Reliquia del corazón del Santo Cura d’Ars hace peregrinación por toda la Argentina. Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús y coordinador de esta Peregrinación relata como fue esta grande y feliz experiencia:

“Sin duda ha sido una intensa experiencia religiosa para todo el pueblo de Dios, en la República Argentina, ya que 26 diócesis, en 21 días han recibido, orado, venerado, el testimonio elocuente de la vida y ministerio de San Juan María B. Vianney, propuesto como patrono de todos los sacerdotes en este Año Sacerdotal por el Santo Padre Benedicto XVI”. Ver más...

 

Desde los primeros días de mayo de 2008, cuando Mons. Guy Bagnard, Obispo de Belley-Ars, nos respondiera favorablemente al pedido que le hiciéramos para que la reliquia del Corazón del Santo Cura visitara la Argentina quisimos preparar la acogida de la santa reliquia de la manera más fructuosa. Mayor fue nuestra alegría cuando al poco tiempo recibíamos la Carta de S.S. Benedicto XVI proclamando la celebración de un Año Sacerdotal al conmemorar los 150 años del “dies natalis” de San Juan María Vianney.

Desde que nos enteramos que en el año 2005 había peregrinado a Roma abrigamos la ilusión de contar con tan venerable reliquia para realizar esta peregrinación por algunos de nuestros Seminarios, alentando en nuestros seminaristas el deseo de santidad inspirados en tan alto testimonio, promoviendo la oración por las vocaciones y por la santidad de todos los consagrados, particularmente de los sacerdotes; y ya que en nuestro país se encuentra avanzado el proceso de beatificación de un sacerdote diocesano, ejemplar para el clero argentino –el Siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero, “el cura de Ars argentino” según dichos de Juan Pablo II– tal visita nos permitiría intensificar la oración por esta causa. Y así se desarrolló.

Así, el viernes 6 de noviembre llegaban a Ezeiza la Reliquia del Corazón del Santo Cura y su solícito custodio, el P. Karlo Tyberghien. Inmediatamente fueron trasladados al Carmelo Lisieux Argentino, donde el maestro orfebre, Juan Carlos Pallarols, ultimó los detalles en el Relicario que él mismo confeccionara para esta ocasión.

Mons. Rubén Oscar Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús y coordinador de esta Peregrinación, acompañado por Mons. Raúl Martín, obispo auxiliar de Buenos Aires, una veintena de sacerdotes, las monjas carmelitas y un sinnúmero de laicos celebraron la santa Misa en acción de gracias por el buen viaje y feliz arribo, del P. Karlo T, asimismo encomendaron todos y cada uno de los eventos preparados.

Por la tarde fue recibida en la catedral de Avellaneda-Lanús y se dio inicio a la Peregrinación en la santa Misa presidida por S.E.R. Mons. Adriano Bernardini, Nuncio Apostólico en la Argentina. Por la noche fue trasladada al Seminario Diocesano “Pablo VI”, donde los seminaristas animaron una devota Vigilia Vocacional junto a algunos seminaristas de la diócesis vecina de Lomas de Zamora y Morón.

Por la mañana del sábado 7 fue llevada en Procesión hasta el Santuario Diocesano de Oración por las vocaciones “San Juan M. B. Vianney” en Monte Chingolo, allí fue innumerable el paso de fieles laicos, religiosos y sacerdotes que con sus comunidades se acercaban para venerar la santa Reliquia; por la noche, la comunidad del Santuario animó una participada Vigilia Juvenil de oración.

 

En la mañana del Domingo 8 fue llevada hasta la Catedral de la Diócesis de San Miguel donde una multitud de niños recibieron y festejaron la llegada del Corazón del Santo Cura; durante toda la jornada numerosos hermanos de esa diócesis y de diócesis vecinas pasaron para hacer su momento de oración y veneración personal. Los miembros del Seminario Diocesano “Arcángel San Miguel”, rector, formadores y seminaristas  celebraron la santa Eucaristía en la que rezaron por el aumento y perseverancia de las vocaciones sacerdotales.

