Fdez-Carvajal: Antologia - PECADO VENIAL
Citas de la Sagrada Escritura
Quien es fiel en lo poco también es fiel en lo mucho, y el que es infiel en lo poco también es infiel en lo mucho. Lc 16,10.
Todos ofendemos en mucho. Si alguno no peca de palabra es varón perfecto, cápaz de gobernar con el freno todo su cuerpo. Jc 3,2.
. . . Un poco de fuego basta para quemar un gran bosque. Jc 3,5.
Cazad las raposas, las pequeñas raposas que destrozan las viñas, nuestras viñas en flor. Ct 2,15.
El que sabe que su hermano comete un pecado que no es de muerte, ruegue por él. 1Jn 5,16.
Si dijéramos que no tenemos pecados, nosotros mismos nos engañamos. 1Jn 1,8.
Yo os digo que de cualquier palabra ociosa que hablen los hombres han de dar cuenta en el dia del juicio. Mt 12,36.
Los pecados veniales "hacen mucho daño al alma"
4114 Los pecados veniales hacen mucho daño al alma. -Por eso, "capite nobis vulpes parvulas, quae demoliuntur vineas", dice el Señor en el "Cantar de los Cantares": cazad las pequeñas raposas que destruyen la viña (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 329).
4115 Si todas estas faltas se acumulan sobre nosotros, ¿no po- drán estrujarnos, por menudas que sean? ¿Qué más da te aplaste el plomo que la arena? El plomo es masa compacta; la arena se forma de granitos, pero su muchedumbre te sepulta. ¡Pecados leves! ¿No ves cómo de menudas gotas se desbordan los rios y se llevan las tierras? Son pequeñas, pero son muchas (SAN AGUSTiN, Sermón 56).
4116 El pecado venial no es causa de que comulguemos indignamente; pero si lo es de que saquemos poco fruto de la Sagrada Comunión (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la comunión).
Huir del pecado venial deliberado. Lucha diaria
4117 Mas cuando ya llega el alma a contemplación [. . . ] el temor de Dios también anda muy al descubierto, como el amor no va disimulado aún en lo exterior. Aunque con mucho aviso sean miradas estas personas, no las verán andar descuidadas, que por grandes que las tengamos en mirarlas, las tiene el Señor de tal manera que, si gran interés se les ofrece, no harán de advertencia un pecado venial; mortales temen como al fuego (SANTA TERESA, Camino de perfección,41,1).
4118 Mira cómo el agua del mar se filtra por las rendijas del casco, y poco a poco llena las bodegas, y si no se la saca sumerge la nave. . . Imitad a los navegantes: sus manos no cesan hasta secar el hondón del barco; no cesen tampoco las vuestras de obrar el bien. Sin embargo, a pesar de todo, volverá a llenarse otra vez el fondo de la nave, porque persisten las rendijas de la flaqueza humana; y de nuevo será necesario achicar el agua (SAN AGUSTIN, Sermón 16).
4119 Y así como hay cosas que ayudan a la devoción, así también hay cosas que la impiden, entre las cuales la primera son los pecados, no sólo los mortales, sino también los veniales, porque éstos, aunque no quitan la caridad, quitan el fervor de la caridad, que es casi lo mismo que devoción, por donde es razón evitarlos con todo cuidado, ya que no fuese por el mal que nos hacen, a lo menos por el grande bien que nos impiden (SAN PEDRO DE AECANTARA, Trat. de la oración y meditación, II,3).
Los pecados veniales y la confesión sacramental. Otros remedios
4120 ¡Qué pena me das mientras no sientas dolor de tus pecados veniales!-Porque, hasta entonces, no-habrás comenzado a tener verdadera vida interior (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 330).
4121 Tendremos siempre materia de arrepentimiento respecto a esas menudas infracciones en que el justo cae siete veces al dia y se levanta otras tantas. Porque, queramos o no, las cometemos todos los cias. Ora a sabiendas, ora por ignorancia u olvido, de pensamiento de palabra, por sorpresa o por impulso inevitable, o por la fragilidad de nuestra carne, es dificil que nos veamos libres de ellas (CASIANO, Colaciones,20).
4122 En la acusación de los pecados veniales no digas solamente el hecho, sino también el motivo que te ha inducido a cometerlos. Pongo por ejemplo: no te contentes con decir: he mentido sin perjuicio de nadie; di también si ha sido por vanagloria, para alabarte o excusarte, o por alegria vana, o por no ceder en tu opinión (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, II, l9).
4123 Nunca falta qué perdonar: somos hombres. Hablé algo más de la cuenta, dije algo que no debia, rei con exceso, bebi demásiado, comi sin moderación, oi de buen grado lo que no me estaba bien oir, vi con gusto lo que no era bueno ver, pensé con deleite lo que no debi pensar. . . (SAN AGUSTIN, Sermón 57).
