La Virgen María y Tolkien

Jaime Septién

"Sobre Nuestra Señora se funda toda mis escasa percepciónde la belleza, tanto en majestad como en simplicidad".

Mayo es el mes de María. Todos los católicos lo sabemos. Pero no todos estamos dispuestos a comprometer en ello algo másque una práctica tradicional: llevar flores, rezar el Rosario, peregrinar a algúnsantuario... No quiero decir que esas prácticas esténmal. De ningúnmodo. Lo que quiero significar es que debemos ir másallá,para entrar en núcleo del hecho mariano, un acontecimiento que deberíacambiarnos la vida para siempre.

Hace unos días, leyendo un libro de ensayos sobre J.R.R. Tolkien, autor de El Señor de los Anillos, me topé con una carta en la que el escritor católico inglésque másinfluencia ha tenido sobre las generaciones actuales (a partir, ni modo, de las dos películas que se han emitido al gran público: La comunidad del anillo y Las dos torres) afirma, sin ruborizarse, que "la influencia másgrande que ha tenido en su vida y en sus escritos" es la de la Virgen María.

¡Ya me imagino a unos de nuestros intelectuales declarando eso! La prensa y los críticos de izquierda (y los de derecha, también) soltarían la carcajada. Para ellos la Virgen es cosa de estampitas, adulaciónde beatas, asunto de niños bien portados y nada más. ¡Pues váyanse de cabeza! El escritor inglésmásleído del siglo XX (a quien no le dieron el Nobel por ser, precisamente, demasiado católico, como Graham Greene o Chesterton, o Mounier, o Claudel, o Unamuno, a lo mejor hasta Miguel Delibes) asumíafrente a quien quisiera escucharlo que Nuestra Señora era el motor de su arte.

En otra carta, escrita por Tolkien al sacerdote jesuita Robert Murray, le dice que "sobre Nuestra Señora se funda toda mis escasa percepciónde la belleza, tanto en majestad como en simplicidad". ¿Es necesario decir más? La Virgen Maríacomo modelo estético del ser humano: el sí que cambia la historia es un sí dicho desde el rincónmásalejado de las plazas de la historia oficial, contada por los hombres: en un pequeñopoblado pobre, en una pequeñacasa pobre, por una niñainocente y bella, cuya única arma era la oración.

El personaje de Galadriel en El Señor de los anillos no sólo recuerda a la Virgen María; es la pureza, la gracia, la humildad y el valor sereno de la Virgen María. Tolkien lo aceptaba y lo promovía. La sencillez de Maríaes la mayor obra de arte concebida por un ser humano. Esa muchacha judíaque abre su casa al Amor, que abre su alma al dolor, no puede sino ser la guíade todos los que quieran entregarse al arte: a la literatura, a la pintura, o al maravilloso ejercicio de vivir por y para los demás.

Yo no sé si sea necesario agregar de dónde le vino el amor de Maríaa Tolkien. Cierre un momento los ojos el lector. Pregúntese: ¿de dónde? Y la respuesta la tendrá ala mano. En efecto, de su madre. Por eso, también, mayo es el mes de todas las madres. Porque madre es aquella que nos enseñaque Maríaes Madre.

Fuente: www.periodismocatolico.com