Isaïe (BPD) 37

La intervención del profeta Isaías

37 1 Cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestiduras, se cubrió con un sayal y fue a la Casa del Señor. 2 Además, envió al mayordomo de palacio Eliaquím, al secretario Sebná y a los sacerdotes más ancianos, todos cubiertos de sayales, para decir al profeta Isaías, hijo de Amós:  3 “Así habla Ezequías: Hoy es un día de angustia, de castigo y de oprobio, porque los hijos están a punto de nacer, pero no hay fuerza para darlos a luz. 4 Tal vez el Señor, tu Dios, escuche las palabras del copero mayor, a quien el rey de Asiria, su señor, envió para insultar al Dios viviente, y el Señor tu Dios, lo castigue por las palabras que ha escuchado. Eleva entonces una plegaria por el resto que todavía subsiste”.
5
Los servidores del rey Ezequías fueron a ver a Isaías, 6 y este les dijo: “Díganle a su señor: Así habla el Señor: No temas por las palabras que has oído y con las que me ultrajaron los lacayos del rey de Asiria. 7 Yo mismo pondré un espíritu en él y, apenas oiga una noticia, regresará a su país; y yo lo haré caer bajo la espada en su propio país”.
8
El copero mayor regresó y se encontró con el rey de Asiria, que estaba atacando a Libná. Él había oído, en efecto, que el rey se había retirado de Laquis, 9 al recibir esta noticia acerca de Tirjacá, rey de Cus: “Se ha puesto en campaña para combatirte”.

Nuevas amenazas de Senaquerib contra Jerusalén

Al oír esto, Senaquerib envió mensajeros a Ezequías para decirle:  10 “Háblenle así a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, haciéndote pensar que Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria. 11 Tú has oído, seguramente, lo que hicieron los reyes de Asiria a todos los países, al consagrarlos al exterminio total. ¿Y tú te vas a librar? 12 ¿Libraron acaso sus dioses a esas naciones que mis padres han destruido, a Gozán, Jarán, Résef, y a la gente de Edén que está en Telasar? 13 ¿Dónde están el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de la ciudad de Sefarvaim, el de Hená y el de Ivá?”.
14
Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó. Después subió a la Casa del Señor, la desplegó delante del Señor 15 y oró al Señor, diciendo:  16 “Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: tú solo eres el Dios de todos los reinos de la tierra, tú has hecho el cielo y la tierra. 17 Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha todas las palabras que Senaquerib ha mandado decir, para insultar al Dios viviente. 18 Es verdad, Señor, que los reyes de Asiria han arrasado todas las naciones y sus territorios. 19 Ellos han arrojado sus dioses al fuego, porque no son dioses, sino obra de las manos del hombre, nada más que madera y piedra. Por eso los hicieron desaparecer. 20 Pero ahora, Señor, Dios nuestro, ¡sálvanos de su mano, y que todos los reinos de la tierra reconozcan que tú sólo, Señor, eres Dios!”.

Oráculo del Señor contra Senaquerib

21 Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: Así habla el Señor, Dios de Israel: Tú me has dirigido una súplica acerca de Senaquerib, rey de Asiria. 22 Esta es la palabra que el Señor ha pronunciado contra él:
Te desprecia, se burla de ti,
la virgen hija de Sión;
a tus espaldas mueve la cabeza
la hija de Jerusalén.
23
¿A quién has insultado y ultrajado?
¿Contra quién has alzado la voz
y levantado bien alto tus ojos?
¡Contra el Santo de Israel!
24
Por medio de tus servidores
has insultado al Señor
y has dicho: Con mis numerosos carros
escalé la cima de las montañas,
los rincones inaccesibles del Líbano.
Talé sus cedros más altos,
sus mejores cipreses;
llegué hasta su último extremo,
hasta lo más espeso de su bosque.
25
Excavé pozos y bebí
aguas extranjeras;
sequé con las plantas de mis pies
todos los canales de Egipto.
26
¿No lo has oído?
   Hace mucho tiempo
que lo he preparado:
lo he planeado desde los tiempos antiguos
y ahora lo llevo a cabo.
Así, tú has reducido a un montón de ruinas
las ciudades fortificadas.
27
Sus habitantes, con las manos caídas,
están aterrorizados, avergonzados:
son como el pasto de los campos
y la gramilla verde,
como la hierba de los techos
o el grano agostado antes de madurar.
28
Pero yo sé cuándo te sientas,
cuándo sales y cuándo entras,
y cuándo tiemblas de rabia contra mí.
29
Porque has temblado de rabia contra mí
y tu insolencia ha subido a mis oídos,
pondré mi garfio en tus narices
y mi bozal en tus labios,
y te haré volver por el camino
por donde habías venido.
30
Y esto te servirá de señal: Este año se comerá del grano caído, y el año próximo, de lo que brote espontáneamente; pero al tercer año, siembren y cosechen, planten viñas y coman de sus frutos. 31 Los sobrevivientes de la casa de Judá, los que todavía queden, echarán de nuevo raíces por debajo, y producirán frutos por arriba. 32 Porque de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión, algunos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos hará todo esto. 33 Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria:
Él no entrará en esta ciudad,
no le lanzará una flecha,
no la enfrentará con el escudo,
ni levantará contra ella un terraplén.
34
Se volverá por el mismo camino,
sin entrar en esta ciudad
–oráculo del Señor–.
35
Yo defenderé a esta ciudadpara salvarla,
por mi honor y el de David, mi servidor.

