PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - AL CONGRESO NACIONAL MARIANO CELEBRADO EN ZARAGOZA.


1. Tierra de Maria

Porque Espana ha sido siempre, por antonomasia, la "tierra de Maria Santisima", y no hay un momento de su historia, ni un palmo de su suelo, que no estén senalados con su nombre dulcisimo. La historica catedral, el sencillo templo o la humilde ermita a Ella estan dedicadas; y si quisiéramos solamente evocar, segun se Nos vienen a las mientes, algunas de las advocaciones principales que, como piedras preciosas en manto riquisimo, son ornamento del territorio espanol: Covadonga, Begona y Montserrat; la Pena de Francia, la Fuencisla y Monsalud; la Almudena, el Sagrario y los Desamparados; Guadalupe, los Reyes y las Angustias, Nos pareceria o que estabamos recorriendo la topografia nacional o que ibamos fijando los hitos principales de la historia de Espana.

Eran pinceles espanoles los de Juan de Juanes, Zurbaran, El Greco y Murillo; y por eso rivalizaron en representarla a cual mas hermosa. Gubias y cinceles espanoles fueron los de Gregorio Hernandez, Alonso Cano, Martinez Montanés y Salzillo; y, por serlo, no pudieron menos de estar dedicados de modo especial al servicio de la Madre amantisima. Y si es un Rey Santo el que cabalga para conquistar Sevilla, ira con Nuestra Senora en el arzon; y si son proas castellanas las que, precisamente tal dia como hoy, violan el secreto de las tierras americanas, sobre una de ellas ira escrito necesariamente el nombre de "Santa Maria", ese nombre que luego el misionero y el conquistador iran dejando en la cima inaccesible, en el centro de la llanura sin fin o en el corazon de la selva impenetrable para que sea también alli fuente de gracia y de bendicion.


2. Virgen del Pilar

3. Pero entre tantas advocaciones, venerables hermanos y amados hijos, acaso ninguna para vosotros tan entranable, ni tan enraizada en vuestra carne misma como esa Virgen Santisima del Pilar que en estos instantes tenéis ante los ojos.


3. Zaragoza: "Hispanidad"

¡Y tu, oh Zaragoza, no seras ya insigne por tu privilegiada posicion, por tu cielo purisimo o por tu rica vega, "loci amoenitate, delicii praestantior civitatibus Hispaniae cunctis", como la llama el gran Isidoro de Sevilla; no lo seras por tus magnificos edificios, donde galanamente se salta, sin desentonar, de los primores mozarabes a las elegancias platerescas; no lo seras por haber oido el paso cadencioso de las legiones romanas o por el aliento indomable que te sostuvo "siempre heroica" en los heroicos Sitios; lo seras por tu tradicion cristiana, por tus obispos, Félix, en pluma de San Cipriano, "fidei cultor ac defensor civitatis"(2), San Valero y San Braulio; por Santa Engracia y los martires innumerables, a los cuales podemos anadir el santo nino, embellecido también con la purpura de su sangre, Dominguito de Val; lo seras, sobre todo, por esa columna contra la cual, rodando los siglos, como contra la roca inconmovible que, en el acantilado, desafia y doma las iras del mar, se romperan las oleadas de las herejias en el periodo gotico, las nuevas persecuciones de la dominacion arabiga y la impiedad de los tiempos nuevos, resultando asi cimiento inquebrantable, inexpugnable valladar e insuperable ornamento no solo de una nacion grande, sino también de toda una dilatada y gloriosa estirpe!

"Yo he elegido y santificado esta casa -parece decir Ella desde su Pilar- para que en ella sea invocado mi nombre y para morar en ella por siempre"(3); y toda la Hispanidad, representada ante la capilla angélica por sus airosas banderas, parece que le responde: "Y nosotros te prometemos quedar de guardia aqui para velar por tu honra, para serte siempre fieles y para incondicionalmente servirte".

Pero hoy vosotros, venerables hermanos y amados hijos, si habéis venido aqui, si os habéis reunido en todos los centros marianos de la nacion, ha sido con una intencion precisa: evocando aquella jornada inolvidable en el Cerro de los Angeles, de 1919, donde Espana se consagro al Corazon Sacratisimo de Jesus, os habéis hoy querido consagrar al de Maria, en la confianza de que, en esta hora ardua de la humanidad, Dios querra salvar al mundo por medio de aquel Corazon Inmaculado.

