CELAM - 2.1. TENDENCIAS DE LA VIDA CONSAGRADA EN AMERICA LATINA


2.2. CRITERIOS

a) EL DESIGNIO DE DIOS


739. La Vida Consagrada, arraigada desde antiguo en los pueblos de América Latina, es un don que el Espiritu concede sin cesar a su Iglesia como "un medio privilegiado de evangelizacion eficaz" (EN 69).


740. El Padre, al proponerse liberar nuestra historia del pecado, germen de indignidad y muerte, elige en su Hijo, mediante el Espiritu, a mujeres y hombres bautizados para un seguimiento radical de Jesucristo, dentro de la Iglesia.


741. Y como la Iglesia Universal se realiza en las Iglesias Particulares (Cfr. CD 11), en éstas se hace concreta para la Vida Consagrada la relacion de comunidad vital y de compromiso eclesial evangelizador. Con ellas, los consagrados comparten las fatigas, los sufrimientos, las alegrias y esperanzas de la construccion del Reino y en ellas vuelcan las riquezas de sus carismas particulares, como don del Espiritu evangelizador. En las Iglesias particulares encuentran a sus hermanos presididos por el Obispo, a quien "compete el ministerio de discernir y armonizar" (MR 6).



b) LLAMADOS AL SEGUIMIENTO RADICAL DE CRISTO


742. Llamados por el Senor (Cfr. Mt 4,18-21), se comprometen a seguirlo radicalmente, identificandose con El "desde las bienaventuranzas, como lo ha senalado el Papa: No olviden nunca que para mantener un concepto claro del valor de nuestra vida consagrada necesitaréis una profunda vision de fe que se alimenta y mantiene con la oracion (Cfr. PC 6). La misma que os hara superar toda incertidumbre acerca de vuestra identidad propia, que os mantendra fieles a esa dimension vertical que os es esencial para identificarlos con Cristo desde la Bienaventuranzas y ser testigos auténticos del Reino de Dios para los hombres del mundo actual" (Juan Pablo II, Alocucion a las Religiosas, 4. AAS LXXI, p. 178).


743. Por su consagracion aceptan gozosamente, desde la comunion con el Padre, el misterio del anonadamiento y de la exaltacion pascual (Cfr. Flp. 2, 3-11). Negandose, pues, radicalmente a si mismo, aceptan como propia la cruz del Senor (Cfr. Mt 16,24), cargada sobre ellos y acompanan a los que sufren por la injusticia, por la carencia del sentido profundo de la existencia humana y por el hambre de paz, verdad y vida. De este modo, compartiendo su muerte, resucitan gozosamente con ellos a la novedad de vida y, haciéndose todo para todos, tienen como privilegiados a los pobres, predilectos del Senor.


744. Son especialmente llamados a vivir en comunion intensa con el Padre, quien los llena de su Espiritu, urgiéndolos a construir la comunion siempre renovada entre los hombres. La Vida Consagrada es, asi, una afirmacion profética del valor supremo de la comunion con Dios y entre los hombres (Cfr. ET 53) y un "eximio testimonio de que el mundo no puede ser transfigurado ni ofrecido a Dios sin el espiritu de las Bienaventuranzas" (LG 31).


745. Teniendo a Maria como modelo de consagracion y como intercesora, los consagrados encarnaran la Palabra en su vida, y, como Ella y con Ella, la ofreceran a los hombres en una continua evangelizacion.


746. Su consagracion radical a Dios amado sobre todas las cosas y por consiguiente al servicio de los hombres se expresa y realiza por los consejos evangélicos, asumidos mediante votos u otros vinculos sagrados que los "unen especialmente con la Iglesia y con su misterio" (LG 44).


