LA MORALIDAD Y LAS LEYES CIVILES
Me corresponde referir a la tercera parte de la Instrucción Donum vitae que se titula: Los valores y las obligaciones morales que la legislación civil debe respetar y sancionar en esta materia.
Después de haber recordado que todos los avances biomédicos han de estar al servicio de la dignidad del ser humano desde el momento de su concepción hasta su partida de este mundo, y que no es sin más moralmente lícito lo que técnicamente sea posible y de cómo el contexto natural fundamental de la procreación ha de ser la unión amorosa de los esposos según lo establecido en la ley natural, la Instrucción apela a los legisladores para que la regulación del orden civil esté fundado en el ordenamiento moral que es mucho más amplio que el orden civil y que tiene como fundamento la razón y la ley natural.
De aquí que las leyes civiles han de proteger el bien común de las personas mediante el reconocimiento de sus derechos inalienables iniciando por el de la vida misma, la cual tratándose del ser humano ha de ser inmanipulable desde su concepción, máxime cuando se trata de un ser humano en gestación el cual está en total desprotección. Igualmente se han de garantizar los derechos de la familia para que sea ella la que en libertad y responsabilidad asuma su derecho intransferible a la procreación y el dar a los cónyuges el regalo mutuo de la paternidad.
Sobre esta base la Instrucción urge a las naciones a que se den legislaciones apropiadas para que bajo un pretendido adelanto de la biotecnología no se proponga "eugenismos" que tenga a la base una discriminación de los seres humanos y lleguen a proponer inclusive un control Estatal o de multinacionales que pretendieran ubicarse por encima de los Estados y de sus acuerdos multilaterales.
Es un hecho que ya algunos Estados han legislado autorizando la eliminación de inocentes. Tales leyes están privando del derecho a la vida a seres humanos y por lo tanto están invalidando su eticidad puesto que toda regulación civil ha de estar dirigida en primer lugar a garantizar a todos sus individuos el derecho fundamental de la vida. Si por otra parte los Estados iniciaran la legitimación de la manipulación genética van a ampliar aún mas la permisiva ley del aborto. De aquí que las leyes deben orientarse a que se castigue severamente a quien pretenda que el ser humano en su estado embrionario es material que puede ser objeto de experimentación, mutilación o deshecho.
Tolerar el aborto, la manipulación genética, la maternidad sustitutiva, los bancos de embriones, la inseminación postmortem propiciará cada vez más anular la célula básica de la sociedad que es la familia exponiendo así a toda una nación a su deterioro.
Exhorta la Instrucción a que "Todos los hombres de buena voluntad deben esforzarse particularmente a través de su actividad profesional y del ejercicio de sus derechos civiles, para reformar las leyes positivas moralmente inaceptables y corregir las prácticas ilícitas. Además, ante esas leyes se debe presentar la "objeción de conciencia". Recuerda el documento cómo en la conciencia de muchos especialistas de ciencias biomédicas se va imponiendo cada vez más la resistencia pasiva ante la legitimación de prácticas contrarias a la vida y a la dignidad del hombre.