Por la mañana del lunes 9 la Santa Reliquia pasó por el Carmelo Santa Teresa de Jesús, en Buenos Aires, e inmediatamente después de la Misa concelebrada por un grupo de sacerdotes y presidida por Mons. Luis Fernández, obispo auxiliar de Buenos Aires, fueron trasladados al Aeroparque para abordar el vuelo que los llevaría a la Diócesis de Comodoro Rivadavia, en la Patagonia. Al arribar fueron recibidos por el Obispo Mons. Virginio D. Bressanelli y una nutrida delegación Diocesana. Desde el aeropuerto se dirigieron en procesión hasta la Catedral, haciendo dos paradas que posibilitaron la veneración de sendas comunidades. En la Catedral se congregaron fieles de todas las comunidades acompañados por sus sacerdotes, con quienes rezaron por la santificación del clero y después de celebrar la Eucaristía, que presidiera el Obispo, llevaron en procesión el Corazón del santo hasta el Monasterio Carmelita “San José de Diadema” donde las monjas dedicaron una Vigilia de oración por el aumento y perseverancia de todas las vocaciones a la vida consagrada, especialmente en las diócesis de la Región Patagónica.

El martes 10, bien temprano, Mons. Bressanelli, presidió la santa Misa de despedida de su diócesis en el Carmelo y se encaminaron hacia el aeropuerto para continuar esta santa Peregrinación. Así por la tarde fue recibida solemnemente por el Rector del Seminario Arquidiocesano “San José” de la Arq. De La Plata, P. Gabriel Delgado, todos los seminaristas y una nutrida concurrencia de fieles de distintas comunidades platenses. Por la noche, Mons. Héctor R. Aguer, en la Capilla del Seminario, presidió la Misa, acompañado por el Obispo auxiliar de la Arquidiócesis, Mons. Antonio Marino, un centenar de sacerdotes y seminaristas y una numerosa feligresía. Durante la noche los seminaristas se dispusieron por turnos para hacer una guardia de honor y oración venerando la Santa Reliquia.

Por la mañana del miércoles 11 se la trasladó al Seminario Santo Cura de Ars”  de la Arquidiócesis de Mercedes-Luján. Allí una multitud de jóvenes y niños, procedentes de las escuelas cercanas recibieron con cantos y bombas de estruendo, festejando la llegada de la Reliquia. El P. Karlo T. brindó una conferencia acerca de la vida y testimonio actual del Santo Cura Vianney para los jóvenes de hoy. Desde distintas comunidades se allegaron hasta la capilla del Seminario para dedicar un tiempo adecuado para la devoción y oración por la santificación de los sacerdotes y de aquellos que perseveran en esa Casa de formación. Por la tarde nos dirigimos a la Basílica Nacional de N.S. de Luján, donde con los obispos argentinos reunidos en la Asamblea Ordinaria se celebró la Eucaristía en acción de gracias por el testimonio de santidad de tantos sacerdotes que pasaron por nuestro suelo, y se rezó por la santificación de todo el clero en Argentina. Al término de la Misa, Mons. Sergio Buenanueva, acompañado por los custodios de la reliquia se dirigieron al aeroparque J. Newbery para abordar el avión que los trasladaría hasta Mendoza, donde una multitud los esperaba en el Seminario Arquidiocesano "Nuestra Señora del Rosario". Los seminaristas se encargaron de la animación de esa noche de oración vocacional.

Por la mañana del jueves 12 nos dirigimos en procesión hasta la Catedral donde se celebró la Eucaristía. A media mañana un centenar de sacerdotes participaron de un retiro predicado por el P. Diego de Jesús, monje del Monasterio del Cristo Orante; luego fue llevada hasta el Monasterio de Dominicas “Nuestra Señora del Rosario”. y posteriormente al Monasterio Carmelita “Espíritu Santo y María Madre de la Iglesia” desde donde partimos hacia la diócesis de San Rafael.

Por la tarde, al entrar en la Diócesis nos aguardaba una numerosa concurrencia con quienes nos dirigimos procesionalmente hacia la sede del Instituto del Verbo Encarnado, allí después de haber rezado el Rosario por las vocaciones, nos encaminamos hacia el Monasterio Santa Teresa de Jesús de los Andes, comunidad de monjas contemplativas del IVE y desde allí nos encaminamos procesionalmente hasta la Catedral, donde se celebró la Santa Misa, presidida por Mons. José M. Taussig, obispo de esa diócesis de San Rafael, acompañado por un gran número de sacerdotes y una feligresía que desbordaba la Catedral. Al término de la Misa, después de un prudencial tiempo de veneración, fue llevada la Santa Reliquia hasta el Seminario Diocesano “Santa María Madre de Dios” donde los seminaristas participaron y animaron una festiva y devota Vigilia de Oración.