747. Asi, viviendo pobremente como el Senor y sabiendo que el unico Absoluto es Dios, comparten sus bienes; anuncian la gratuidad de Dios y de sus dones; inauguran, de esta manera, la nueva justicia y proclaman "de un modo especial, la elevacion del Reino de Dios sobre todo lo terreno y sus exigencias supremas"(LG 44); con su testimonio son una denuncia evangélica de quienes sirven al dinero y al poder, reservandose egoistamente para si los bienes que Dios otorga al hombre para beneficio de toda la comunidad.


748. Su obediencia consagrada, vivida con abnegacion y fortaleza "como sacrificio de si mismo" (PC 14) sera expresion de comunion con la voluntad salvifica de Dios y denuncia de todo proyecto historico que apartandose del plan divino, no haga creer al hombre en su dignidad de hijo de Dios.


749. En un mundo en que el amor esta siendo vaciado de su plenitud, donde la desunion acrecienta distancias por doquier y el placer se erige como idolo, los que pertenecen a Dios en Cristo por la castidad consagrada seran testimonio de la alianza liberadora de Dios con el hombre en el seno de su Iglesia particular, seran presencia del amor con el que "Cristo amo a la Iglesia y se entrego a Si mismo por ella" (Ef. 5,25). Seran, finalmente, para todos un signo luminoso de la liberacion escatologica vivida en la entrega a Dios y en la nueva y universal solidaridad con los hombres.


750. De este modo, "este testimonio silencioso de pobreza y de desprendimiento, de pureza y de transparencia, de abandono en la obediencia puede ser a la vez que una interpelacion al mundo y a la Iglesia misma, una predicacion elocuente, capaz de tocar incluso a nos no cristianos de buena voluntad, sensibles a ciertos valores" (EN 69).


751. En una vida de continua oracion son llamados a mostrar a sus hermanos el valor supremo y la eficacia apostolica de la union con el Padre (Cfr. Juan Pablo II, Discurso a los Superiores Mayores, 24/11/78).


752. La comunion fraterna vivida con todas sus exigencias, a la que estan convocados los consagrados, es el signo del amor transformador que el Espiritu infunde en sus corazones, mas fuerte que los lazos de la carne y de la sangre.


753. Personas diversas, a veces de distinta nacionalidad, participan de la misma vida y mision, en intima fraternidad. Se esfuerzan de este modo, por su testimonio elocuente de la vida de Dios Trino en su Iglesia, de la misma comunion eclesial y actuan como fermento de comunion entre los hombres y de coparticipacion en los bienes de Dios.


754. Si todos los bautizados han sido llamados a participar de la mision de Cristo, a abrirse a sus hermanos y a trabajar por la unidad (Cfr. Ga 3,26-28), dentro y fuera de la comunidad eclesial, mucho mas aun los que Dios ha consagrado para si. Estos son invitados a vivir el mandamiento nuevo en una donacion gratuita a todos los hombres "con un amor que no es partidista, que a nadie excluye, aunque se dirija con preferencia al mas pobre". Juan Pablo II, Alocucion Sacerdotes 7. AAS LXXI, p.181).


755. Surgen asi los servicios suscitados por el Espiritu, como expresion salvifica de Jesucristo (Cfr. 1Co 12,4-14 Ef. 1Co 4,10 Rm 12,4) que, aunque realizados individualmente, son asumidos por toda la comunidad. Urgidos por el amor de Cristo, son fermento de conciencia misionera dentro de la comunidad eclesial, al mostrarse disponibles para ser enviados a lugares y situaciones donde la Iglesia necesita una mayor y generosa ayuda (Cfr. EN 69).


756. La riqueza del Espiritu se manifiesta en los carismas de los fundadores que brotan en su Iglesia a través de todos los tiempos, como expresion de la fuerza de su amor que responde solicitamente a las necesidades de los hombres (Cfr. LG 46).


757. La fidelidad al propio carisma es, pues, una forma concreta de obediencia a la gracia salvadora de Cristo y de santificacion con El para redimir a sus hermanos, ya sea desde la perspectiva del area educacional, del servicio de la salud o social, del ministerio parroquial, o desde la perspectiva de la cultura, el arte, etc. De este modo se hace presente el Espiritu Santo que evangeliza a los hombres con su multiforme riqueza.