¡Bien merece, sin duda ninguna, hijos amadisimos, esta manifestacion de vuestra piedad el Corazon Purisimo de la Virgen, sede de aquel amor, de aquel dolor, de aquella compasion y de todos aquellos altisimos afectos que tanta parte fueron en la redencion nuestra, principalmente cuando Ella stabat iuxta Crucem, velaba en pie junto a la Cruz(4); bien lo merece aquel Corazon, simbolo de toda una vida interior, cuya perfeccion moral, cuyos méritos y virtudes escaparian a toda humana ponderacion! Y bien justo es también que lo hagais vosotros, si no fuera por otra razon, por ser la patria de San Antonio Maria Claret, apostol infatigable de esta devocion, que Nos mismo hemos elevado al honor maximo de los altares.


4. Consagracion al Inmaculado Corazon

Pero Nos creemos que hoy mas que nunca, precisamente porque las nubes cargan sobre el horizonte, precisamente porque en algunos momentos se diria que las tinieblas van borrando aun mas los caminos, precisamente porque la audacia de los ministros del averno parece que aumenta mas y mas; precisamente por eso, creemos que la humanidad entera debe correr a este puerto de salvacion, que Nos le hemos indicado como finalidad principal de este Ano Mariano, debe refugiarse en esta fortaleza, debe confiar en este Corazon dulcisimo que, para salvarnos, pide solamente oracion y penitencia, pide solamente correspondencia.

Prometédsela vosotros, hijos amadisimos de toda Espana; prometedle vivir una vida de piedad cada dia mas intensa; mas profunda y mas sincera; prometedle velar por la pureza de las costumbres, que fueron siempre honor de vuestra gente; prometedle no abrir jamas vuestras puertas a ideas y a principios que, por triste experiencia, bien sabéis a donde conducen; prometedle no permitir que se resquebraje la solidez de vuestro alcazar familiar, puntal fundamental de toda sociedad; prometedle reprimir el deseo de gozos inmoderados, la codicia de los bienes de este mundo, ponzona capaz de destruir el organismo mas robusto y mejor constituido; prometedle amar a vuestros hermanos, a todos vuestros hermanos, pero principalmente al humilde y al menesteroso, tantas veces ofendido por la ostentacion del lujo y del placer! Y Ella entonces seguira siempre siendo vuestra especial protectora.

"Ante vuestro trono, pues, oh Maria Santisima del Pilar -diremos, parafraseando las palabras por Nos mismo pronunciadas en ocasion solemnisima(5)- Nos, como Padre comun de la familia cristiana, como vicario de Aquel a quien fue dado todo poder en el cielo y en la tierra, a Vos, a vuestro Corazon Inmaculado confiamos, entregamos y consagramos no solo toda esa inmensa multitud ahi presente, sino también toda la nacion espanola, para que vuestro amor y patrocinio acelere la hora del triunfo de todo el mundo del Reino de Dios y todas las generaciones humanas, pacificadas entre si y con Dios, os proclamen bienaventurada, entonando con Vos, de un polo al otro de la tierra, el eterno Magnificat de gloria, amor y gratitud al Corazon de Jesus, unico refugio donde pueden hallarse la Verdad, la Vida y la Paz".

Que la bendicion del cielo, de la que quiere ser prenda la bendicion apostolica, descienda sobre todos vosotros: sobre nuestro dignisimo cardenal legado; sobre el jefe del Estado; sobre todos nuestros hermanos en el Episcopado ahi presentes; sobre todas las autoridades; sobre el clero, religiosos y fieles que estan en estos momentos oyéndonos y sobre toda la nacion espanola, a la que continuamente deseamos toda clase de bienes y de prosperidades.

PIUS PP XII

Notas

(1) Cf. Mt 13,16.

(2) De haeret. bapt. 6; PL 3,1066.

(3) Cf. 2 Par 7,16..

(4) Cf. Jn 19,25.

(5) Cf. Disc e Rad. 4,260.








