CARTAS – Teresa del Niño Jesús 95
Julio-agosto (?) de 1889
J.M.J.T. Jesús + Querido cordero, deja que bale un poco tu pobre corderito... ¡El cordero me hizo mucho bien el domingo...! Hay sobre todo una frase que fue luminosa para mí. Era ésta: «Callemos la palabra que pudiera enaltecernos». Es verdad, hay que guardarlo todo para Jesús con celoso cuidado... Cordero querido, ¡cuánto bien hace trabajar sólo por Jesús, absolutamente SÓLO por él...! ¡Cómo se llena entonces el corazón y qué ligero se siente...! Benoní1 de Jesús, reza por el pobre granito de arena. Que el grano de arena se mantenga siempre en su lugar, es decir bajo los pies de todos; que nadie piense en él; que su existencia sea, por decirlo así, ignorada. El grano de arena no desea ser humillado, eso sería todavía (1vº) demasiado glorioso, pues los demás se sentirían obligados a ocuparse de él. Tan sólo desea una cosa: ¡ser OLVIDADO, ser tenido en nada...!2. Pero desea ser visto por Jesús. Si las miradas de las criaturas no pueden abajarse hasta él, que al menos la Faz ensangrentada de Jesús3 se vuelva hacia él... No desea más que una mirada, ¡una sola mirada...! Si a un grano de arena le fuese posible consolar a Jesús, enjugar sus lágrimas4, ¡aquí hay uno que quisiera hacerlo...! Que Jesús tome al pobre grano de arena y lo esconda en su Faz adorable... Allí el pobre átomo nada tendrá ya que temer, estará seguro de no volver a pecar... (2rº) El grano de arena quiere a toda costa salvar almas, y Jesús tiene que concederle esta gracia... Pequeña Verónica, ¡pide para mí esta gracia a la Faz luminosa de Jesús...! Sí, la Faz de Jesús luminosa; pero si aun en medio de las heridas y de las lágrimas es ya tan hermosa, ¿qué será cuando la veamos en el cielo...?
¡Ah, el cielo..., el cielo...! Sí, para ver un día la Faz de Jesús, para contemplar eternamente (2vº) la maravillosa belleza de Jesús, el pobre grano de arena desea ser despreciado en la tierra...
Cordero querido, pide a Jesús que su grano de arena se apresure a salvar muchas almas en poco tiempo para volar más rápidamente hacia su Faz adorada...
¡Sufro...! Pero la esperanza de la patria me da ánimos: ¡pronto estaremos en el cielo...! Allí no habrá ya ni día ni noche, sino que la Faz de Jesús hará que reine una luz sin igual...
Cordero querido, comprende al grano de arena. El no sabe lo que ha dicho esta noche, pero a buen seguro que no tenía intención de escribir ni una sola palabra de todo lo que ha garabateado...
NOTAS Cta 95
1 (Teresa escribe «Belloni»: N. del T.,) deformación de Benoní, cf Gen 35, 18.
2 Im I, 2, 3. Cf Ms A 71rº.
3 Cf la estampa que Teresa dará a Celina para su santo (Cta 98).
4 Cf Cta 94 y 98; Ms A 71rº.
J.M.J.T. 15 de octubre de 1889 Jesús + Querida Celina: ¡Si supieras qué hondo le has llegado al corazón de tu Teresa...! Tus macetas1 son realmente PRECIOSAS, ¡NO SABES cómo me han gustado...! Celina, tu carta me ha gustado mucho, muchísimo. He sentido hasta qué punto nuestras almas están hechas para comprenderse, para marchar por el mismo camino... La vida... Es cierto que, para nosotras, no tiene ya el menor encanto... Pero me equivoco: es verdad, (1vº) los atractivos del mundo se han desvanecido para nosotras, pero eso es humo..., y nos queda la realidad. Sí, la vida es un tesoro..., cada instante es una eternidad, una eternidad de gozo para el cielo2: ¡una eternidad ver a Dios cara a cara3 y ser una sola cosa con él...! No hay más que Jesús, todo lo demás no existe... Amémosle, pues hasta la locura, salvémosle almas. Sí, Celina, siento que Jesús nos pide a nosotras dos que apaguemos su sed dándole almas, sobre todo almas de sacerdotes. (2rº) Siento que Jesús quiere que yo te diga esto, porque nuestra misión es olvidarnos de nosotras mismas, anonadarnos..., ¡somos tan poca cosa...! Y no obstante, Jesús quiere que la salvación de las almas dependa de nuestros sacrificios y de nuestro amor. Él nos mendiga almas. ¡Comprendamos su mirada!, ¡son tan pocos los que saben comprenderla! Jesús nos concede la gracia insigne de instruirnos él mismo, de revelarnos una luz escondida... Celina..., la vida será corta, la eternidad sin fin... Hagamos de nuestra
vida un sacrificio continuado, un martirio de amor, para consolar a (2vº) Jesús. El no quiere más que una mirada, un suspiro, ¡pero una mirada y un suspiro que sean
sólo para él...! Que todos los instantes de nuestra vida sean sólo para él. Que las criaturas sólo nos rocen al pasar...