2.3. OPCIONES HACIA UNA VIDA CONSAGRADA MAS EVANGELIZADORA


758. Orientados por las ensenanzas de las Exhortaciones Apostolicas "Evangelii Nuntiandi", "Evangelica Testificatio" y por el Documento "Mutuae Relationes", nos comprometemos a colaborar con los Superiores Mayores para llevar a cabo las siguientes opciones:

a) Consagracion mas profunda


759. Acrecentar por los medios mas convenientes la vivencia de la consagracion total y radical a Dios que comporta dos aspectos inseparables y complementarios: entrega y reserva a Dios generosa y total y servicio a la Iglesia y a todos los hombres.


760. Favorecer la actitud de oracion y contemplacion que nace de la Palabra del Senor, escuchada y vivida en las circunstancias concretas de nuestra historia.


761. Valorar el testimonio evangelizador de la Vida Consagrada como expresion vital de los valores evangélicos anunciados en las Bienaventuranzas.


762. Revitalizar la vida consagrada mediante la fidelidad al propio carisma y al espiritu de los Fundadores, respondiendo a las nuevas necesidades del Pueblo de Dios.


763. Alentar una seleccion vocacional que permita la decision plena y consciente y capacite para un servicio evangelizador adecuado en el presente y futuro de América Latina. Favorecer, para ello, una seria formacion inicial y permanente, adaptada a las circunstancias peculiares y cambiantes de nuestra realidad.

b) Consagracion como expresion de comunion


764. Acrecentar la fraternidad en las comunidades, en su interior favoreciendo las relaciones interpersonales que permitan la integracion y conduzcan a mayor comunion y mejor colaboracion en la mision. Estimular la apertura a relaciones intercongregacionales en las que, respetando el pluralismo de carismas particulares y las disposiciones de la Santa Sede, crezca la unidad.


765. Crear en las diocesis un clima tal de comunion eclesial organica y espiritual alrededor del Obispo que permita a las comunidades religiosas vivir su pertenencia peculiar a la familia diocesana y, de manera especial, lleve a los religiosos presbiteros a descubrir que son cooperadores del orden episcopal y, en cierto modo, pertenecen al clero de la diocesis (Cfr. CD 34). Para ello, estudiar conjuntamente los documentos eclesiales, particularmente el de "Relaciones entre los Obispos y los Religiosos en la Iglesia".


766. Promover la plena adhesion al magisterio de la Iglesia, evitando cualquier actitud doctrinal o pastoral que se aparte de sus orientaciones (Cfr. Juan Pablo II, Discurso inaugural I, 7. AAS LXXI, p. 193).


767. Fomentar el conocimiento de la teologia de la Iglesia Particular entre los religiosos y el de la teologia de la vida religiosa entre el clero diocesano, con miras al fortalecimiento de una auténtica pastoral organica, a nivel de diocesis y de Conferencia Episcopal (Cfr. MR 36-37).


768. Establecer relaciones institucionalizadas entre las Conferencias Episcopales y otros organismos eclesiales con las Conferencias Nacionales de Superiores Religiosos y otros organismos de religiosos, de acuerdo con los criterios de la Santa Sede para las relaciones entre los Obispos y Religiosos en la Iglesia.

c) Mision mas comprometida


769. Alentar a los religiosos a que asuman un compromiso preferencial por los pobres, teniendo en cuenta lo que dijo Juan Pablo II: "Sois sacerdotes y religiosos; no sois dirigentes sociales, lideres politicos o funcionarios de un poder temporal. Por eso os repito: no nos hagamos la ilusion de servir al Evangelio si tratamos de "diluir" nuestro carisma a través de un interés exagerado hacia el amplio campo de los problemas temporales" (Juan Pablo II, Alocucion Sacerdotes, 8. AAS LXXI, p. 182).