LE TESTIMONIANZE DI OMAGGIO

Alocucion

PIO XII Resumen de las principales ideas que movieronal Pontifice a instituir la Fiesta de Maria Reina 1-11-1954


1. No es una novedad, sino antigua doctrina, remedio de males.

Los testimonios de homenaje y devocion hacia la Madre de Dios, que el universo catolico ha multiplicado en los pasados meses, han probado espléndidamente tanto en las manifestaciones publicas, como en las mas modestas acciones de la piedad privada, su amor a la Virgen Maria y la fe en sus incomparables privilegios. Pero con el fin de coronar todas estas manifestaciones con una solemnidad particularmente significativa del Ano Mariano, hemos querido instituir y celebrar la Fiesta de la Realeza de Maria.

Ninguno de vosotros, queridos hijos e hijas, se maravillara ni pensara que se haya tratado de decretar a la Virgen un nuevo titulo. ¿No repiten acaso los fieles cristianos desde hace siglos, en las Letanias Lauretanas, las invocaciones que saludan a Maria con el nombre de Reina? Y el rezo del Santo Rosario proponiendo para la piadosa meditacion la memoria de los gozos, los dolores y las glorias de la Madre de Dios, ¿no termina acaso con el recuerdo radiante de Maria recibida en el cielo por su Hijo y adornada por l con regia corona?


2. No es concepto politico sino ultraterreno pero real.

Menos aun que la de su hijo, la realeza de Maria no debe concebirse como analogica con las realidades de la vida politica moderna. Las maravillas del cielo no se pueden representar sin duda sino mediante las palabras y expresiones, aunque imperfectas, del lenguaje humano; pero esto no significa en manera alguna que, para honrar a Maria, se deba dar adhesion a una determinada forma de gobierno o a una particular estructura politica. La realeza de Maria es una realeza ultraterrena, la cual sin embargo, al mismo tiempo, penetra hasta lo mas intimo de los corazones y los toca en su profunda esencia, en aquello que tiene de espiritual y de inmortal.


3. Fundamento de su poder es la Maternidad Divina.

Los origenes de las glorias de Maria, el momento cumbre que ilumina toda su persona y su mision, es aquel en que, llena de gracia, dirigio al Arcangel Gabriel el Fiat, que manifestaba su consentimiento a la divina disposicion; de tal forma Ella se convertia en Madre de Dios y Reina, y recibia el oficio real de velar por la unidad y la paz del género humano. Por Ella tenemos la firme confianza en que la humanidad se encaminara poco a poco en esta via de salvacion; Ella guiara los jefes de las naciones y los corazones de los pueblos hacia la concordia y la caridad.


4. Revestida de poder real nos ayuda.

¿Qué podrian hacer por consiguiente los cristianos en la hora presente, en la que la unidad y la paz del mundo, y aun las fuentes mismas de la vida estan en peligro, sino volver la mirada hacia Aquella que aparece entre ellos revestida del poder real? De la misma forma que Ella envolvio en su manto al Divino Nino, primogénito de todas las criaturas y de toda la creacion (1), dignese ahora proteger a todos los hombres y a todos los pueblos con su vigilante ternura; dignese, como Sede de la Sabiduria, hacer que refulja la verdad de las palabras inspiradas, que la Iglesia aplica a Ella: "Por mi reinan los reyes y los jueces administran la justicia; por mi mandan los principes y gobiernan los soberanos de la tierra"(2). Si el mundo en la actualidad lucha sin tregua por conquistar su unidad, por asegurar la paz, la invocacion del reino de Maria es, por encima de todos los medios terrenos y de todos los designios humanos deficientes siempre de algun modo, la voz de la fe y de la esperanza cristiana, solida y segura de las promesas divinas y de las ayudas inagotables que este imperio de Maria ha difundido para la salvacion de la humanidad.


5. Otros beneficios, especialmente la decision cristiana.

Sin embargo, Nos esperamos también la inagotable bondad de la beatisima Virgen, que hoy invocamos como la real Madre del Senor, otros beneficios no menos preciosos. Ella debe no solamente aniquilar los tétricos planes y las inicuas obras de los enemigos de una humanidad unida y cristiana, sino que ha de comunicar igualmente a los hombres de hoy algo de su espiritu. Con esto nos referimos a la voluntad valiente e incluso audaz, que, en las circunstancias dificiles, de frente a los peligros y obstaculos, sabe tomar sin vacilar las resoluciones que se imponen, y procurar su ejecucion con una energia indefectible de forma que arrastre detras de sus huellas a los débiles, a los cansados, a los que dudan, a los que ya no creen en la justicia y en la nobleza de la causa que deben defender. ¿Quién no ve en que grado ha actuado Maria en si misma este espiritu y ha merecido las alabanzas debidas a la "Mujer fuerte"? Su Magnificat, este canto de alegria y de confianza invencible en la potencia divina, con la cual Ella comienza a realizar las obras, la llena de santa audacia, de una fuerza desconocida a la naturaleza.


