EL EVANGELIO EXIGE COHERENCIA DE
VIDA A LOS PRESBÍTEROS
Habla el Secretario de la Congregación para el
Clero, arzobispo Celso Morga
Por José Antonio Varela Vidal
CIUDAD DEL VATICANO, viernes 7 diciembre 2012 (ZENIT.org).-
En medio de sus múltiples ocupaciones, encontramos a monseñor Celo Morga
Iruzubieta, secretario de la Congregación para el Clero, quien por su cargo es
el arzobispo titular de Alba marítima.
Ante el rol fundamental que desarrolla hoy su dicasterio, conversamos con
él sobre los nuevos cambios en relación a los seminarios, así como el presente
y futuro del diaconado permanente a los cincuenta años del Vaticano II. También
fue muy claro sobre las medidas que viene tomando el santo padre en pos de la
fidelidad de los presbíteros y obispos al ministerio sacerdotal, y de los
desafíos del clero ante la nueva evangelización.
¿En qué está ocupada actualmente la Congregación para el Clero?
--Arzobispo Morga: Del trabajo ordinario, que no es poco... Además,
trabajamos en la próxima publicación del "Directorio para el ministerio y
vida de los presbíteros", especialmente a la luz de la rica doctrina y
experiencia pastoral sobre el sacerdocio, que el santo padre Benedicto XVI nos
ha ofrecido durante estos años de su pontificado, en particular durante el Año
Sacerdotal.
Recientemente su dicasterio recibió del santo padre la competencia o
rectoría sobre los seminarios en el mundo... ¿Por qué era importante hacerlo y
qué cambios se verán a mediano plazo?
--Arzobispo Morga: Era importante hacerlo porque, según el numeral 4
del decreto Optatam Totius del Concilio Vaticano II, y el Código
de Derecho Canónico de 1983, los seminarios entran en el ámbito de la
"formación de los clérigos", que para ser verdadera y eficaz debe
unir la formación permanente con la formación en el seminario, ya que "la
formación permanente de los sacerdotes es una continuación de la del
seminario", como afirma el beato Juan Pablo II en el numeral 71 de la
exhortación apostólica Pastores
Dabo Vobis, de 25 de marzo de 1992. Cuando sea efectiva esta nueva
competencia, se hará un estudio a fondo de lo que la Congregación para la
Educación Católica hizo hasta ahora, a fin de comprender y continuar desde el
surco, lo bueno y positivo que se ha venido haciendo. La línea a seguir por
esta Congregación será fortalecer el vínculo intrínseco que existe entre la
formación previa a la ordenación, con la sucesiva, evitando cualquier tipo de
ruptura o incluso la desigualdad entre estas dos fases de formación, así como
en la promoción de las vocaciones sacerdotales.
Casi un mes atrás se clausuró el Sínodo de los Obispos aquí en el Vaticano,
con mucho entusiasmo en el porvenir. ¿Cómo se viene delineando el presbítero
que se necesita en la nueva evangelización?
--Arzobispo Morga: En esta nueva evangelización que la situación
actual requiere, necesitamos presbíteros con una fe total en el evangelio,
enamorados de Cristo, "románticos" por Cristo. El sacerdote puede ser
muy feliz --como lo demuestra una reciente estadística de que muchos sacerdotes
lo son--, siempre que sea un verdadero amigo de Jesús, que lucha cada día para
aumentar esta amistad y la intimidad con Él. Y que no solo lo represente en
público, sino que lo trate íntimamente; solo así será un sembrador del
evangelio, un hombre convencido de su gran misión de "anunciar la buena
nueva a los pobres, a vendar los corazones rotos", como se lee en Isaías
61,1. Es llevar a la gente a la luz de la fe, liberándolos de la pobreza de
verdad, que es la verdadera tristeza y la verdadera pobreza del hombre.
En los últimos años hemos sido testigos de algunos casos de infidelidad de
presbíteros en varios países... ¿Qué aspecto se debe tener en cuenta durante la
formación para evitar estos abusos en el futuro?