770. Estimular a los religiosos y las religiosas a que con su accion evangelizadora lleguen a los ambitos de la cultura, del arte, de la comunicacion social y de la promocion humana, a fin de ofrecer su aporte evangélico especifico, acorde con su vocacion y su peculiar situacion en la Iglesia.


771. Despertar la disponibilidad de los consagrados para asumir, dentro de la Iglesia Particular, los puestos de vanguardia evangelizadora (Cfr. EN 69) en comunion fiel con sus Pastores y con su comunidad y en fidelidad al carisma de su fundacion.


772. Estimular la fidelidad al carisma original y su actualizacion y adaptacion a las necesidades del Pueblo de Dios, para que las obras logren mayor fuerza evangelizadora.


773. Renovar la vitalidad misionera de los religiosas y la actitud de generosa disponibilidad que los lleve a dar respuestas eficaces y concretas al problema de la desigual distribucion actual de las fuerzas evangelizadoras.



2.4. INSTITUTOS SECULARES


774. En lo que toca especificamente a los Institutos Seculares, es importante recordar que su carisma propio busca responder de modo directo al gran desafio que los actuales cambios culturales estan planteando a la Iglesia: dar un paso hacia las formas de vida secularizadas que el mundo urbano-industrial exige, pero evitando que la secularidad se convierta en secularismo.


775. El Espiritu ha suscitado en nuestro tiempo este nuevo modo de vida consagrada, que representan los Institutos Seculares, para ayudar de alguna manera, a través de ellos, a resolver la tension entre apertura real a los valores del mundo moderno (auténtica secularidad cristiana) y la plena y profunda entrega de corazon a Dios (espiritu de la consagracion). Al situarse en pleno foco del Conflicto, dichos Institutos pueden significar un valioso aporte pastoral para el futuro y ayudar a abrir caminos nuevos de general validez para el Pueblo de Dios.


776. Por otro lado, la misma problematica que intentan abordar y su falta de arraigo en una tradicion ya probada, los expone mas que las otras formas de vida consagrada a las crisis de nuestro tiempo y al contagio del secularismo. Esta esperanza y los riesgos que su modo de vida conlleva, deberan mover al Episcopado latinoamericano a promover y apoyar con especial solicitud se desarrollo.





3. LAICOS

Participacion del laico en la vida de la Iglesia y en la mision de ésta en el mundo.



LOS LAICOS


3.1. SITUACION


777. Reconociendo en el seno de la Iglesia latinoamericana una toma de conciencia creciente de la necesidad de la presencia de los laicos en la mision evangelizadora, estimulamos a tantos laicos, que mediante su testimonio de entrega cristiana, contribuyen al cumplimiento de la tarea evangelizadora y a presentar el rostro de una Iglesia comprometida en la promocion de la justicia en nuestros pueblos.


778. En la actual situacion del continente, interpela particularmente a los laicos la configuracion que van tomando los sistemas y estructuras que, a consecuencia del proceso desigual de industrializacion, urbanizacion y transformacion cultural, ahondan las diferencias socio-economicas, afectando principalmente a las masas populares, con fenomenos de opresion y marginacion creciente.


779. La Iglesia de América Latina después del Concilio y Medellin, en el esfuerzo de aceptar los desafios, en su conjunto, ha tenido experiencias positivas y avances segun lo dijimos en el N 10 y ss. y ha sufrido dificultades y crisis, véase N 16-27.


780. Hay crisis que han afectado, naturalmente, al laicado latinoamericano y, en especial, al laicado organizado que sufrio no solo los embates de la conflictividad de la propia sociedad -represiones de los grupos de poder- sino también los producidos por una fuerte ideologizacion, por desconfianzas mutuas y en las instituciones que llevaron, incluso, a dolorosas rupturas de los movimientos laicos entre si y con los pastores.