Sólo tenemos que hacer una cosa durante la noche, la única noche de la vida, que no vendrá más que una vez: amar, amar a Jesús, con todas las fuerzas de nuestro corazón y salvarle almas para que sea amado... ¡Sí, hacer amar a Jesús! Celina, ¡qué a gusto hablo contigo...! Es como si hablase con mi propia alma... Celina, me parece que a ti te lo puedo decir todo...
(Gracias de nuevo por tus lindas macetas. El Niño Jesús tiene un aire radiante por estar tan bien adornado.)
Sor Teresa del Niño Jesús de la Sta. Faz nov. carm. ind.
NOTAS Cta 96
1 Una macetas para estatua del Niño Jesús.
2 P. d'Argentan, op. cit., II, p. 13.
3 Cf CG I, p. 505+c.
J.M.J.T. 15 de octubre de 1889 Jesús + Querida tía: ¡Imposible decirle cómo me emocionaron sus golosinas..! Pido a mi santa patrona que se lo agradezca ella, colmándola de todos sus dones, lo mismo que a mi tío querido. Le encomiendo que dé las gracias de mi parte a mis hermanitas Juana y María por los preciosos ramos de flores y por esas uvas tan deliciosas. (1vº) He tenido que interrumpir la carta por la llegada de un nuevo regalo: dos magníficas plantas para el Niño Jesús... Realmente, me siento abrumada, me sentiría avergonzada si todo eso no fuese para adornar el altar del Niño Jesús. Él, sin duda alguna, se encargará de pagar la deuda que tengo contraída con mis queridos parientes. Desconozco el nombre de la persona que hace este atento regalo al Jesús de Teresa... Si usted la conoce, querida tía, exprésele, por favor, mi gratitud... Querida tía, ¡con cuánto fervor pido (2rº) hoy a santa Teresa que le devuelva el céntuplo de todo lo que hace por nosotras! Celina, en su carta de felicitación, me habla de todas sus bondades para con ella; me ha llegado muy al alma, pero no me ha sorprendido, pues conozco todas las delicadezas maternales que usted tiene con nosotras. Querida tía, tengo el corazón muy lleno de dulces cosas que quisiera decirle una y mil veces, pero tengo que dejarla para ir a Vísperas.
Le mando mis mejores besos, lo mismo que a mi tío y a mis cuatro hermanitas1.
Su hijita enormemente agradecida, Sor Teresa del Niño Jesús nov. carm. ind.
NOTAS Cta 97
1 Sus dos hermanas, Leonia y Celina, y sus dos primas Guérin.
J.M.J.T. El Carmelo, 22 de octubre de 1889 Jesús + Mi querida Celina: ¡Si supieras la pena que tengo al pensar que he dejado pasar el 21 sin felicitar el santo a mi Celina..! ¿Habrá dudado Celina del corazón de su Teresa...? Y sin embargo, hacía mucho tiempo que pensaba en esa fiesta tan querida; pero la vida del Carmelo es tan eremítica, que la pobre solitaria nunca sabe en qué día vive... Celina, este olvido me ha dolido en el alma. Pero, ya ves, pienso que este año Jesús ha querido que nuestro santo sea el mismo día: ¿no es hoy la octava de santa Teresa? Sí, Celina, santa Teresa es también tu patrona, pues tú eres ya su hija querida... ¿Sabes una cosa? Esta pena que tengo hoy, yo la miro como algo dispuesto por Jesús. Porque él se complace en sembrar así de pequeñas penas nuestra vida... Te envío una hermosa estampa de la Santa Faz que nuestra querida Madre me dio hace algún tiempo. Creo que le cuadra tan bien a María de la Santa Faz1, (vº) que no puedo guardarla para mí. Hace ya mucho tiempo que pensaba regalársela a mi Celina..., a mi Celina del alma... Que María de la Santa Faz sea otra Verónica que enjugue toda la sangre y las lágrimas de Jesús, su único amado; que le gane almas, sobre todo las almas que ella ama2; que se empeñe con toda el alma en desafiar a los soldados, es decir al mundo, para llegar hasta Él... ¡Qué feliz será cuando un día pueda contemplar en la gloria la bebida misteriosa con que habrá apagado la sed de su Prometido celestial, cuando vea que sus labios, antes resecos, se abren para decirle la palabra única y eterna del amor..., el gracias que no tendrá fin...! Hasta pronto, pequeña Verónica del alma. Mañana, sin duda, el Amado nos pedirá un nuevo sacrificio, un nuevo alivio para su sed. Pero ¿qué importa? Muramos con él... Felicidades, Celina querida... Tu pobre hermanita, Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz nov. carm. ind. (vºtv) No te olvides de coger una florecita-Celina3, es mi corazón quien te la ofrece...
