo de nuestro tiempo. A él rinde homenaje

institivo la multitud, la masa de los hombres... y

la notoriedad es otro..., el hecho de ser reconocido y de hacer ruido en el

mundo» (Newman) (1723).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El profeta Jeremías y el Salmo 1 señalan los «dos caminos para la

vida y la muerte del hombre: el de la

confianza en Dios o en el hombre respectivamente».

El evangelista San Lucas recoge un discurso semejante al «sermón de la

montaña» recogido por San Mateo,

aunque más breve. Los dichos de Jesús abren una reflexión sobre la

vida del cristiano, la vida moral que sigue el

esquema de «los dos caminos».

San Pablo proclama que la fe en la resurrección de los muertos no se

basa en razonamientos filosóficos sobre la

inmortalidad sino que es consecuencia de la fe en la resurrección de

Jesucristo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

«Los dos caminos»: 1696.

El camino de la Bienaventuranza cristiana: 1716-1717.

La Bienaventuranza cristiana: 1718-1729.

La respuesta:

Las opciones morales: 1723-1724; 1728

C. Otras sugerencias

El «primer catecismo» o «Didajé» dice: «Hay dos caminos: uno

de la vida y otro de la muerte; pero muy

grande es la diferencia entre los dos caminos. El discurso que recoge el

evangelista S. Lucas y que se va a

proclamar en este y próximos domingos se inicia con cuatro

bienaventuranzas del camino de la vida y cuatro

lamentaciones del camino de la muerte».

El camino de la bienaventuranza no es otro que la vida de Cristo. Esa es la

vida moral cristiana. Las

«bienaventuranzas» lo expresan con plenitud.

La elección moral cristiana tiene hoy en el dinero y en el poder o

«notoriedad» la tentación del camino de la

muerte... y no sólo para los que ejercen cargos públicos.

DOMINGO VII ORDINARIO (inicio)

Imágenes de Dios, Amor sin límites

I. LA PALABRA DE DIOS

1 S: El Señor te puso hoy en mis manos, pero yo no quise atentar contra

ti

Sal 102, 1-2.3-4.8 y 10.12-13: El Señor es compasivo y misericordioso

1 Co 15, 45-49: Nosotros, que somos imagen del hombre terreno, seremos

también imagen del hombre celestial

Lc 6, 27-38: Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo

II. LA FE DE LA IGLESIA

«En Cristo, imagen del Dios invisible, el hombre ha sido creado a imagen

y semejanza del Creador. En Cristo,

redentor y salvador, la imagen divina alterada en el hombre por el primer

pecado ha sido restaurada en su

belleza original y ennoblecida con la gracia de Dios» (1701).

«El que cree en Cristo es hecho hijo de Dios. Esta adopción filial lo

transforma dándole la posibilidad de seguir

el ejemplo de Cristo. Le hace capaz de obrar rectamente y de practicar el

bien...» (1709).

«Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad

de persona; no es solamente algo,

sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse, de darse libremente y estar

en comunión con otras personas; y

es llamado, por la gracia, a una alianza con su creador, a ofrecerle una

respuesta de fe y de amor que ningún

otro ser pueda dar en su lugar» (357).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«¿Qué cosa, o quién, fue el motivo de que establecieras al hombre

en semejante dignidad? Ciertamente, nada

que no fuera el amor inextinguible con el que contemplaste a tu criatura en

ti mismo y te dejaste cautivar de

amor por ella. Por amor lo creaste, por amor le diste un ser capaz de gustar

tu Bien eterno» (Sta. Catalina de

Siena) (356).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La generosidad con que David perdonó a su enemigo mortal Saúl es un

ejemplo humano de la compasión y

misericordia divina que canta el Salmo 102.

Al evangelio según S. Lucas se le conoce como «Evangelio de la

misericordia». Tiene en este pasaje una

enseñanza central: el amor a los enemigos. La misericordia y compasión

de Dios Padre es el modelo supremo de

la conducta cristiana.

Cristo resucitado es testimonio de la forma de vida gloriosa a la que

están llamados los cristianos, es el nuevo

Adán, primicia de una humanidad nueva.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Dios es Amor, Misericordioso y Clemente: 218-221; 210-211.

La respuesta:

El hombre, imagen de Dios: 1701-1715.

C. Otras sugerencias

El cristiano sabe cual es su felicidad o bienaventuranza y conoce

también el camino para alcanzarla: realizarse

en lo que es: imagen de Dios.

Dios no es una idea, ha mostrado perfectamente su imagen en Jesucristo, que

ama hasta los enemigos y es

compasivo y misericordioso. Hemos sido creados a imagen del Hijo, muerto y

resucitado para la salvación de los

hombres.

La predicación moral de Jesús tiene en el Evangelio una de sus

enseñanzas centrales. Es consecuencia de la fe

en el Dios que creemos revelado por Jesús. Dios, cuyo amor es sin

límites, llama al cristiano a lo mismo.

DOMINGO VIII ORDINARIO (inicio)

«Sí, si... No, no» (Mt 5,37)

I. LA PALABRA DE DIOS

Si 27, 4-7: No alabes a nadie antes de que razone

Sal 91, 2-3.13-14.15-16: Es bueno dar gracias al Señor

1 Co 15, 54-58: Nos da la victoria por Nuestro Señor Jesucristo

Lc 6,39-45: Lo que rebosa del corazón, lo habla la boca

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El octavo mandamiento prohíbe falsear la verdad en las relaciones con

el prójimo. Este precepto moral se

deriva de la vocación del pueblo santo a ser testigo de su Dios, que es y

que quiere la verdad. Las ofensas a la

verdad expresan, mediante palabras o actos, una negación a comprometerse

en la rectitud moral: son infidelidades

fundamentales frente a Dios y, en este sentido, socaban las bases de la

Alianza» (2464).

«La verdad o veracidad es la virtud que consiste en mostrarse verdadero

en sus juicios y en sus palabras,

evitando la duplicidad, la simulación y la hipocresía» (2505).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Todo buen cristiano ha de ser más pronto a salvar la proposición

del prójimo, que a condenarla; y si no la

puede salvar, inquirirá cómo la entiende, y si mal la entiende,

corríjale con amor; y si no basta, busque todos los

medios convenientes para que, bien entendiéndola, se salve» (S.

Ignacio de Loyola, ex. spir. 22) (2478).

El cristano «no debe avergonzarse de dar testimonio del Señor» (2 Tm

1,8) en obras y palabras. El martirio es

el supremo testimonio de la verdad de la fe (2506).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Exhortaciones morales de Jesús dentro del «sermón» o discurso que

está siguiendo la liturgia de estos

domingos. Hoy se habla acerca del juicio sobre el prójimo y de la

presunción e hipocresía: 8.o Mandamiento de la

Ley de Dios.

En el Antiguo Testamento sabios consejos enseñan a no precipitarse en el

juicio de los demás hasta observar

bien su razonamiento y coherencia.

La segunda lectura concluye la primera carta a los Corintios que en el cap.

15 ha tratado sobre la resurrección

de Cristo y de los muertos. El texto es un himno a la victoria de Cristo

sobre la muerte.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Vivir en la Verdad. Dios es veraz. Jesús es «la verdad»:

2465-2470.

La respuesta:

Dar testimonio de la Verdad: 2471-2474.

Las ofensas a la verdad: 2475-2487.

C. Otras sugerencias

La meta y el camino de la vida moral cristiana se concreta cada día, en

las relaciones sociales cotidianas y en el

pensar, hablar y actuar sobre la veracidad de nuestra vida y del juicio

verdadero que tenemos del prójimo. Es el

8.o Mandamiento de la Ley de Dios. Una concreción de los expuesto en

domingos anteriores.

Tanto los sabios consejos del Antiguo Testamento, como sobre todo, la

enseñanza de Jesús nos exhortan a

revisarnos en la hipocresía, simulación y juicios sobre el prójimo.

Son actitudes y actos que rebosan de un corazón

que no conoce la Verdad.

Cristo, el vencedor del pecado y de la muerte, es la Verdad y el testigo

fiel. Camino, Verdad y Vida para el

hombre.

DOMINGO IX ORDINARIO (inicio)

Oración y vida cristiana son inseparables

I. LA PALABRA DE DIOS

1 R 8,41-43: Cuando venga un extranjero, escúchalo

Sal 116,1.2: Id al mundo entero y predicad el Evangelio

Ga 1, 1-2.6-10: Si siguiera agradando a los hombres, no sería servidor

de Cristo

Lc 7, 1-10: Ni en Israel he encontrado tanta fe

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Oración y vida cristiana son inseparables porque se trata del mismo

amor y de la misma renuncia que procede

del amor. La misma conformidad filial y amorosa al designio de amor del

Padre. La misma unión transformante

en el Espíritu Santo que nos conforma cada vez más con Cristo Jesús.

El mismo amor a todos los hombres, ese

amor con el cual Jesús nos ha amado» (2745).

«La oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Dios

de bienes convenientes» (San Juan

Damasceno). «La humildad es la base de la oración ... es una

disposición necesaria para recibir gratuitamente el

don de la oración» (2559).

«La fe sin obras está muerta» (St 2,26); «privada de la esperanza

y la caridad, la fe no une plenamente el fiel a

Cristo, ni hace de él un miembro vivo de su cuerpo» (1815).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Para mí, la oración es un impulso del corazón, una sencilla

mirada lanzada hacia el cielo, un grito de

reconocimiento y de amor tanto desde dentro de la prueba como desde dentro de

la alegría» (Santa Teresa del

Niño Jesús) (2558).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Acabado el primer discurso de Jesús en S. Lucas se presenta la

narración en este domingo de un milagro que

muestra a Jesús como Salvador universal. La curación a distancia del

criado del centurión es tan portentosa como

la fe de aquel extranjero que asombra a Jesús.

La primera lectura recoge una oración de dedicación del templo de

Jerusalén: los gentiles se acercarán al Dios

de Israel para suplicarle. Yavhé les atenderá. El evangelio cumple la

promesa.

Comienza la lectura de la carta de S. Pablo a los Gálatas, escrita antes

de la carta a los Romanos de la que es

un esbozo en clave polémica y apasionada sobre la fe y la justificación

frente a los judaizantes.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La fe, virtud teologal: 1814-1816.

La oración, don de Dios: 2558-2565.

La respuesta:

La llamada universal a la oración: 2566-2567.

En el Antiguo Testamento: 2568-2597.

En la plenitud de los tiempos: 2598-2622.

C. Otras sugerencias

La oración y vida cristiana son inseparables. Dios actúa en nuestra

historia. Reconocerle exige un modo de vivir

pero también un modo de tratarle. La fe del centurión es un

reconocimiento de Jesucristo, le trata, ora, como se

había anunciado ya en el Antiguo Testamento: los gentiles orarán en el

templo, lugar de la presencia de Dios.

Jesús es la Presencia y acontecimiento de Dios.

Oración y vida cristiana son expresiones de una misma fe en Dios. Son

inseparables.

La salvación de Jesucristo no tiene límites, es universal. La

oración, respuesta a esa acción divina en Jesucristo,

tampoco tiene límites. Es una exigencia de la vida cristiana. El

centurión, gentil y pagano, oró bien pues creyó.

DOMINGO X ORDINARIO (inicio)

La esperanza, ancla del alma

I. LA PALABRA DE DIOS

1 R 17, 17-24: Tu hijo está vivo

Sal 29, 2 y 4.5-6.11 y 12a y 13b: Te ensalzaré, Señor, porque me has

librado

Ga 1,11-19: Se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo

anunciara a los gentiles

Lc 7, 11-17: !Muchacho, a ti te lo digo,levántate!

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La esperanza es la virtud teologal por la que aspiramos al Reino de los

cielos y a la vida eterna como

felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y

apoyándonos no en nuestras fuerzas

sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo» (1817).

«La bendición expresa el movimiento de fondo de la oración

cristiana: es encuentro de Dios con el hombre; en

ella, el don de Dios y la acogida del hombre se convocan y se unen. La

oración de bendición es la respuesta del

hombre a los dones de Dios: porque Dios bendice, el corazón del hombre

puede bendecir a su vez a Aquél que

es la fuente de toda bendición» (2626).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Espera, espera, que no sabes cuando vendrá el día, ni la hora.

Vela con cuidado, que todo se pasa con

brevedad, aunque tu deseo hace lo cierto dudoso, y el tiempo breve largo.

Mira que mientras más peleases, más

mostrarás el amor que tienes a tu Dios y más te gozarás con tu Amado

con gozo y deleite que no puede tener

fin» (Sta. Teresa de Jesús) (1821).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Ya en el Antiguo Testamento, el poder de Dios para resucitar a los muertos

se manifiesta en Elías, su profeta.

Este relato de la resurrección del hijo de una viuda por parte de un

profeta contrasta con el Evangelio. Para

Elías es un trabajoso esfuerzo.

Jesús como «el que ha de venir» lo hace con la libertad soberana del

que tiene dominio sobre la muerte. Lo

realiza sin que se lo pidan; por compasión. Ante el milagro se produce la

bendición.

Pablo se presenta a los Gálatas haciendo constar el origen divino de su

Evangelio, la buena noticia de la

justificación por la fe, sin las obras de la Ley de Moisés.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Los milagros de resurrección de muertos, signos y prenda de la

Resurrección del Señor y la nuestra: 994.

La virtud de la esperanza en la vida eterna: 1817-1821.