781. Hoy, sin embargo, vemos otro aspecto de la crisis en sus consecuencias positivas: la progresiva ganancia en serenidad, madurez y realismo que se manifiesta en confesadas aspiraciones por promover en la Iglesia estructuras de dialogo, de participacion y de accion pastoral de conjunto, expresiones de una mayor conciencia de pertenencia a la Iglesia.


782. Este optimismo, creciente en los movimientos laicos, no desconoce, por otra parte, las tensiones que persisten, tanto a nivel de la comprension del sentido del compromiso del laico hoy en América Latina, como de una apropiada insercion en la accion eclesial.


783. Mientras estas tensiones afectan principalmente a quienes participan en movimientos laicos, grandes sectores del laicado latinoamericano no han tomado conciencia plena de su pertenencia a la Iglesia y viven afectados por la incoherencia entre la fe que dicen profesar y practicar y el compromiso real que asumen en la sociedad. Divorcio entre fe y vida agudizado por el secularismo y por un sistema que antepone el tener mas al ser mas.


784. Asimismo, la efectiva promocion del laicado se ve impedida muchas veces por la persistencia de cierta mentalidad clerical en numerosos agentes pastorales, clérigos e incluso laicos.


785. Este contexto social y eclesial, asi descrito, ha dificultado la participacion activa y responsable de los laicos en campos tan importantes como el politico, el social y el cultural, particularmente en los sectores obreros y campesinos.





3.2. REFLEXION DOCTRINAL

EL LAICO EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO


786. La mision del laico encuentra su raiz y significacion en su ser mas profundo que el Concilio Vaticano II se preocupo de subrayar, en algunos de sus documentos:

- El bautismo y la confirmacion lo incorporan a Cristo y lo hacen miembro de la Iglesia.

- Participa, a su modo, de la funcion sacerdotal, profética y real de Cristo y la ejerce en su condicion propia.

- La fidelidad y la coherencia con las riquezas y exigencias de su ser le dan su identidad de hombre de Iglesia en el corazon del mundo y de hombre del mundo en el corazon de la Iglesia (Cfr. LG Cap. IV).


787. En efecto, el laico se ubica, por su vocacion, en la Iglesia y en el mundo. Miembro de la Iglesia, fiel a Cristo, esta comprometido en la construccion del Reino en su dimension temporal.


788. En profunda comunicacion con sus hermanos laicos y con los Pastores, en los cuales ve a sus maestros en la fe, el laico contribuye a construir la Iglesia como comunidad de fe, de oracion, de caridad fraterna y lo hace por la catequesis, por la vida sacramental, por la ayuda a los hermanos. De alli la multiplicidad de formas de apostolado, cada una de las cuales pone énfasis en algunos de los aspectos mencionados.


789. Pero es en el mundo donde el laico encuentra su campo especifico de accion (Cfr. EN 73). Por el testimonio de su vida, por su palabra oportuna y por su accion concreta, el laico tiene la responsabilidad de ordenar las realidades temporales para ponerlas al servicio de la instauracion del Reino de Dios.


790. En el vasto y complicado mundo de las realidades temporales, algunas exigen especial atencion de los laicos: la familia, la educacion, las comunicaciones sociales.


791. Entre estas realidades temporales no se puede dejar de subrayar con especial énfasis la actividad politica (Cfr. AA II, 5). Esta abarca un amplio campo, desde la accion de votar, pasando por la militancia y el liderazgo en algun partido politico, hasta el ejercicio de cargos publicos en distintos niveles.


792. En todos los casos, el laico debera buscar y promover el bien comun en la defensa de la dignidad del hombre y de sus derechos inalienables en la proteccion de los mas débiles y necesitados, en la construccion de la paz, de la libertad, de la justicia; en la creacion de estructuras mas justas y fraternas.