Por la mañana del viernes 13, al término de la Misa, presidida por el P. Rector y todos los formadores del Seminario nos encaminamos hacia la Diócesis de San Luis.

Al llegar a la Catedral, Mons. Jorge Lona, recibió la Santa Reliquia y con todos los sacerdotes de la diócesis se encaminaron para celebrar, junto a una nutrida concurrencia de fieles, la santa Misa. Al mediodía se la trasladó hasta el Seminario Diocesano “San Miguel Arcángel” donde formadores y seminaristas tuvieron un momento de piadosa y personal devoción invocando la intercesión del Santo Cura por el aumento y perseverancia de las vocaciones, para toda la Iglesia, particularmente en su diócesis. Alrededor de las 3 de la tarde nos dirigimos a la Parroquia de las Mercedes, donde después de celebrar la Santa Eucaristía, el Obispo bendijo a la multitud de los fieles que se habían acercado hasta allí para venerar el Corazón incorrupto de San Juan María. Finalmente ese día nos encaminamos hacia el Seminario “Jesús Buen Pastor” de la Diócesis de Río Cuarto. Donde los seminaristas de las diócesis de Villa María, San Francisco y Río Cuarto animaron distintos momentos de oración. Por su parte a distintas horas, durante toda la noche se acercaron comunidades que acudían en peregrinación con sus sacerdotes para dedicar un tiempo a la veneración de la Reliquia y a la oración por la santificación de todos los consagrados.

Por la mañana del sábado 14, bien temprano, nos recibió una comunidad de la Diócesis de Villa María y alrededor de media mañana llegamos a la Catedral, donde se celebró la Santa Misa, después de lo cual con los sacerdotes presentes se compartió un encuentro fraterno. Alrededor de media tarde se trasladó la Reliquia y sus custodios rumbo a la Arquidiócesis de Córdoba: allí se hizo una parada en la Parroquia San Juan María Vianney para llegar finalmente al Seminario Arquidiocesano “Nuestra Señora de Loreto” donde se desarrolló, animada por los seminarista una Vigilia de Oración.

A media mañana del Domingo 15, nos dirigimos al santuario de la Virgen del Rosario del Milagro, y acompañados por la venerada imagen nos encaminamos con la Reliquia del Santo Cura hacia la Catedral, pasando por el Monasterio de Santa Catalina de Siena, de las Dominicas. En un clima festivo toda la comunidad Arquidiocesana de Córdoba, animada por su Arzobispo, Mons. Carlos Ñáñez, oró insistentemente para pedir por el “don de la lluvia” que tanto hacia falta por esos días en Córdoba y en varias regiones de nuestro país. Por eso en la Misa exhortó a una mayor responsabilidad por el cuidado del medio ambiente; y a la luz de la figura del Cura de Ars reflexionó acerca de la fidelidad sacerdotal, agradeció las oraciones de la comunidad y pidió a los fieles cercanía y acompañamiento hacia todos nuestros sacerdotes. Después de la Misa pasamos por el Monasterio Carmelita “San José”. Camino hacia la Diócesis de Cruz del Eje nos detuvimos en la Abadía “Gaudium Mariae” de las monjas benedictinas. Finalmente arribamos a la Diócesis de Cruz del Eje, específicamente a Villa Cura Brochero; allí nos esperaba, en la entrada del Pueblo, su obispo, Mons. Santiago Olivera, acompañado por una multitud de fieles, con quienes peregrinamos hacia la Parroquia Nuestra Señora del Tránsito donde se encuentra sepultado el Venerable Siervo de Dios José Gabriel del Rosario Brochero. Durante toda la tarde y hasta la noche un fluido pasar de peregrinos mantuvo una insistente oración por las vocaciones y una perseverante súplica por la pronta Glorificación del Cura Brochero: ésta fue también la intención de la Misa presidida por Mons. Olivera, acompañado por Mons. Colomé, obispo emérito de esta diócesis, un gran número de sacerdotes peregrinos y de fieles.