La respuesta:

La oración de bendición: 2626-2627.

C. Otras sugerencias

El evangelista relata un segundo milagro que revela que el Señor, Dios

de la vida y de la muerte, se hace

presente en Jesús. Actúa libremente y por compasión. Dios es así.

Ante esa revelación surge la oración de

bendición y la respuesta esperanzada.

Bendecir es reconocer los dones de Dios, muchas veces no pedidos y

recibidos. Esperar es un don que se basa

en las promesas de Jesucristo anunciadas en su vida entre nosotros: la

promesa de la vida eterna realizada con su

resurrección que es prefigurada en esta otra resurrección que es de

otro orden (Veáse 994)

La vida cristiana se compone de oración (la bendición es una forma) y

comportamiento moral (la esperanza es

una virtud teologal que informa la vida).

DOMINGO XI ORDINARIO (inicio)

La misericordia vence al pecado

I. LA PALABRA DE DIOS

2 S 12, 7-10. 13: El Señor perdona tu pecado.No morirás

Sal 31, 1-2.5.7.11: Perdona Señor, mi culpa y mi pecado

Ga 2, 16. 19-21: No soy yo, es Cristo quien vive en mí

Lc 7, 36-8,3: Sus muchos pecados están perdonados, porque tiene mucho

amor

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El Evangelio es la revelación, en Jesucristo, de la misericordia de

Dios con los pecadores» (1846).

«La acogida de su misericordia exige de nosotros la confesión de

nuestras faltas. Si decimos: ``no tenemos

pecado'', nos engañamos y la verdad no está en nosotros. Si reconocemos

nuestros pecados, fiel y justo es él para

perdonarnos los pecados y purificarnos de toda injusticia» (1 Jn 1,8-9)

(1847).

«En la Pasión, la misericordia de Cristo vence al pecado» (1851).

«Cuando brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas, la

contrición se llama «contrición perfecta

(contrición de caridad)» (1452).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Dios nos ha creado sin nosotros, pero no ha querido salvarnos sin

nosotros (S. Agustín)». La acogida de la

misericordia exige de nosotros la confesión de nuestras faltas. «Si

decimos no tenemos pecado, nos engañamos y

la verdad no está en nosotros. Si reconocemos nuestros pecados, fiel y

justo es El para perdonarnos los pecados y

purificarnos de toda injusticia» (1 Jn 1, 8-9) (1847).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Dios está dispuesto a perdonar los mayores pecados como el de David,

cuando media el arrepentimiento.

El verdadero arrepentimiento es el movido por el amor. No hay pecado que

Jesús no perdone. Tiene el poder

de Dios. Ante el arrepentimiento por amor, Jesús perdona.

La síntesis de la buena noticia anunciada por Pablo es que el cristiano

es justificado por la fe en Cristo y no

por cumplir los preceptos mosaicos.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La misericordia y el pecado: 1846-1848.

La misericordia vence al pecado: 1851.

La respuesta:

La contricción: 1451-1453.

C. Otras sugerencias

El Evangelio según S. Lucas es conocido como el de la misericordia de

Dios. El texto de hoy nos la descubre

como respuesta al arrepentimiento amoroso de la pecadora.

El pecado está en la vida de todo hombre. La misericordia de Dios es

para todos. Entre una realidad y otra la

vida cristiana se desarrolla en el arrepentimiento y la confianza en la

misericordia divina.

El arrepentimiento es una gracia divina que hay que pedir para descubrir el

pecado y amar a Dios sobre todas

las cosas por El mismo.

DOMINGO XII ORDINARIO (inicio)

Seguir a Cristo, cargar con su cruz

I. LA PALABRA DE DIOS

Za 12, 10-11: Mirarán al que transpasaron

Sal 62, 2.3-4.5-6.8-9: Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios

mío

Ga 3, 26-29: Los que habéis sido bautizados, os habéis revestido de

Cristo

Lc 9,18-24: Tú eres el Mesías de Dios. El Hijo del hombre tiene que

padecer mucho

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en

relación con la Santísima Trinidad. Tienen como

origen, motivo y objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y amado por El

mismo» (1840).

«Son tres: La fe, la esperanza y la caridad. Informan y vivifican todas

las virtudes morales» (1841).

«Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que adaptan

las facultades del hombre a la

participación de la naturaleza divina» (1812). «Pueden agruparse en

torno a cuatro virtudes cardinales: prudencia,

justicia, fortaleza y templanza» (1834).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a

Dios» (S. Gregorio de Nisa) (1803).

«La culminación de todas nuestras obras es el amor, este es el fin;

para conseguirlo, corremos; una vez llegados,

en él reposamos» (S. Agustín) (1829).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Tras la primera etapa de la vida pública de Jesús, consistente en su

manifestación con palabras y obras, Pedro

confiesa que el Señor es el Mesías de Dios. Este «secreto» solo se

comprenderá tras su muerte.

Cristo en la cruz será el primogénito traspasado por la lanza, fuente

de gracia y clemencia, como había

anunciado el profeta Zacarías.

S. Pablo en la carta a los Gálatas recuerda que vivimos en el reino de

la fe, al que se entra por el bautismo

que borra toda diferencia.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El seguimiento de Cristo: 1694-1698.

Las virtudes teologales: 1812-1829.

La respuesta:

Las virtudes humanas: 1803-1811.

C. Otras sugerencias

El Evangelio nos señala el itinerario de la vida cristiana: seguir a

Jesucristo y llegar a vivir en El con Dios. Para

ello se nos ha infundido la virtud de la fe, como a Pedro, que nos hace

capaces de confesar al Hijo de Dios; la

virtud teologal de la esperanza que «protege del desaliento... y dilata el

corazón» en el seguimiento de Cristo

esperando el encuentro con Dios; y la virtud de la caridad que nos capacita

a amar como El nos amó en la cruz.

Por el bautismo hemos sido revestidos de Cristo y las virtudes teologales

nos facultan a participar de su

naturaleza divina, e informan y vivifican todas las virtudes humanas para

llevar una vida moralmente buena.

El alma sedienta de Dios (salmo) recibe de Dios su fuerza (virtudes

teologales).

DOMINGO XIII ORDINARIO (inicio)

Libres para ser esclavos por amor

I. LA PALABRA DE DIOS

1 R 19, 16b.19-21: Eliseo se levantó y marchó tras Elías

Sal 15, 1-2a y 5.7-8.9-10.11: El Señor es mi lote y mi heredad

Ga 4, 31b-5,1.13-18: Vuestra vocación es la libertad

Lc 9,51-62: Jesús tomó la decisión de ir a Jerusalén. Te

seguiré a donde vayas

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Dios ha querido ``dejar al hombre en manos de su propicia decisión''.

Para que puede adherirse libremente a

su Creador y llegar así a la bienaventurada perfección» (1743). «La

libertad alcanza su perfección, cuando está

ordenada a Dios, el Supremo Bien» (1744).

«No hay verdadera libertad sino en el servicio del bien y de la

justicia» (1733).

«Por su Cruz gloriosa, Cristo obtuvo la salvación para todos los

hombres. Los rescató del pecado que los tenía

sometidos a esclavitud. Para ser libres nos liberó Cristo» (1741).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Dios omnipotente y misericordioso, aparta de nosotros los males, para

que, bien dispuesto nuestro cuerpo y

nuestro espíritu, podamos libremente cumplir tu voluntad» (Misal romano)

(1742).

«El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y

dueño de sus actos» (S. Ireneo) (1730).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Después de anunciar la Pasión, Jesús inicia el camino de

Jerusalén. Invita a seguirle, pero rechaza a aquellos

que no lo hacen en la pobreza y la renuncia a todo lo mundano.

El profeta Eliseo es figura del seguimiento radical, deja todas sus cosas

para seguir con generosidad y

radicalidad a su maestro, el profeta Elías.

El apóstol instruye a los nuevos cristianos para que no pierdan la

libertad lograda en Cristo y les advierte sobre

el uso correcto de esa gracia: el servicio mutuo con amor, y el domino de las

pasiones.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El seguimiento de Cristo, ley nueva, ley de amor, de gracia, de libertad:

1972.

La libertad humana en la economía de la salvación: 1739-1742.

La respuesta:

Libertad y responsabilidad: 1730-1738.

C. Otras sugerencias

El seguimiento de Cristo es la vocación del cristiano. Es una

decisión libre del discípulo, pero el Señor también

pone condiciones. No es la decisión libre del discípulo la única

determinación para seguir a Jesucristo. La libertad

no es el único valor absoluto.

¿Qué se entiende hoy por libertad? ¿Qué es la libertad para el

cristiano? Importante cuestión pues el cristiano

ha de ser libre. Más aún: Para ser libre nos liberó Cristo.

Libres porque así nos ha creado Dios. Libres porque así nos ha

redimido de la esclavitud el Señor. Libres para

buscar y alcanzar el Bien Supremo. Libres para hacernos esclavos por el amor.

 

Contradicción entre este concepto de libertad y el de la cultura actual.

DOMINGO XIV ORDINARIO (inicio)

«Llamados a evangelizar»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 66, 10-14: Yo haré derivar hacia ella, como un río, la paz

Sal 65, 1-3a.4-5.6-7a.16 y 20: Aclamad al Señor, tierra entera

Ga 6, 14-18: Yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús

Lc 10, 1-12, 17-20: Mirad que os mando como corderos en medio de lobos.

Vuestra paz descansará sobre ellos

II. LA FE DE LA IGLESIA

Los cristianos, por ser miembros del Cuerpo, cuya Cabeza es Cristo,

contribuyen a la edificación de la Iglesia

mediante la constancia de sus convicciones y de sus constumbres. La Iglesia

aumenta, crece y se desarrolla por la

santidad de sus fieles «hasta que lleguemos al estado del hombre perfecto,

a la madurez de la plenitud en Cristo»

(2045).

«La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el

anuncio del Evangelio y para la misión de

la Iglesia en el mundo» (2044).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Jesucristo ordena a cada fiel que ora que lo haga universalmente por

toda la tierra. Porque no dice ``Que tu

voluntad se haga'' en mí o en vosotros, sino ``en toda la tierra''; para

que el error sea desterrado de ella, que la

verdad reine en ella, que la virtud vuelva a florecer en ella y que la tierra

ya no sea diferente del cielo» (S. Juan

Crisóstomo) (2825).

«La sangre de los mártires es semilla de cristianos» (Tertuliano)

(852).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En la primera lectura escuchamos una profecía que proyecta una luz de

entusiasmo, fe y esperanza ante una

dura realidad basada en la seguridad de la cercanía con su pueblo.

Jesús, en el Evangelio, además de a los doce apóstoles, envió

a un grupo más numeroso de discípulos para

anunciar la llegada del Reino de Dios. Jesús les instruye de forma

semejante a como lo hizo con los apóstoles.

La segunda lectura, de la carta a los Gálatas, concluye con un resumen

del tema principal de la misma: la vida

nueva ha comenzado en Cristo Crucificado.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La misión y exigencia de la catolicidad de la Iglesia: 849-851.

Vida moral y testimonio misionero: 2044-2046.

La respuesta:

Los caminos de la misión: 852-856.

C. Otras sugerencias

La misión dada a un grupo numeroso de los discípulos proyecta una

dimensión de universalidad. Todos estamos

llamados a anunciar el Evangelio por todo el mundo.

El evangelizador ejercita su misión como Jesús: con las palabras y

con el testimonio de su vida y obras.

Las actitudes del evangelizador: pobreza, valentía profética,

confianza en el Señor...

DOMINGO XV ORDINARIO (inicio)

«Cúmplelo»

I. LA PALABRA DE DIOS

Dt 30, 10-14: El mandamiento está muy cerca de ti; cúmplelo

Sal 68, 14 y 17.30-31.33-34.36 y 37: Buscad al Señor, y vivirá

vuestro corazón

Col 1,15-20: Todo fue creado por él y para él

Lc 10,25-37: ¿Quién es mi prójimo?

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Por su modo de actuar y de su predicación, Jesús ha atestiguado el

valor perenne del Decálogo» (2076). «La

Ley no es abolida, sino que el hombre es invitado a encontrarla en la Persona

de su Maestro, que es quien le da

la plenitud perfecta» (2053).

«El don del Decálogo fue concedido en el marco de la alianza

establecida por Dios con su pueblo. Los

mandamientos de Dios reciben su verdadero significado en y por esta

Alianza» (2077). «La existencia moral es

respuesta a la iniciativa amorosa del Señor» (2062).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El Señor prescribió el amor a Dios y enseñó la justicia para

con el prójimo a fin de que el hombre no fuese

injusto ni indigno de Dios. Así, por el Decálogo, Dio preparaba al

hombre para ser su amigo y tener un solo

corazón con su prójimo» (S. Ireneo) (2063).

«La primera frase del Decálogo, primera palabra de los mandamientos de

Dios, se refiere a la libertad: ``Yo soy

el Señor tu Dios que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de la

servidumbre'' (Ex 20,2; Dt 5,6)» (Orígenes)

(2061).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los principales, mandamientos del Señor inscritos en el corazón del

hombre son los que se recuerdan en el

Decálogo. Hacen felices al hombre.

Jesús no vino a anular la Ley del Decálogo, la amplió y

espiritualizó. Así lo hace con el precepto del amor al

prójimo: hay que «hacerse prójimo» del necesitado, como el buen

samaritano.