Retirada y muerte de Senaquerib

36 El Ángel del Señor salió e hirió en el campamento de los Asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Y cuando los demás se levantaron por la mañana, vieron que todos eran cadáveres, que estaban muertos. 37 Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, emprendió el regreso y se quedó en Nínive. 38 Un día, mientras estaba postrado en el templo de Nisroc, su dios, Adramélec y Sarecer, sus hijos, lo mataron con la espada, y se pusieron a salvo en el país de Ararat. Asarhadón, su hijo, reinó en lugar de él.

Enfermedad y curación de Ezequías

38 1 En aquellos días, Ezequías cayó gravemente enfermo. El profeta Isaías, hijo de Amós, fue a verlo y le dijo: “Así habla el Señor: Ordena los asuntos de tu casa, porque vas a morir. Ya no vivirás más”. 2 Ezequías volvió su rostro hacia la pared y oró al Señor, 3 diciendo: “¡Ah, Señor! Recuerda que yo he caminado delante de ti con fidelidad e integridad de corazón, y que hice lo que es bueno a tus ojos”. Y Ezequías se deshizo en llanto.
4
Entonces la palabra del Señor llegó a Isaías en estos términos:  5 “Ve a decir a Ezequías: Así habla el Señor, el Dios de tu padre David: He oído tu súplica, he visto tus lágrimas. Yo añadiré otros quince años a tu vida; 6 te libraré, a ti y a esta ciudad, de manos del rey de Asiria, y defenderé a esta ciudad”. 22 Ezequías respondió: “¿Cuál es la señal de que podré subir a la Casa del Señor?”. 7 “Esta es la señal que te da el Señor para confirmar la palabra que ha pronunciado:  8 En el reloj de sol de Ajaz, yo haré retroceder diez grados la sombra que ya ha descendido”. Y el sol retrocedió en el reloj los diez grados que había descendido. 21 Luego dijo Isaías: “Traigan un emplasto de higos; aplíquenlo sobre la úlcera, y el rey sanará”.

El canto de Ezequías

9 Escrito de Ezequías, rey de Judá, cuando cayó enfermo y se repuso de su enfermedad:
10
“Yo decía: En lo mejor de mis días
me tengo que ir:
he sido destinado a las puertas del Abismo
por el resto de mis años.
11
Yo decía: Ya no contemplaré al Señor
en la tierra de los vivientes;
no veré más a los hombres
entre los habitantes del mundo.
12
Arrancan mi morada y me la arrebatan,
como una carpa de pastores.
Como un tejedor, yo enrollaba mi vida,
pero él me corta de la trama:
¡de la mañana a la nocheterminas conmigo!
13
Pido auxilio hasta la mañana;
él quiebra todos mis huesoscomo un león:
¡de la mañana a la nocheterminas conmigo!
14
Estoy piando como una golondrina,
gimo como una paloma.
Mis ojos se consumen de mirar a lo alto:
¡me oprimen, Señor, sé tú mi fiador!
15
¿Qué diré para que me responda,
si es él quien lo hace?
Andaré errante a lo largo de mis años,
con amargura en el alma.
16
Los que el Señor protege, vivirán,
y su espíritu animará todo lo que hay en ellos:
tú me restablecerás y me harás revivir.
17
Mi amargura se cambió en bienestar:
tú has preservado mi vida
de la fosa del aniquilamiento,
porque has arrojado detrás de tus espaldas
todos mis pecados.
18
No, el Abismo no te da gracias,
la Muerte no te alaba,
los que bajan a la Fosa
no esperan en tu fidelidad.
19
El viviente, el que vive, te da gracias,
como yo en el día de hoy.
De padres a hijos,
se da a conocer tu fidelidad.
20
Porque tú me salvaste, Señor,
haremos resonar nuestras liras
todos los días de nuestra vida
junto a la Casa del Señor”.