Durante toda la noche fue incesante el afluir de peregrinos que con devoción veneraban la reliquia del Santo Cura y pedían por la santificación de todos los sacerdotes.

Por la mañana del lunes 16, el P. Karlo Tyberghien, capellán en el Santuario de Ars y custodio en esta ocasión de la Santa Reliquia, brindó una conferencia sobre aspectos destacados de la vida y ministerio del Santo Cura. Al finalizar se celebró la Santa Misa, presidida esta vez, por Mons. Rubén Frassia, obispo de Avellaneda-Lanús quien acudiera como peregrino para sumarse a la insistente súplica al Señor, implorando la intercesión de san Juan María, acompañado por Mons. Olivera y un gran número de sacerdotes y fieles. Al cabo de la misma fuimos trasladados con la reliquia para abordar un vuelo a la Diócesis de Catamarca, donde arribamos para encaminarnos en procesión hasta la Catedral. Allí, después de celebrar la Santa Eucaristía y venerar comunitariamente la reliquia los sacerdotes compartieron un encuentro fraterno y se llevó el Corazón del Santo Cura hasta el Monasterio “Inmaculada del Valle” de las monjas dominicas.

El martes 17, por la mañana, nos encaminamos hacia la Diócesis de la Santísima Concepción. Allí nos esperaba el Obispo, Mons. Armando José María Rossi, O.P., quien acompañado por un numeroso grupo de sacerdotes y fieles de su comunidad diocesana se dirigió en peregrinación hacia la Catedral; durante el trayecto la reliquia era llevada por cada uno de los sacerdotes. Después de celebrar la Santa Misa, se pudo compartir un fraterno encuentro sacerdotal. Durante toda la tarde se acercaron distintas comunidades para venerar el Corazón incorrupto de San Juan María. Por la noche llevamos la reliquia hasta el Monasterio de la Inmaculada Concepción de las monjas Dominicas.

Por la mañana del miércoles 18, fuimos trasladados hasta la Diócesis de Jujuy. Allí fue recibida la Reliquia en el Monasterio “Nuestra Señora de Río Blanco y San José” de las Carmelitas descalzas; desde allí el Obispo, Mons. Marcelino Palentini, trasladó la reliquia hasta la Catedral donde concelebró con sus sacerdotes pidiendo por el aumento y perseverancia de las vocaciones a la vida consagrada, sacerdotal y misionera. Por la noche nos encaminamos hacia la Arquidiócesis de Salta donde nos esperaba su arzobispo, Mons. Mario A. Cargnello, quien acompañado por todos los seminaristas, gran número de sacerdotes y una multitudinaria presencia de fieles laicos y religiosas se dispuso a iniciar una Vigilia de Oración por la santificación del Clero que se extendió a lo largo de toda la noche.

En la mañana del jueves 19 fue llevado el Corazón del Santo Cura hasta la Catedral donde hasta el mediodía se lo estuvo venerando. Por su parte, el Arzobispo después de presidir la Santa Eucaristía, acompañado por los sacerdotes de la Arquidiócesis, bendijo a la multitud de los fieles que se habían acercado hasta allí para venerar esta Santa Reliquia, y con su bendición nos encaminamos hacia la Arquidiócesis de Tucumán. Como en los casos anteriores una multitud nos esperaba en la entrada de la ciudad de Tucumán y con una caravana de autos nos encaminamos hacia la catedral, pasando y deteniéndonos en el Seminario Arquidiocesano “Nuestra Señora de La Merced y San José”. Por la noche los superiores y seminaristas animaron distintos momentos de oración vocacional.

Por la mañana del viernes 20, Mons. Luis Villalba, arzobispo de Tucumán, acompañado por un centenar de sacerdotes y una multitudinaria feligresía presidió la Santa Misa encomendando al Santo Cura de Ars especialmente a sus sacerdotes y seminaristas. Al finalizar, agraciados por su bendición, nos encaminamos hacia la Diócesis de Santiago del Estero. Allí llegamos al Seminario Mayor Interdiocesano “Santiago el Mayor”, donde seminaristas y formadores prepararon y animaron un dedicado tiempo para la veneración comunitaria de este santo Corazón sacerdotal. Por la tarde fue llevada hasta la Catedral donde quedó expuesta a la veneración de los fieles hasta la Santa Misa, presidida por Mons. Adriano Bernardini, Nuncio Apostólico en la Argentina, acompañado por el Obispo del lugar, Mons. Francisco Polti y Mons. Ariel Torrado Mosconi, Obispo auxiliar de la misma diócesis de Santiago del Estero, acompañados por gran número de sacerdotes y fieles.