793. En consecuencia, en nuestro continente latinoamericano, marcado por agudos problemas de injusticia que se han agravado, los laicos no pueden eximirse de un serio compromiso en la promocion de la justicia y del bien comun (Cfr. AA 14), iluminados siempre por la fe y guiados por el Evangelio y por la Doctrina Social de la Iglesia, pero orientados a la vez por la inteligencia y la aptitud para la accion eficaz. "Para el cristiano no basta la denuncia de las injusticias, a él se le pide ser en verdad testigo y agente de la justicia" (Juan Pablo II, Alocucion Obreros Guadalajara 2. AAS LXXI, p. 223).


794. En la medida en que crece la participacion de los laicos en la vida de la Iglesia y en la mision de ésta en el mundo, se hace también mas urgente la necesidad de su solida formacion humana en general, formacion doctrinal, social, apostolica. Los laicos tienen el derecho de recibirla primordialmente en sus mismos movimientos y asociaciones pero también en institutos adecuados y en el contacto con sus Pastores.


795. Por otra parte, el laico debe aportar al conjunto de la Iglesia su experiencia de participacion en los problemas, desafios y urgencias de su "mundo secular" -de personas, familias, grupos sociales y pueblos- para que la Evangelizacion eclesial arraigue con vigor. En ese sentido, sera aporte precioso del laico por su experiencia de vida, su competencia profesional, cientifica y laboral, su inteligencia cristiana, cuanto pueda contribuir para el desarrollo, estudio e investigacion de la Ensenanza Social de la Iglesia.


796. Un aspecto importante de esta formacion es el que concierne a la profundizacion en una espiritualidad mas apropiada a su condicion de laico. Dimensiones esenciales de esta espiritualidad son, entre otras, las siguientes:


797. - Que el laico no huya de las realidades temporales para buscar a Dios sino persevere, presente y activo, en medio de ellas y alli encuentre al Senor.

- Dé a tal presencia y actividad una inspiracion de fe y un sentido de caridad cristiana.

- Por la luz de la fe, descubra en esa realidad la presencia del Senor.


798. - En medio de su mision, a menudo conflictiva y llena de tensiones para su fe, busque renovar su identidad cristiana en el contacto con la Palabra de Dios, en la intimidad con el Senor por la Eucaristia, en los Sacramentos y en la oracion.


799. Tal espiritualidad debera ser capaz de dar a la Iglesia y al mundo "cristianos con vocacion de santidad, solidos en su fe, seguros en la doctrina propuesta por el Magisterio auténtico, firmes y activos en la Iglesia, cimentados en una densa vida espiritual...perseverantes en el testimonio y accion evangélica, coherentes y valientes en sus compromisos temporales, constantes promotores de paz y justicia contra toda violencia u opresion, agudos en el discernimiento critico de las situaciones e ideologias a la luz de las ensenanzas sociales de la Iglesia, confiados en la esperanza en el Senor" (Juan Pablo II, Alocucion Laicos, 6. AAS LXXI, p. 216).




EL LAICADO ORGANIZADO


800. Expresamos nuestra confianza y estimulo decidido a las formas organizadas del apostolado de los laicos porque:


801. La organizacion es signo de comunion y participacion en la vida de la Iglesia; permite la transmision y crecimiento de las experiencias y la permanente formacion y capacitacion de sus miembros.


802. El apostolado exige muchas veces una accion comun, tanto en las comunidades de la Iglesia como en los diversos ambientes.


803. En una sociedad que se estructura y planifica cada vez mas la eficacia de la actividad apostolica depende también de la organizacion.




MINISTERIOS DIVERSIFICADOS


804. Para el cumplimiento de su mision, la Iglesia cuenta con diversidad de ministerios (Cfr. AA 21). Al lado de los ministerios jerarquicos, la Iglesia reconoce un puesto a ministerios sin orden sagrado. Por tanto, también los laicos pueden sentirse llamados o ser llamados a colaborar con sus pastores en el servicio a la comunidad eclesial, para el crecimiento y vida de ésta, ejerciendo ministerios diversos segun la gracia y los carismas que el Senor quiere concederles (Cfr. EN 73).