4124 Ten siempre verdadero dolor de los pecados que confiesas, por leves que sean, y haz firme propósito de la enmienda para en adelante. Muchos hay que pierden grandes bienes y mucho aprovechamiento espiritual porque, confesándose de los pecados veniales como por costumbre y cumplimiento, sin pensar enmendarse, permanecen toda la vida cargados de ellos (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, II,19).
4125 Los pecados veniales se les perdonarían después de esta vida, incluso en cuanto a la culpa, del mismo modo que se perdonan en esta vida, a saber, por un acto de amor de Dios que rechaza los pecados veniales cometidos. Pero como después de esta vida nadie puede merecer, por haber terminado el estado de merecimiento, ese movimiento de amor les quita ciertamente el impedimento del pecado venial, pero sin merecer la absolución o remisión de la pena, como ocurre en esta vida (SANTO TOMÁS, De malo, q. 7, a. ll).
4126 En la confesión recibirás el perdón de los pecados veniales que confesares, gran fortaleza para evitarlos en adelante, mucha luz para discernirlos y abundante gracia para resarcir todo el daño que te hubieren causado; practicarás al mismo tiempo las virtudes de humildad, obediencia, sencillez y caridad, y en este solo acto de confesarte ejercitarás más virtudes que en otro alguno (SAN FRANCISCO DE SALES, Introd. a la vida devota, II, l9).
4127 De los pecados que no conducen a la muerte, y de los cuales ni aun aquellos que sirven a Dios fielmente están libres, por mucho cuidado que tengan, habla así el discípulo amado: Si dijéremos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y no hay verdad en nosotros. Y, si dijéremos que no hemos pecado, hacemos a Dios mentiroso, y su palabra no está en nosotros. Porque es imposible que ningún justo esté exento de estas pequeñas faltas que se cometen de palabra, de pensamiento, por ignorancia y olvido, violencia, voluntad o distracción. Tales faltas, aunque difieren del pecado que lleva a la muerte, no dejan de tener culpabilidad moral y son por lo mismo reprensibles (CASIA No, Colaciones,11).
4128 No puede el hombre, en esta vida, no tener pecados, aunque sean leves; pero no desprecies estos pecados leves de que hablamos. Muchas cosas pequeñas hacen una grande; muchas gotas llenan un río; muchos granos hacen un montón. ¿Y qué esperanza cabe? Ante todo, la confesión (SAN AGUSTIN, Trat. I Epistola de S. Juan,1).
4129 (Debemos) tomar agua bendita a fin de ahuyentar al demonio, y hacer la señal de la cruz, diciendo: "Dios mío, por esta agua bendita y por la preciosa sangre de Jesucristo vuestro Hijo, lavadme, purificadme de todos mis pecados". Y estemos ciertos de que si lo practicamos con fe, mientras no estemos manchados por pecado mortal alguno, borraremos todos nuestros pecados veniales (SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre el precepto 1. ° del decálogo).
Las grandes caídas se deben con frecuencia a la falta de lucha en lo pequeño
4130 Cuando alguien sucumbe en su vida espiritual y mide el suelo en su caída, no hay que creer que ello obedezca a una causa repentina. Porque, una de dos, o la formación defectuosa recibida en el principio de su carrera le ha conducido por una falsa senda, o bien una negligencia persistente ha minado poco a poco su virtud y, dejando crecer los vicios, le ha precipitado en una lamentable ruina [. . . ]. Una casa no se hunde por un impulso momentáneo. Las más de las veces es a causa de un viejo defecto de construcción. En ocasiones es la prolongada desidia de los moradores lo que motiva la penetración del agua. Al principio se infiltra gota a gota y va insensiblemente carcomiendo el maderaje y pudriendo el armazón. Con el tiempo, el pequeño orificio va tomando mayores proporciones, originándose hendiduras y desplomes considerables. Al cabo, la lluvia procelosa penetra a torrentes (CASIANO, Colaciones,6).
Citas de la Sagrada Escritura
Todo lo que puedas hacer, hazlo en tu (pleno) vigor, porque no hay en el sepulcro, adonde vas, ni obra, ni razón, ni ciencia, ni sabiduría. Si 9,10.
Los deseos matan al haragán, porque sus manos no quieren trabajar. Pr 21,25.
Respondióle su amo: Siervo malo y haragán, ¿conque sabias que yo quiero cosechar donde no sembraste y recoger donde no esparciste? Mt 25,16.
La mano perezosa empobrece, la diligente enriquece. Pr 10,4.