6. Con audacia sacudan el abatimiento los dirigentes y gobernantes.

¡Como querriamos que todos aquellos que hoy tienen la responsabilidad de los asuntos publicos imitasen este luminoso ejemplo de sentimiento real! Por el contrario ¿ no se nota acaso también alguna vez en sus filas una especie de cansancio, de resignacion, de pasividad, que les impide afrontar con firmeza y perseverancia los arduos problemas del momento presente? Algunos de ellos ¿no dejan acaso que a veces los acontecimientos corran a merced de la corriente, en vez de dominarlos con una accion sana y constructiva?

¿No urge por consiguiente movilizar todas las fuerzas vivas ahora en reserva, estimular a aquellos que no tienen aun plena conciencia de la peligrosa depresion psicologica en que han caido? Si la realeza de Maria tiene un simbolo muy apropiado en la acies ordinata, en el ejército ordenado para la batalla (3), nadie querra por ello pensar ciertamente en ninguna intencion belicosa, sino unicamente en la fuerza de animo que admiramos en grado heroico en la Virgen, y que procede de la conciencia de obrar poderosamente por el orden de Dios en el mundo.

¡Ojala que nuestra invocacion a la realeza de la Madre de Dios pueda obtener para los hombres conscientes de sus responsabilidades la gracia de vencer el abatimiento y la indolencia en un momento en que nadie puede permitirse un instante de descanso cuando en tantas regiones la justa libertad esta oprimida, la verdad ofuscada por los ardides de una propaganda enganadora y las fuerzas del mal desencadenadas sobre la tierra!


7. Derrama sus bendiciones sobre todo el pueblo.

Si la realeza de Maria pude sugerir a los conductores de las naciones actitudes y consejos que corresponden a las exigencias de la hora presente, Ella no cesa de derramar sobre todos los pueblos de la tierra y sobre todas las clases sociales la abundancia de sus gracias. Después del atroz espectaculo de la Pasion al pie de la Cruz, en que habia ofrecido el mas duro de los sacrificios que se pueden pedir a una madre, Ella continuo difundiendo sobre los primeros cristianos, sus hijos adoptivos, sus cuidados maternales. Reina mas que ninguna otra por la elevacion de su alma y por la excelencia de los dones divinos, Ella no cesa de conceder todos los tesoros de su afecto y de sus dulces premuras a la misera humanidad. Lejos de estar fundado sobre las exigencias de sus derechos y de un altivo dominio, el reino de Maria no tiene mas que una aspiracion: la plena entrega de si en su mas alta y total generosidad.


8. Plegaria de Pio XII a Maria Reina.

Asi pues ejerce Maria su realeza: acogiendo nuestros homenajes y no desdenando escuchar incluso las mas humildes e imperfectas plegarias. Por esto, deseosos como estamos de interpretar los sentimientos de todo el pueblo cristiano, Nos dirigimos a la bienaventurada Virgen esta ferviente suplica:

"Desde lo hondo de esta tierra de lagrimas, en que la humanidad dolorida se arrastra trabajosamente; en medio de las olas de este nuestro mar perennemente agitado por los vientos de las pasiones; elevamos los ojos a vos, oh Maria amadisima, para reanimarnos contemplando vuestra gloria y para saludaros como Reina y Senora de los cielos y de la tierra, como reina y Senora nuestra.

Con legitimo orgullo de hijos queremos exaltar esta vuestra realeza y reconocerla como debida por la excelencia suma de todo vuestro ser, dulcisima y verdadera Madre de Aquel, que es Rey por derecho propio, por herencia y por conquista.

Reinad, Madre y Senora, senalandonos el camino de la santidad, dirigiéndonos, a fin de que nunca nos apartemos de él.

Lo mismo que ejercéis en lo alto del Cielo vuestra primacia sobre las milicias angélicas, que os aclaman como soberana suya, sobre las legiones de los Santos, que se deleitan con la contemplacion de vuestra fulgida belleza; asi también reinad sobre todo el género humano, particularmente abriendo las sendas de la fe a cuantos todavia no conocen a vuestro hijo divino.