805. Los ministerios que pueden conferirse a laicos son aquellos servicios referentes a aspectos realmente importantes de la vida eclesial (v. gr. en el plano de la Palabra, de la Liturgia o de la conduccion de la comunidad), ejercidos por laicos con estabilidad y que han sido reconocidos publicamente y confiados por quien tiene la responsabilidad en la Iglesia.





3.3. CRITERIOS PASTORALES

CRITERIOS QUE ORIENTAN AL LAICADO ORGANIZADO EN LA PASTORAL DE CONJUNTO


806. Una renovada pastoral del laicado organizada exige:

a) vitalidad misionera para descubrir con iniciativa y audacia nuevos campos para la accion evangelizadora de la Iglesia;

b) apertura para la coordinacion con organizaciones y movimientos, teniendo en cuenta que ninguno de ellos posee la exclusividad de la accion de la Iglesia;

c) canales permanentes y sistematicos de formacion doctrinal y espiritual con actualizacion de contenidos y pedagogia adecuada.


807. La diversidad de formas organizadas del apostolado seglar exige su presencia y participacion en la pastoral de conjunto, tanto por la naturaleza misma de la Iglesia, misterio de comunion de diversos miembros y ministerios, como por la eficacia de la accion pastoral con la participacion coordinada de todos.


808. Se requiere la participacion del laicado no solo en la fase de ejecucion de la pastoral de conjunto, sino también en la planificacion y en los mismos organismos de decision.


809. Su insercion en la pastoral de conjunto asegurara la necesaria referencia de las formas organizadas de apostolado laical a la pastoral dirigida a las grandes masas del Pueblo de Dios.


810. Las formas organizadas de apostolado laico deben dar a sus miembros ayuda, aliento e iluminacion para su compromiso politico. Se reconocen, sin embargo, dificultades, a nivel de dirigentes cuando pertenecen a movimientos apostolicos y simultaneamente militan en partidos politicos; dificultades que deberan resolverse con prudencia pastoral teniendo en cuenta el criterio de evitar comprometer su movimiento apostolico con un partido politico determinado.




CRITERIOS PASTORALES SOBRE LOS MINISTERIOS

Caracteristicas de los miembros que pueden recibir los laicos son las siguientes:


811. - No clericalizan; quienes los reciben siguen siendo laicos con su mision fundamental de presencia en el mundo.


812. - Se requiere una vocacion o aptitud ratificada por los pastores.


813. - Se orientan a la vida y al crecimiento de la comunidad eclesial, sin perder de vista el servicio que ésta debe prestar en el mundo.


814. - Son variados y diversos de acuerdo con los carismas de quienes son llamados y las necesidades de la comunidad; pero esta diversidad debe coordinar por su relacion al ministerio jerarquico.

Conviene evitar los siguientes peligros en el ejercicio de los ministerios:


815. a) La tendencia a la clericalizacion de los laicos o la de reducir el compromiso laical a aquellos que reciben ministerios, dejando de lado la mision fundamental del laico, que es su insercion en las realidades temporales y en sus responsabilidades familiares.


816. b) No deben promoverse tales ministerios como estimulo puramente individual fuera de un contexto comunitario.


817. c) El ejercicio de ministerios por parte de unos laicos no puede disminuir la participacion activa de los demas.





3.4. EVALUACION


818. Para analizar y evaluar la situacion actual y las perspectivas del laicado, es necesario, por una parte, detectar la realidad de la presencia activa en los distintos lugares que configuran la dinamica social y, por otra, hacer manifiesta la "calidad" de dicha presencia. Para este fin, se utiliza un marco de referencia que tiene doble dimension:


819. La primera, que nos permite cuantificar la presencia del laicado, es el crecimiento de los ambitos funcionales (mundo de la cultura, del trabajo, etc.) frente a los ambitos territoriales (el barrio, la parroquia, etc.) como consecuencia del proceso de industrializacion y urbanizacion.