Los emisarios del rey de Babilonia

39 1 En aquel tiempo, Merodac Baladán, hijo de Baladán, rey de Babilonia, envió una carta y un presente a Ezequías, al enterarse de que se había restablecido de su enfermedad. 2 Ezequías se alegró de esto, y mostró a los emisarios la sala del tesoro, la plata, el oro, los perfumes, el aceite precioso, su arsenal y todo lo que se encontraba en sus depósitos. De todo lo que había en su palacio y en sus dominios, no quedó nada que Ezequías no les hiciera ver. 3 Entonces el profeta Isaías se presentó al rey Ezequías y le preguntó: “¿Qué te ha dicho esa gente y de dónde ha venido?”. Ezequías respondió: “Vinieron a verme de un país lejano, de Babilonia”. 4 Isaías preguntó: “¿Qué han visto en tu casa?”. “Han visto todo lo que hay en mi casa, respondió Ezequías. No hay nada en mis depósitos que no les haya mostrado”.
5
Entonces Isaías dijo a Ezequías: “Escucha la palabra del Señor de los ejércitos:  6 Llegaron los días en que todo lo que hay en tu casa, todo lo que han atesorado tus padres hasta el día de hoy, será llevado a Babilonia. No quedará nada, dice el Señor. 7 Y algunos de tus hijos, de los que han nacido de ti, que tú mismo habrás engendrado, serán tomados para que sirvan como eunucos en el palacio del rey de Babilonia”. 8 Ezequías respondió a Isaías: “Es auspiciosa la palabra del Señor que has pronunciado”. Porque se decía a sí mismo: “Mientras yo viva, habrá paz y seguridad”.


Segunda Parte del Libro de Isaías

Anuncio de liberación

40 1 ¡Consuelen, consuelen            a mi Pueblo,
dice su Dios!
2
Hablen al corazón de Jerusalén
y anúncienle
que su tiempo de servicio se ha cumplido,
que su culpa está paga,
que ha recibido de la mano del Señor
doble castigo por todos sus pecados.

El camino del Señor en el desierto

3 Una voz proclama:
¡Preparen en el desierto
el camino del Señor,
tracen en la estepa
un sendero para nuestro Dios!
4
¡Que se rellenen todos los valles
y se aplanen todas las montañas y colinas;
que las quebradas se conviertan en llanuras
y los terrenos escarpados, en planicies!
5
Entonces se revelará la gloria del Señor
y todos los hombres la verán juntamente,
porque ha hablado la boca del Señor.

Estabilidad y eficacia de la Palabra de Dios

6 Una voz dice: “¡Proclama!”.
Y yo respondo: “¿Qué proclamaré?”.
“Toda carne es hierba
y toda su consistencia, como la flor de los campos:
7
la hierba se seca, la flor se marchita
cuando sopla sobre ellael aliento del Señor.
Sí, el pueblo es la hierba.
8
La hierba se seca, la flor se marchita,
pero la palabra de nuestro Diospermanece para siempre”.

Anuncio de la llegada del Señor

9 Súbete a una montaña elevada,
tú que llevas la buena noticia a Sión;
levanta con fuerza tu voz,
tú que llevas la buena noticia a Jerusalén.
Levántala sin temor,
di a las ciudades de Judá:
“¡Aquí está su Dios!”.
10
Ya llega el Señor con poder
y su brazo le asegura el dominio:
el premio de su victoria lo acompaña
y su recompensa lo precede.
11
Como un pastor, él apacienta su rebaño,
lo reúne con su brazo;
lleva sobre su pecho a los corderos
y guía con cuidadoa las que han dado a luz.

La grandeza incomparable del Señor

12 ¿Quién midió las aguasen el hueco de su mano
y abarcó con la palmalas dimensiones del cielo?
¿Quién hizo caber en una medidael polvo de la tierra
o pesó en una báscula las montañas
y en una balanza la colinas?
13
¿Quién abarcó el espíritu del Señor
y qué consejero lo instruyó?
14
¿Con quién se aconsejópara que le hiciera comprender,
para que le enseñara el sendero del derecho,
para que le enseñara la ciencia
y le hiciera conocer el camino de la inteligencia?
15
Sí, las naciones son como una gotaque cae de un balde,
cuentan como un grano de polvoen la balanza;
las islas pesan lo mismo que el polvillo.
16
El Líbano no bastaríapara encender fogatas,
sus animales no bastaríanpara los holocaustos.
17
Todas las naciones son como nadaante él,
cuentan para él como la nada y el vacío.

Sátira contra la idolatría

18 ¿A quién asemejarán ustedes a Dios
y con qué imagen lo representarán?
19
Al ídolo, lo funde un artesano,
un orfebre lo recubre de oro
y le suelda cadenas de plata.
41 6 Ellos se ayudan mutuamentey uno dice al otro: “¡Fuerza!”.
7
El artesano anima al orfebre;
el que forja a martillo,al que golpea el yunque,
diciendo de la soldadura: “¡Está bien!”.
Luego se sujeta al ídolo con clavos,
para que no se tambalee.
40 20 El que es demasiado pobre  para hacer esa ofrenda
elige una madera que no se pudra
y se busca un hábil artesano
para erigir un ídolo que no se tambalee.

