Basílica Papal de Santa María Mayor

Palabras del Emmo. Cardenal Cláudio Hummes

Prefecto de la Congregación para el Clero

6 mayo 2010

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         A conclusión de este feliz ciclo de horas eucarístico-marianas, que, desde el mes de octubre de 2009, se han tenido cada primer jueves de mes hasta esta tarde en esta Basílica Papal mariana, deseo agradecer espiritualmente – a nombre de la Congregación para el Clero – a la “Regina Coeli” con quien hemos adorado a su Divino Hijo, implorando la gracia de la santificación de los Sacerdotes. Particularmente deseo dar las gracias a su Eminencia el Cardenal Bernard Law y al Cabildo de Canónigos por se afectuosa y noble acogida, a las Hermanas de la Familia de María y a los Seminaristas, que con la música y el canto, con los maravillosos adornos floreales y el servicio litúrgico, han creado un clima de oración recogida y gozosa. Agradezco a los queridos Hermanos Franciscanos, que con tanta fe nos han ayudado en cualquier circunstancia. Pero con gran reconocimiento debo dar las gracias a todos vosotros, Sacerdotes, Religiosas y Fieles laicos; Amigos, que habéis orado con nosotros y por nosotros y que sostenéis la vida, el ministerio de los Sacerdotes y las vocaciones. Estoy convencido de que continuaréis haciéndolo con fuertes motivos de fe e de intenso amor por el Sacerdocio de Jesús, que vive e actúa en los Sacerdotes esparcidos por el mundo entero. ¡Qué les llegue siempre nuestra benéfica oración!

 

         Y ahora permitidme deciros “¡hasta la vista!” en la Plaza de San Pedro, junto al Santo Padre, al atardecer del jueves 10 de junio (desde las 20,30 a las 22,30), cuando el mismo Pontífice, después de los testimonios y los cantos, impartirá la Bendición eucarística. Como también encontrarnos de nuevo, siempre en la Plaza de San Pedro, a las 9,30 del viernes 11 de junio, cuando con la Concelebración presidida por el Santo Padre se concluirá el Año Sacerdotal, querido por el mismo Sumo Pontífice.

 

         No faltemos a estas dos citas e invitemos a ellas a nuestros amigos para manifestar coralmente, en la significativa Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, la voluntad de ayudar a nuestros Sacerdotes, de sostenerlos con nuestras oraciones y demostrar nuestra comunión, apoyo y afecto al Vicario de Cristo.