NOTAS Cta 98
1 Nombre dado espontáneamente por Teresa a Celina. Cf Cta 149, 174 y 183; Or 12, infra, n. 1.
2 Las almas de los sacerdotes.
3 El áster, que florece en octubre. Cf Cta 124 y 132.
J.M.J.T. El Carmelo, 18 nov. de 1889 ¡Jesús...! Querida tiíta: ¡Cómo pasa el tiempo...! Hace ya dos años que le enviaba desde Roma mi felicitación para su santo1, y sin embargo me parece que fue ayer. Durante estos dos años han pasado muchas cosas y Dios me ha concedido grandes gracias... También nos ha visitado con su cruz, (1vº), y al mismo tiempo nos ha revelado toda la ternura que había encerrado en el corazón de nuestra querida tía... ¡Cuántos recuerdos para mí en esta fecha del 19 de noviembre! ¡Qué alegría cuando veía llegar ese momento...! Y con la misma alegría de siempre, vengo hoy a decirle una vez más a mi tía querida todos los votos que formulo para ella. Pero digo mal: no voy a perder el tiempo enumerándolos, pues creo que un volumen entero (2rº) no me bastaría... ¡Si supiese, querida tiíta, cuánto va a rezar por usted esta su hija el día de su santo! Pero soy tan imperfecta, que no creo que mis pobres oraciones tengan mucho valor; pero hay mendigos que, a fuerza de importunar, consiguen los que desean. Yo haré como ellos, y Dios no podrá despedirme con las manos vacías... Están dando las cuatro y tengo que dejarla, mi (2vº) querida tiíta, pero le aseguro que mi corazón se queda junto a usted. Le pido, querida tiíta, que dé mis saludos a la señora Fournet2, pues no olvido que también es su santo. Ni que decir tiene que abrazo con todo el corazón a mi querido tío y a mis queridas hermanitas. Para usted, querida tía, le mando el mejor beso del corazón de la menor de sus siete hijitas, Sor Teresa del Niño Jesús nov. carm. ind.
NOTAS Cta 99
1 Cta 32.
2 Madre de la señora de Guérin.
J.M.J.T. 30 de diciembre de 1889 Jesús + Queridos tíos: También vuestro benjamín quiere felicitaros, a su vez, el año nuevo... Igual que cada día tiene su última hora, así también cada año ve llegar su última noche. Y en la noche de este año me (1vº) siento llevada a echar una mirada sobre el pasado y sobre el futuro. Mirando al tiempo que acaba de pasar, creo que tengo que dar gracias a Dios, pues si su mano nos ha presentado un cáliz de amargura, su corazón divino ha sabido sostenernos en la prueba y nos ha dada la fuerza necesaria para beber su cáliz hasta las heces... ¿Qué nos reserva para el año que va a empezar...? No me es dado penetrar este misterio, pero pido (2rº) a Dios que recompense al ciento por uno a mis familiares queridos por todas las conmovedoras bondades que tienen con nosotras... El primer día del año es para mí todo un mundo de recuerdos... Aún veo a papá llenándonos de caricias... ¡Era tan bueno...! ¿Pero a qué evocar esos recuerdos? Nuestro padre querido ha recibido ya la recompensa de sus virtudes: Dios le ha enviado una prueba digna de él. Están dando las nueve, (2vº) y tengo que terminar esta carta sin haber dicho nada de lo que hubiera debido. Espero que mis queridos parientes perdonarán a su Teresita, y sobre todo que sabrán disculpar su letra, que no hay quien la lea... ¡Feliz Año Nuevo a mis queridas hermanitas...! Sobre todo, que María se ponga buena muy pronto. Me enfadaré con ella si la GRIPE le impide venir a vernos... Adiós, queridos tíos, su hijita les desea un feliz Año Nuevo y les abraza con todo su corazón, Sor Teresa del Niño Jesús nov. carm. ind.
J.M.J.T.
31 de diciembre de 1889
Querida Celina: ¡Mi último adiós de este año va a ser para ti...! ¡Dentro de unas horas habrá pasado ya para siempre..., pertenecerá a la eternidad...!
Como mi Celina ya está acostada1, me toca a mí ir a su encuentro para desearle un feliz Año Nuevo...
¿Te acuerdas de otros tiempos...? (1vº) El año que acaba de pasar ha sido bueno; sí, ha sido un año precioso para el cielo. ¡Ojalá que el que le sigue se le pueda parecer...!
Celina, no me extraña verte en la cama después de un año así. Al final de un día como ése, ¡hay mucho de qué descansar...! ¿Me comprendes...? ¡¡¡Tal vez el año que va a comenzar sea el último!!! ¡Aprovechémonos, aprovechemos sus (2rº) más breves momentos, hagamos como los avaros, vivamos celosas de los más pequeños detalles por el Amado...!