La carta a los Colosenses es una de las «de la cautividad» escrita por

S. Pablo en una de sus frecuentes

detenciones en prisión. El tema fundamental: la primacía absoluta de

Cristo en el universo y en la Iglesia.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Introducción a los Diez Mandamientos: 2052-2082.

La respuesta:

«Sin mi no podeis hacer nada»: 2074.

Amarás a tu prójimo: 2196.

C. Otras sugerencias

Los mandamientos de Dios, expresión de su voluntad, están muy cerca,

inscritos en el corazón humano, escritas

en el decálogo, llevados a plenitud en su vida y predicación por

Jesús...y sin embargo hay que meditarlos y

profundizar sobre ellos. Es la pregunta que se le hace a Jesús. El

responde con profundidad.

Cumplir la voluntad de Dios es la vida cristiana y el centro de la

oración. En el mandamiento doble del amor a

Dios y al prójimo se resume todo. Tenemos la respuesta, pero no para

cumplirlo externamente. La parábola del

Buen Samaritano invita a plantearse con seriedad el amor al prójimo.

«Hacerse prójimo» con el necesitado.

Es tan conocido este mandamiento del amor que puede darse por cumplido. Hoy

se llama la atención para no

caer en esa actitud.

DOMINGO XVI ORDINARIO (inicio)

«Hasta le recibió en su casa»

I. LA PALABRA DE DIOS

Gn 18,1-10a: Señor, no pases de largo junto a tu siervo

Sal 14, 2-3ab.3cd-4ab.5: Señor, ¿quién puede hospedarse en tu

tienda?

Col 1,24-28: El misterio que Dios ha tenido escondido, lo ha revelado ahora

a su pueblo santo

Lc 10,38-42: Marta lo recibió en su casa. María ha escogido la parte

mejor

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Adorar a Dios, orar a El, ofrecerle el culto que le corresponde, cumplir

las promesas y los votos que se le han

hecho, son todos ellos actos de la virtud de la religión que constituye

la obediencia al primer mandamiento»

(2135).

«Con frecuencia el ateísmo se funda en una concepción de la

autonomía humana, llevada hasta el rechazo de

toda dependencia respecto a Dios» (2126). «El agnosticismo equivale con

mucha frecuencia a un ateísmo

práctico» (2128).

«Los actos de fe, esperanza y caridad que ordena el primer mandamiento se

realizan en la oración. La

elevación del espíritu hacia Dios es una expresión de nuestra

adoración a Dios» (2098).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Un alma abrasada de amor no puede permanecer inactiva. Ciertamente, a

imitación de María Magdalena,

permanece a los pies de Jesús escuchando su dulce e inflamada palabra. Y

parece no dar nada, da mucho más

que Marta... Todos los santos la entendieron así» (Sta. Teresa de

Lisieux, Historia del alma, cap. XI).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El deber de la hospitalidad está fuertemente tratado entre los pueblos

de Oriente Medio desde la antigüedad;

de ello fue buena muestra Abraham en el episodio de Mambré, donde

contempló a Dios.

Jesús era recibido con frecuencia y agrado en la casa de Marta y de

María. Allí enseñó a preferir sobre todas

las cosas la relación directa con su Palabra, con su Persona.

El «apóstol» completa en su carne los dolores de Cristo a medida que

va anunciando el Evangelio y surgen

contradicciones y divisiones: esta buena noticia, escondida anteriormente, es

la plena incorporación de los gentiles

a la Iglesia.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Adorarás al Señor tu Dios, y le servirás: 2084-2094.

El agnosticismo y el ateismo: 2123-2128.

La respuesta:

A El sólo darás culto: 2095-2109.

C. Otras sugerencias

El Evangelio puede resultar sorprendente. ¿Qué es lo más importante

servir o escuchar al Señor, hacer u orar?

También entre los cristianos se nota la influencia de una cultura y

sociedad pragmática.

El primer mandamiento de Dios es amarle sobre todas las cosas. El es el

único importante. La virtud de la

religión. Es el mandamiento mas combatido por la actual cultura que

fundamenta el ateísmo y el agnosticismo.

Hay que estar vigilantes. No podemos dar a Dios por supuesto, ni este

mandamiento como cumplido. Revisión

de los momentos de oración y culto a Dios.

DOMINGO XVII ORDINARIO (inicio)

«Orad así: Padrenuestro...»

I. LA PALABRA DE DIOS

Gn 18, 20-32: No se enfade mi Señor, si sigo hablando

Sal 137, 1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8: Cuando te invoqué, Señor, me

escuchaste

Col 2,12-14: Os dio la vida en Cristo, perdonándoos todos los pecados

Lc 11,1-13: Pedid y se os dará

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Jesús es el Maestro de nuestra oración»(2765)... «Pero

Jesús no nos deja una fórmula para repetirla de modo

mimético. Como en toda oración vocal, el Espíritu Santo, a través

de la Palabra de Dios, enseña a los hijos de

Dios a hablar con su Padre» (2766).

«La oración dominical es la oración por excelencia de la Iglesia»

(2776).

«La confianza sencilla y fiel, y la seguridad humilde y alegre son las

disposiciones propias del que reza el Padre

Nuestro» (2797).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La oración dominical es, en verdad, el resumen de todo el

Evangelio... Por tanto, cada uno puede dirigir al

cielo diversas oraciones según sus necesidades, pero comenzando siempre

por la oración del Señor, que sigue

siendo la oración fundamental» (Tertuliano) (2761).

«Recorred todas las oraciones que hay en las Escrituras, y no creo que

podais encontrar algo que no esté

incluido en la oración dominical» (S. Agustín) (2762).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La confiada insistencia de Abrahán cuando intercedía por las ciudades

condenadas de Sodoma y Gomorra halló

eco en la paciente condescendencia en Dios.

La catequesis de Jesús sobre la oración tiene dos partes. En la

primera enseña la plegaria modélica, el «Padre

nuestro»; en la segunda se exponen las condiciones de la oración

cristiana: constancia y confianza en la buena

disposición de Dios Padre hacia su Hijo.

La segunda lectura expone como el misterio Pascual de Cristo se actualiza

en el Bautismo y su poder

regenerador se aprovecha mediante la fe.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El «padrenuestro», resumen de todo el Evangelio: 2759-2776.

La respuesta:

Comentario a cada una de las peticiones: 2777-2865.

C. Otras sugerencias

La oración es parte integrante de la vida cristiana, pero ¿Sabemos

orar? Jesús enseña a los discípulos a hablar

con Dios en espíritu y verdad: el Padre Nuestro, y les exhorta a las

actitudes del que ora en verdad.

Revisad la frecuencia en el rezo del Padrenuestro. ¿Se está perdiendo

su uso? Revisad la calidad en el rezo del

Padrenuestro ¿Es una rutina? Revisad, sobre todo, las disposiciones

interiores en el rezo del Padre nuestro.

Glosar algunas de las peticiones del Padrenuestro, según los

destinatarios.

DOMINGO XVIII ORDINARIO (inicio)

«Buscad los bienes de arriba»

I. LA PALABRA DE DIOS

Si 1,2; 2, 21-23: ¿Qué saca el hombre de todo su trabajo?

Sal 94, 1-2.6-7.8-9: Escucharemos tu voz, Señor

Col 3, 1-5. 9,11: Buscad los bienes de arriba, donde está Cristo

Lc 12, 13-21: Lo que has acumulado, ¿de quién será?

II. LA FE DE LA IGLESIA

En materia económica el respeto de la dignidad humana exige la

práctica de la virtud de la templanza, para

moderar el apego a los bienes de este mundo; de la justicia, para preservar

los derechos del prójimo y darle lo

que le es debido; y de la solidaridad, siguiendo la regla de oro y según

la generosidad del Señor que «siendo rico,

por vosotros se hizo pobre a fin de que os enriquecieráis con su

pobreza» (2 Co 8,9) (2407).

«Los bienes de la creación están destinados a todo el género

humano. El derecho a la propiedad privada no

anula el destino universal de los bienes» (2452).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando damos a los pobres las cosas indispensables no les hacemos

liberalidades personales, sino que les

devolvemos lo que es suyo. Mas que realizar un acto de caridad, lo que

hacemos es cumplir un deber de justicia»

(S. Gregorio Magno) (2446).

«El hombre, al servirse de esos bienes, debe considerar las cosas

externas que posee legitimamente no sólo

como suyas, sino también como comunes, en el sentido de que han de

aprovechar no sólo a él, sino también a los

demás» (Vaticano II, GS, 69) (2404).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El libro del Eclesiastés recoge las enseñanzas de los antiguos sabios

de Israel sobre la inutilidad de las riquezas

materiales cuando se confía totalmente en ellas.

Jesús desarrolla una catequesis acerca del uso de los bienes materiales,

a partir de una pregunta sobre un pleito

de herencia.

Llega a su fin la lectura de la carta a los Colosenses: el Bautismo es el

principio de una vida nueva que

compromete a seguir una conducta pura, digna de ser vivida en Cristo

resucitado.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El destino universal de los bienes: 2402-2406.

La doctrina social de la Iglesia: 2419-2425.

La respuesta:

El respeto de las personas y sus bienes: 2407-2418.

La actividad económica y la justicia social: 2426-2436.

C. Otras sugerencias

A Jesús se le pone como juez de un pleito de herencia para repartir los

bienes. Ante el Señor hemos de

plantearnos el lugar que tienen los bienes materiales y la actividad

económica en nuestra vida: la avaricia y

codicia por ellos, las justas relaciones laborales, el uso de los bienes

comunes, el abuso de los bienes propios...

Los bienes materiales son un medio para vivir con dignidad, nunca un fin en

sí mismos.

El Evangelio, como la primera lectura, relativizan su importancia. En

nuestra vida y en nuestra sociedad se

absolutizan.

El dinero y el «tener», que es bueno y necesario para la dignidad de la

persona, puede, sin embargo,

convertirse en un ídolo. Solo Dios es el origen, guía y meta de todo

lo que hacemos y queremos en la vida.

DOMINGO XIX ORDINARIO (inicio)

El combate espiritual: La oración

I. LA PALABRA DE DIOS

Sb 18, 6-9: Castigaste a los enemigos y nos honraste llamándonos

Sal 32, 1 y 12.18-19.20 y 22: Dichoso el pueblo a quien Dios escogió

Hb 11, 1-2.8-19: Esperaba la ciudad cuyo arquitecto y constructor iba a ser

Dios

Lc 12, 32-48: Estad preparados

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La oración es un don de la gracia y una respuesta decidida por

nuestra parte. Supone un esfuerzo..un

combate... contra nosotros mismos y contra las astucias del tentador que hace

todo lo posible para separar al

hombre de la oración, de la unión con su Dios. Se ora como se vive,

porque se vive como se ora. El que no

quiere actuar habitualmente según el Espíritu de Cristo, tampoco

podrá orar habitualmente en su Nombre. El

``combate espiritual'' de la vida nueva del cristiano es inseparable del

combate de la oración» (2725).

«Orad constantemente (1 Ts 5,17)... Este ardor incansable no puede venir

más que del amor... Este amor abre

nuestros corazones a tres evidencias de fe, luminosas y vivificantes:

Orar es siempre posible...

Orar es una necesidad vital...

Oración y vida cristiana son inseparables» (2742-2745).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Ora continuamente el que une la oración a las obras y las obras a la

oración. Sólo así podemos encontrar

realizable el principio de la oración contínua» (Orígenes) (2745).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los israelitas aguardaron la venida del Señor en la noche de Pascua para

ser liberados de la esclavitud. Es un

recuerdo vivo del Pueblo de Dios que recoge el libro de la Sabiduría.

Jesús, en el evangelio, recomienda a sus discípulos dos actitudes

fundamentales para la vida cristiana: la espera

y la vigilancia. El vendrá inesperadamente como un ladrón nocturno o

como un amo que está muchos años lejos

de su hacienda.

Comienza a leerse la última parte de la carta a los Hebreos. Su tema

principal es la superioridad del sacerdocio

de Cristo sobre el de la antigua alianza en la que vivieron los profetas,

ilustres por su fe en las promesas de

Dios.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El combate de la oración: 2725-2728.

Necesidad de una humilde vigilancia: 2729-2733; y confianza filial:

2734-2741.

La respuesta:

Perseverar en la oración, perseverar en el amor: 2742-2745.

C. Otras sugerencias

La exhortación de Jesús a la espera y vigilancia se concreta en la

vida cristiana en tener a Dios siempre

presente. Es una exhortación siempre necesaria pues no pocas veces vivimos

como si Dios estuviera ausente.

La oración nos pone en diálogo con el Dios presente. Pero orar es un

combate, el mismo combate cristiano de

vida y oración.

Tentaciones para la oración. Excusas para no orar. Dificultades.

Exhortación a la oración continua, en casa y en el trabajo.

DOMINGO XX ORDINARIO (inicio)

El combate espiritual: La accesis

I. LA PALABRA DE DIOS

Jr 38,4-6.8-10: Me engendraste hombre de pleitos para todo el país

Sal 39, 2.3.4.18: Señor, date prisa en socorrerme

Hb 12, 1-4: Corramos la carrera que nos toca, sin retirarnos

Lc 12,49-53: No he venido a traer paz, sino división

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Todos los fieles, de cualquier estado o régimen de vida son llamados

a la plenitud de la vida cristiana y a la

perfección de la caridad; todos son llamados a la santidad: `Sed perfectos

como vuestro Padre celestial es

perfecto'» (Mt.5,48) (2013).