Reinad sobre la Iglesia, que profesa y celebra vuestro suave dominio y acude a vos como a remedio seguro en medio de las adversidades de nuestros tiempos. Mas reinad especialmente sobre aquella parte de la Iglesia que esta perseguida y oprimida, dandole fortaleza para soportar las contrariedades, constancia para no ceder a injustas presiones; luz para no caer en las asechanzas del enemigo; firmeza para resistir a los ataques manifiestos y en todo momento fidelidad inquebrantable a vuestro Reino.

Reinad sobre las inteligencias, a fin de que busquen solamente la verdad; sobre las voluntades, a fin de que persigan solamente el bien; sobre los corazones a fin de que amen unicamente lo que vos misma amais.

Reinad sobre los individuos y sobre las familias, al igual que sobre las sociedades y naciones; sobre las asambleas de los poderosos, sobre los consejos de los sabios, lo mismo que sobre las sencillas aspiraciones de los humildes.

Reinad en las calles y en las plazas, en las ciudades y en las aldeas, en los valles y en las montanas, en el aire, en la tierra y en el mar; y acoged la piados plegaria de cuantos saben que vuestro reino es reino de misericordia, donde toda suplica encuentra acogida, todo dolor consuelo, toda desgracia alivio, toda enfermedad salud, y donde, como a una simple senal de vuestras suavisimas manos, de la muerte misma brota alegre vida.

Obtenednos que quienes ahora os aclaman en todas partes del mundo y os reconocen como Reina y Senora, puedan un dia en el cielo gozar de la plenitud de vuestro Hijo divino, el cual con el Padre y el Espiritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos . Asi sea".



Notas

(1) Colosenses,1,15.


2) Proverbios,8,15-16; Brev., in Comm. Fest. Mariae Virg., I Noct. Lect. 1.

(3) Off. in Assumptione B. M. V. en varios lugares.

tres




AD ECCLESIAM CHRISTI

Carta Apostolica

Pio XII


29 de junio de 1955 Sobre las necesidades de Iberoamérica

1. Amor del Papa a Iberoamérica

A la Iglesia de Cristo, que vive en los paises de Iberoamérica, tan ilustres por su fidelidad a la religion y por sus glorias nacionales, asi como por las esperanzas que ofrecen de un porvenir de mayores grandezas, se dirige hoy, con un interés igual al amor que le profesamos, Nuestro pensamiento.

Porque si a Nos, a quien por celeste designacion fue encomendado regir el rebano entero de Cristo, corresponde el cotidiano y solicito cuidado de todas las Iglesias, es muy natural que todas Nuestras miradas se vuelvan con particular insistencia a los numerosos fieles que viven en ese continente. Ellos constituyen de hecho -aun dentro de la diversidad de patrias-, unidos y hermanados por la vecindad geografica, por los vinculos de una comun civilizacion y, sobre todo, por el gran don recibido de la verdad evangélica, mas de la cuarta parte del orbe catolico: magnifica falange de hijos de la Iglesia, escuadron compacto de generosa fidelidad a las tradiciones catolicas de sus padres. Esta vision conforta nuestro animo entre las amarguras de los combates y persecuciones a que estan expuestos, en no pocas partes del mundo, el nombre cristiano y la misma fe en Dios, y el culto que se le debe.


2. Pese a ciertas vejaciones, Iberoamérica ha conservado la fe

Bien es verdad que en algunas regiones de América Latina no han faltado, aun en nuestros dias -y el recordarlo llena nuestro espiritu de pronto dolor-, luchas y vejaciones contra la Iglesia. Pero nada hasta ahora, gracias sean dadas a Dios, han logrado obscurecer en esas extensas regiones la cruz salvadora que emana de la Cruz de Cristo, que, como aurora refulgente, se elevo ahi ya en los mismos albores de su civilizacion.


3. Sus graves problemas religiosos, especialmente la escasez de clero

No debemos, sin embargo, ocultarte, Venerable Hermano, que a esta Nuestra consideracion va unida incesante una angustiosa congoja, al no ver todavia resueltos los graves y siempre crecientes problemas de la Iglesia de América latina; sobre todo, aquel que con angustia y voces de alarma ha sido justamente denunciado como el mas grave y peligroso, y que aun no ha recibido cumplida solucion: la insuficiencia de clero.