El sábado 21, bien temprano, nos encaminamos hacia la diócesis de Añatuya. Allí Mons. Adolfo Uriona f.d.p., obispo de esta diócesis, recibió la Reliquia en la Catedral y concelebrando la Misa con varios sacerdotes la ofreció a la veneración de los fieles. Más tarde fue llevada al Monasterio “Madre de Dios” de monjas dominicas contemplativas. Alrededor de media tarde nos encaminamos hacia la Diócesis de Rafaela. Hicimos una parada en la Parroquia Nuestra Señora del Carmen de la Comunidad de Ceres, y finalmente arribamos por la noche a la Catedral donde nos esperaba Mons. Carlos M. Franzini. Allí se inició una Vigilia de oración a la que concurrieron desde distintas comunidades a lo largo de toda la noche.

Por la mañana del Domingo 22, presidió la Santa Misa, acompañado por varios sacerdotes y seminaristas, en la que alentó a los fieles a perseverar en la oración por el aumento y perseverancia de las vocaciones, sobre todo a la vida sacerdotal, y por la santificación de sus sacerdotes. Por la tarde nos encaminamos hacia la Arquidiócesis de Paraná. Al cruzar el puente subfluvial una multitud de hermanos aguardaban la llegada de la santa Reliquia. Mons. Mario L. B. Maulión, acompañado por el obispo auxiliar César D. Fernández, recibieron el Corazón del Santo Cura e iniciaron así la caravana de autos que procesionalmente se dirigieron hasta la Catedral. Allí se celebró la santa Eucaristía y quedó expuesta a la veneración de los fieles que, por su afluencia y devoción retrasaron la llegada prevista para la medianoche al Seminario Arquidiocesano “Nuestra Señora del Cenáculo, donde los seminaristas y formadores desarrollaron una Vigilia de oración vocacional.

En la mañana del lunes 23, se desarrolló una mañana de oración y meditación acerca de la vida y ministerio del Santo Cura, predicada por un sacerdote de la Arquidiócesis. Al finalizar, seminaristas, sacerdotes de la arquidiócesis y de diócesis vecinas participaron de la Santa Misa, presidida por S.E.R. Cardenal Estanislao Esteban Karlic, arzobispo emérito de Paraná, acompañado por el actual arzobispo Mons. Maulión y el obispo auxiliar Mons. Fernández. Al finalizar la Misa, Mons. Maulión encomendó a cada uno de los seminaristas y sacerdotes presentes al Santo Cura de Ars e impartiendo su bendición nos alentó a continuar esta piadosa peregrinación… Así nos encaminamos hacia la Arquidiócesis de Rosario. Mons. José Luis Mollaghan la recibió en la Catedral y la expuso a la veneración de los fieles. Acompañado por Mons. Eduardo V. Mirás, obispo emérito de esa arquidiócesis y Mons. Rinaldo F. Brédice, Obispo Emérito de la diócesis de Santa Rosa, Mons. Mollaghan presidió la Celebración Eucarística vespertina, intensamente vivida por una multitud de fieles que colmaban el templo y que había empezado a congregarse en horas de la tarde, ni bien llegara la mencionada reliquia; en dicha celebración nueve sacerdotes festejaron sus bodas de plata ministeriales. A medianoche fue trasladado el relicario con el Corazón incorrupto del Santo Cura hasta el Seminario Metropolitano “San Carlos Borromeo”, allí fue llevado procesionalmente por los mismos seminaristas y todos los presentes, quienes acompañaron con una marcha de antorchas hasta la capilla del mismo donde permaneció durante toda la noche hasta la mañana siguiente, en la que el Señor Arzobispo presidió la Santa Misa.

Así, el martes 24, nos trasladamos hacia la diócesis de Venado Tuerto. Al llegar a Firmat la comunidad se reunió en su parroquia para venerar la reliquia del santo párroco francés. Por la tarde una multitud de niños de las distintas parroquias y colegios se dieron cita en la catedral para recibir la visita del Corazón de San Juan María Vianney. Por la noche, con la asistencia de los seminaristas de la diócesis, un gran número de sacerdotes y fieles de las distintas comunidades parroquiales, Mons. Gustavo A. Help, obispo de esta diócesis, presidió la santa Misa en la que fueron admitidos dos seminaristas.