El poder del Señor

21 ¿No lo saben acaso?¿Nunca lo han escuchado?
¿No se les anunció desde el principio?
¿No han comprendidocómo se fundó la tierra?
22
Él está sentado sobre la cúpula de la tierra,
donde los habitantes son como langostas.
Él extiende los cielos como un tul,
los despliega como una carpapara habitar en ellos.
23
Él aniquila a los soberanos
y reduce a nada a los árbitros de la tierra:
24
apenas plantados, apenas sembrados,
apenas su tallo echa raíz en la tierra,
él sopla sobre ellos y se secan,
y el huracán se los lleva como paja.
25
“¿A quién me van a asemejar,
para que yo me iguale a él?”,dice el Santo.
26
Levanten los ojos a lo alto
y miren: ¿quién creó todos estos seres?
El que hace salir a su ejército uno por uno
y los llama a todos por su nombre:
¡su vigor es tan grande,tan firme su fuerza,
que no falta ni uno solo!

Exhortación a la confianza

27 ¿Por qué dices, Jacob,
y lo repites tú, Israel:
“Al Señor se le oculta mi camino
y mi derecho pasa desapercibido a mi Dios”?
28
¿No lo sabes acaso?¿Nunca lo has escuchado?
El Señor es un Dios eterno,
él crea los confines de la tierra;
no se fatiga ni se agota,
su inteligencia es inescrutable.
29
Él fortalece al que está fatigado
y acrecienta la fuerzadel que no tiene vigor.
30
Los jóvenes se fatigan y se agotan,
los muchachos tropiezan y caen.
31
Pero los que esperan en el Señor
renuevan sus fuerzas,
despliegan alas como las águilas;
corren y no se agotan,
avanzan y no se fatigan.

Ciro, instrumento de Dios para la liberación de su Pueblo

41 1 ¡Silencio delante de mí,            costas lejanas,
y que los pueblos renueven su fuerza!
¡Que se acerquen y entonces hablen!
Comparezcamos juntos a juicio:
2
¿Quién suscitó desde el Oriente
a aquel a quien la victoria le sale al paso?
¿Quién le entrega las naciones
y le somete a los reyes?
Su espada los reduce a polvo,
su arco, a paja que se avienta.
3
Él los persigue y pasa sano y salvo,
sin tocar el camino con sus pies.
4
¿Quién obró así, quién hizo esto?
El que llama a las generacionesdesde el principio,
yo, el Señor, el Primero,
y que seré el mismo al final.
5
Las costas lo ven y sienten temor,
tiemblan los confines de la tierra:
¡ya se acercan, ya llegan!

Exhortación a la confianza en el Señor

8 Pero tú, Israel, mi servidor,
Jacob, a quien yo elegí,
descendencia de Abraham, mi amigo;
9
tú, a quien tomé de los confines de la tierra
y llamé de las regiones más remotas,
yo te dije: “Tú eres mi servidor,
yo te elegí y no te rechacé”.
10
No temas, porque yo estoy contigo,
no te inquietes, porque yo soy tu Dios;
yo te fortalezco y te ayudo,
yo te sostengo con mi mano victoriosa.
11
Sí, quedarán avergonzados y confundidos
los que se enfurecen contra ti;
serán como nada y desaparecerán
aquellos que te desafían.
12
Buscarás, pero no los encontrarás,
a aquellos que te provocan;
serán como nada, absolutamente nada,
los que te hacen la guerra.
13
Porque yo, el Señor, soy tu Dios,
el que te sostengo de la mano derecha
y te digo: “No temas,
yo vengo en tu ayuda”.
14
Tú eres un gusano, Jacob,
eres una lombriz, Israel,
pero no temas, yo vengo en tu ayuda
–oráculo del Señor–
y tu redentor es el Santo de Israel.
15
Yo te convertiré en una trilladora,
afilada, nueva, de doble filo:
trillarás las montañas y las pulverizarás,
y dejarás las colinas como rastrojo.
16
Las aventarás y el viento se las llevará,
y las dispersará la tormenta;
y tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.

Las maravillas del Señor en favor de su Pueblo

17 Los pobres y los indigentesbuscan agua en vano,
su lengua está reseca por la sed.
Pero yo, el Señor, les responderé,
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
18
Haré brotar ríosen las cumbres desiertas
y manantiales en medio de los valles;
convertiré el desierto en estanques,
la tierra árida en vertientes de agua.
19
Pondré en el desierto cedros,
acacias, mirtos y olivos silvestres;
plantaré en la estepa cipreses,
junto con olmos y pinos,
20
para que ellos vean y reconozcan,
para que reflexioneny comprendan de una vez
que la mano del Señor ha hecho esto,
que el Santo de Israel lo ha creado.

Desafío del Señor a los dioses paganos

21 ¡Expongan su caso, dice el Señor,
presenten sus pruebas,dice el rey de Jacob!
22
Que se adelanten, y nos anuncien
lo que está por suceder.
¿Qué aconteció en el pasado?
Díganlo, y prestaremos atención.
O bien, predigan lo que va a venir,
para que conozcamos su desenlace.
23
Anuncien lo que pasará después
y así sabremos que ustedes son dioses.
Hagan algo, sea bueno o malo,
para que lo veamos con asombro y temor.
24
¡Pero no, ustedes no son nada
y sus obras, menos que nada!
¡Qué abominableel que los elige a ustedes!