Consecuencia es de unas causas ya bastante conocidas para que sea necesario recordarlas minuciosamente. Por ello, ya en el siglo pasado y aun ahora todavia, por desgracia, no obstante los esfuerzos generados realizados para poner remedio, a la vida catolica en ese continente ofrece deficiencias cada dia mas gravemente peligrosas, a pesar de estar, sin duda alguna, profundamente arraigado en los espiritus y manifestarse, a veces, exteriormente con hechos admirables, entre los que no ha faltado ni aun el martirio, corona de héroes.


4. Consecuencias funestas de esta escasez

En efecto; donde falta al sacerdote o éste no es vaso de honor, santificado y util para el Senor, dispuesto para toda obra buena(1), se sigue, necesariamente, el oscurecimiento de la luz de la verdad religiosa, pierden vigor las leyes y preceptos de vidas dictados por la religion, languidece cada vez mas la vida de la gracia, se corrompen facilmente en relajacion e incuria las costumbres del pueblo, y se debilita tanto en la vida publica como en la privada, aquella saludable firmeza de proposito que tanto solo pueda manifestarse cuando cada cual se atiene, en todas las circunstancias, a las normas del Evangelio.


5. Hoy se agudiza el problema

Esta insuficiencia de clero secular y regular, que se nota hoy mas aguda y mas grave en relacion con los tiempos pasados, por la crecida mole actual de los problemas apostolicos de la Iglesia, impide o, al menos, retarda para los pueblos de América latina, por Nos tan queridos, de aquellos progresos que tan felizmente se realizan en no pocos otros campos.


6. Esperanza de mejoramiento para que pueda cumplir su mision

Nos, confiados en la proteccion de Dios y en el patrocinio de la Virgen Santisima, Reina de Iberoamérica, no condividimos los presagios que a algunos inspira una tal condicion de cosas, antes alimentamos en Nuestro corazon la esperanza que dentro de poco América latina pueda hallarse en condiciones de responder, con vigoroso empuje, a la vocacion apostolica que la Providencia divina parece haber asignado a ese gran continente, de ocupar un puesto preeminente en la nobilisima tarea de comunicar también a otros pueblos, en lo futuro, los ansiados dones de la salvacion y de la paz.


7. Urgencia del remedio

Para lograr el cumplimiento de estos nuestros deseos es, sin embargo, necesario actuar con prontitud, con generoso empeno, con vigor; no dispersando preciosas energias, sino coordinandolas, de suerte que lleguen a resultar como multiplicadas, recurriendo, cuando fuere el caso, a nuevas formas y nuevos métodos de apostolado que, aun dentro de la fidelidad a la tradicion eclesiastica, respondan mejor a las exigencias de los tiempos y aprovechen los medios del progreso moderno, que, si desgraciadamente sirven con frecuencia para el mal, pueden y deben también, en mano de los buenos, constituir un entusiasta instrumento para el trabajo intrépido por el triunfo de la virtud y la difusion de la verdad.


8. Estudio de medidas comunes en comision episcopal

Por esta razon Nos ha parecido oportuno, accediendo también al deseo que Nos mostro el Episcopado de Iberoamérica, que la Jerarquia iberoamericana se reuniese para proceder, en conjunto, al estudio profundo de los problemas y la determinacion de los medios mas aptos para resolverlos con la prontitud y la perfeccion que las actuales necesidades reclaman.

Después que cada uno de los sagrados Pastores haya realizado el trabajo preparatorio de examinar el presente estado y estudiar los remedios, se reuniran, en fecha proxima, en conferencia general los representantes delegados de las diversas provincias eclesiasticas y de las circunscripciones misioneras de América latina, para confrontar en comun los resultados del estudio efectuado y sacar, de mutuo acuerdo, preciosas conclusiones practicas conducentes a un mas gozoso florecer de la vida catolica en el continente entero.

Participando de sus preocupaciones tan movidas por celo apostolico, Nos queremos hallarnos presentes en su reunion por medio de ti, Nuestro Venerable hermano, y Nos complace enviarles por medio de esta Carta, testimonio de profundo amor, estos saludables votos y esta Nuestra exhortacion.