--Arzobispo Morga: No se pueden hacer experimentos con la formación
sacerdotal. El aspecto que quisiera señalar es que los seminarios deben seguir
todas las normas y criterios establecidos por la Iglesia para la formación
sacerdotal. La Iglesia es experta en humanidad, especialmente cuando forma a
sus ministros. Seguir estas normas, estos criterios, poniendo el alma en la
misma vida auténticamente sacerdotal; he aquí la verdadera sabiduría evangélica
del formador de presbíteros, sin querer inventar métodos educativos y
pastorales que no estén avalados por la comunión con la Iglesia universal y
particular.
Por otro lado, sabemos que el papa viene aplicando medidas efectivas con
los presbíteros u obispos que llevan una doble vida, y esto tranquiliza mucho a
la gente... ¿Se va a proseguir en esta línea de promover la fidelidad al
ministerio?
--Arzobispo Morga: Sí. El evangelio exige coherencia de vida y el santo
padre quiere, y lo ha manifestado repetidas veces, esta santidad de vida
sobretodo en los ministros consagrados. Está de por medio la credibilidad del
mensaje evangélico y la misma identidad del presbítero como “pastor que da su
vida por las ovejas”, que se lee en Juan 10. La Congregación para el Clero se
esfuerza con todos los medios a su alcance, para llevar a la vida cotidiana de
los presbíteros y diáconos este deseo del santo padre.
Hay países donde se toman decisiones de cerrar parroquias por falta de
personal o por la poca asistencia de los fieles; o simplemente por no exponer
al clero a posibles denuncias... ¿Es conveniente dejar así vacíos los espacios
ya ganados?
--Arzobispo Morga: Por desgracia, sucede en algunos países de gran
tradición cristiana que se deben suprimir o modificar las parroquias, o incluso
cerrar los templos por falta de fieles o sacerdotes. Es una clara señal de la
necesidad de la nueva evangelización. La Congregación para el Clero se esfuerza
por estudiar con un cuidado diligente si la decisión tomada por el obispo ha
seguido las reglas establecidas por el derecho canónico y si responde a motivos
serios, especialmente cuando la decisión es sobre una iglesia que no se podrá
utilizar nunca más para el culto divino.
Hay una figura importante que es el Diaconado permanente, el cual fue
retomado de la tradicion de la Iglesia por el Concilio Vaticano II. A los 50
años de este acontecimiento, ¿cuál es la evaluacion de su Dicasterio sobre los
pros y los contras de este ministerio consagrado?
--Arzobispo Morga: La Congregación para el Clero, a propósito del 50
aniversario del Concilio Vaticano II, viene promoviendo en los ámbitos de su
competencia una investigación sobre el Diaconado permanente. Vamos a evaluar
durante este año las respuestas de los obispos, y así poder tomar las mejores
medidas para la formación y el ministerio de los diáconos permanentes. A la luz
de la experiencia del Dicasterio, puedo decir que cuando la formación y las
ordenaciones se hacen siguiendo las indicaciones establecidas por la Iglesia,
el resultado es positivo. Otra cosa es cuando entran en juego distintas
motivaciones de tipo ideológico, que no son buenos consejeros para tomar
decisiones en este campo.
Tenemos ya un nuevo doctor de la Iglesia Universal, que es san Juan de
Ávila, también patrono del clero español. ¿Cuál es el centro de su mensaje para
los presbiteros de hoy?
--Arzobispo Morga: San Juan de Ávila es el sacerdote que intentaba
describir antes: enormemente enamorado de Cristo, con fe total en el evangelio
y por lo tanto, lleno de iniciativas y celo apostólico. Un presbítero del
Concilio y del postconcilio de Trento, que bien puede ser un modelo para el
presbítero del Concilio y del postconcilio Vaticano II.
Finalmente, nuestra agencia ZENIT cumple 15 años... ¿Podría darnos un
mensaje para los lectores?
--Arzobispo Morga: ¡Felicidades! Me gustaría enviarles un
mensaje de amor a la Iglesia y de servicio a la nueva evangelización, a través
de la comunicación social. Siempre con un amor auténtico por la verdad en la
información; siempre con la confianza y la esperanza en el hombre redimido por
Cristo y llamado a la dignidad de hijo de Dios y heredero de la alegría eterna