Ve, ¡oh perezoso!, a la hormiga; mira sus caminos y hazte sabio. No tiene juez, ni inspector, ni amo. Y se prepara en el verano su mantenimiento, reúne su comida al tiempo de la mies. O ve a la abeja y aprende cómo trabaja y produce rica labor, que reyes y vasallos buscan para sí y íodos apetecen, y, siendo como es pequeña y flaca, es por su sabiduría tenida en mucha estima. ¿Hasta cuándo, perezoso, acostado? ¿Cuándo despertarás de tu sueño? Pr 6,6-9.
Por eso vendrá sobre él de improviso la ruina y será quebrantado súbitamente y sin remedio. Pr 6,15.
Pasé junto al campo del perezoso y junto a la viña del insensato. Y todo eran cardos y oríigas que habían cubierto su haz, y su albarrada estaba destruida. Pr 24,30-3 Pr 1.
La mano laboriosa señorea; la perezosa se hace tributaria. La angustia del corazón deprime al hombre, mas una palabra buena le alegra. Pr 12,24-25.
Todavía os exhortamos, hermanos, a progresar más, y a que os esforcéis por llevar una vida quieta, laboriosa, en vuestros negocios y trabajos con vuestras manos, como os lo hemos recomendado. 1Th 4,11.
Y mientras estuvimos entre vosotros, os advertíamos que el que no quiere trabajar que no coma. 2Th 3,10.
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Los males que se originan de la pereza
4182 La parálisis es imagen del entorpecimiento que padece el perezoso (SAN JERONIMO, en Catena Aurea, volt IV, p. 56).
4183 Otro extremo contrario es el de los regalados, que, so color de discreción, hurtan el cuerpo a los trabajos, el cual, aunque en todo género de personas es muy dañoso, mucho más lo es en los que comienzan, porque (. . . ) siendo aun nuevo y mozo, comienza a tratarse y regalarse como viejo (SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, Trat. de la oración y meditación, II,5, av 6°)
4184 Quienes no quieren hacer nada se condenan, por su inactividad, a una agitación continua (CASIANO, Instituciones,10).
4185 [. . . ] la concupiscencia de la carne no se reduce exclusiva- mente al desorden de la sensualidad, sino también a la comodidad, a la falta de vibración, que empuja a buscar lo más fácil, lo más placentero, el camino en apariencia más corto, aun a costa de ceder en la fidelidad a Dios (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,5).
4186 Cuando se estudia mucho, se conoce a Dios: la ignorancia es hija de la pereza (SAN JUAN CRISÓSTOMO, en Catena Aurea, volt III, p. 78).
4187 Colocar el talento en un sudario, es lo mismo que sepultar los dones recibidos bajo la capa de la pereza (SAN BEDA, en Catena Aurea, volt VI, p. 344).
4188 Quienes viven al albur de las circunstancias y sin regla al- guna es imposible que no adolezcan de todos los vicios (CASIANO, Instituciones,10).
4189 El buen trabajador recibe con libertad el pan de su traba- jo; pero el perezoso y holgazán no se atreve a mirar la cara del amo (SAN CLEMENTE, Epfstola a los Corintios,34).
4190 Al perezoso se le ha de hacer saber que muchas veces, cuando no queremos hacer oportunamente las cosas que podemos, poco después, cuando queremos, ya no podemos; porque la desidia del alma, si no se sacude con el oportuno ardor, aumenta furtivamente con el sopor, el cual hace decaer todo deseo de bien (SAN GREGORIO MAGNO, Regla Pastoral).
4191 Este vicio de la ociosidad lo estigmatiza sin ambages Salo- món en varios lugares de la Escritura: El que va con los ociosos-afirma-se hartará de pobreza (Pr 28,19). Esto es, de una indigencia temporal y espiritual a la vez (CASIANO, Instituciones, lO).
4192 Se dice que la pereza hace venir al sueño porque, cuando se deja de querer obrar bien, poco a poco se pierde además el cuidado de pensar bien. Por lo que acertadamente se añade: "Y el alma negligente padecerá hambre"; porque el alma, cuando no aspira con ardor a lo más alto, se derrama perezosa por los bajos deseos; y por lo mismo que se dispensa de someterse a disciplina, se derrama en deseos de placeres. (SAN GREGORIO MAGNO, Regla Pastoral).
Laboriosidad y diligencia
4193 Hay dos virtudes humanas -la laboriosidad y la diligencia-, que se confunden en una sola: en el empeño por sacar partido a los talentos que cada uno ha recibido de Dios. Son virtudes porque inducen a acabar las cosas bien. (J. ESCRIVÁ DE BAEAGUER, Amigos de Dios,81).