9. Fomento de las vocaciones y su debida formacion

Tenemos por muy cierto que, penetrando en el programa propuesto a la Conferencia, los celosos y dignisimos Prelados llegaran a tomar las mejores determinaciones para que, entre los hijos de sus patrias, llegan a suscitarse, fomentarse y protegerse en la firma mas conveniente y eficaz vocaciones, cada vez mas numerosas, asi para el sacerdocio como para el estado religioso; para que también los ministros de Dios y de la Iglesia, se formen mediante la debida preparacion, para ser santos y dispuestos a todo bien; para que el espiritu eclesiastico de los llamados a ello se conserve indemne, como su sagrado ministerio, en medio de tantos peligros y tentaciones; y, lo que aun es mas, para que creciendo siempre e intensificandose su consagracion a la piedad y al cumplimiento de sus deberes cotidianos, su vida sacerdotal esté integramente libre de variedades y llena de plenitud.


10. Colaboracion del clero de otros paises

Mas, porque puede bien preverse que durante bastante tiempo los llamados por divina vocacion al ministerio apostolico no sean suficientes para atender a las necesidades de las respectivas naciones, en santa porfia ha de cuidarse de que, en la mejor forma posible, estén al servicio de la Iglesia en Iberoamérica sacerdotes que ahi llegaren, procedentes de otra naciones. Y no se les considere como extranos, puesto que todo sacerdote catolico tiene, como patria suya, aquella tierra donde, siendo fiel en su trabajo y apostolado, trabaja por los comienzos por la floracion del Reino de Dios.


11. Cooperacion de religiosos no sacerdotes y de seglares

A otra cosa, no menos util, deberan atender los Prelados participantes en la Conferencia: esto es, la posibilidad y convivencia de usar para el trabajo apostolico, a aquellos que justamente se llaman auxiliares del clero. Nos referimos, en primer lugar, a los religiosos y religiosas que por su misma vocacion divina, y por su vida de perfeccion son los mas cercanos, y seran los mejores colaboradores de la accion apostolica, después, las falanges de seglares que, ardiendo en caridad, se sienten llamados a los mies del Senor, que con dulce apremio les invita a que, en variadas maneras, cooperan con su actividad a las diversas obras de los operarios apostolicos, confiados en el celestial premio que les espera.

Pensamos que, realmente, mientras perdurare el deficiente numero de sacerdotes, entre ellos es donde la Jerarquia eclesiastica encontrara los auxiliares que necesitar, de modo providencial, para mantener y aumentar la labor de los sacerdotes.


12. Mejor organizacion y coordinacion

Y no menos persuadidos estamos Nos de que el apostolado en América latina habra de recibir ayuda no pequena, si todas las fuerzas apostolicas se dispusiesen y emplearen en orden y concordia, para lo cual habra de preceder un serio estudio e investigacion de los métodos de apostolado, ya comprobados por larga experiencia y por la practica, que parecieren mas convenientes y adaptados a cada circunstancia; y también si permanentemente se emplearen los nuevos recursos modernos -radio y prensa- para propagar e infundir eficazmente en los espiritus la doctrina celestial y las ensenanzas de la Iglesia, maestra de la verdad.

Asi organizadas y ordenadas las fuerzas catolicas, podran con mayor vigor mantenerse en lucha tan ardua como meritoria, para defender y ensanchar mas cada dia el Reino de Dios.


13. Los graves peligros de la masoneria, sectas y laicismo

Numerosas son, por desgracia, las pérfidas insidias de los enemigos: para rechazarlas es necesaria suma vigilancia y energia. Tales son las insidias de la masoneria, las doctrinas y propaganda de los protestantes, las diversas formas del laicismo, supersticion y espiritismo, que tanto mas penetracion en todos cuanto mas graves es la ignorancia de las cosas divinas y mas adormecida la pereza en la vida cristiana, todas ellas sustituyen, desgraciadamente, el lugar propio de una fe sincera y verdadera, y tratan de apagar en vano la fe del pueblo que suspira por el Senor. Anadanse, ademas, las perversas doctrinas, tan propagadas entre todos, que, so pretexto de la justicia social y de mejorar a las clases mas humildes, se empenan por desarraigar de las almas el tesoro, tan inestimable, de la religion.


14. Otros problemas especialmente el de la inmigracion

Otras muchas cuestiones, debidas a sendas iniciativas, se trataran también en la Conferencia, pues a ello obliga la necesidad de las mismas y el amplisimo campo del apostolado abierto a los triunfos de la fe.