Nuestro último día del año es muy triste esta vez... Con el corazón lleno de recuerdos, quiero velar a la espera de la media noche... Lo evoco todo... Ahora somos huérfanas2, pero podemos decir con amor: «Padre nuestro, que estás en el cielo»3. ¡Sí, nos queda todavía el único todo de nuestras almas...! (2vº) ¡Un año más que ha pasado...! ¡Celina!, ha pasado, pasado, y ya no volverá más. Como ha pasado este año pasará también nuestra vida, y pronto podremos decir también de ella: «Ha pasado». ¡No perdamos el tiempo, pronto la eternidad brillará para nosotras...!
Celina, si quieres, convirtamos almas. ¡Tenemos que forjar este año muchos sacerdotes que sepan amar a Jesús...!, ¡que le toquen con la misma delicadeza con que le tocaba María en la cuna...!3.
Tu hermanita, Sor Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz nov. carm. ind.
(2vºtv) Deseo también un feliz año nuevo a Loló4, pero creo que la veré... (1rºtv)
Da un montón de gracias a mis tíos y diles que sus regalos me han llegado muy a lo hondo del alma. Dales también muchas gracias a Juana y a María, que son realmente demasiado bondadosas.
NOTAS Cta 101
1 Teresa escribe después de Maitines, antes de la hora santa, de once a doce de la noche, que las carmelitas pasaban ante el sagrario la víspera del primer día del año.
2 Ya apenas existe posibilidad de comunicación entre el señor Martin y sus hijas, debido a su estado mental.
3 Cf Prière à Jésus Prêtre et Hostie, de Th. Durnerin (CG pp. 516s); véase también RP 2, 7vº y Or 8.
4 Leonia.
27 de abril de 1890
J.M.J.T.
Jesús +
Querida Celina: Yo que me las prometía felices con la idea de escribirte una larga carta para tus 21 años, apenas tengo unos momentos para ello...
Celina, ¿pensabas que tu Teresa podía olvidarse del 28 de abril...? Celina, mi corazón está lleno de recuerdos..., me parece que hace siglos que te quiero y sin embargo aún no hace 21 años... Pero ahora tengo la eternidad por delante... Celina, la lira de mi corazón cantará para ti el 28, tu nombre resonará repetidamente en los oídos de mi Jesús... Y ya que nuestro corazón es SOLO UNO, ¡démoselo todo entero a Jesús! Tenemos que caminar siempre juntas, ¡pues Jesús no puede habitar en medio corazón...! Pídele que tu Teresa no se quede atrás... (vº) Al ver la estampa de la Santa Faz1, los ojos se me han llenado de lágrimas, ¿no es ésa la imagen de nuestra familia? Sí, nuestra imagen es un ramo de lirios, y el Lirio sin nombre2 está en medio, y está como rey, y nos hace compartir los honores de su realeza. Su sangre divina rocía nuestras corolas, y sus espinas, al desgarrarnos, exhalan el perfume de nuestro amor. Adiós, Celina, vienen a interrumpir nuestra charla. Compréndelo todo. Teresa.
NOTAS Cta 102 2 Una miniatura en pergamino, pintada por sor Inés a petición de Celina: un lienzo de la Verónica sostenido por una rama de nueve lirios. 2 Jesús.
4 (?) de mayo de 1890
J.M.J.T. Jesús + Corderito querido, mi corazón te sigue a la soledad1. ¿Sabes, «alondra ligera», que tienes un hilo atado a tu pata y que, por alto que subas, tendrás que arrastrar tu carga...? Pero un grano de arena no pesa mucho, y, además, será más ligero si así se lo pides a Jesús... ¡Y cómo desea ser reducido a la nada, ser ignorado por todas las criaturas! El pobrecito no desea ya nada, nada más que el OLVIDO...2; ni siquiera el desprecio o las injurias, pues eso sería demasiado glorioso para un grano de arena. Si lo despreciasen, tendrían que verlo. (vº) ¡Pero el OLVIDO...! Sí, deseo ser olvidada, y no sólo por las criaturas sino también por mí misma. Quisiera ser reducida a la nada de tal modo, que no tuviera ya ningún deseo... La gloria de mi Jesús, ¡sólo eso! La mía, a él se la entrego. Y si parece olvidarme, pues bien, es muy libre de hacerlo, pues yo ya no soy mía sino suya... ¡Antes se cansará él de hacerme esperar que yo de esperarlo a él3...! Cordero querido, ¿me comprendes...? Compréndelo todo, incluso lo que no logra expresar mi corazón. Tú, que eres una antorcha luminosa que Jesús me ha dado para alumbrar mis pasos por los senderos tenebrosos del exilio, compadécete (vºtv) de mi debilidad y escóndeme bajo tu velo4 para que participe de tu luz... Dile a Jesús que me mire, que sus dondiegos5 penetren con sus rayos luminosos el corazón del grano de arena. Y, si no es demasiado, pídele también que la Flor de las flores entreabra su corola y que el sonido melodioso que sale de ella haga vibrar
en mi corazón sus misteriosas enseñanzas...
