Francisco Ibáñez Ibáñez

 

            Natural de Penáguila (Alicante), nació el 22 de septiembre de 1876. Estudió en el Seminario de Valencia con tanta brillantez que mereció una beca en el Colegio Mayor de la Presentación, fundado por Santo Tomás de Villanueva. Era doctor en Sagrada Teología y licenciado en Filosofía y Letras, y se especializó en estudios de archivística. Desempeñó el ministerio parroquial por distintos pueblos de la diócesis, como Muro de Alcoy (Alicante) y Almácera (Valencia), donde dejó imborrable recuerdo de humildad, afabilidad y amor a los pobres. Hombre de excelsas cualidades intelectuales, y de tan brillante carrera sacerdotal, era, no obstante, muy humilde, modesto y sencillo. Nombrado Abad de la Colegiata de Játiva (Valencia), su recuerdo perdura como el del “Abad de los pobres”. Todo lo daba y toda pena encontraba eco en su corazón.

            Al arreciar la persecución religiosa en julio de 1936, el Abad fue expulsado de la casa abadía y obligado a dejar la ciudad. Marchó al pueblo de Piles (Valencia), cerca de Gandía. Se dirigió luego a Valencia, a tomar el tren de Alcoy, con intención de refugiarse en Penáguila, su pueblo natal. Pero al pasar el tren por Játiva, fue reconocido, detenido y presentado ante el Comité revolucionario local, y quedó allí a merced de los milicianos. Le arrebataron todo cuanto llevaba encima y le retuvieron hasta la comparecencia del sacristán de la Seo, que tenía en su poder un cheque, firmado hacía dos días por el Abad, para que pagase la nómina de los sacerdotes y empleados de la Colegiata. Ya en su poder el documento y todo cuanto pudieron sustraer, simularon dejarle en libertad, después de darle el dinero justo para continuar el viaje hasta Penáguila. Al llegar el tren a la estación de Agres (Alicante) unos milicianos lo secuestraron y, en un coche, lo llevaron al lugar martirial llamado “Pont dels gosos” (puente de los perros), en el término municipal de Llosa de Ranes (Valencia), donde lo fusilaron. Era el día 19 de agosto de 1936. Tenía 59 años. Sus restos recibieron sepultura en el Cementerio de Llosa de Ranes y fueron trasladados después a la Iglesia Colegial de Játiva, donde hoy se veneran.

            Fue beatificado en Roma el 11 de marzo de 2001.

 

En: González Rodríguez, Mª E., Los primeros 479 santos y beatos mártires del siglo XX en España. Quiénes son y de dónde vienen. Editorial EDICE, Madrid 2008, p.352.