4194 Para aquellos que tienden hacia la santidad cualquier dilación es peligrosa (CASIANO, Colaciones,17).
4195 Como a hijos y enfermos, les da (S. Pablo) un consejo provechoso que es al propio tiempo un remedio para sus heridas: A estos tales les ordenamos y rogamos por el amor del Señor Jesucristo que, trabajando sosegadamente, coman su pan.
Médico experto entre muchos, cura sus llagas y conjura el peligro atacando directamente la causa, la ociosidad, echando mano de un solo precepto: el trabajo. Sabe perfectamente que todas las enfermedades que pululan en un tronco común desaparecen al instante si se logra eliminar la infección principal que las origina (CASIANO,Instituciones,10,14).
4196 De ahi aquella preciosa máxima-muy en boga entre los monjes egipcios-que nos legaron los antiguos Padres: "El monje que trabaja no tiene más que un demonio para tentarle, mientras que al ocioso y holgazán le tortura una legión de espiritus malvados" (CASIANO, Instituciones,11).
4197 El que es laborioso aprovecha el tiempo, que no sólo es oro, ¡es gloria de Dios! Hace lo que debe y está en lo que hace, no por rutina, ni por ocupar las horas, sino como fruto de una reflexión atenta y ponderada. Por eso es diligente. El uso normal de esta palabra-diligente-nos evoca ya su origen latino. Diligente viene del verbo diligo, que es amar, apreciar, escoger como fruto de una atención esmerada y cuidadosa. No es diligente el que se precipita, sino el que trabaja con amor, primorosamente (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,81).
4198 Es señal manifiesta de amor la prontitud en la observancia de los mandamientos de Dios (SANTO TOMÁS, Sobre la caridad,1. c. , p. 203).
El alma que ama a Dios de veras no deja por pereza de ha- 4199 cer lo que puede para encontrar al Hijo de Dios, su Amado. Y después que ha hecho todo lo que puede, no se queda satisfecha y piensa que no ha hecho nada (SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico espiritual,3,1).
Citas de la Sagrada Escritura
Corriais bien, ¿quien os ha impedido obedecer a la verdad? Esa sugestión no procede de quien os llamó. Ga 5,7.
Y me saco de una horrible hoya, de fangosa charca. Y afirmó mis pies sobre roca, y afirmó mis pasos. Ps 39,3.
El que persevere hasta el fin, ése será salvo. Mt 10,22.
Nadie que, después de haber puesto la mano sobre el arado, mire atrás, es apto para el reino de Dios. Lc 9,62.
Busca a Yahvé y su poder, busca siempre su rostro. Ps 104,4.
Cada uno permanezca en el estado en que fue llamado. 1Co 7,20.
Yo estaré de pie en mi puesto de guardia, en pie permaneceré sobre la fortaleza, y me mantendré alerta [. . . ]. Ha 2,1.
Asi pues, hermanos míos amados, manteneos firmes, inconmovibles, abundando siempre en la obra del Señor, teniendo siempre presente que vuestro trabajo no es en vano en el Señor. 1Co 15,58.
No nos cansemos de hacer el bien, que a su tiempo cosecharemos, si no desfallecemos. Ga 6,9.
Porque hemos sido hechos participes de Jesucristo, en el supuesto de que hasta el fin conservemos la firme confianza del principio. He 3,14.
¿No sabiais que los que corren en el estadio todos corren, pero uno sólo alcanza el premio? Corred, pues, de modo que lo alcancéis. Y quien se prepara para la lucha, de todo se abstiene, y eso para alcanzar una corona corruptible; mas nosotros, para alcanzar una incorruptible. 1Co 9,24-25.
Mirad por vosotros, no vayáis a perder lo que habéis trabajado t. . . ] 2Jn 8.
He combatido el buen combate, he terminado mi carrera, he guardado la fe. Por lo demás, ya me está preparada la corona de la justicia que me otorgara aquel dia el Señor, justo juez, y no sólo a mi, sino a todos los que esperan su manifestación. 2Tm 4,7.
Nada temas por lo que tienes que padecer. Mira que el diablo os va a arrojar a algunos en la cárcel para que seáis probados, y tendréis una tribulación de diez cias. Sé fiel hasta la muerte y te daré la corona de la vida. Ap 2,10.
Cuarda bien lo que tienes, no sea que otro se lleve tu corona. Al vencedor yo le haré columna en el templo de mi Dios, y no saldrá ya jamás fuera de él, y sobre él escribiré el nombre de Dios. .
Al que venciere le haré sentarse conmigo en mi trono [. . . ]. Ap 3,21.
Considera, pues, de dónde has caldo, y arrepiéntete, y practica las obras primeras [. . . ]. Ap 2,5.
