La Eutanasia

 

La eutanasia es una consecuencia de una mentalidad materialista y utilitarista sobre la existencia humana. Existe una pérdida del sentido de la existencia humana debido a una crisis moral y religiosa.

El respeto de la vida humana presupone admitir la existencia de Dios, de un Dios amoroso autor de la vida. Nadie puede atentar contra la vida de un ser humano sin apoyarse al amor de Dios hacia él, sin violar un derecho fundamental y sin cometer un crimen.

La eutanasia es una grave ofensa a Dios, autor de la vida, en cuanto viola su ley. No es lícito matar a un paciente para no verle sufrir o no hacerle sufrir, aunque aquéllo pida. Ni el paciente, ni los médicos, ni los familiares tienen la facultad de decidir o provocar la muerte de una persona. No tiene derecho a la eleccióndel lugar y del momento de la muerte, porque el hombre no tiene el poder absoluto sobre su persona y su vivir, con mayor razón, sobre su muerte.

Es necesario reafirmar que nadie ni nada puede autorizar la muerte de un ser humano, sea feto o embrión, niñoo adulto, anciano, enfermo incurable o agonizante. Ninguna autoridad puede legítimamente imponerlo o permitirlo.

No se puede decir que una vida es mas o menos plena dependiendo del estado de la salud o si es útil o no. Toda vida merece ser vivida.

Etimológicamente, eutanasia, viene del griego y significa principalmente buena muerte, muerte apacible, sin sufrimiento. Segúnla tradicióncristiana, a la buena muerte se llega cuando se prepara espiritualmente al encuentro con Dios. Sólo dentro de la perspectiva cristiana de la redención, el sufrimiento alcanza su valor pleno. El dolor puede ser un instrumento de salvación, cuando es vivido cristianamente e iluminado por la Palabra de Dios.

Todo hombre tiene el deber de vivir su vida conforme al designio de Dios. Esta le ha sido dada para dar frutos en la tierra, y no para ser destruída a su antojo.

Actualmente, se suele definir como el acto voluntario de facilitar la muerte sin dolor, "por razones de piedad ": ya sea para evitar un futuro doloroso a una vida humana "sin valor". La Congregaciónpara la Doctrina de la Fe ofreció en su Declaraciónde 1980 otra definiciónde tipo general: "acciónu omisiónque, por su naturaleza o de modo intencional, procura la muerte con el fin de eliminar todo dolor" (n. 2). El Consejo Pontificio Cor Unum, (1981) considera la eutanasia todos aquellos actos "que consisten en poner fin a la vida del enfermo o de la persona".

 

Segúnel Nuevo Catecismo de la Iglesia

2276 Aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial. Las personas enfermas o disminuidas deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible.

2277 Cualesquiera que sean los motivos y los medios, la eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas. Es moralmente inaceptable.

Por tanto, una accióno una omisión que, de suyo o en la intención, provoca la muerte para suprimir el dolor, constituye un homicidio gravemente contrario a la dignidad de la persona humana y al respeto del Dios vivo su Creador. El error de juicio en el que se puede haber caído de buena fe no cambia la naturaleza de este acto homicida que se ha de rechazar y excluir siempre.

2278 La interrupciónde tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Interrumpir estos tratamientos es rechazar el "encarnizamiento terapéutico". Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla. Las decisiones deben ser tomadas por el paciente, si para ello tiene competencia y capacidad o si no por los que tienen los derechos legales, respetando siempre la voluntad razonable y los intereses legítimos del paciente.

2279 Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos. El uso de analgésicos para aliviar los sufrimientos del moribundo, incluso con riesgo de abreviar sus días, puede ser moralmente conforme a la dignidad humana si la muerte no es pretendida, ni como fin ni como medio, sino solamente prevista y tolerada como inevitable. Los cuidados paliativos constituyen una forma privilegiada de la caridad desinteresada. Por esta razóndeben ser alentados.