Celso Morga / Secretario de la congregación para el clero
«La ausencia de Dios está en la raíz de los abusos
sexuales»
Pide
a los obispos «seriedad y prontitud» en las investigaciones
Celso Morga / Secretario de la congregación para el clero
10 Septiembre 11 - Ciudad del Vaticano - Darío Menor
Una semana después de que el Vaticano respondiera al Gobierno irlandés por
los casos de abusos sexuales a menores cometidos por eclesiásticos, el
arzobispo Celso Morga, secretario de la Congregación para el Clero, recuerda a
los obispos que «deben colaborar con las autoridades civiles». Para este
riojano de 63 años, «número dos» de la Congregación desde hace diez meses, la
raíz de la pedofilia está, en parte, en la «ausencia de Dios».
–Dublín critica a la Congregación para el Clero en el informe donde pide
explicaciones a la Santa Sede por los casos de abusos a menores y los errores
cometidos en la gestión de éstos. ¿De dónde nace el problema?
–El Gobierno irlandés hizo una apreciación de la actuación de la Congregación
para el Clero que no era del todo justa. Este dicasterio no ha querido impedir
la puesta en práctica de las normas que se habían dado los obispos irlandeses
para luchar contra los abusos. Sólo se les decía que, a la hora de seguir ese
cuadro básico de normas, cuando imponen las penas, debían tener en cuenta el
derecho canónico.
–¿Debe un obispo denunciar a las autoridades civiles a un sacerdote que haya
cometido estos delitos? ¿Está obligado a hacerlo?
-El obispo debe colaborar con las autoridades civiles, ateniéndose y respetando
la legislación civil del país, pero sin olvidar tampoco que hay dos
ordenamientos jurídicos independientes.
–¿Qué significa la premisa de «tolerancia cero» con los abusos sexuales a
menores defendida por el Papa?
–«Tolerancia cero» significa condenar y lamentar profundamente los abusos
sexuales cometidos sobre los menores y poner todos los medios pastorales y
jurídicos a nuestro alcance para que no se repitan en la Iglesia. Por tanto,
toda denuncia de abuso debe ser investigada por el obispo con total seriedad y
prontitud, conforme a las normas canónicas, para apurar si hubo, o no delito y
actuar en consecuencia. Si no lo hubo, con una declaración de inocencia; si lo
hubo con la aplicación de las penas previstas, siempre en la verdad, la
justicia y la caridad. La Iglesia ha vivido y vive este drama con profundo
dolor, sintiéndose particularmente cercana a las víctimas y a sus
familiares.
–¿Cómo debe realizarse la formación afectiva de los seminaristas para evitar
que cometan abusos en el futuro? ¿Ha de seguir trabajándose en este campo
durante la formación permanente?
–Gran parte de este problema se juega en la formación de los futuros sacerdotes
y en la formación permanente, sobre todo en el ámbito de la afectividad. Tenemos
espléndidos documentos del Concilio y del post-concilio que indican claramente
el camino para formar bien a los futuros sacerdotes y determinar la idoneidad
de quien siente la llamada de Dios para ejercitar el ministerio sacerdotal. La
formación, en el ámbito de la afectividad, debe ser humanamente equilibrada y
sobrenaturalmente sostenida en una fe recia y bien formada. Quisiera subrayar
dos indicaciones en lo que se refiere a la formación de los futuros sacerdotes:
la primera, que el obispo debe nombrar como formadores del seminario a sus
mejores sacerdotes y la segunda, que cuando un candidato no es aceptado por un
seminario o casa religiosa, se debe extremar la prudencia y se deben seguir
puntualmente las normas canónicas previstas para que pueda ser aceptado en otra
diócesis o congregación religiosa.
–¿Está en el celibato la raíz del problema?
–-A mí me parece que este problema, con razón, suscita particular escándalo en
la opinión pública cuando de por medio se encuentra un sacerdote. La raíz del
problema está en la profunda crisis de auténtica humanidad y de ausencia de
Dios que estamos atravesando y que nos lleva, entre otras cosas, a un
«pansexualismo» ya muchas veces señalado por quienes saben ver los
acontecimientos humanos en profundidad.
Irlanda se retracta
El Gobierno irlandés ha dejado a un lado la idea de obligar a que los
sacerdotes revelen los casos de abusos a menores declarados durante el
sacramento de la confesión.
El ministro de Justicia, Alan Shatter, ha confirmado que en el proyecto
de ley que se prepara no habrá referencias al asunto. Tras la publicación
en julio del informe sobre los casos de abusos en la diócesis de Cloyne,
algunos barajaron que se regularía el secreto de confesión.
http://www.larazon.es/noticia/3881-la-ausencia-de-dios-esta-en-la-raiz-de-los-abusos-sexuales