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Las dificultades y el paso del tiempó, pruebas de la fidelidad y de la perseverancia
4200 Corresponde a la fidelidad del hombre cumplir aquello que prometió (SANTO TOMAS, Suma Teológica,2-2, q l l0, a. 3).
4201 La experiencia de nuestra debilidad y de nuestros fallos, la desedificación que puede producir el espectáculo doloroso de la pequeñez e incluso de la mezquindad de algunos que se llaman cristianos, el aparente fracaso o la desorientación de algunas empresas apostólicas, todo eso-el comprobar la realidad del pecado y de las limitaciones humanas-puede sin embargo constituir una prueba para nuestra fe, y hacer que se insinúen la tentación y la duda: ¿dónde están la fuerza y el poder de Dios? Es el momento de reaccionar, de practicar de manera más pura y más recia nuestra esperanza y, por tanto, de procurar que sea más firme nuestra fidelidad (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,128).
4202 Y no os quedéis en el camino, sino pelead como fuertes hasta morir en la demanda, pues rio estáis aquí para otra cosa sino para pelear (SANTA TERESA, Camino de perfección,20,2).
4203 Toda fidelidad debe pasar por la prueba más exigente: la duración [. . . 1. Es fácil ser coherente por un día o algunos días. Dificil e importante es ser coherente toda la vida. ES fácil ser coherente en la hora de la exaltación, dificil serlo en la hora de la tribulación. Y sólo puede llamarse fidelidad una coherencia que dura a lo largo de toda la vida (JUAN PABLO II, Hom México,27-1-79).
4204 No deseéis las persecuciones para probar vuestra fidelidad; vale más esperar las que Dios permita que desear otras. Vuestra fidelidad tiene mil maneras de manifestarse en otra forma: en la humildad, en la dulzura, en la caridad (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 100,1. c. , p. 734).
4205 Que nadie mire hacia atrás, como la esposa de Lot, máxime cuando el Señor ha dicho: Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios (Lc 9,62). Mirar hacia atrás no es sino tener pesares y volver a tomarle gusto a las cosas del mundo (SAN ATANASIO, Vida de San Antonio).
Perseverar, recomenzando muchas veces
4206 Ahora, tornando a los que quieren ir por él (por el camino de la santidad) y no parar hasta el fin-que es llegar a beber de esta agua de vida-, cómo han de comenzar digo que importa mucho y el todo una grande y muy determinada determinación de no parar hasta llegar a ella, venga lo que viniere, suceda lo que sucediere, trabájese lo que se trabajare, murmure quien murmurare, siquiera llegue allá, siquiera se muera en el camino, siquiera no tenga devoción para los trabajos que hay en él,siquiera se hunda el mundo (SANTA TERESA, Camino de perfección,21,2).
Fidelidad a Cristo por encima de todo
4207 También el agricultor, cuando camina surcando el campo con el arado o esparciendo la semilla, padece frio, soporta las molestias de la lluvia, mira al cielo y lo ve triste, y, sin embargo, continúa sembrando. Lo que teme es detenerse considerando las tristezas de la vida presente y que después pase el tiempo y no encuentre nada que segar. No lo dejéis para más tarde, sembrad ahora [. . . ]. (SAN AGUSTIN, Coment. sobre el Salmo 125).
4208 Inconmovible: así has de ser. -Si hacen vacilar tu perseverancia las miserias ajenas o las propias, formo un triste concepto de tu ideal. Decidete de una vez para siempre (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 995).
4209 Tanto los predicadores del Señor como los fieles, deben estar en la Iglesia de tal manera que compadezcan al prójimo con caridad, pero no se separen de la vía del Señor por falsa compasión (SAN GREGORIO MAGNO, Hom. 37 sobre los Evangelios).
4210 ¿Por qué has de obedecer los reproches de la turba y no ca- minar sobre las huellas de Jesús que pasa? Os insultarán, os morderán, os echarán atrás, pero tú clama hasta que lleguen tus clamores a los oídos de Jesús; pues quien fuere constante en cumplir lo que Jesús mandó, sin atender los quereres de las turbas y sin hacer gran caso de los que siguen aparentemente a Cristo, sino que prefiere la vista que Cristo ha de darle al estrépito de los que vengan, no habrá poder que le aparte, y Jesús se detendrá y le sanará (SAN AGUSTIN, Sermón 88).
Perseverancia en la vocación recibida de Dios
4211 Estando uno acongojado y turbado, y entre la esperanza y el temor dudando muchas veces, una vez cargado de angustia arrojóse ante un altar y, revolviendo en su pensamiento, dijo: ¡Oh, si supiese que había de perseverar! Y luego oyó de dentro la divina respuesta, que dijo: ¿Qué harías si eso supieses? Haz ahora lo que entonces harías, y estarás bien seguro (Imitación de Cristo, I,25,2).