«El camino de la perfección pasa por la Cruz. No hay santidad sin

renuncia y sin combate espiritual. El

progreso espiritual implica la ascesis y la mortificación que conducen

gradualmente a vivir en la paz y el gozo de

las bienaventuranzas» (2015).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El que asciende no cesa nunca de ir de comienzo en comienzo mediante

comienzos que no tienen fin. Jamás

el que asciende deja de desear lo que ya conoce» (S. Gregorio de Niza)

(2015).

«Para alcanzar esta perfección, los creyentes han de emplear sus

fuerzas, según la medida del don de Cristo,

para entregarse totalmente a la gloria de Dios y al servicio del prójimo.

Lo harán siguiendo las huellas de Cristo»

(Vaticano II, LG, 40) (2013).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los verdaderos profetas como Jeremías crearon a su alrededor fuertes

divisiones y contradicciones pues no halla

lo que se quiere escuchar, sino lo que Dios le dice.

Jesús anuncia las divisiones y contradicciones que cercan a los

verdaderos profetas cuando su mensaje, que es

de Dios, se extiende entre las familias y los pueblos.

El ejemplo de los antiguos patriarcas es propuesto en la carta a los

Hebreos a quienes saben con certeza hacia

donde se encaminan, gracias a la nueva fe que comenzó y termina en Cristo.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El Verbo se encarnó para ser nuestro modelo de santidad: 459; 2012.

La vocación a la santidad: 2013.

El progreso espiritual: 2014.

La respuesta:

El camino del combate espiritual: 2015-2016.

C. Otras sugerencias

El combate espiritual es un combate de oración (Domingo anterior), es un

combate cultural (primera lectura y

evangelio) es un combate total de la vida del que solo en Dios tiene su meta

y en Cristo su Camino, Verdad y

Vida.

La ascesis, la mortificación, la lucha del cristiano no son palabras de

moda. Jesús es muy claro: como los

profetas verdaderos sus discípulos crean divisiones a su alrededor y su

vida es una lucha continua.

Bien vale la pena la meta: la santidad, aunque sea duro el camino.

DOMINGO XXI ORDINARIO (inicio)

«Id al mundo entero y predicad el evangelio»

I. LA PALABRA DE DIOS

Is 66, 18-21: Traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las

naciones

Sal 116, 1.2: Id al mundo entero y predicad el Evangelio

Hb 12,5-7.11-13: El Señor reprende a los que ama

Lc 13, 22-30: Vendrán de Oriente y de Occidente y se sentarán a la

mesa en el Reino de Dios

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Iglesia columna y fundamento de la verdad (1 Tm 3,15) recibió de

los Apóstoles este solemne mandato de

Cristo de anunciar la verdad que nos salva. Compete siempre y en todo lugar a

la Iglesia proclamar los principios

morales, incluso los referentes al orden social, así como dar su juicio

sobre cualesquier asunto humano, en la

medida en que lo exijan los derechos fundamentales de la persona humana o la

salvación de las almas» (2032).

«El Magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce

ordinariamente en la catequesis y la

predicación sobre la base del Decálogo que enuncia los principios de

la vida moral válidos para todo hombre».

«La fidelidad de los bautizados es una condición primordial para el

anuncio del Evangelio y para la misión de

la Iglesia en el mundo» (2044).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«!Qué sorprendente misterio! Hay un solo Padre del universo, un solo

Logos del universo y también un solo

Espíritu Santo, idéntico en todas partes; hay también una sola

virgen hecha madre, y me gusta llamarla Iglesia»

(Clemente de Alejandría) (813).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La salvación de Dios anunciada en la profecía es universal, sin

barreras religiosas y tribales.

Jesús en el Evangelio parte de una pregunta que le da lugar a una nueva

catequesis. Sobre el número de los

que se salvan. Dios quiere que todos los hombres se salven, pero hay que

esforzarse por hacer el bien,

sacrificando lo que haga falta, pues la puerta es estrecha.

El autor de la carta a los Hebreos expone que en el camino hacia Dios,

guiados por la fe, hay lugar para las

penalidades que conviene sobrellevar con espíritu penitencial,

aceptándolas como advertencias y correctivos

divinos.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Iglesia es católica: 830-831.

La Iglesia, madre y educadora: 2030-2031.

La respuesta:

Vida moral y magisterio de la Iglesia: 2032-2040.

C. Otras sugerencias

El anuncio del Evangelio no tiene fronteras (salmo). Exige conformar la

vida al camino de Cristo. Todos los

hombres están llamados a ello. La Iglesia es el instrumento para la

evangelización y en ella todos los cristianos.

El Evangelio tiene un componente de vida moral: vivir según Cristo,

sobre el que estamos reflexionando en los

domingos del TIEMPO ORDINARIO. La Iglesia es maestra y educadora de la vida

moral cristiana.

Misión de los pastores y derechos y deberes de los fieles ante las

enseñanzas morales de la Iglesia.

El testimonio de fidelidad al Evangelio y a las concrecciones de vida que

presenta la Iglesia es la mejor palabra

evangelizadora ante el mundo.

DOMINGO XXII ORDINARIO (inicio)

Orar y vivir con humildad y audacia

I. LA PALABRA DE DIOS

Si 3, 19-21.30-31: Hazte pequeño y alcanzarás el favor de Dios

Sal 67, 4-5ac.6-7ab.10-11: Has preparado, Señor, tu casa a los

desvalidos

Hb 12, 18-19. 22-24: Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del

Dios vivo

Lc 14,1.7-14: Todo el que se enaltece será humillado; y el que se

humilla será enaltecido

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La antigua sabiduría nos hace reconocer que «nadie conoce al Padre,

sino el Hijo y a aquel a quien el Hijo se

lo quiera revelar», es decir, «a los pequeños» (2779)... «Un

corazón humilde y confiado que nos hace volver a ser

como niños; porque es a los `pequeños' a los que el Padre se revela»

(2785).

«Si recitamos en verdad el `Padre nuestro', salimos del individualismo,

porque de él nos libera el Amor que

recibimos» (2792).

«Parresía: Simplicidad sin desviación, conciencia filial, seguridad

alegre, audacia humilde, certeza de ser amado»

(2778).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Tu hombre, no te atrevías a levantar tu cara hacia el cielo, tu

bajabas los ojos hacia la tierra, y de repente has

recibido la gracia de Cristo: todos tus pecados te han sido perdonados...

Pero no reclames ningún privilegio. No

es Padre, de manera especial, más que de Cristo, mientras que a nosotros

nos ha creado» (S. Ambrosio) (2783).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La antigua sabiduría del pueblo de Israel recomendaba con frecuencia la

práctica de la humildad.

En el Evangelio, Jesús invita a sus discípulos a la actitud de la

humildad y a hacer el bien desinteresadamente.

El autor de la carta a los Hebreos muestra que en la asamblea litúrgica

cristiana no se dan los prodigios del

Sinaí, pero se está en comunicación real con Dios en la presencia

real de Jesucristo y de la Iglesia celeste. Esta

es la última enseñanza de esta carta que se lee en el TIEMPO ORDINARIO.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Acercarse al Padre Dios con toda confianza y humildad: 2777-2785.

La respuesta:

Padre «nuestro»: 2786-2793.

C. Otras sugerencias

La exhortación a la humildad es a una actitud de vida frente a Dios y

con los hermanos, que se alimenta y se

expresa en la oración, especialmente en el Padrenuestro.

La audacia o «parresía» con la que nos atrevemos a orar como

Jesús nos enseña requiere un corazón, lleno del

Espíritu de Dios, que es pequeño y humilde.

De nuevo, actitudes morales y oración son inseparables.

DOMINGO XXIII ORDINARIO (inicio)

«Déjalo todo... Sígueme»

I. LA PALABRA DE DIOS

Sb 9, 13-19: ¿Quién comprende lo que Dios quiere?

Sal 89, 3-4.5-6.12-13.14 y 17: Señor, tus has sido nuestro refugio de

generación en generación

Flm 9b-10.12-17: Recíbelo no como esclavo, sino como hermano querido

Lc 14, 25-33: El que no renuncia a todos sus bienes, no puede ser

discípulo mío

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Ley evangélica entraña la elección decisiva entre ``los dos

caminos'' y la práctica de las palabras del Señor;

está resumida en la regla de oro: ``Todo cuanto queráis que os hagan

los hombres, hacédselo también vosotros;

porque esta es la Ley y los porfetas'' (Mt 7,12).» (1970).

«Más allá de sus preceptos, la ley nueva contiene los consejos

evangélicos» (1973). «Los consejos evangélicos

manifiestan la plenitud de una caridad que nunca se sacia» (l974)

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Dios no quiere que cada uno observe todos los consejos, sino solamente

los que son convenientes según la

diversidad de las personas, los tiempos, las ocasiones, y las fuerzas, como

la caridad lo requiera. Porque es ésta la

que, como reina de todas las virtudes, de todos los mandamientos, de todos

los consejos, y en suma de todas las

leyes y de todas las acciones cristianas, la que da a todos y a todas rango,

orden, tiempo y valor» (San Francisco

de Sales) (1974).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En el camino hacia Jerusalén, Jesús hizo un alto para clarificar a

sus muchos seguidores las condiciones que

pedía para aceptarlos como discípulos: debían estar dispuestos a

renunciar a todo: familia, riquezas y al propio

egoísmo. Dura renuncia para quienes confiaban en Jesús como el futuro

rey que los llenaría de prosperidad y

libertad, pero que es posible comprender,...

... como señala la primera lectura cuando se es iluminado por la fe con

la gracia del Espíritu Santo.

Sólo este domingo se lee un pasaje de la carta más breve de San

Pablo; en ella se exhorta a tratar a los

esclavos como hermanos, poniendo las bases para la abolición de ese

sistema degradante, pero tan arraigado en la

antigüedad.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La ley nueva o ley evangélica: 1965-1972.

La respuesta:

m Los consejos evangélicos: 1973-1974; 915-919.

C. Otras sugerencias

Seguir a Jesucristo es la ley del cristiano, ley nueva o ley evangélica:

cumple, supera y lleva a su perfección la

ley antigua. Es ley de amor, de gracia y de libertad. Exige renuncia: vivir

en Cristo.

No es una invitación sólo para religiosos. Cada uno, en la medida de

sus distintas condiciones ha de vivir como

Cristo y en Cristo, sin más intereses absolutos: riquezas, reconocimiento

social, gratificación afectiva...

En la pluralidad de carismas, ministerios y servicios en la Iglesia se

expresa una comunidad que sigue al Señor,

único Camino, Verdad y Vida.

DOMINGO XXIV (inicio)

«Perdónanos... como personamos»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ex 32,7-11.13-14: El Señor se arrepintió de la amenaza que había

pronunciado

Sal 50, 3-4.12-13.17 y 19: Me pondré en camino a donde está mi padre

 

1 Tm 1,12-17: Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores

Lc 15, 1-32: Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se

convierta

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que

nos ofenden»: «Esta petición es tan

importante que es la única sobre la cual el Señor vuelve y explicita en

el Sermón de la Montaña. Esta exigencia

crucial del misterio de la Alianza es imposible para el hombre. Pero todo es

posible para Dios» (2841).

«Al negarse a perdonar a nuestros hermanos y hermanas, el corazón se

cierra, su dureza lo hace impermeable

al amor misericordioso del padre; en la confesión del propio pecado, el

corazón se abre a su gracia» (2840)

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Dios no acepta el sacrificio de los que provocan la desunión, los

despide del altar para que antes se

reconcilien con sus hermanos: Dios quiere ser pacificado con oraciones de

paz. La obligación más bella para Dios

es nuestra paz, nuestra concordia, la unidad en el Padre, el Hijo y el

Espíritu Santo de todo el pueblo fiel» (San

Cipriano) (2845)

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En el Antiguo Testamento la misericordia de Dios, que da una nueva

oportunidad a los pecadores, se designa

con el término tan humano de «arrepentimiento», poco acorde con la

idea filosófica de la inmutabilidad de Dios.

En el evangelio se leen tres parábolas sobre la misericordia de Dios,

que son propias del Evangelio según S.

Lucas. En las tres destaca la alegría por la reconciliación de los

alejados, en contraste con el descontento de los

fariseos.

Como segunda lectura comienza la proclamación de una de las cartas

pastorales de S. Pablo. EL apóstol es

buena muestra de la generosa misericordia de Dios que le perdonó su pasada

vida de perseguidor de la Iglesia.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El perdón de Dios en Cristo: 1425-1426.

El perdón del hombre: 2842-2843.

La respuesta:

El arrepentimiento: 2838-2841.

El perdón al hermano: 2844-2845.

C. Otras sugerencias

La tres parábolas de la misericordia se exponen ante la actitud cerrada

de los que no son capaces de acoger al

pecador. Dios siempre acoge.

En la oración del Señor hay una petición sorprendente que es el

mejor comentario a estas parábolas: pedimos

el perdón de Dios como nosotros perdonamos.

Audacia en la petición. Confianza en la misericordia divina. Compromiso

muy serio de ser como el Padre

misericordioso y no como los fariseos.