820. La segunda nos permite calificar la presencia En este caso, el signo es como se comprende la realidad social, el ser y la mision de la Iglesia.


821. - En el espacio de la "vecindad" (parroquia, barrios), la existencia de numerosos laicos y movimientos de laicos.


822. - En el espacio de "apoyo pastoral" (entendido como tal el que reune los servicios de formacion doctrinal del laicado, invitacion al compromiso, espiritualidad, etc.) hay una presencia apreciable, pero con deficiencias en los servicios de formacion.


823. - En el espacio de "construccion de la sociedad" (obreros, campesinos, empresarios, técnicos, politicos, etc.) la presencia es muy débil; casi total la ausencia en el espacio de creacion y difusion cultural (intelectuales, artistas, educadores, estudiantes y comunicadores sociales).

Bajo la segunda dimension se observa:


824. - La persistencia de laicos y movimientos laicales que no han asumido suficientemente la dimension social de su compromiso, tanto por aferrarse a sus intereses economicos y de poder, como por una deficiente comprension y aceptacion de la ensenanza social de la Iglesia. Se percibe también otros laicos y movimientos de laicos que por exagerada politizacion de su compromiso, han vaciado su apostolado de esenciales dimensiones evangelizadoras.


825. - La existencia de movimientos laicos que se distorsionan por una excesiva dependencia de las iniciativas de la jerarquia y también de los que confieren a su autonomia un grado tal, que se desprenden de la comunidad eclesial.


826. Finalmente, resulta de particular gravedad el hecho de un insuficiente esfuerzo en el discernimiento de las causas y condicionamientos de la realidad social y en especial sobre los instrumentos y medios para una transformacion de la sociedad. Esto es necesario como iluminacion de la accion de los cristianos para evitar, tanto la asimilacion acritica de ideologias como un espiritualismo de evasion. Ademas, asi se hace factible, descubrir caminos para la accion, superada la mera denuncia.





3.5. CONCLUSIONES


827. Hacemos un llamado urgente a los laicos a comprometerse en la mision evangelizadora de la Iglesia, en la que la promocion de la justicia es parte integrante e indispensable y la que mas directamente corresponde al quehacer laical, siempre en comunion con los pastores.


828. Exhortamos a una presencia organizada del laicado en los diversos espacios pastorales, lo cual supone la integracion y coordinacion de los distintos movimientos y servicios dentro de un plan de pastoral organica del sector laico.


829. Invitamos a tener en especial consideracion al laicado organizado en orden a la accion eclesial, prestandole la adecuada atencion pastoral y el debido aprecio de su papel en la pastoral global de la Iglesia.


830. En particular adquiere especial importancia la constitucion o dinamizacion de los departamentos diocesanos y nacionales de laicos o de otros organos de animacion y coordinacion. Asimismo urge el fortalecimiento de los organismos latinoamericanos de los movimientos laicos con apoyo a la labor que en este sentido viene realizando el Departamento de laicos del CELAM.


831. Igualmente, hacemos resaltar el importante lugar que pueden ocupar los laicos individualmente convocadas a prestar servicios en instituciones de Iglesia, particularmente las educativas, los organismos de promocion humana y social y las actividades en zonas de mision.


832. Pedimos que se fomenten centros o servicios de formacion integral de laicos que pongan adecuado énfasis en una pedagogia activa, complementada por una formacion sistematica en los fundamentos de la fe y de la ensenanza social de la Iglesia. Asimismo, consideramos los movimientos organizados como instrumentos de formacion con sus proyectos, experiencias, planes de trabajo y evaluaciones.


833. En América Latina, sobre todo en aquellas regiones donde los ministerios jerarquicos no estan suficientemente provistos, foméntense bajo la responsabilidad de la Jerarquia también una especial creatividad en el establecimiento de ministerios o servicios que pueden ser ejercidos por laicos, de acuerdo con las necesidades de la evangelizacion. Especial cuidado debe ponerse en la formacion adecuada de los candidatos.





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