Cordero querido, ¡no olvides al grano de arena...!
NOTAS Cta 103
1 Sor Inés de Jesús está haciendo desde el 1 de mayo unos ejercicios espirituales de diez días.
2 Cf Cta 95 y Or 2.
3 Probable alusión al aplazamiento de la profesión de Teresa.
4 Cf Cta 56, n.1.
5 «Belle de nuit», escribe Teresa, aludiendo a los ojos divinos de Jesús.
«Dondiego: Planta exótica de la familia de las nictagináceas ... Es originaria del Perú y se cultiva en nuestros jardines por la abundancia de sus fragantes flores, que se abren al anochecer y se cierran al salir el Sol» (Dicc. de la Lengua Española, de la Real Academia). N. del T.
5-6 de mayo de 1890
J.M.J.T. Gracias por tu carta2. ¡Sí, gracias...! (rº) No me sorprende que no tengas consuelo, pues Jesús es tan poco consolado que es feliz al encontrar un alma en la que pueda descansar sin cumplidos... ¡Qué orgullosa me siento de ser tu hermana! Y también tu hijita, ya que fuiste tú quien me enseñó a amar a Jesús y a buscarlo sólo a él. (rº) (...) y a menospreciar a todas las criaturas... De Celina no sé más que tú, e incluso menos, pues no sabía que lo está pasando mal3; si no es en (...) (vº) molesto. Celina nos habló de nuestro pobre papaíto y ha señalado que es (...) nos (...) de Juana. Nos dijo también que rezáramos mucho por Leonia, pues lo está pasando mal a causa de su enfermedad4; creo que a mi tío le parece peligroso pues lo tiene hinchado todo alrededor. Celina nos ha hablado de nuestro pobre papaíto, e indica que fue el sábado, día de la Invención de la Santa Cruz, cuando también nosotras encontramos nuestra cruz. Leonia estaba allí. Espera obtener la curación en la Santa Faz5 o en Lourdes. Bajará a la piscina. ¡Pobre Leonia! Fue muy buena: quería privarse de venir al locutorio por complacer a Celina. .. Como tocaron a Vísperas, me marché. No sé cuándo llegarán a Tours, pero creo que la semana que viene estarán en Lourdes. Hay que escribir el lunes o el martes antes del mediodía para que la carta llegue el sábado. ¡Ah, qué destierro es la tierra...! No debemos buscar en ella apoyo alguno fuera de Jesús, pues sólo él es inmutable. ¡Qué dicha pensar que él no puede cambiar...!
¡Qué alegría para nuestro corazón pensar que nuestra familia ama tan tiernamente a Jesús! Ese pensamiento me produce siempre gran consuelo: ¿no es nuestra familia una familia virginal, una familia de lirios...6? Pídele a Jesús que el más pequeño, que el último de todos, no sea el último en amarlo con toda su capacidad de amor...
NOTAS Cta 104 1 Sólo quedan algunos fragmentos autógrafos de este billete. El resto del texto ha sido establecido de acuerdo a la Copia del Proceso de los Escritos y a la edición de 1948; cf CG p. 528s, notas a, d, e, h. 2 He aquí el texto completo de ese billete: «Mi querido granito de arena, ¡no digas que yo soy tu antorcha! ¡Si supieses qué tinieblas! Pide mucho por mí, no me encuentro turbada, sino ¡sin un solo rayo de luz! Es como un cielo sin tormentas, sin relámpagos, pero cubierto de nubes... ¡Ni una estrella! ¿Y sabes lo que es un cielo sin estrellas? «En el pie de la Cruz del P. Faber he leído que Nuestro Señor, la noche de la Pasión, fue tan maltratado por sus enemigos, que, sobre todo, las bofetadas que recibió fueron tan violentas, que luego le costaba trabajo abrir sus bellos ojos de lo dolorosa que le resultaba la luz del día... Granito de arena, en este amargo detalle encuentro yo un poco de consuelo: si nada brillante puede dar en los ojos lastimados de Jesús sin hacerlo sufrir, podrá muy bien pasearse por entre mis tinieblas sin demasiado sufrimiento... Querido granito de arena, tú estás muy cerca de mí; recordémonos las dos que en la tierra no puede haber más que sufrimiento para los que aman y buscan ardientemente el dulce Rostro de Jesús sufriente... ¡No seamos tan cobardes que queramos gozar llevando un amor tan grande en el corazón...! «Pero, Dios mío, ¡qué dulce será la Patria después de este destierro de luchas y de lágrimas! ¡Qué felicidad nos aguarda! ¡Qué esperanza la nuestra! ¡Contemplar la gran Visión de la eternidad iluminada, no por las antorchas de este mundo, sino por el Cordero divino! «Dame noticias de Celina. Nuestra Madre me dice que está sufriendo mucho. Y el itinerario del viaje. ¿Qué día llegan a Lourdes? ¿Y a la Santa Faz? ¿No es mañana?» (De sor Inés, LC 127, 5/5/1890). 3 Celina presenta algunos problemas cardíacos. 4 Sin duda el eccema que Leonia padece desde la infancia. 5 En el Oratorio de la Santa Faz, en Tours. 6 Cf Cta 102, n. 1; Ms A 3vº/4rº.
