Antonio Silvestre Moya

 

            Nació en Ollería (Valencia) el día 26 de octubre de 1892. Fue bautizado el mismo día. Su padre era cabo de la Guardia Civil. Sintiendo vocación al sacerdocio ingresó en el Seminario de Valencia, donde cursó los estudios de Latín, Filosofía y Teología y se doctoró en esta última Facultad. Recibió la ordenación sacerdotal en 1915. Comenzó su ministerio como Coadjutor de la Parroquia de Calpe (Alicante), pasando de allí a Coadjutor de Cuatretonda (Valencia). En 1920 fue nombrado párroco de Otos (Valencia), y en 1930, de Fuente la Higuera (Valencia). De esta parroquia pasó, como Ecónomo, a la de Santa Tecla de Játiva, donde estuvo hasta julio de 1936. En su actuación en Cuatretonda, destacó su prudencia exquisita. Juntamente con la benevolencia de las gentes, evitó enfrentamientos partidistas, con complacencia del pueblo entero. Como Párroco de Otos comenzó la restauración del templo y fomentó el culto de la reliquia de la Vera-Cruz. En Fuente la Higuera destacó su actuación en el culto de la Patrona la Virgen del Rosario. Estuvo poco tiempo al frente de la Parroquia de Santa Tecla, de Játiva, pero todavía recuerdan la vitalidad que infundió a la parroquia. Hizo muchas cosas dignas de mención, entre otras defender con tesón los restos del Siervo de Dios Padre Andrés Garrido, religioso mercedario, cuyo proceso de beatificación está incoado. Fomentó el culto del Santísimo Ecce-Homo y se ocupó, con mucho éxito, del catecismo a los niños.

            Al poco tiempo de haber sido proclamada la República, comenzaron los desmanes contra los templos e imágenes sagradas, que se sucedieron sin cesar; el párroco, aun exponiéndose a agravios y calumnias, ocultó varios objetos de culto e imágenes. En los primeros días de agosto de 1936 fueron incendiados y saqueados todos los templos de Játiva. Los sacerdotes fueron perseguidos y algunos se ocultaron. Don Antonio visitaba de incógnito a los enfermos administrándoles los sacramentos. En la casa parroquial se guardaba el sagrario y con él las sagradas formas. Como movido por una inspiración, la tarde del día 7 de agosto de 1936, que era primer viernes de mes, hizo el acto de consagración y desagravio al Sagrado Corazón de Jesús, ofreciendo su vida. Al anochecer, se presentaron en casa unos milicianos con orden de detenerle, y se lo llevaron junto con el Párroco de Llaurí, don Fernando Gimeno, al puerto de Cárcer. Dispararon contra los dos, quedando muerto el de Llaurí y herido el Párroco de Santa Tecla. Malherido, buscó refugio en una casa del vecino pueblo de Llosa de Ranes (Valencia), donde le curaron. Pero, advertidos los milicianos, el 8 de agosto fueron a buscarle de nuevo y se lo llevaron a El Saler de Valencia, donde fue asesinado. Murió perdonando a sus verdugos. Tenía 43 años. Sus restos mortales fueron solemnemente depositados en el templo parroquial de Santa Tecla de Játiva, donde hoy se veneran.

            Fue beatificado en Roma el 11 de marzo de 2001.

 

En: González Rodríguez, Mª E., Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo XX en España. Quiénes son y de dónde vienen. Editorial EDICE, Madrid 2008, pp. 363-364.