4212 No hallé hombres mejores que quienes se adelantan en la santidad, pero tampoco los he encontrado peores que los que abandonaron, hasta el punto de que pienso que a éstos se refiere lo que está escrito en el Apocalipsis: El justo justifiquese más y el corrompido corrómpase más aún (SAN AGUSTIN, Epistola 78).
4213 Muchos son los caminos que conducen a Dios. Por eso, cada cual debe seguir con decisión irrevocable el modo de vida que primero abrazó, manteniéndose fiel en su dirección primera. Cualquiera que sea la vocación escogida, podrá llegar a ser perfecto en ella (CASIANO, Colaciones,14).
4214 Cuando se desea sinceramente vivir de fe, de amor y de esperanza, la renovación de la entrega no es volver a tómar algo que estaba en desuso. Cuando hay fe, amor y esperanza, renovarse es-a pesar de los errores personales, de las caídas, de las debilidades-mantenerse en las manos de Dios: confirmar un camino de fidelidad (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,43).
4215 Es mejor andar por el camino, aunque sea cojeando, que correr fuera de él. Porque el que va cojeando por el camino, aunque adelante poco, se va acercando al término; pero el que anda fuera del camino, cuanto más corre tanto más se va alejando del camino (SANTO TOMÁS, Coment. Evang. S. Juan,14,2).
4216 Es útil y conveniente a cada cual, según el estado de vida que ha escogido o la gracia que ha recibido, lanzarse con ardor y diligencia a la realización de la obra comenzada. Está, desde luego, muy bien que alabe y admire las virtudes de los demás; pero no por eso debe abandonar en lo más minimo la vocación que él mismo abrazó una vez (CASIANO, Colaciones,14).
4217 Ni le ablandaba favor alguno, ni le hacia daño cualquier detracción; ni lo próspero envanecerle, ni abatirle la adversidad; no era, pues, Juan una caña movida por el viento; nada le desviaba de la rectitud de su vocación (SAN JUAN CRISÓSTOMO, Hom. I sobre los Evang. ).
4218 Y no se nos ocurra desandar después el camino, ambicionando de nuevo lo que hemos dejado, como hicieron otrora los hebreos. Moisés les habla sacado de Egipto. Y ellos retrocedieron, no materialmente, es cierto, pero si con el corazón. Dios les habla librado de la esclavitud, prodigando para ello sus signos y prodigios, y le abandonaron para adorar otra vez los idolos egipcios que hablan despreciado. Asi se expresa la Escritura: Ycon sus corazones se volvieron a Egipto, diciendo a Aarón: haznos dioses que vayan delante de nosotros (Ac 7,39-40). También nosotros nos hartamos reos de la misma condenación que Dios fulminó contra ellos cuando, después de haber gustado el maná, deploraron la falta de aquellos viles manjares, cayendo en los vicios a que alli se hablan abandonado (CASIANO, Colaciones,3).
4219 La idea de la salida tiene todas las señales de una verdadera tentación. Pero alabado sea Dios, pues el torreón no se ha rendido a este asalto, ni me parece que esté dispuesto a capitular. Guardados de querer salir. No habría término medio entre vuestra salida y vuestra perdición. ¿No veis que ello sólo sería para vivir a vos, de vos, por vos y en vos misma? Y lo más peligroso es que sáldríais bajo pretexto de. buscar más estrecha unión con Dios, siendo así que nunca estará El unido a los que dejaron la vocación, los votos y la comunidad por amargura de corazón, por malestar, por despecho, por desagrado de vivir obedeciendo a las Reglas y en santa obediencia (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 89,1. c. , p. 723).
Para ser fieles, perseverar en la oración
4220 El que no deja de andar e ir adelante, aunque tarde, llega. No me parece es otra cosa perder el camino sino dejar la oración (SANTA TERESA, Vida,19? 5).
4221 Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar [. . . ](SANTO CURA DE ARS, Sermón sobre la perseverancia).
4222 Sabe el traidor que alma que tenga con perseverancia oración la tiene perdida, y que todas las caldas que la hace dar la ayudan, por la bondad de Dios, a dar después mayor salto en lo que es su servicio: algo le va en ello (SANTA TERESA, Vida,19,2).
Fidelidad en la transmisión de la fe
4223 Dios dispuso, con su gran bondad, que todo lo que había revelado para la salvación de todas las gentes se conservara íntegro para siempre y se fuera transmitiendo a todas las generaciones (CONC. VAT. II, Const. Dei Verbum,7).
4224 La misma naturaleza de la religión exige que todo sea transmitido a los hijos con la misma fidelidad con la cual ha sido recibido de los padres, y que, además, no nos es lícito llevar y traer la religión por donde nos parezca, sino que más bien somos nosotros los que tenemos que seguirla por donde ella nos conduzca (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio,6).