Por la mañana, bien temprano, del miércoles 25, nos encaminamos con la santa Reliquia para pasar por la Pquia. San Juan M. Vianney en Arquidiócesis de Buenos Aires. Allí la recibieron su párroco y un sinnúmero de jóvenes, niños y adultos de la comunidad parroquial y de comunidades vecinas. Alrededor del mediodía, Mons. Eduardo H. García, obispo auxiliar de Buenos Aires, acompañado por una veintena de sacerdotes, presidió la Santa Misa, después de lo cual invitó a los presentes a venerar el Corazón de este Santo y rezar por la santificación de los sacerdotes. Por la tarde fue trasladada a la Parroquia Sagrado Corazón de Lanús, donde Mons. Frassia, acompañado por todos los sacerdotes de su diócesis de Avellaneda-Lanús, presidió la Eucaristía en la que fueron ordenados dos sacerdotes. A medianoche se llevó la Reliquia al Introductorio San José, de la misma diócesis en la que un grupo de jóvenes, muchos de ellos en proceso de discernimiento vocacional, celebraron una heroica vigilia de oración.

Por la mañana del jueves 26, se la trasladó hasta la Catedral Metropolitana de la Arquidiócesis de Buenos Aires; allí se desarrolló un Encuentro para sacerdotes, en el que tuvo lugar una plática a cargo de S.E.R. Cardenal Estanislao Esteban Karlic; mucho más de tres cientos presbíteros y la mayoría de los obispos de la Región Pastoral de Buenos Aires participaron de la Santa Misa que presidiera S.E.R Cardenal Jorge Mario Bergoglio. Inmediatamente después fue llevada la Reliquia del Corazón a la Diócesis de San Nicolás de los Arroyos. Allí se arribó alrededor de las tres de la tarde y Mons. Héctor S. Cardelli, obispo del lugar la recibió en la Catedral y la expuso a la veneración de los fieles con quienes oró por el aumento y perseverancia de las vocaciones sacerdotales. A media tarde presidió la Misa en la que se imploró la intercesión del Santo Cura, pidiendo por la santificación de todos los consagrados. Bendecidos por el Obispo nos encaminamos hacia el Carmelo “N.S. de la Paz” de la diócesis de Lomas de Zamora (previo paso y Santo Rosario en el Monasterio carmelita “Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote”). Allí las monjas dedicaron una Vigilia de oración durante toda la noche.

El viernes 27, acompañado por Mons. Rubén O. Frassia, Mons Jorge Lugones presidió la Santa Misa con la que se terminaba la visita a nuestro país de la Reliquia del Corazón del Santo Cura de Ars. Participaron, además de las monjas, una veintena de sacerdotes, y gran cantidad de religiosas y familias. Finalmente, se preparó todo lo necesario para el viaje de regreso de la reliquia y se lo acompañó al P. Karlo Tyberghien hasta que se embarcó hacia Francia.

Algunas constantes que vale la pena destacar: el clima de oración que se generaba cuando era expuesta la Reliquia para la veneración de los fieles; era llamativo la cantidad y la disposición de las personas que pedían celebrar y celebraban el sacramento de la Reconciliación; el ambiente de alegre fraternidad sacerdotal que se provocaba entre los consagrados presentes, en las distintas celebraciones y encuentros…

Sin duda ha sido una intensa experiencia religiosa para todo el pueblo de Dios, en la República Argentina, ya que 26 diócesis, en 21 días han recibido, orado, venerado, el testimonio elocuente de la vida y ministerio de San Juan María B. Vianney, propuesto como patrono de todos los sacerdotes en este Año Sacerdotal por el Santo Padre Benedicto XVI.

 

Nota: La coordinación con cada diócesis para la previsión de horarios, traslados, celebraciones, alojamiento de los custodios y resolución de imprevistos, estuvo a cargo de: P. Gabriel L. Favero y P. Fabián O. Esparafita (este último acompañando durante todo el trayecto la visita de la santa reliquia). Ellos contaron con la colaboración de varios laicos con quienes conformaron la Comisión organizadora.