Las victorias de Ciro, obra del Señor

25 Yo lo suscité desde el Norte, y él vino;
desde el Oriente lo llamé por su nombre.
Él pisotea a los gobernantes como barro,
como un alfarero que pisa la arcilla.
26
¿Quién lo anunció desde el principio,
para que pudiéramos saberlo?
¿Quién lo declaró desde hace tiempo,
para que dijéramos: “¡Tiene razón!”?
No, nadie lo anuncia, nadie lo predice,
nadie oyó las palabras de ustedes.
27
Yo, el Primero, dije a Sión:
“¡Aquí están, sí, aquí están!”,
y envié a Jerusalén un heraldo de buenas noticias.
28
Miré, y no había nadie,
no había entre ellos ni un solo consejero,
para poder interrogarlosy tener una respuesta.
29
¡Ahí están! ¡Todos ellos no son nada,
sus obras, absolutamente nada,
sus estatuas, viento y vacío!

Primer poema del Servidor del Señor

42 1 Este es mi Servidor,  a quien yo sostengo,
mi elegido,en quien se complace mi alma.
Yo he puesto mi espíritu sobre él
para que lleve el derecho a las naciones.
2
Él no gritará, no levantará la voz
ni la hará resonar por las calles.
3
No romperá la caña quebrada
ni apagará la mecha que arde débilmente.
Expondrá el derecho con fidelidad;
4
no desfallecerá ni se desalentará
hasta implantar el derecho en la tierra,
y las costas lejanas esperarán su Ley.
5
Así habla Dios, el Señor,
el que creó el cielo y lo desplegó,
el que extendió la tierray lo que ella produce,
el que da el aliento al pueblo que la habita
y el espíritu a los que caminan por ella.
6
Yo, el Señor, te llamé en la justicia,
te sostuve de la mano, te formé
y te destiné a ser la alianza del pueblo,
la luz de las naciones,
7
para abrir los ojos de los ciegos,
para hacer salir de la prisión a los cautivos
y de la cárcel a los que habitan en las tinieblas.
8
¡Yo soy el Señor, este es mi Nombre!
No cederé mi gloria a ningún otro
ni mi alabanza a los ídolos.
9
Las cosas antiguas ya han sucedido
y yo anuncio cosas nuevas;
antes que aparezcan,
yo se las hago oír a ustedes.

Himno al Señor por su victoria

10 ¡Canten al Señor un canto nuevo,
alábenlo desde los confines de la tierra;
resuene el mar y todo lo que hay en él,
las costas lejanas y sus habitantes!
11
¡Que alcen la voz el desierto y sus ciudades,
los poblados donde habita Quedar!
¡Griten de alegría los habitantes de la Roca,
aclamen desde la cumbre de las montañas!
12
¡Den gloria al Señor,
proclamen su alabanzaen la costas lejanas!
13
El Señor irrumpe como un héroe,
se enardece como un guerrero;
lanza un grito de guerra,un alarido estridente,
se arroja como un héroecontra sus enemigos:
14
“Yo permanecí callado mucho tiempo,
guardé silencio y me contuve;
ahora gimo como una parturienta,
me sofoco y estoy jadeante.
15
Arrasaré montañas y colinas,
y secaré todo su verdor;
convertiré los ríos en tierra árida
y secaré los estanques.
16
Conduciré a los ciegospor un camino que ignoran,
los guiaré por senderos desconocidos;
cambiaré las tinieblas en luzdelante de ellos,
y el suelo escarpado en una llanura.
Estas son las cosas que haré,
y no dejaré de hacerlas.
17
Así retrocederán llenos de vergüenza
los que confían en los ídolos,
los que dicen al metal fundido:
‘Ustedes son nuestros dioses’”.

Israel, Pueblo sordo y ciego

18 ¡Oigan, ustedes, los sordos;
ustedes, los ciegos, miren y vean!
19
¿Quién es ciego, sino mi servidor
y sordo como el mensajero que yo envío?
¿Quién es ciegocomo el que ha pactado conmigo
y sordo como el servidor del Señor?
20
Tú has visto muchas cosas,pero sin prestar atención;
has abierto los oídos, pero sin escuchar.
21
El Señor, a causa de su justicia,
quería hacer grande y gloriosa la Ley;
22
pero ahora no es más que un pueblosaqueado y despojado,
están todos atrapados en cuevas
y encerrados en cárceles.
Se los saquea, y nadie los libra,
se los despoja, y nadie dice: “¡Restituye!”.
23
¿Quién de ustedes presta oído a esto
y escucha atentamente con miras al futuro?
24
¿Quién entregó a Jacob al despojo,
y a Israel a los expoliadores?
¿No es el Señor, contra quien hemos pecado
por no querer seguir sus caminos
y haber desoído su Ley?
25
El Señor derramó contra élel ardor de su ira
y el estallido de la guerra;
lo envolvió en llamas, pero él no comprendió;
lo quemó, pero él no hizo caso.