Y, entre otros temas de suma importancia, ciertamente no se olvidara este que ahora sigue. América, con hospitalaria caridad, acoge -en sus amplias regiones, abundantes en minas, en productos agricolas y en todo cuanto facilita la vida- a gran numero de personas a quienes la necesidad vital o la violenta persecucion obligan a alejarse de su tierra patria.

Este intenso desplazamiento de tantos hombres presenta, como facilmente se comprende, muchos problemas necesitados de solucion, sobre los cuales ya habiamos llamado la atencion en Nuestra constitucion apostolica Exsul Familia(2), dando alli preceptos y normas principalmente en lo que la asistencia espiritual de los emigrantes se refiere.


15. La cuestion social

Queremos, ademas, llamar la atencion de todos sobre cuanto convenga que la Iglesia desarrolle sus deberes materiales, con su clara doctrina y con incesante y previsora actuacion, en el campo social: cuestion, que, si ciertamente merece la mayor consideracion por parte de todos los pueblos, por peculiares razones debe preocupar a la solicitud pastoral de la sagrada Jerarquia en las naciones de América latina, pues se trata de materia intimamente relacionada con el estado y mejora de la vida religiosa.


16. La colaboracion universal

Queremos, por fin, que todos consideren atentamente sobre las amplias posibilidades y grandes ventajas que se deberan a una decidida colaboracion, a la que invitamos no solo a los Prelados y pueblos de América latina, sino también a todos los demas pueblos que, cada uno a su manera pueden aportar sus recursos y auxilios. Y tenemos firme esperanza de que los medios ahora empleados se tornaran inmensamente multiplicados en lo futuro. Y los devolvera ciertamente Iberoamérica a toda la Iglesia de Cristo cuando, como es de esperar, haya podido poner en activo las numerosas y preciosas energias que no parecen esperar sino la accion del sacerdote para contribuir intensamente al incremento del Reino de Dios.


17. La ayuda celestial y la bendicion Apostolica

Mientras, movidos de paternal afecto, alimentamos esta consoladora esperanza de un mas prospero provenir, esperanza que confiamos al Corazon Sacratisimo de Jesus y a la Inmaculada Virgen Madre de Dios, Nos sentimos feliz al impartirte, Venerable Hermano, asi como a los queridisimo Cardenales, Arzobispos, Obispos y Prelados de Iberoamérica, y, sobre todo a los que participan en la proxima conferencia de Rio de Janeiro, para que su empeno y sus trabajos obtengan abundantisimos frutos Nuestra Bendicion Apostolica, que, de todo corazon, extenderemos también a los sacerdotes, a los religiosos, a las religiosas y a los fieles de toda Iberoamérica.

Dada en Roma junto a San Pedro, el 29 de Junio del ano 1955,17 de Nuestro Pontificado.

Pio Papa XII

Notas

Después de la conclusion del 36 Congreso Eucaristico Internacional celebrado del 17 al 24 de julio de 1955 en Rio de Janeiro, se congrego en la iglesia de la Candelaria de esa ciudad la Primera Conferencia General del episcopado Iberoamericano; y bajo la presidencia del Cardenal Adeodato G. Piazza, estudio el casi centenar de representantes episcopales de mas de 300 diocesis y circunscripciones eclesiasticas iberoamericanas los problemas relacionados con el clero, la mision sacerdotal y las cuestiones del apostolado religioso; y luego fue creada la Comision episcopal (permanente) de América Latina (Celam). Pio XII, siete anos antes de la presente Carta Apostolica habia escrito a los Cardenales, Arzobispos y Obispos del Brasil la Epistola apostolica: "Volvidos cinco anos",23/4/1947 sobre el oportuno fomento y el recto cuidado de las vocaciones sacerdotales en que se destaca sobre todo la fundacion y ampliacion de los Seminarios o Proseminarios, el papel de la Obra Pontificia en favor de la Vocaciones Sacerdotales, la disciplina interna en los Seminaristas y el amor a Cristo en la obra del apostolado.

(1) 2Tm 2,21.

(2) Pio XII: Exul Familia,1/8/1952.





PIOXII, MAGISTERIO PONTIFICIO - AL CONGRESO NACIONAL MARIANO CELEBRADO EN ZARAGOZA.