10 de mayo de 1890
J.M.J.T.
Jesús +
Querida Celina:
¿Estás contenta del viaje...? Espero que la Santísima Virgen te colme de sus gracias; si no son gracias de consuelo, serán sin duda gracias de luz... ¡Y la Santa Faz1...! ¿Sabes, Celina, que es una gracia muy grande el visitar todos esos lugares benditos...? Mi corazón querría seguirte (1vº) a todas partes, pero, ¡ay!, no conozco el itinerario del viaje; incluso pensaba que no estaríais en Lourdes hasta la semana que viene. Celina, debes disfrutar mucho contemplando la hermosura de la naturaleza, las montañas..., los ríos plateados, ¡todo eso es tan grandioso, tan a propósito para elevar nuestras almas...! ¡Sí, hermanita querida!, despeguémonos de la tierra, volemos a la montaña del amor donde se encuentra el hermoso Lirio de nuestras almas... ¡Despeguémonos (2rº) de los consuelos de Jesús para adherirnos sólo a Él...! ¿Y la Santísima Virgen? Celina, escóndete a la sombra de su manto virginal para que ella te virginice... ¡Es tan blanca y tan hermosa la pureza...! ¡Dichosos los corazones puros, porque ellos verán a Dios...! Sí, le verán incluso en la tierra, donde nada es puro, pero donde todas las criaturas se vuelven límpidas cuando se las mira a través de la Faz del más bello y más blanco de los lirios2... (2vº) Celina, los corazones puros están a veces rodeados de espinas..., viven con frecuencia en tinieblas. Entonces esos lirios creen haber perdido su blancura, piensan que las espinas que los rodean han llegado a desgarrar su corola... ¿Entiendes, Celina...? Los lirios entre espinas son los predilectos de Jesús, ¡en medio de ellos encuentra él sus delicias...! ¡Dichoso el que ha sido hallado digno de sufrir la tentación!
T. del Niño Jesús de la santa Faznov. carm. ind. (2vºtv) Hubiera querido escribir a mi querida Leonia, pero me es imposible por falta de tiempo. Dile que rezo mucho por ella y que pienso mucho en mi madrina querida3. Pensaba escribir también a Mariíta, pero no puedo; pido mucho a la Santísima Virgen que haga de ella un pequeño lirio que piense mucho en Jesús y se abandone, con todas sus miserias, en manos de la obediencia4... No me olvido de mi Juana... (1rºtv) No hemos recibido nada del Canadá5. Sor Inés de Jesús no puede escribir, debido a su retiro. Si no has comprado nada para nuestra Madre, podrías traerle una Virgen de Lourdes sin pintar, de 4 ó 5 francos.
NOTAS Cta 105
1 En Tours.
2 Alusión a la estampa mencionada en Cta 102.
3 Madrina de confirmación, cf Ms A 37rº.
4 Alusión a los escrúpulos de María Guérin. Cf Cta 92 y 93.
5 Del P. Pichon.
10 de mayo de 1890
J.M.J.T. Jesús + Cordero querido, un día más1 y volverás a luchar en la llanura... Y el pobre corderito volverá a encontrar por fin a su mamá... ¡Qué feliz soy de estar para siempre prisionera en el Carmelo!2.No tengo ganas de ir a Lourdes para tener éxtasis, (vº) ¡prefiero «la monotonía del sacrificio»! ¡Qué dicha estar tan bien escondida que nadie piense en ti..., ser desconocida incluso de las personas que viven con nosotras...! Cordero querido, ¡cuántas gracias doy a Jesús por haberme puesto en tus manos, por hacer que tú comprendas tan bien a mi alma...! No acierto a decirte todo lo que pienso. ¡Ah, el CIELO! Allí, una sola (vºtv) mirada, ¡y todo estará dicho y comprendido...! El silencio. Ese es el único lenguaje que puede decirte todo lo que pasa dentro de mi alma...
NOTAS Cta 106
1 Sor Inés salía de ejercicios en la mañana del 12 de mayo.
2 Cf Ms A 58rº, 67rº, 81vº; PN 18, 32; Cta 201; Or 17.
19-20 de mayo de 1890
J.M.J.T.
Mayo de 1890
Jesús +
Celinita querida: Me han encargado que te escriba unas letras para decirte que no vengas a darnos noticias de papá durante el retiro de Pentecostés. Si pudieras escribirnos unas letras, sería un lindo detalle, y luego podrías venir (1vº) a vernos el lunes1.