Predilección y solicitud de Dios por su Pueblo

43 1 Y ahora, así habla el Señor,el que te creó, Jacob,
el que te formó, Israel:
No temas, porque yo te he redimido,
te he llamado por tu nombre,tú me perteneces.
2
Si cruzas por las aguas,yo estaré contigo,
y los ríos no te anegarán;
si caminas por el fuego, no te quemarás,
y las llamas no te abrasarán.
3
Porque yo soy el Señor, tu Dios,
el Santo de Israel, tu salvador.
Yo entregué a Egipto para tu rescate,
a Cus y a Sebá a cambio de ti.
4
Porque tú eres de gran precio a mis ojos,
porque eres valioso, y yo te amo,
entrego hombres a cambio de ti
y pueblos a cambio de tu vida.
5
No temas, porque yo estoy contigo:
traeré a tu descendencia desde Oriente
y te reuniré desde Occidente.
6
Yo diré al Norte: “¡Dámelo!”,
y al Sur: “¡No lo retengas,
trae a mis hijos desde lejos
y a mis hijas desde el extremo de la tierra:
7
a todos los que son llamadoscon mi Nombre,
a los que he creado para mi gloria,
a los que yo mismo hice y formé!”.

Israel, testigo del único Dios

8 ¡Hagan salir al pueblo ciego,pero que tiene ojos,
sordo, pero que tiene oídos!
9
¡Que se reúnan todas las naciones
y se congreguen los pueblos!
¿Quién de entre ellos había anunciado estas cosas?
¿Quién nos predijo lo que sucedió en el pasado?
Que aduzcan testigos para justificarse,
para que se los oiga, y se pueda decir:  “Es verdad”.
10
Ustedes son mis testigos
y mis servidores –oráculo del Señor–:
a ustedes los elegí
para que entiendan y crean en mí,
y para que comprendan que Yo Soy.
Antes de mí no fue formado ningún dios
ni habrá otro después de mí.
11
Yo, yo solo soy el Señor,
y no hay salvador fuera de mí.
12
Yo anuncié, yo salvé, yo predije,
y no un dios extraño entre ustedes.
Ustedes son mis testigos–oráculo del Señor–
y yo soy Dios.
13
Yo soy el mismo desde siempre,
y no hay nadie que libre de mi mano:
lo que yo hago ¿quién lo revocará?

La destrucción de Babilonia

14 Así habla el Señor,
el redentor de ustedes, el Santo de Israel:
A causa de ustedes,yo envié gente a Babilonia,
para hacer saltar todos los cerrojos,
y el júbilo de los caldeosse convertirá en lamentos.
15
Yo soy el Señor, el Santo,
el Creador de Israel, su Rey.

El nuevo Éxodo

16 Así habla el Señor,
el que abrió un camino a través del mar
y un sendero entre las aguas impetuosas;
17
el que hizo salir carros de guerra y caballos,
todo un ejército de hombres aguerridos;
ellos quedaron tendidos, no se levantarán,
se extinguieron, se consumieron como una mecha.
18
No se acuerden de las cosas pasadas,
no piensen en las cosas antiguas;
19
yo estoy por hacer algo nuevo:
ya está germinando, ¿no se dan cuenta?
Sí, pondré un camino en el desierto
y ríos en la estepa.
20
Me glorificarán las fieras salvajes,
los chacales y los avestruces;
porque haré brotar agua en el desierto
y ríos en la estepa,
para dar de beber a mi Pueblo, mi elegido,
21
el Pueblo que yo me formé
para que pregonara mi alabanza.

Reproche a Israel por su ingratitud

22 Pero tú no me has invocado, Jacob,
porque te cansaste de mí, Israel.
23
No me trajiste el corderode tus holocaustos
ni me honraste con tus sacrificios;
yo no te abrumé exigiéndote ofrendas
ni te cansé reclamándote incienso.
24
Tú no compraste para mícaña aromática
ni me saciaste con la grasa de tus víctimas.
¡Me has abrumado, en cambio,con tus pecados,
me has cansado con tus iniquidades!
25
Pero soy yo, sólo yo,
el que borro tus crímenespor consideración a mí,
y ya no me acordaré de tus pecados.
26
Interpélame, y vayamos juntos a juicio;
alega tú mismo para justificarte.
27
Ya tu primer padre pecó
y tus portavoces se rebelaron contra mí.
28
Por eso execré a los príncipes consagrados,
entregué a Jacob al exterminio total
y a Israel, a los ultrajes.