DOMINGO XXV ORDINARIO (inicio)

«Dios... o el dinero»

I. LA PALABRA DE DIOS

Am 8, 4-7: Contra los que compran por dinero al pobre

Sal 112, 1-2.4-6.7-8: Alabad al Señor, que ensalza al pobre

1 Tm 2, 1-8: Pedid por todos los hombres a Dios, que quiere que todos se

salven

Lc 16, 1-13: No podéis servir a Dios y al dinero

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El décimo mandamiento prohibe la avaricia y el deseo de una

apropiación inmoderada de los bienes terrenos.

Prohíbe el deseo desordenado nacido de la pasión inmoderada de las

riquezas y de su poder. Prohíbe también el

deseo de cometer una injusticia mediante la cual se dañare al prójimo

en sus bienes materiales» (2536).

«El deseo de la felicidad verdadera aparta al hombre del apego

desordenado a los bienes de este mundo, y

tendrá su plenitud en la visión y la bienaventuranza de Dios» (2548).

 

«La economía de la Ley y de la Gracia aparta el corazón de los

hombres de la codicia y de la envidia: lo inicia

en el deseo del Supremo Bien; lo instruye en los deseos del Espíritu

Santo, que sacia el corazón del hombre»

(2541).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«De la envidia nacen el odio, la maledicencia, la calumnia, la alegría

causada por el mal del prójimo y la

tristeza causada por su prosperidad» (S. Agustín) (2539).

«La promesa de ver a Dios supera toda felicidad. En la Escritura, ver es

poseer. El que ve a Dios obtiene

todos los bienes que se pueden concebir» (S. Gregorio de Niza) (2548).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El profeta Amós es conocido por su denuncia a los ambiciosos para

quienes su especulación les lleva al abuso

de los más pobres e indefensos.

Jesús expone en el evangelio la parábola del administrador infiel,

que tiene un colorario: nadie puede servir a

Dios, si tiene como dios al dinero.

La primera carta a Timoteo es un escrito pastoral, en el que el apóstol

recomienda la oración por todos los

hombres, pues la voluntad salvífica universal de Dios enseña a los

cristianos a no olvidar a nadie.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Dios, Bien Supremo y fuente de todo bien. La pobreza de corazón:

2541-2550.

La respuesta:

La codicia y concupiscencia por los bienes: 2534-2540.

C. Otras sugerencias

El dinero siempre ha sido y es un peligroso ídolo. Es absorvente de los

intereses y preocupaciones del

hombre.¿Cuantas personas han caido en sus redes y han sido esclavizadas por

él?. La corrupción, la desconfianza

familiar y social, las rupturas de amistades... tienen muchas veces como

causa el señorío del dinero sobre las

personas.

Frente a este ídolo Jesús establece una oposición radical para el

servidor de Dios. No se puede servir a dos

señores.

Entre los mandamientos de la Ley de Dios, el décimo habla de poner el

corazón o en Dios o en los bienes

ajenos. Pocas veces se habla de los deseos del corazón, pero es ahí

donde se elevan altares: o a Dios o al dinero.

DOMINGO XXVI ORDINARIO (inicio)

Amor a los pobres

I. LA PALABRA DE DIOS

Am 6, 1.4-7: Los que lleváis una vida disoluta, iréis al destierro

Sal 145, 7.8-9a.9bc-10: Alaba alma mía, al Señor

1 Tm 6,11-16: Guarda el Mandamiento, hasta la venida del Señor

Lc 16, 19-31: Recibiste bienes y Lázaro males; ahora él encuentra

consuelo, mientras que tú padeces

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Dios bendice a los que ayudan a los pobres y reprende a los que se

niegan a hacerlo: ``A quien te pide da, al

que desee que le prestes algo no le vuelvas la espalda'' (Mt 5,42). ``Gratis

lo recibisteis, dadlo gratis'' (Mt 10, 8).

Jesucristo reconocerá a sus elegidos en lo que hayan hecho por los pobres.

La buena nueva ``anunciada a los

pobres'' (Mt 11,5; Lc 4,18) es el signo de la presencia de Cristo» (2443).

«El amor de la iglesia a los pobres pertenece a su constante

tradición. está inspirado en el Evangelio de las

bienaventuranzas, en la pobreza de Jesús, y en su atención a los

pobres. El amor a los pobres es también uno de

los motivos del deber de trabajar, con el fin de ``hacer partícipe al que

se halle en necesidad'' (Ef. 4,28). No

abarca solo la pobreza material, sino también las numerosas formas de

pobreza cultural y religiosa» (2444).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cuando servimos a los pobres y a los enfermos, servimos a Jesús. No

debemos cansarnos de ayudar a nuestro

prójimo porque en ellos servimos a Jesús» (Sta. Rosa de Lima) (2449).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El profeta Amós destaca en el Antiguo Testamento por la dureza de los

términos con que condena el egoísmo

y el ansia de placer de los ricos.

La parábola que se proclama en el Evangelio la recoge sólo S. Lucas y

es una crítica de Jesús a los ricos que

no se preocupan de los necesitados. Quien tiene embotados los sentidos del

alma por el excesivo bienestar no

escucha la Palabra de Dios, ni le sirven los milagros.

El resumen de las recomendaciones pastorales contenidas en esta carta es el

fidelidad a Cristo y a sus

mandamientos, que es el entero depósito de la fe confiado al sucesor del

apóstol.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Dios bendice, en Jesucristo, a los que aman a los pobres: 525; 544; 2443.

El amor de la Iglesia a los pobres: 2444-2446.

La respuesta:

La obras de misericordia: 2447-2449.

m Justicia y solidaridad entre las naciones: 2437-2442.

C. Otras sugerencias

Hoy se ve más la pobreza y la miseria. Los medios de comunicación han

roto las fronteras de nuestros pueblos

y vemos el hambre y la muerte por pobreza en muchos países. Sin embargo,

como el rico de la parábola, en

medio de las comodidades podemos no ver nada ni a nadie.

El Evangelio y la enseñanza de la Iglesia es claro: el amor a los pobres

es una exigencia del discípulo de Jesús.

Y para amarlos hay que verlos. La Pobreza es una situación concreta que

afecta a personas concretas, cercanas,

quizá. Todos son cercanos, pues todos son prójimos.

Sólo se ama lo que se ve, y para ver hay que dejar la vida cómoda

que embota la sensibilidad, de ahí la

denuncia del profeta.

DOMINGO XXVII ORDINARIO (inicio)

La fe mueve montañas

I. LA PALABRA DE DIOS

Ha l,2-3; 2,2-4: El justo vivirá por su fe

Sal 94, 1-2.6-7.8-9: Ojalá escuchéis la voz del Señor: No

endurezcáis vuestro corazón

2 Tm l,6-8.13-14: No tengáis miedo de dar la cara por nuestro Señor

Lc l7, 5-10: !Si tuvierais fe...!

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La fe es un don sobrenatural de Dios: Para creer, el hombre necesita los

auxilios interiores del espíritu Santo»

(179). «Este don inestimable podemos perderlo... Para vivir, crecer y

perseverar hasta el fin en la fe debemos

alimentarla con la Palabra de Dios; debemos pedir al Señor que la aumente;

debe actuar por la caridad, ser

sostenida por la esperanza y estar enraizada en la fe de la Iglesia»

(162).

«El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe

estar obligado contra su voluntad a

abrazar la fe» (160). «Creer en Cristo Jesús y en Aquel que lo

envió para salvarnos es necesario para obtener esa

salvación» (161).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La Virgen María realiza de la manera más perfecta la obediencia de

la fe...» (148) «Durante toda su vida, y

hasta su última prueba, cuando Jesús, su hijo, murió en la cruz, su

fe no vaciló. María no cesó de creer en el

``cumplimiento'' de la palabra de Dios. Por todo ello, la Iglesia venera en

María la realización más pura de la fe»

(149).

«El Antiguo Testamento es rico en testimonios acerca de esta fe. La carta

a los Hebreos proclama el elogio de

la fe ejemplar de los antiguos, por la cual fueron alabados» (Hb 11,2.39)

(147).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La frase del profeta Habacuc: «El justo vivirá por su fe», fue

citada por S. Pablo como argumento fundamental

en su carta a los Romanos.

El Evangelio recoge la enseñanza de Jesús a sus discípulos sobre

la actitud definitoria del creyente: es un

hombre de fe que busca solo hacer la voluntad de Dios.

La segunda carta pastoral a Timoteo recuerda el don del espíritu que

éste recibió en su ordenación como

sucesor de los Apóstoles; espíritu de gobierno y de fortaleza para

mantener con fidelidad el tesoro de la fe

cristiana.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La obediencia de la fe: 144-152.

La características de la fe: 153-165.

La respuesta:

La fe, virtud teologal: 1814-1816.

La fe, respuesta del hombre a Dios: 2087-2089.

C. Otras sugerencias

«La fe que mueve montañas». ¿Quien la tiene?. Es un don de Dios

que hay que reconocer y por el que darle

gracias, pues todos «hemos movido montañas» gracias a Dios.

Es un don que hay que pedir: !Señor, auméntanos la fe!

Es un don que hay que conservar y hacer crecer.

Es un don que es necesario para subsistir.

Descripción de un hombre y un mundo sin fe en Dios.

Descripción de María, la primera peregrina de la fe.

DOMINGO XXVIII ORDINARIO (inicio)

«En todo, dad gracias»

I. LA PALABRA DE DIOS

2 R 5, 14-17: Volvió Naamán a Eliseo, y alabó al Señor

Sal 97, 1.2-3ab.3cd-4: El Señor revela a las naciones su salvación

2 Tm 2, 8-13: Si perseveramos, reinaremos con Cristo

Lc 17, 11-19: ¿No ha vuelto más que este extranjero para dar gloria a

Dios?

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Toda alegría y toda pena, todo acontecimiento y toda necesidad

pueden ser motivo de oración de acción de

gracias, la cual, participando de la de Cristo, debe llenar la vida entera:

``En todo dad gracias'' (I Tes. 5,18)»

(2648).

«La Eucaristía es un sacrificio de acción de gracias al Padre, una

bendición por la cual la Iglesia expresa su

reconocimiento a Dios por todos sus beneficios, por todo lo que ha realizado

mediante la creación, la redención y

la santificación. ``Eucaristía'' significa, ante todo, acción de

gracias» (1360).

«La acción de gracias caracteriza la oración de la Iglesia que, al

celebrar la Eucaristía, manifiesta y se convierte

más en lo que ella es. En efecto, en la obra de salvación, Cristo

libera a la creación del pecado y de la muerte

para consagrarla de nuevo y devolverla al Padre, para su gloria. La acción

de gracias de los miembros del Cuerpo

participa de la de su Cabeza» (2637).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«El presidente los toma (el pan y el vino) y eleva alabanza y gloria al

Padre del universo, por el nombre del

Hijo y del Espíritu Santo y da las gracias largamente porque hayamos sido

juzgados dignos de estos dones» (S.

Justino) (1345).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En los tres evangelios sinópticos la vida pública de Jesús termina

con su viaje a Jerusalén donde dio su último

testimonio y vida. En ese camino el Señor cura a diez leprosos, solo uno y

extranjero, es agradecido. El sirio

Naamán, un extranjero, es modelo de persona agradecida por los bienes

recibidos de Dios por medio del profeta

Eliseo.

La segunda lectura presenta el evangelio anunciado por Pablo, y confiado a

su sucesor Timoteo consiste en la

proclamación del Misterio pascual.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La acción de gracias y la alabanza al Padre por medio de Jesucristo:

1359-1361.

La respuesta:

La oración de acción de gracias: 2637-2638; 2648.

C. Otras sugerencias

La acción de gracias a Dios que es la forma más común de

oración de la Iglesia, no lo es tan usual en la vida

de los cristianos. ¿Acaso seremos como los nueve leprosos? Sólo el

extranjero, quien se reconoce indigno de la

bondad de Dios, es agradecido.

Dad gracias a Dios. La Eucaristía es la Acción de gracias por

excelencia. Unidos a Jesucristo en su Muerte y

Resurrección todo se agradece a Dios Padre, por Cristo, con El y en El.

Acción de gracias por los beneficios recibidos.

Acción de gracias por todo acontecimiento...!Sólo Dios sabe!.

Acción de gracias en la necesidad y en la pena: En Dios confiamos.

DOMINGO XXIX ORDINARIO (inicio)

«Pedid»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ex 17, 8-13: Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel

Sal 120, 1-2, 3-4, 5-6, 7-8: El auxilio me viene del Señor, que hizo el

cielo y la tierra

2 Tim 3,14-4,2: El hombre de Dios estará perfectamente equipado para

toda buena obra

Lc 18, 1-8: Dios hará justicia a sus elegidos, que claman a él

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Mediante la oración de petición mostramos la conciencia de nuestra

relación con Dios: por ser criatura, no

somos ni nuestro propio origen, ni dueños de nuestras adversidades, ni

nuestro fin último; pero también, por ser

pecadores, sabemos, como cristianos, que nos apartamos de nuestro Padre. La

petición ya es un retorno a El»

(2629).

«La petición de perdón es el primer movimiento de la oración de

petición» (2631)... «La petición cristiana está

centrada en el deseo de Dios y en la búsqueda del reino que viene...»

(2632) «...Toda necesidad puede

convertirse en objeto de petición» (2633).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«A los que buscan el Reino y la justicia de Dios, El les promete darles

todo por añadidura. Todo en efecto

pertenece a Dios: el que posee a Dios, nada le falta, si él mismo no falta

a Dios» (S. Cipriano) (2830).