Celina querida, me alegro mucho de que me hayan encomendado esta misión, pues necesito decirte que creo que Dios te ama enormemente y te trata como a una privilegiada... Sí, realmente puedes decir que tu recompensa es grande en el cielo, pues está escrito: «Dichosos vosotros cuando os persigan y os calumnien de cualquier modo». (2rº) Así que alégrate y salta de alegría... Celina, ¡qué privilegio ser desconocida en la tierra...! Los pensamientos de Dios no son nuestros pensamientos. Si lo fuesen, toda nuestra vida sólo sería un himno de gratitud...
Celina, ¿crees que santa Teresa recibió más gracias que tú...? Yo no te diría (2vº) que te fijaras en su santidad seráfica, sino que ¡seas perfecta como tu Padre celestial es perfecto2...! Sí, Celina, nuestros deseos infinitos3 no son sueños ni quimeras, ya que Jesús mismo nos ha dado este mandamiento4... Celina, ¿no te parece que ya no nos queda nada en la tierra? Jesús quiere hacernos beber su cáliz hasta las heces dejando a nuestro padre querido allá abajo. No le neguemos nada. ¡Tiene tanta necesidad de amor y está tan sediento, que espera de nosotras esa gota de agua que pueda refrescarlo...! Demos sin medida, (2vºtv) un día él dirá: «Ahora me toca a mí»5. Dale muchísimas gracias a mi querida Mariíta por su precioso ramo de rosas; dile que se lo ofrezco a Jesús de su parte y que a cambio le pido que adorne su alma con tantas virtudes como capullos de rosas hay en él... Tu hermanita, Teresa del Niño Jesús de la Santa Faz nov. carm. ind.
NOTAS Cta 107 1 El 26 de mayo. 2 Cf Im I, 17, Réflexions. 3 Cf RP 2, 6vº; Or 6. 4 Cf CG p. 533s. 5 Cf Cta 57, n. 5.
J.M.J.T. El Carmelo, 18 de julio de 1890 Jesús... + Celina querida: ¡Si supieras lo mucho que tu carta ha hablado a mi alma...! ¡La alegría inundaba mi corazón como un océano inmenso...! Celina, todo lo que te tengo que decir tú ya lo sabes, porque tú eres yo misma... Te mando una hoja1 que ha hablado mucho mucho a mi alma; me parece que la tuya se va a abismar también en ella... Celina, hace ya tanto tiempo..., y ya entonces el alma del profeta Isaías se abismaba como la nuestra en las BELLEZAS ESCONDIDAS de Jesús... Celina, cuando leo estas cosas, me pregunto: ¿qué es el tiempo...? El tiempo no es más que un espejismo, un sueño... ¡Dios nos ve ya en la gloria y SE GOZA de nuestra bienaventuranza eterna...! ¡Cuánto bien hace a mi alma este pensamiento! Comprendo entonces por qué Dios no regatea con nosotros... Sabe que nosotras le entendemos, y nos trata como a sus amigos, como a sus esposas más queridas... Celina, ya que Jesús ha estado «solo pisando el vino» que nos da a beber, no nos neguemos nosotras a llevar los vestidos teñidos (1vº) de sangre..., pisemos para Jesús un vino nuevo que apague su sed, que le devuelva amor por amor. No nos guardemos ni una sola gota del vino que podamos ofrecerle..., y entonces él, mirando a su alrededor, verá que nosotras venimos a ayudarle...
Su rostro estaba como escondido... Celina, hoy también lo sigue estando, pues ¿quién comprende las lágrimas de Jesús...? Celina querida, hagamos de nuestro corazón un pequeño sagrario donde Jesús pueda refugiarse. Así, él se verá consolado y olvidará lo que nosotras no podemos olvidar: «la ingratitud de las almas que lo abandonan en un sagrario desierto...»2. «Ábreme, hermana mía, esposa mía, que tengo la cabeza cubierta de rocío y mis rizos del relente de la noche» (Cantar de los Cantares). Eso es lo que Jesús nos dice al alma cuando se encuentra abandonado y olvidado. ¡El olvido, Celina! Creo que eso es lo que más pena le produce... ¡Papá...! No puedo, Celina, decirte todo lo que pienso, sería demasiado largo, y además ¿cómo decir ciertas cosas que el mismo pensamiento apenas puede traducir, profundidades que se encuentran en los abismos más íntimos del alma...? Jesús nos ha enviado la cruz más escogida que, en su amor inmenso, ha podido inventar... ¿Cómo quejarnos, cuando él mismo fue considerado como un hombre herido por Dios y humillado...? El hechizo divino3 hechiza mi alma y la consuela de una forma maravillosa en todos los momentos del día. ¡Qué sonrisas, las lágrimas de Jesús...! (1vºtv) Da a todos un abrazo de mi parte, y diles todo lo que se te ocurra... Me acuerdo mucho de mi Leonia querida, de mi querida salesa4. Dile a María del Santísimo Sacramento5 que Jesús le pide mucho amor, que espera de ella la reparación de las frialdades que recibe, ¡su corazón ha de ser una hoguera donde Jesús pueda calentarse...! ¡Tiene que olvidarse por completo de sí misma, para no pensar más que en él...! Celina, oremos por los sacerdotes, ¡sí, oremos por ellos! Consagrémosles nuestras vidas. Jesús me hace sentir a diario que espera esto de nosotras dos.