La efusión del espíritu del Señor

44 1 Y ahora escucha, Jacob,          mi servidor,
Israel, a quien yo elegí.
2
Así habla el Señor, el que te hizo,
el que te formó desde el seno maternoy te ayuda.
No temas, Jacob, mi servidor,
Iesurún, a quien yo elegí.
3
Porque derramaré aguasobre el suelo sediento
y torrentes sobre la tierra seca;
derramaré mi espíritusobre tu descendencia
y mi bendición sobre tus vástagos.
4
Ellos brotarán como la hierba entre las aguas,
como sauces al borde de los arroyos.
5
Uno dirá: “Yo pertenezco al Señor”
y otro llevará el nombre de Jacob;
otro escribirá sobre su mano: “Del Señor”,
y será designado con el nombre de Israel.

El Señor, el único Dios

6 Así habla el Señor, el Rey de Israel,
su redentor, el Señor de los ejércitos:
Yo soy el Primero y yo soy el Último,
y no hay ningún dios fuera de mí.
7
¿Quién es como yo? ¡Que lo proclame!
¡Que lo haga saber y me lo demuestre!
¿Quién hizo oír desde siemprelo que va a sobrevenir
y nos anuncia lo que va a suceder?
8
¡No tiemblen ni teman!
¿No te lo predije y anuncié hace tiempo?
Ustedes son mis testigos:
   ¿hay algún dios fuera de mí?
¡No hay ninguna Roca! ¡Yo no la conozco!

Nueva sátira contra los ídolos

9 Los fabricantes de ídolos no valen nada, y sus obras más preciadas no sirven para nada; sus testigos no ven ni conocen nada, para su propia vergüenza. 10 ¿Quién modela un Dios o funde una estatua, que no sirven para nada? 11 Sí, todos sus devotos quedarán avergonzados, porque esos artífices no son más que hombres. ¡Que se reúnan todos y comparezcan! ¡Sentirán espanto y confusión a la vez!
12
El herrero forja la imagen, la trabaja al fuego y la modela con el martillo: la trabaja con su brazo robusto. Después siente hambre y decae su fuerza; si no bebe agua, queda agotado. 13 El carpintero toma las medidas con la cuerda, diseña la forma con el estilete, la trabaja con el cincel y la dibuja con el compás; le da figura de hombre y la belleza de un ser humano, para que habite en una casa.
14
Él en efecto, cortó algún cedro, o tomó un roble y una encina que había dejado crecer entre los árboles del bosque, o plantó un abeto que luego la lluvia hizo crecer. 15 El hombre se sirve de ellos para hacer fuego, los toma para calentarse y también los enciende para cocer el pan. Pero, además, hace con ellos un dios y se postra ante él; hace un ídolo y lo adora. 16 Él hace arder al fuego la mitad de la madera, y asa la carne sobre las brasas; luego come la carne asada y se sacia. También se calienta y exclama: “¡Voy entrando en calor, mientras miro las llamas!”. 17 Con el resto, hace un dios, su ídolo, y lo adora; se postra y le suplica, diciendo: “¡Líbrame, porque tú eres mi dios!”.
18
Ellos no saben ni comprenden, porque tienen tan tapados los ojos y el corazón, que no pueden ver ni entender. 19 Ninguno reflexiona, ni tiene conocimiento e inteligencia, para pensar: “Quemé la mitad al fuego, hice cocer el pan sobre las brasas, asé la carne y la comí, y con el resto, haré una Abominación: ¡Voy a adorar un tronco de árbol!”. 20 ¡Él se alimenta de ceniza, su corazón engañado lo extravía! Ya no puede librarse ni decir: “¿No es una mentira lo que tengo en mi mano?”.

Llamado a la conversión

21 ¡Acuérdate de esto, Jacob,
porque tú eres mi servidor, Israel!
Yo te formé, tú eres mi servidor;
Israel, yo no me olvidaré de ti.
22
Yo he disipado tus rebeldíascomo una nube
y tus pecados como un nubarrón.
¡Vuelve hacia mí, porque yo te redimí!

Canto de júbilo de los rescatados

23 ¡Griten de alegría, cielos,porque el Señor ha obrado;
aclamen, profundidades de la tierra!
¡Montañas, prorrumpan en gritos de alegría,
y tú, bosque, con todos tus árboles!
Porque el Señor ha redimido a Jacob
y manifiesta su esplendor en Israel.

Ciro, instrumento de salvación

24 Así habla el Señor, tu redentor,
el que te formó desde el seno materno:
Soy yo, el Señor, el que hago todas las cosas;
yo solo despliego los cielos,
yo extiendo la tierra,¿y quién está conmigo?
25
Yo hago fracasar los presagios de los charlatanes
y hago delirar a los adivinos;
hago retroceder a los sabios
y cambio su ciencia en locura.
26
Yo confirmo la palabrade mis servidores
y cumplo el designio de mis mensajeros.
Yo digo de Jerusalén:“¡Que sea habitada!”,
y de las ciudades de Judá: “¡Que sean reconstruidas!”,
y yo restauraré sus ruinas.
27
Yo digo a las aguas profundas:“¡Séquense,
haré que se sequen tus corrientes!”.
28
Yo digo de Ciro: “¡Mi pastor!”.
Él cumplirá toda mi voluntad,
diciendo de Jerusalén: “¡Que sea reconstruida!”,
y del Templo: “¡Se pondrán tus cimientos!”.