«La oración de Moisés es la figura cautivadora de la oración de

intercesión que tiene su cumplimiento en el

único Mediador entre Dios y los hombres, Cristo-Jesús» (1 Tm 2, 5)

(2574).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La enseñanza de Jesús sobre la oración insiste en que debe

practicarse con fe y constancia, sin desanimarse por

el momento de silencio de Dios. Moisés fue un gran ejemplo de orante. Su

plegaria hecha con perseverancia fue

eficaz.

Sigue la exhortación de S. Pablo a Timoteo: La Palabra de Dios contenida

en la Sagrada Escritura es el

principal instrumento para que los sucesores de los apóstoles ejerzan su

ministerio.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La oración de petición: 2629-2630.

El modelo del Padrenuestro: las site peticiones: 2803-2806.

La respuesta:

La oración de petición cristiana: 2631-2633.

El modelo de Moisés: 2574-2577.

C. Otras sugerencias

El ejemplo de Moisés y la parábola del Evangelio nos animan a orar

con confianza. La oración es eficaz.

Muchas veces oramos pidiendo a Dios por nuestras necesidades. ¿Cómo es

nuestra oración de petición?

Quien pide es un necesitado. Quien pide a Dios es un necesitado radical.

Por eso:

pide perdón

pide que El le llene

pide «todo lo demás» por añadidura.

El modelo del Padre Nuestro. Petición central: venga a nosotros tu

Reino, y luego las otras peticiones de la

segunda parte de la oración del Señor.

DOMINGO XXX ORDINARIO (inicio)

!Señor, enséñanos a orar!

I. LA PALABRA DE DIOS

Si 35,15-17.20-22: Los gritos del pobre atraviesan las nubes

Sal 33, 2-3.17-18.19 y 23: Si el afligido invoca al Señor, él lo

escucha

1 Tm 4,6-8.16-18: Ahora me aguarda la corona merecida

Lc 18, 9-14: El publicano bajó a su casa justificado; el fariseo, no

II. LA FE DE LA IGLESIA

«En el Nuevo Testamento el modelo perfecto de oración se encuentra en

la oración filial de Jesús. Hecha con

frecuencia en la soledad, en lo secreto, la oración de Jesús entraña

una adhesión amorosa a la voluntad del Padre

hasta la cruz y una absoluta confianza en ser escuchada» (2620).

«En su enseñanza, Jesús instruye a sus discípulos para que oren

con un corazón purificado, una fe viva y

perseverante, una audacia filial. Les insta a la vigilancia y les invita a

presentar sus peticiones a Dios en su

nombre. El mismo escucha las plegarias que se le dirigen» (2621).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«La conciencia que tenemos de nuestra condición de esclavos nos

haría meternos bajo tierra, nuestra condición

terrena se desharía en polvo, si la autoridad de nuestro mismo Padre y el

Espíritu de su Hijo no nos empujase a

proferir este grito: !Abbá, Padre!» (S. Pedro Crisólogo) (2777).

«San Agustín resume admirablemente las tres dimensiones de la

oración de Jesús: Ora por nosotros como

sacerdote nuestro; ora en nosotros como cabeza nuestra; a El dirige nuestra

oración como a Dios nuestro.

Reconozcamos, por tanto, en El nuestras voces; y la voz de El, en nosotros»

(2616).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La parábola de la oración del fariseo y del publicano muestra que la

oración, además de confiada y constante,

ha de ser humilde. En el libro sapiencial del Eclesiástico se subraya la

perseverancia de los humildes en la

oración. Ello es lo que mueve a Dios.

Las últimas palabras de la primera carta a Timoteo son como el

testamento espiritual de S. Pablo: él ha

mantenido la fe y ésta le sostiene a él ante la prueba final y del

martirio.

El sentido del acto penitencial del comienzo de la celebración

eucarística nos dispone a la escucha de la

Palabra, a la oración de petición, alabanza y acción de gracias que

la Santa Misa contiene.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

Jesús ora: 2598-2606.

La respuesta:

Jesús enseña a orar: 2607-2615.

Jesús escucha la oración: 2616.

C. Otras sugerencias

En los domingos del TIEMPO ORDINARIO hemos recibido las enseñanzas de

Jesús sobre la vida moral y la vida de

oración. La parábola del fariseo y del publicano nos ayuda a

recapitular nuestras reflexiones sobre la vida de

oración.

El único maestro de oración: Jesús. El ora y enseña a orar.

La oración cristiana es audaz y humilde: son actitudes compatibles como

se ve en el publicano. Sólo el pobre,

primera lectura, es audaz en su humildad.

La oración del pobre es escuchada. ¿Quién puede presentarse rico

ante Dios?

DOMINGO XXXI ORDINARIO (inicio)

«Cristiano, reconoce tu dignidad»

I. LA PALABRA DE DIOS

Sb ll, 23-12,2: Te compadeces, Señor, de todos, porque amas a todos los

seres

Sal 144, 1-2.8-9.10-11.13cd-14: Bendeciré tu nombre por siempre, Dios

mío, mi Rey

2 Ts 1, 11-2,2: Que Jesús nuestro Señor sea vuestra gloria y vosotros

seáis gloria de él

Lc 19, 1-10: El Hijo del Hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba

perdido

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Cristo Jesús hizo siempre lo que agradaba al Padre. Vivió siempre

en perfecta comunión con El. De igual

modo sus discípulos son invitados a vivir bajo la mirada del Padre ``que

ve en lo secreto'' para ser ``perfectos

como el Padre celestial es perfecto''» (1693).

«La referencia primera y última de esta catequesis (sobre la vida de

Cristo, la vida moral) será siempre

Jesucristo que es ``el camino, la verdad y la vida''. Contemplándole en

la fe, los fieles de Cristo pueden esperar

que El realice en ellos sus promesas, y que amándolo con el amor con que

El nos ha amado realicen las obras

que corresponden a su dignidad» (1698).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Cristiano, reconoce tu dignidad. Puesto que ahora participas de la

naturaleza divina, no degeneres volviendo a

la bajeza de tu vida pasada. Recuerda a qué Cabeza perteneces y de qué

Cuerpo eres miembro. Acuérdate de

que has sido arrancado del poder de las tinieblas para ser trasladado a la

luz del reino de Dios» (S. León

Magno) (1691).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La reflexión sapiencial describe la infinita misericordia y bondad de

Dios Padre sobre los hombres.

Antes de llegar Jesús a Jerusalén pasó a Jericó; allí

mostró una vez más su misericordia acercándose al pecador

más marginado, al jefe de los recaudadores y provocando su conversión.

 

Comienza la lectura de la segunda carta a los Tesalonicenses que trata

sobre el fin de los tiempos. Su lectura

cerrará los domingos del TIEMPO ORDINARIO.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La vida en Cristo: 1691-1696.

La respuesta:

La catequesis sobre la vida moral: 1697-1698.

C. Otras sugerencias

Hoy recapitulamos las enseñanzas morales que hemos recorrido en los

domingos del TIEMPO ORDINARIO a partir

del episodio de la conversión de Zaqueo. Pues en él descubrimos:

A Cristo, imagen perfecta del amor misericordioso de Dios proclamado en la

primera lectura.

Al pecador que recibe el abrazo del perdón y la llamada a la

conversión.

La vocación del convertido: Ser como el Señor que le ha perdonado:

compasivo y misericordioso.

La vida en Cristo o vida moral tiene estos mismos principios:

Ser perfectos como el Padre celestial es perfecto.

En Cristo está el Camino, la Verdad y la vida.

El Espíritu Santo, recibido en el Bautismo, nos da la dignidad de

participar de la misma naturaleza divina y

vivir como El.

DOMINGO XXXII ORDINARIO (inicio)

Creo en la resurrección de la carne

I. LA PALABRA DE DIOS

2 M 7, 1-2.9-14: El rey del universo nos resucitará para una vida eterna

 

Sal 16, 1.5-6.8b y 15: Al despertar me saciaré de tu semblante, Señor

 

2 Ts 2, 15-3,5: El Señor os dé fuerza para toda clase de palabras y

de obras buenas.

Lc 20,27-38: Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo

ha resucitado verdaderamente de

entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después

de su muerte vivirán para siempre con

Cristo resucitado y que El los resucitará en el último día» (989).

 

«Al morir cada hombre recibe en su alma inmortal su retribución eterna

en un juicio particular por Cristo, juez

de vivos y muertos» (1051): cielo (1052-1053); purgatorio (1054); infierno

(1056-1057).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Así como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido

la invocación de Dios, ya no es pan

ordinario, sino Eucaristía, constituida por dos cosas, una terrena y otra

celestial, así nuestros cuerpos que

participan en la Eucaristía ya no son corruptibles, ya que tienen la

esperanza de la resurrección». (S. Ireneo de

Lyón) (1000).

«La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos

cristianos por creer en ella» (Tertuliano)

(991).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En la última etapa del Antiguo Testamento era bastante común la

creencia en la resurrección de los muertos, si

bien limitada a los justos y a los mártires, como los siete hermanos con

su madre.

Jesús se remonta al más antiguo testimonio de Moisés para

fundamentar la doctrina sobre la vida eterna y la

resurrección de todos los difuntos contra los saduceos de Jerusalén que

la negaban e ironizaban sobre ello, tal

como se expresan en la pregunta que hacen a Jesús.

Los cristianos no hemos de sentir temor ante el fin de los tiempos, lo

importante es tener la fuerza de Dios

para todo clase de palabras y obras humanas. (Segunda lectura)

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Creo en la resurrección de la carne: 988-991.

La resurreción de Cristo y la nuestra: 992-1004.

m Los novísimos: 1021-1037.

La respuesta:

m Morir en Cristo Jesús: 1005-1014.

Oración por los difuntos: 1371.

C. Otras sugerencias

La palabra del Señor recogida en el Evangelio y el testimonio del libro

de los Macabeos fundan nuestra fe y

esperanza en la resurrección de la carne y en la vida eterna.

¿Quién, cómo y cuándo resucitan los muertos? Preguntas de todos

los hombres que el cristiano responde desde

la fe en la resurrección de Cristo.

La Iglesia ora por los difuntos. Sabe por la fe que viven. Pide la

intercesión de los santos que viven con Dios,

en el cielo. Ora en sufragio por los que se purifican después de muertos

en el purgatorio.

Ora para que nadie muera eternamente en el infierno.

DOMINGO XXXIII ORDINARIO (inicio)

Creo en la vida eterna

I. LA PALABRA DE DIOS

Ml 4,1-2a: Os iluminará un sol de justicia

Sal 97, 5-6.7-8.9: El Señor llega para regir la tierra con justicia

2 Ts 3, 7-12: El que no trabaja, que no coma

Lc 21,5-19: Con vuestra perseverancia, salvaréis vuestras almas

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El juicio final sucederá cuando vuelva Cristo glorioso. Sólo el

Padre conoce el día y la hora en que tendrá

lugar; sólo El decidirá su advenimiento. Entonces, El pronunciará

por medio de su Hijo Jesucristo, su palabra

definitiva sobre toda la historia. Nosotros conoceremos el sentido último

de toda la obra de la creación y de toda

la economía de la salvación. Y comprenderemos los caminos admirables

por los que su Providencia habrá

conducido todas las cosas a su fin último. El Juicio final revelará que

la justicia de Dios triunfa de todas las

injusticias cometidas por sus criaturas y que su amor es más fuerte que la

muerte» (1040).

«La vida subsistente y verdadera es el Padre que, por su Hijo y en el

Espíritu Santo, derrama sobre todos sin

excepción los dones celestiales. Gracias a su misericordia nosotros

también, hombres, hemos recibido la promesa

indefectible de la vida eterna» (S. Cirilo de Jerusalén) (1050).

«A la tarde te examinarán en el amor» (San Juan de la Cruz) (1022).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Los últimos profetas anteriores a la venida de Jesucristo anunciaron

«el día del Señor», grande y terrible.

En el Evangelio, a pesar de la brillantez de la entrada de Jesús en

Jerusalén, el presagio de la Pasión ya

cercana oscureció los últimos días del Maestro en la ciudad santa,

que aprovechó para instruir a los discípulos

acerca de la próxima destrucción del Templo y la ciudad, así como

sobre las persecuciones que acompañarían al

nacimiento de la Iglesia, teniendo como perspectiva última el final de

los tiempos.

El apóstol critica en la segunda lectura a los que viven sin trabajar, a

costa de los demás, con la excusa de

esperar la venida del Señor. El, con su ejemplo de vida, les enseña a

mantenerse vigilantes, pero con serenidad y

laboriosidad.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La vida eterna: 1020.

El juicio final: 1038-1041.

La esperanza de los cielos nuevos y la tierra nueva: 1042-1050.

La respuesta:

m Frutos para la vida eterna: 1049-1050.

m Venga a nosotros tu Reino: 2816-2821.

C. Otras sugerencias

Las descripciones bíblicas del «último día» hablan de

destrucción de lo que es pasajero, y de revelación del

único Señor y Dios. ¿Producen temor, o más bien alimentan la

esperanza en el Señor que viene?. ¿Dónde está

nuestro corazón?.

La enseñanza de la Iglesia sobre el juicio final y el último día

es un mensaje esperanzador (1040 y 1060). Quien

vive en Cristo, le espera, y ansía ver a Dios.