(2rº)
J.M.J.T. Del profeta Isaías (cap. 53)7 ¿Quién creyó nuestro anuncio?, ¿a quién se reveló el brazo del Señor? El Cristo creció ante el Señor como un retoño, como raíz en tierra árida. No había en él belleza ni esplendor; lo vimos sin aspecto atrayente. Despreciado, rechazado por los hombres, como un hombre de dolores acostumbrado a sufrimientos... Su rostro estaba como escondido... Parecía despreciable y no lo reconocimos. Él soportó nuestros sufrimientos y cargó con nuestros dolores. Nosotros lo tuvimos por leproso, herido de Dios y humillado... Pero él fue traspasado por nuestras rebeliones, triturado por nuestros crímenes. El castigo que nos iba a traer la paz cayó sobre él, sus cicatrices nos curaron. Capítulo 538 ¿Quién es ese que viene de Edóm y de Bosrá, con vestidos teñidos de rojo...? ¿Quién es ese que resplandece por la hermosura de sus vestidos y que camina con una fuerza todopoderosa...? Soy yo, y mi palabra es palabra de (2vº) justicia, y vengo para defender y para salvar. ¿Por qué están rojos tus vestidos, y tu ropa como la de los que pisan el vino en el lagar? Yo solo pisé el vino, ningún pueblo me ayudó. Miré a mi alrededor, y no había nadie que me ayudase; busqué, y no hallé quien me socorriera... Esos que están vestidos con blancas vestiduras ¿quiénes son y de dónde han venido? Esos son los que vienen de la gran tribulación, los que han lavado y blanqueado sus vestiduras en la sangre del cordero. Por eso están ante el trono de Dios sirviéndole día y noche...9 Mi amado es un ramillete de mirra, descansará sobre mi corazón... Mi amado brilla por la blancura y el resplandor de su rostro, los cabellos de su cabeza se parecen a la púrpura real. Mi amado es adorable, su rostro inspira amor, y su faz inclinada me urge a darle amor por amor10. Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado, cesó todo, y dejéme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. (Fragmento de un cántico de Nuestro Padre san Juan de la Cruz11).
NOTAS Cta 108 1 Los textos extraídos de la Sagrada Escritura que le copia al final de la carta. 2 Celina acababa de escribirle: «El otro día fuimos por casualidad a una pobre iglesita. Creí que las lágrimas iban a traicionar mis sentimientos, y me costó Dios y ayuda contenerlas. Fíjate: un sagrario sin su velo, auténtico agujero negro, quizás un nido de arañas, un copón tan pobre que me pareció de cobre, ¿y qué lo recubría?, un trapo sucio que ya ni conservaba la forma de velo de un copón... En ese copón, una sola hostia. Claro, que no se necesitan más en esa parroquia: ¡ni una sola comunión durante el año, excepto por Pascua! Y luego, en estas parroquias rurales, unos sacerdotes incultos que tienen cerrada la iglesia durante todo el día; además, son viejos y sin recursos. ¡Teresa, me quedé hundida ante ese espectáculo, se me hizo jirones el alma!» (LC 129, 17/7/1890). 3 Poesía compuesta por Celina. 4 Leonia deseaba volver a la Visitación, de donde había salido en enero de 1888 tras seis meses de vida religiosa. 5 María Guérin. Cf Cta 109. En realidad, ese nombre de carmelita dejará lugar, como es sabido, al de «María de la Eucaristía». 6 Iniciales de Celina y Teresa. 7 Citado según la 1ª lectura del Oficio de las Cinco Llagas de N. S. y la 1ª lectura del oficio de los Siete Dolores de la Virgen Santísima, que entonces se celebraban los dos en cuaresma. 8 En realidad, Is 63,1-3.5, citado según la 3ª lectura del oficio de las Cinco Llagas. 9 Teresa cita las tres primeras antífonas de Laudes del oficio de la Preciosísima Sangre. 10 Cita de las antífonas 4 y 2 de Vísperas de los Siete Dolores y del primer responsorio de Maitines de esa misma fiesta.
11 Noche Oscura, canción 8. Es la primera vez que Teresa se refiere explícitamente a san Juan de la Cruz; cf CG p. 543+r.
CARTAS – Teresa del Niño Jesús 95