Ciro, el ungido del Señor

45 1 Así habla el Señor a su ungido,
a Ciro, a quien tomé de la mano derecha,
para someter ante él a las naciones
y desarmar a los reyes,
para abrir ante él las puertas de las ciudades,
de manera que no puedan cerrarse.
2
Yo iré delante de ti
y allanaré los cerros;
romperé las puertas de bronce
y haré saltar los cerrojos de hierro.
3
Te daré tesoros secretos
y riquezas escondidas,
para que sepas que yo soy el Señor,
el que te llama por tu nombre,
el Dios de Israel.
4
Por amor a Jacob, mi servidor,
y a Israel, mi elegido,
yo te llamé por tu nombre,
te di un título insigne,
sin que tú me conocieras.
5
Yo soy el Señor, y no hay otro,
no hay ningún Dios fuera de mí.
Yo te hice empuñar las armas,
sin que tú me conocieras,
6
para que se conozca,
desde el Oriente y el Occidente,
que no hay nada fuera de mí.
Yo soy el Señor, y no hay otro.
7
Yo formo la luz y creo las tinieblas,
hago la felicidad y creo la desgracia:
yo, el Señor, soy el que hago todo esto.
8
¡Destilen, cielos, desde lo alto,
y que las nubes derramen la justicia!
¡Que se abra la tierra y produzca la salvación,
y que también haga germinar la justicia!
Yo, el Señor, he creado todo esto.

El poder soberano del Señor

9 ¡Ay del que desafía al que lo modela,
siendo sólo un tiestoentre los tiestos de la tierra!
¿Acaso la arcilla dice al alfarero: “¿Qué haces?”
o “Tu obra no tiene asas”?
10
¡Ay del que dice a un padre:
“¿Qué has engendrado?”,
o a una mujer: “¿Qué has dado a luz?”!
11
Así habla el Señor,
el Santo de Israel, el que lo modela:
¿Acaso van a interrogarme sobre mis hijos
y a darme órdenes sobre la obra de mis manos?
12
Soy yo el que hice la tierra
y he creado al hombre sobre ella;
mis manos extendieron el cielo
y yo dirijo todo su ejército.
13
Yo lo suscité en la justicia
y allanaré todos sus caminos.
Él reconstruirá mi ciudad
y repatriará a mis desterrados,
sin pago ni soborno,
dice el Señor de los ejércitos.

El sometimiento de los enemigos

14 Así habla el Señor:
Las ganancias de Egipto,las mercancías de Cus,
y los hombres de Sebá,de elevada estatura,
desfilarán ante ti y te pertenecerán;
irán detrás de ti, desfilarán encadenados,
se postrarán ante ti y te dirán suplicantes:
“Sólo en ti está Dios, y no hay otro;
los dioses no son nada”.
15
¡Realmente, tú eres un Dios que se oculta,
Dios de Israel, Salvador!
16
Los fabricantes de ídolos
están avergonzados y confundidos,
se van todos juntos, llenos de confusión.
17
Israel ha sido salvado por el Señor,
con una salvación eterna;
ustedes no quedarán avergonzadosni confundidos
por los siglos de los siglos.

La revelación de los designios divinos

18 Porque así habla el Señor,
el que creó el cielo y es Dios,
el que modeló la tierra,
la hizo y la afianzó,
y no la creó vacía,
sino que la formópara que fuera habitada:
Yo soy el Señor, y no hay otro.
19
Yo no hablé en lo secreto,
en algún lugar de un país tenebroso.
Yo no dije a los descendientes de Jacob:
“Búsquenme en el vacío”.
Yo, el Señor, digo lo que es justo,
anuncio lo que es recto.

La conversión de los pueblos

20 ¡Reúnanse y vengan,
acérquense todos juntos,
fugitivos de las naciones!
No saben lo que hacen
los que llevan su ídolo de madera,
y suplican a un dios que no puede salvar.
21
¡Declaren, expongan sus pruebas!
¡Sí, deliberen todos juntos!
¿Quién predijo esto antiguamente
y lo anunció en los tiempos pasados?
¿No fui yo, el Señor?
No hay otro Dios fuera de mí;
un Dios justo y salvador,
no lo hay, excepto yo.
22
Vuélvanse a mí, y serán salvados,
todos los confines de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay otro.
23
Lo he jurado por mí mismo,
de mi boca ha salido la justicia,
una palabra irrevocable:
Ante mí se doblará toda rodilla,
toda lengua jurará por mí,
24
diciendo: Sólo en el Señor
están los actos de justicia y el poder.
Hasta él llegarán avergonzados
todos los que se enfurecieron contra él.
25
En el Señor hallará la justicia y se gloriará
toda la descendencia de Israel.


Isaïe (BPD) 37