Si ese es el fin, a partir de aquí y ahora la vida de cada día tiene

una meta que transforma cada paso (Segunda

lectura).

DOMINGO XXXIV ORDINARIO:

SOLEMNIDAD DE CRISTO REY (inicio)

«Amén»

I. LA PALABRA DE DIOS

2 S 5, 1-3: Ungieron a David como rey de Israel

Sal 121, 1-2.3-4a.4b-5: Qué alegría cuando me dijeron: «Vamos a la

casa del Señor»

Col 1, 12-20: Nos ha trasladado al Reino de su Hijo querido

Lc 23, 35-43: Señor, acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El nombre de Cristo significa ``Ungido'', ``Mesías''. Jesús es el

Cristo porque ``Dios le ungió con el Espíritu

Santo y con poder'' (Hch 10, 38). Era ``el que ha de venir'' (Lc 7, 19), el

objeto de ``la esperanza de Israel'' (Hch

28, 20)» (453).

«El nombre de Hijo de Dios significa la relación única y eterna de

Jesucristo con Dios su Padre: el es el Hijo

único del Padre y El mismo es Dios. Para ser cristiano es necesario creer

que Jesucristo es el Hijo de Dios»

(454).

«El nombre de Señor significa la soberanía divina. Confesar o

invocar a Jesús como Señor es creer en su

divinidad ``Nadie puede decir: `!Jesús es Señor!' sino por influjo

del Espíritu Santo'' (1 Co 12, 3)» (455).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

La vida cristiana de cada día será también el «Amén» al

«Creo» de la Profesión de fe de nuestro Bautismo:

«Que tu símbolo sea para tí como un espejo. Mírate en él: para

ver si crees todo lo que declaras creer. Y

regocíjate todos los días en tu fe» (San Agustín) (1064).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

David es ungido del Señor. Es Cristo o ungido. Se ungía a los reyes

porque representaban a Dios en medio de

su pueblo.

Jesús fue ungido por el Espíritu Santo publicamente en el Bautismo

del Jordán. En la cruz es proclamado rey

por el título de su condena y por la invocación del malhechor

crucificado junto a él.

Los redimidos por Cristo han de ser trasladados a su reino eterno, en el

que Cristo es el el primer ciudadano y

soberano a partir de la Resurrección. El himno recogido en esta carta

acumula título sobre título para exaltar la

indescriptible grandeza de nuestro Señor.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Cristo, Hijo único de Dios, Señor: 436-451.

La respuesta:

Amén: 1061-1065.

C. Otras sugerencias

La entronización del Rey del universo se hace en la cruz, suplicio de

muerte para malhechores.

El reinado de Jesucristo es el Reinado de Dios, de amor y de vida. Amor que

tiene su máxima expresión en la

cruz. Vida que la gana para todos los hombres en la cruz.

Los nombres de Jesús, los adjetivos sobre su reinado, las alabanzas y

los cánticos a Cristo Rey, todo, debe

entenderse referido a Dios que en Jesucristo se hace visible.

La doxología de la plegaria eucarística y el Amén de las oraciones

nos hacen recapitular todo en el único Dios

y Señor, en el Rey del universo.

SOLEMNIDAD DE SAN JOSE (inicio)

«Creyó contra toda esperanza»

I. LA PALABRA DE DIOS

2 S 7,4-5.12-14.16: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre

 

Sal 88, 2-3.4-5.27 y 29: Su linaje será perpetuo

Rm 4,13.16-18.22: Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza

 

Mt 1, 16.18-21.24: José hizo lo que le había mandado el ángel del

Señor

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La vida oculta de Nazaret permite a todos entrar en comunión con

Jesús a través de los caminos más

ordinarios de la vida humana» (533).

«La sumisión cotidiana de Jesús a José y a María anunciaba y

anticipaba la sumisión del Jueves Santo: ``No se

haga mi voluntad...''» (532).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Nazaret es la escuela donde se comienza a entender la vida de Jesús:

la escuela del Evangelio ... Una lección

de silencio ante todo. Que nazca en nosotros la estima del silencio, esta

condición del espíritu admirable e

inestimable ... Una lección de vida familiar. Que Nazaret nos enseñe lo

que es la familia, su comunión de amor,

su austera y sencilla belleza, su carácter sagrado e inviolable ... Una

lección de trabajo. Nazaret, oh casa del

``Hijo del Carpintero'', aquí es donde querríamos comprender y celebrar

la ley severa y redentora del trabajo

humano ...; cómo querríamos, en fin, saludar aquí a todos los

trabajadores del mundo entero y enseñarles su gran

modelo, su hermano divino» (Pablo VI) (533).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La promesa sobre el linaje de David recogida en la primera lectura,la ve

la Iglesia realizada en Jesucristo, que

fue acogido por «José, hijo de David». El Evangelio proclama el

relato del nacimiento de N.S. Jesucristo donde

aparece el papel de S. José como representante legal y responsable de la

Sagrada Familia.

Como Abrahán, S. José es modelo de «obediente en la fe»:

creyó, contra toda esperanza.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La obediencia de la fe: 144-165.

La respuesta:

La familia de Nazaret, modelo de obediencia de la fe: 531-533.

C. Otras sugerencias

Ninguna palabra, sólo un pensamiento. Ningún relato con S. José de

protagonista. Un solo calificativo «José...

que era justo». Así tratan los evangelistas a S. José. Pocas palabras

que describen a un gran santo, patrono de la

Iglesia universal.

Es modelo para el creyente. Con María, su esposa, y como nuevo

Abrahán, es modelo en la «obediencia de la

fe».

¿Hay mayor justicia que ser obediente en la fe? José era justo,

obediente en la fe.

Imitemos su ejemplo y pidamos su protección.

SOLEMNIDAD DE LA SANTISIMA TRINIDAD (inicio)

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo

I. LA PALABRA DE DIOS

Pr 8,22-31: Antes de comenzar la tierra, la Sabiduría ya había sido

engendrada

Sal 8, 4-5.6-7.8-9: !Señor, dueño nuestro, qué admirable es tu

nombre en toda la tierra!

Rm 5,1-5: Caminamos hacia Dios, por medio de Cristo, en el amor derramado

en nuestros corazones por el

Espíritu

Jn 16, 12-15: Todo lo que tiene el Padre es mío; el Espíritu

recibirá de lo mío y os lo anunciará

II. LA FE DE LA IGLESIA

«El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe

y de la vida cristiana. Sólo Dios puede

dárnoslo a conocer revelándose como Padre, Hijo y Espíritu Santo»

(261).

«En la liturgia de la Iglesia, Dios Padre es bendecido y adorado como la

fuente de todas las bendiciones de la

Creación y de la Salvación, con las que nos ha bendecido en su Hijo

para darnos el Espíritu de adopción filial»

(1110).

«Por la gracia del bautismo ``en el nombre del Padre y del Hijo y del

Espíritu Santo'' somos llamados a

participar en la vida de la Bienaventurada Trinidad, aquí abajo en la

oscuridad de la fe y, después de la muerte,

en la luz eterna» (265).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Ante todo, guardadme este buen depósito, por el cual vivo y

combato... la profesión de fe en el Padre y el

Hijo y el Espíritu Santo. Os la confío hoy. Os doy una sola Divinidad

y Poder, que existe Una en los Tres, y

contiene los Tres de una manera distinta... No he comenzado a pensar en la

Unidad cuando ya la Trinidad me

baña con su esplendor... (San Gregorio Nacianceno)» (256).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El Antiguo Testamento ya revela en parte la riqueza vital que se encierra

en el único Dios a través de

personificaciones como la Divina Sabiduría, maestra y creadora.

S. Pablo enseña que el camino hacia Dios se hace por medio de Cristo, en

el amor derramado en nuestros

corazones por el Espíritu Santo.

Después de la glorificación de Jesucristo, la Iglesia sigue

recibiendo la revelación de parte de Dios Uno y Trino

por medio del Espíritu que viene del Padre y del Hijo. Así lo anuncia

Jesús en el Evangelio.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Santísima Trinidad: 232-267.

La respuesta:

La liturgia, obra de la Santísima Trinidad: 1077-1112.

C. Otras sugerencias

El misterio central de la fe nos sitúa ante el único que nos basta:

Dios. Tal como El ha querido revelarse en su

Hijo. Toda la liturgia, la oración y la vida del cristiano gira alrededor

de Dios que es Uno en la Trinidad del

Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Así profesamos nuestra fe: Creo en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Así celebramos la liturgia: Por Cristo, a ti Dios Padre en la unidad del

Espíritu Santo.

Así vivimos: empezamos a vivir en el bautismo. Hemos sido bautizados en

el nombre del Padre, del Hijo y del

Espíritu Santo.

Así oramos: en el nombre del Padre...

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI (inicio)

«Sagrado Banquete»

I. LA PALABRA DE DIOS

Gn 14, 18-20: Melquisedec ofreció pan y vino

Sal 109, 1.2.3.4: Tu eres sacerdote eterno, según el rito de

Melquisedec

1 Co 11, 23-26: Cada vez que coméis y bebéis, proclamáis la

muerte del Señor

Lc 9, 11-17: Comieron todos y se saciaron

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Eucaristía es el corazón y la cumbre de la vida de la Iglesia,

pues en ella Cristo asocia su Iglesia y todos

sus miembros a su sacrificio de alabanza y acción de gracias ofrecido una

vez por todas en la cruz a su Padre;

por medio de este sacrificio derrama las gracias de la salvación sobre su

Cuerpo, que es la Iglesia» (1407).

«La misa es, a la vez e inseparablemente, el memorial sacrificial en que

se perpetúa el sacrificio de la cruz, y el

banquete sagrado de la comunión en el Cuerpo y la Sangre del Señor»

(1382).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Si vosotros mismos sois Cuerpo y miembros de Cristo, sois el sacramento

que es puesto sobre la mesa del

Señor, y recibís este sacramento vuestro. Respondéis ``Amén'' a

lo que recibís, con lo que, respondiendo, lo

reafirmáis. Oyes decir ``el Cuerpo de Cristo'', y respondes ``amén''.

Por lo tanto, se tú verdadero miembro de

Cristo para que tu ``amén'' sea también verdadero» (S. Agustín)

(1396).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

Melquisedec designa el pan y el vino como elemento para un sacrificio

incruento agradable a Dios. Es un signo

del sacramento eucarístico.

Otro signo del banquete eucarístico es la multiplicación de los panes

como signo del banquete eucarístico que

Cristo preside y distribuye por medio de los apóstoles y sus sucesores.

La segunda lectura recoge el Memorial de la institución eucarística,

anticipo de la muerte de Jesús, en la última

cena.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El Banquete Pascual: 1383-1405.

El Sacrificio Sacramental: 1356-1381.

La respuesta:

La Eucaristía fuente y cumbre de la vida de la Iglesia: 1324-1327.

C. Otras sugerencias

Puestos a centrarse en un punto de los muchos que pueden tratarse acerca

del sacramento de la Eucaristía, los

textos bíblicos del ciclo C nos centran en la consideración de la

Eucaristía como banquete.

Banquete prefigurado en la multiplicación de los panes. Mesa compartida

e inagotable de gracias.

Banquete que es el Memorial actualizado del Sacrificio de la Cruz en el que

el sacerdote, la víctima y el Altar

es el mismo Señor que se da como Alimento para la vida eterna.

SOLEMNIDAD DE S. PEDRO Y S. PABLO (inicio)

«Tú eres Pedro»

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 12, 1-11: Era verdad: el Señor me ha librado de las manos de Herodes

 

Sal 33, 2-3.4-5.6-7.8-9: El Señor me libró de todas mis ansias

2 Tm 4, 6-8.17-18: Ahora me aguarda la corona merecida

Mt 16, 13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del reino de los

cielos

II. LA FE DE LA IGLESIA

El Señor hizo de Simón, al que dio el nombre de Pedro, y solamente de

él, la piedra de su Iglesia. Le entregó

las llaves de ella; lo instituyó pastor de todo el rebaño. «Está

claro que también el Colegio de los Apóstoles,

unido a su Cabeza, recibió la función de atar y desatar dada a

Pedro». Este oficio pastoral de Pedro y de los

demás apóstoles pertenece a los cimientos de la Iglesia. Se continúa

por los obispos bajo el primado del Papa.

(881).

«El Papa, obispo de Roma y sucesor de San Pedro, ``es el principio y

fundamento perpetuo y visible de unidad,

tanto de los obispos como de la muchedumbre de los fieles'' (LG 23)» (882).

 

«El Papa ``goza, por institución divina, de una potestad suprema,

plena, inmediata y universal para cuidar las

almas''» (937).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Estos (Pedro y Pablo) se me han dado como maestros y mediadores, a

quienes pueda yo entregarme seguro,

porque me mostraron los caminos de la vida y por ellos podré subir al

Mediador que vino a pacificar por su

sangre las cosas que están en el cielo y las que están en la tierra»

(S.Bernardo. Sermón I en la fiesta de S. Pedro

y s. Pablo).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

S. Pedro y S. Pablo sufrieron el martirio en Roma, la solemnidad

litúrgica nos hace tomar conciencia de

nuestra Iglesia como apostólica, que tiene en Roma el hogar común de

todas la iglesias particulares.

El Evangelio recoge el importante texto neotestamentario para establecer el

ministerio petrino en la Iglesia

fundada por Jesucristo sobre la roca que es Pedro. En la primera lectura el

relato del encarcelamiento de S.