4225 Amenazas, lisonjas, esperanzas de vida, temor a la muerte, guardias, corte, emperador, autoridades, no sirvieron de nada: hombres y demonios fueron impotentes ante ellos.
Su tenaz apagamiento a la fe recibida los hizo dignos, a los ojos del Señor, de una gran recompensa. Por medio de ellos, él quiso levantar las Iglesias postradas, volver a infundir nueva vida a las comunidades cristianas agotadas, restituir a los sacerdotes las coronas caldas (SAN VICENTE DE LERINS, Conmonitorio,5).
Dificultades y medios para perseverar
4226 Ausencia, aislamiento: pruebas para la perseverancia. -Santa Misa: oración, sacramentos, sacrificios: ¡Comunión de los santos!: armas para vencer la prueba (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 997).
4227 Ninguno es bastante fuerte por sus solas fuerzas, sino que está seguro por la misericordia de Dios (SAN CIPRIANO, en Catena Aurea, volt 1P 360).
4228 El desaliento es enemigo de tu perseverancia. Si no luchas contra el desaliento, llegarás al pesimismo, primero, y a la tibieza, después. Sé optimista. (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 988).
4229 El temor es mal custodio de la perseverancia (SAN AMBROso, en Catena Aurea, volt VI, p. 267).
4230 (S. Juan Bautista) perseveró en la santidad, porque se mantuvo humilde en su corazón (SAN GREGORIO MAGNO, Trat. Evang. S. Lucas,20).
4231 La infidelidad nace de la soberbia, por la cual el hombre no somete su entendimiento a las reglas de la fe y a las enseñanzas de los Padres (SANTO TOMAS, Suma Teológica,2-2,q. 1O,a. 1).
4232 ¿Que cuál es el secreto de la perseverancia? El Amor. -Enamórate, y no "le" dejarás (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 999).
El premio de la perseverancia
4233 Fuiste fiel en lo poco, porque todo lo que ahora tenemos, aunque parezca grande, es poca cosa en comparación de los bienes futuros (SAN JERONIMO en Catena Aurea, volt III, p. 230).
4234 Tengo por cierto que a todos los que no se quedaren en el camino no les faltará este agua viva (SANTA TERESA, Camino de perfección,20,1).
4235 Buscaba (María Magdalena) al que no había hallado, lo buscaba llorando y, encendida en el fuego de su amor, ardía en deseos de aquel a quien pensaba que se lo habían llevado. Por esto ella fue la única en verlo entonces, porque se había quedado buscándolo, pues lo que da fuerza a las buenas obras es la perseverancia en ellas, tal como afirma la voz de aquel que es la Verdad en persona: El que persevera hasta el fin se salvará (SAN GREGORIO> MAGNO), llom. 25 sobre los Evang. ).
4236 A los hombres y a los animales, Señor -dice el salmista-, aseguráis la salud en proporción a la extensión inmensa de vuestra compasiva bondad (Sal 35,7). Si Dios concede a todos, a los buenos y a los malos, a los hombres y a los animales, un don tan precioso, hermanos míos, ¿qué no reservará a aquellos que le son fieles? (SAN AGUSTIN, Sermón 255, sobre el "alleluia").
Acudir a la Virgen para perseverar
4237 Confía. Vuelve. Invoca a la Señora y serás fiel. (J. ESCRIVA DE BALAGUER, Camino, n. 514).
Citas de la Sagrada Escritura
Cuanto a fábulas profanas y a los cuentos de viejas, deséchalos. Ejercitate en la piedad, porque la gimnasia corporal es de poco provecho; pero la piedad es útil para todo y tiene promesas para la vida presente y para la futura. /Tm 4,7-8.
Que no habéis recibido el espiritu de siervos para recaer en el témor, antes habéis recibido el espiritu de adopción, por el que clamamos: Abba! ¡Padre!. Rm 8,15.
Mas los primeros fueron hombres piadosos, cuya justicia no cayó en el olvido. Si 44,10.
Pues si todo de este modo ha de disolverse, ¿cuáles debéis ser vosotros en vuestra santa conducta y en vuestra piedad, esperando y acelerando el advenimiento del dia de Dios, cuando los cielos, abrasados, se disolverán y los elementos, en llamas, se derretirán? 2P 3,1112.
Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre. 1Tm 6,11.
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Piedad y filiación divina
4238 Consiste la piedad en un afecto cariñoso y deferente al propio padre y a cualquier hombre sumido en desgracia. Por consiguiente, siendo Dios Padre nuestro no sólo debemos respetarle y temerle, sino además abrigar ese devoto y cariñoso afecto para con El (SANTO TOMÁS, Sobre el Padrenuestro,1. c. ,137).