Pedro y su liberación gracias al Señor que lo libró de todas sus

ansias (Salmo).

En la segunda lectura proclamamos el testamento de Pablo. El Señor le

ayudó, le libró, le seguirá librando, le

salvará y le llevará a su reino.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m Razón del ministerio eclesial: 874-879.

El Colegio episcopal y su cabeza, el Papa: 880-896.

La respuesta:

Oración por el Papa: 1369.

Obediencia y fidelidad: 880-890.

C. Otras sugerencias

La comunión eclesial con la Iglesia de Roma es esencial a la Iglesia.

Jesucristo así lo quiso (Evangelio) y

estableció el ministerio petrino como ministerio de comunión al

servicio de la fe.

Igual que en S. Pedro (primera lectura ) y en S. Pablo (segunda lectura)

el Señor no deja de asistir al sucesor

de Pedro en la cátedra de Roma, al Papa, para el ejercicio de su

ministerio.

Agradecimiento y veneración filial de todos los fieles hijos de la

Iglesia al sucesor de S. Pedro.

SOLEMNIDAD DE SANTIAGO APOSTOL (inicio)

La Iglesia es apostólica

I. LA PALABRA DE DIOS

Hch 4,33; 5,12.27-33; 12,2: El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago

Sal 66, 2-3.5.7-8: Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los

pueblos te alaben

2 Co 4,7-15: Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús

Mt 20, 20-28: Mi cáliz lo beberéis

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los

apóstoles, y esto en un triple sentido:

Fue y permanece edificada sobre ``el fundamento de los apóstoles'',

testigos escogidos y enviados en misión por

el mismo Cristo.

m Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en

ella, la enseñanza, el buen depósito, las

sanas palabras oidas a los dos apóstoles.

m Sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los apóstoles

hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que

les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos» (857).

«Toda la Iglesia es apostólica en cuanto que ella es ``enviada'' al

mundo entero; todos los miembros de la

Iglesia, aunque de diferentes maneras, tienen parte en este envío»

(863).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los

santos pastores, lo proteges y conservas, y

quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores

a quienes tu Hijo dio la misión de

anunciar el Evangelio (MR, Prefacio de los apóstoles)» (857).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La primera lectura hace una selección de versículos que componen una

descripción del martirio del apóstol

Santiago, primer mártir de los apóstoles, en el contexto de la

persecución religiosa en Jerusalén. El martirio es

parte del camino del cristiano. Seguir a Jesús es pasar por su cruz

(segunda lectura).

Jesús enseña a los discípulos que el cáliz del martirio es la

recompensa que han de esperar, no honores. Como

Jesús, su misión es servir y entregarse por otros.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La Iglesia apostólica. La misión de los apostóles: 857-860.

m Los obispos, sucesores de los apóstoles: 861-862.

La respuesta:

El apostolado: 863-865.

C. Otras sugerencias

Santiago apóstol, primer apóstol mártir, según nuestras

tradiciones la fe católica en España tiene en él a su

primer evangelizador y protector. Su sepulcro es venerado por el orbe

católico en la ciudad de Santiago de

Compostela. Exigencias de fidelidad de esta tradición y devoción.

Nuestra fe nace de la cruz de Cristo y es regada por la sangre de los

mártires.

Nuestras raíces apostólicas subrayan la fidelidad de nuestra Iglesia

al ministerio apostólico.

Nuestra vida ha de ser apostólica:

somos enviados;

vivimos en comunión;

la entrega ha de ser total.

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA. MISA VESPERTINA DE LA VIGILIA (inicio)

Imagen de la Iglesia

I. LA PALABRA DE DIOS

1 Cro 15, 3-4.15-16; 16, 1-2: Metieron el Arca de Dios y la instalaron en

el centro de la tienda que David había

preparado

Sal 131, 6-7.9-10.13-14: Levántate, Señor, ven a tu mansión, ven

con el arca de tu poder

1 Co 15, 54-57: Nos da la victoria por Jesucristo

Lc 11, 27-28: Dichoso el vientre que te llevó

II. LA FE DE LA IGLESIA

El papel de María con relación a la Iglesia es inseparable de su

unión con Cristo, deriva directamente de ella...

(964). Después de la Ascensión de su Hijo, María estuvo presente en

los comienzos de la Iglesia con sus

oraciones. Reunida con los apóstoles y algunas mujeres, María pedía

con sus oraciones el don del Espíritu, que

en la Anunciación la había cubierto con su sombra (965).

Volver «la mirada a María para contemplar en ella lo que es la Iglesia

en su Misterio, en su peregrinación de

la fe, y lo que será al final de su marcha, donde le espera, para la

gloria de la Santísima e indivisible Trinidad,

en comunión con todos los santos, aquella a quien la Iglesia venera como

la Madre de su Señor y como su propia

Madre» (972).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Se la reconoce y se la venera como verdadera Madre de Dios y del

Redentor... más aún, ``es verdaderamente

la madre de los miembros (de Cristo) porque colaboró con su amor a que

nacieran en la Iglesia los creyentes,

miembros de aquella cabeza'' (S. Agustín)» (963).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

La solemnidad de la Asunción de la Virgen conmemora el tránsito de

María de este mundo al Padre, es decir,

su pascua. La Madre íntegra del Hijo de Dios no podía corromperse en el

sepulcro y fue elevada en cuerpo y

alma a la gloria del cielo.

La primera lectura ve en el Arca de la Alianza el lugar en el que Dios se

hizo presente en medio de su

pueblo, signo de María, verdadera Arca de la Alianza.

El Evangelio bendice a María por haber sido la que llevó al Hijo de

Dios en el seno bendito de su vientre:

María, imagen de la Iglesia, oyente de la Palabra de Dios.

La carta del Apóstol nos invita a mirar la Pascua del Señor, como

fuente de nuestra pascua, de la que la

Asunción de María es una primicia.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

m María, icono escatológico de la Iglesia: 972.

La maternidad de María respecto de la Iglesia: 963-970.

La respuesta:

El culto a la Santísima Virgen: 971.

C. Otras sugerencias

La Misa vespertina de la Vigilia puede ayudarnos a contemplar a María

como icono escatológico de la Iglesia.

Peregrina de la fe que ha llegado a la meta que todos esperamos.

Aliento, mientras peregrinamos en la tierra.

Consuelo y auxilio de la Madre que vive gloriosa junto a Dios.

«Causa de nuestra alegría» en esta fiesta.

SOLEMNIDAD DE LA ASUNCION DE NUESTRA SEÑORA. MISA DEL DIA (inicio)

«Magnificat»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ap 11, 19; 12, 1.3-6.10: Una mujer vestida de sol, la luna por pedestal

Sal 44, 10bc.11-12ab.16: De pie a tu derecha está la reina enjoyada con

oro de ofir

1 Co 15, 20-27: Primero Cristo, como primicia; después todos los que son

de Cristo

Lc 1, 39-56: El Poderoso ha hecho obras grandes por mí

II. LA FE DE LA IGLESIA

«La Virgen Inmaculada, preservada libre de toda mancha de pecado

original, terminado el curso de su vida en

la tierra, fue llevada a la gloria del cielo y elevada al trono por el

Señor como Reina del universo, para ser

conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los Señores y vencedor

del pecado y de la muerte...» (966).

El cántico de María «Magnificat» es a la vez el cántico

de la Madre de Dios y el de la Iglesia, cántico de

la Hija de Sión y del nuevo Pueblo de Dios, cántico de acción de

gracias por la plenitud de gracias derramadas

en la Economía de la salvación, cántico de los «pobres» cuya

esperanza ha sido colmada con el cumplimiento de

las promesas hechas a nuestros padres «en favor de Abrahán y su

descendencia, para siempre» (2619).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

En tu parto has conservado la virginidad, en tu dormición no has

abandonado el mundo, oh Madre de Dios: tú

te has reunido con la fuente de la Vida, tú que concebiste al Dios vivo y

que, con tus oraciones, librarás nuestras

almas de la muerte. (Liturgia bizantina) (966).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

En la Misa del día se proclama el misterio de la Asunción, y por boca

de María proclama la grandeza de Dios

que nos hace partícipes de su gloria:

En la primera lectura, la mujer del Apocalipsis representa a María y

a la Iglesia.

En la segunda lectura se proclama que la resurrección de Jesucristo es

victoria sobre la muerte ganada por El

para todos los que le siguen. María, ya ha alcanzado esta gracia.

El cántico del Magnificat en el Evangelio, modelo de la oración

cristiana. María eleva su alabanza y bendición

al Señor, que hace en ella maravillas. Todos los pueblos la veneran a

ella: bendita entre las mujeres.

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

El misterio de la Asunción: 966.

m Ella es nuestra Madre en el orden de la gracia: 967-970.

La respuesta:

La oración de la Virgen María: 2617-2622.

C. Otras sugerencias

Todos los pueblos, con Isabel, la llamamos «bendita». Ella recoge esta

bendición y la eleva al Poderoso.

Oración que expresa el alma de María: humilde esclava del Señor que

en ella hace maravillas.

María, primera resucitada después de Cristo. Es su gloria, y a esa

gloria están destinados todos los cristianos.

Vivir como María, es vivir con Cristo y con El resucitar.

María, tipo y madre de la Iglesia. El cántico del Magnificat,

expresión de una vida, es el cántico de María y el

cántico de la Iglesia.

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS (inicio)

«Bienaventurados»

I. LA PALABRA DE DIOS

Ap 7, 2-4.9-14: Apareció en la visión una muchedumbre inmensa, que

nadie podría contar, de toda nación, raza,

pueblo y lengua

Sal 23, 1-2.3-4ab.5-6: Este es el grupo que viene a tu presencia, Señor

1 Jn 3, 1-3: Veremos a Dios tal cual es

Mt 5, 1-12: Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será

grande en el cielo

II. LA FE DE LA IGLESIA

«Creemos en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, de

los que peregrinan en la tierra, de los que

se purifican después de muertos y de los que gozan de la bienaventuranza

celeste, y que todos se unen en una

sola Iglesia» (962).

«La solicitud fraterna de los santos ayuda mucho a nuestra debilidad»

(Cf 956).

«Las bienventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y describen su

caridad; expresan la vocación de los fieles

asociados a la gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las

acciones y las actitudes características de la

vida cristiana; son promesas paradójicas que sostienen la esperanza en las

tribulaciones; anuncian a los discípulos

las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan inauguradas en la vida

de la Virgen María y de todos los

santos» (1717).

III. TESTIMONIO CRISTIANO

«Nosotros adoramos a Cristo porque es el Hijo de Dios. En cuanto a los

mártires, los amamos como discípulos

e imitadores del Señor, y es justo, a causa de su devoción incomparable

hacia su rey y maestro, que podamos

nosotros también ser sus compañeros y sus condiscípulos» (S.

Policarpo) (957).

IV. SUGERENCIAS PARA EL ESTUDIO DE LA HOMILÍA

A. Apunte bíblico-litúrgico

El libro del Apocalipsis o de la «revelación de las cosas que han de

suceder» nos muestra la muchedumbre

innumerable de los Santos del Nuevo Testamento, que suceden al número

simbólicamente limitado de los santos

de la Antigua Alianza.

La carta del apóstol San Juan nos invita a sentir la tensión hacia la

gloria a la que estamos llamados los

cristianos pues llevamos oculta la misma santidad de Dios desde que nos hizo

hijos suyos.

Los hombres de todos los tiempos han podido responder a la llamada de Dios

a la santidad, y muchos de ellos

lo han hecho conforme al espíritu en las Bienaventuranzas con que Jesús

comenzó el sermón de la montaña

(Evangelio).

B. Contenidos del Catecismo de la Iglesia Católica

La fe:

La comunión entre la Iglesia del cielo y la Iglesia de la tierra:

954-959.

Los tres estados de la Iglesia.

La intercesión de los santos.

La comunión de los santos.

La comunión de los difuntos.

... en la única familia de Dios.

La respuesta:

La bienaventuranzas: 1716-1717.

La oración a los santos: 1370.

C. Otras sugerencias

Alrededor de esta fiesta veneramos a los santos y oramos por los difuntos

quienes caminamos en la tierra: es la

comunión de todos los hijos de la Iglesia.

Las bienaventuranzas describen la vida de los santos, pues son el retrato

de la vida de Jesús. Ser santo es

seguir a Jesús cuya vida está reflejada en las bienaventuranzas. Todos

estamos llamados a la santidad.

«Él es imagen de Dios invisible,

Primogénito de toda la creación,

porque en Él fueron creadas todas las cosas...

Él es también la Cabeza del Cuerpo, la Iglesia:

Él es el Principio,

el Primogénito de entre los muertos,

para que sea Él el primero en todo,

pues Dios tuvo a bien hacer residir en El

toda la Plenitud,

y reconciliar por Él y para El todas las cosas`.

(Col 1, 15-16a.18-20).

«El que está llamado a ``enseñar a Cristo'' debe por tanto, ante

todo, buscar esta ``ganancia sublime que es el

conocimiento de Cristo''; es necesario ``aceptar perder todas las cosas ...

para ganar a Cristo, y ser hallado en él''

y ``conocerle a él, el poder de su resurrección y la comunión en sus

padecimientos hasta hacerme semejante a él

en su muerte, tratando de llegar a la resurrección de entre los muertos''

(Flp 3, 8-11)». (Catecismo de la Iglesia

Católica, 428).