4239 Si tú tienes una piedad sincera, sobre ti descenderá también el Espíritu Santo y oirás la voz del Padre desde lo alto, que dice: éste no es el Hijo mio, pero ahora, después del bautismo, ha sido hecho hijo mio (SAN CIRILO DE JERU SALÉN, Catequesis III, Sobre el bautismo,14).
4240 La piedad que nace de la filiación divina es una actitud profunda del alma, que acaba por informar la existencia entera: está presente en todos los pensamientos, en todos los deseos, en todos los afectos (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Amigos de Dios,146).
4241 La piedad es el amor que dulcifica el trabajo y nos emplea cordial y agradablemente, con todo afecto filial, en obras gratas a Dios, nuestro Padre (SAN FRANCISCO DE SALES, Trat. del amor de Dios,15,1. c. , p. 482).
4242 Principio de la piedad es tener un concepto altisimo de Dios (SAN AGUSTIN, Sobre el libre arbitrio,1).
Piedad y vida de infancia espiritual
4243 Un niño dormido en el regazo de su madre está realmente en el sitio más adecuado, aunque ella no le diga palabra, ni él a ella.
Podemos permanecer en la presencia de Dios hasta durmiendo; si nos adormecemos a vista suya, con su aquiescencia y por su voluntad, El nos colocará en el lecho como imágenes en su hornacina; y cuando nos despertemos, hallaremos que El está a nuestro lado (SAN FRANCISCO DE SALES, Epistolario, fragm. 37,1. c. , p. 671).
4244 Se llaman niños, no por su edad, sino por la sencillez de su corazón (SAN JUAN CRISOSTOMO, en Catena Aurea, volt III, p. 20).
4245 La piedad es la virtud de los hijos y para que el hijo pueda confiarse en los brazos de su padre, ha de ser y sentirse pequeño, necesitado. Frecuentemente he meditado esa vida de infancia espiritual, que no está reñida con la fortaleza, porque exige una voluntad recia, una madurez templada, un carácter firme y abierto (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Es Cristo que pasa,10).
4246 Debes hacerte más pequeño que un niño; no andes tras las alabanzas de los hombres, ni ambiciones los honores; antes bien, rechaza aquéllas y éstos (J. PECCI-León Xlll-, Práctica de la humildad,30).
Sin piedad, no se puede ser apóstol
4247 Sin una vida interior sólida, sin una auténtica unión con Jesucristo, sin piedad verdadera, no se puede ser apóstol. Para restaurar todas las cosas en Cristo por medio del apostolado es menester la gracia divina, y el apóstol no la recibe si no está unido a Cristo. Todos los que participan del apostolado deben, por tanto, poseer la verdadera piedad (SAN Pio X, Carta,11-VI-1909).
4248. . . Cuando la vida espiritual del sacerdote es deficiente, cuando falta la piedad personal, cuando no hay lucha ascética, lo primero que sufre-a veces de modo radical, y con consecuencias que trascienden con mucho la vida personal del sacerdote-es el ministerio mismo, el verdadero ministerio sacerdotal, su servicio al Pueblo de Dios como sacerdote, como ministro del Sacerdocio único de Cristo (A. DEL PORTILLO, Escritos sobre el sacerdocio, p. 123).
Existe "una urbanidad de la piedad>>
4249 Hay una urbanidad de la piedad. Apréndela. -Da pena esos hombres "piadosos", que no saben asistir a Misa -aunque la oigan a diario-ni santiguarse-hacen unos raros garabatos, llenos de precipitación-, ni hincar la rodilla ante el Sagrario-sus genuflexiones ridiculas parecen una burla-, ni inclinar reverentemente la cabeza ante una imagen de la Señora (J. ESCRIVÁ DE BALAGUER, Camino, n. 541).
4250 Las palabras del que ora han de ser mesuradas y llenas de sosiego y respeto. Pensemos que estamos en la presencia de Dios. Debemos agradar a Dios con la actitud corporal y con la moderación de nuestra voz. Porque así como es propio del falto de educación hablar a gritos, así, por el contrario, es propio del hombre respetuoso orar con un tono de voz moderado [. . . ].
Y cuando nos reunimos con los hermanos para celebrar los sagrados misterios, presididos por el sacerdote de Dios, no debemos olvidar este respeto y moderación (SAN CIPRIANO, Trat. sobre la oración,4-6).
4251 [. . . ] y los sagrados cálices y los santos paños, y lo demás que se refiere al culto de la Pasión del Señor [. . . ], por el contacto con el Cuerpo y Sangre del Señor hay que venerarlos con el mismo respeto que su Cuerpo y su Sangre (SAN JERÓNIMO, Epistola 114).
Fdez-Carvajal: Antologia - PECADO VENIAL