La necesidad de la inculturación de la catequesis para una integración eficáz de fe y vida.

Dr. Walter Krieger

¡Saludos desde Viena!

¡Eminencia!

¡Queridos participantes y espectadores de esta videoconferencia!

Les agradezco por la posibilidad de poder colaborar y saludo a todos con afecto.

Enfrentaré el tema de la inculturación de la catequesis para una integración eficáz de fe y vida.

Austria es un pais tradicionalmente católico. Historia, cultura, paisaje, legislación, tradiciones sociales muestran la influencia del patrimonio cristiano, si bien hoy estas raíces cristianas no sean ya tan evidentes.

El 73% de la población es católica. Casi el 15% de los católicos participa con gran regularidad en la vida eclesial. En Austria hablamos de una "Iglesia de todos", pero que sufre un cambio ya que las tradiciones son cada vez más obvias. La fe necesita de una mayor resolución. Vamos al encuentro de una "Iglesia decisionista".

Más del 90% de los jóvenes frecuenta lecciones de religión que incluso se dictan en escuelas públicas. Casi todos los niños bautizados católicos llegan a la preparación de la primera comunión en las parroquias y la gran mayoría de los jóvenes recibe el Sacramento de la Confirmación.

A las lecciones de religión y a la catequesis de preparación a los Sacramentos en las parroquias no participan sólo niños y jóvenes, sino también los que de alguna manera han tenido algún contacto con la vida religiosa.

¿De qué manera la catequesis al servicio del Evangelio puede llegar a quién reconoce la importancia de la fe para su propia vida?

Primera reflexión: la correspondencia

En la correspondencia se trata de relacionar la fe y la vida, comenzando de la vida, es decir de percibir temas esenciales para luego interpretarlos y comprenderlos desde la fe. Para que esta interpretación basada sobre la fe pueda ser percibida, son necesarias sinceridad y motivación, argumentos válidos y credibilidad por parte de los catequistas.

El camino en el sentido contrario conduce desde la fe hacia la vida: un contenido de fe se explica de tal manera que su significado se hace claro para la vida de todos los hombres aquí y ahora. Se trata, como puede verse en el Directorio General de la Catequesis, n. 205, no sólo de un reconocimiento racional del contenido de la fe, sino también del hecho que el mismo mueve el corazón y cambia la conducta. Más aún, es decisiva la profundidad del proceso catequético, no la cantidad de contenidos.

En nuestra sociedad, los contenidos centrales de la fe no resultan interesantes a muchas personas pragmáticas, que desean aprovechar sus posibilidades aquí y ahora. Entonces, como lo expresa el Directorio General en el n. 204, la catequesis no tiene como objetivo el representar la fe como elemento decorativo, como "enriquecimiento", sino más bien de penetrar el corazón de las personas en profundidad, con fuerza vital.

¿Cómo es posible lograr este objetivo?

Para llegar al corazón de las personas, el catequista debe tener una gran sensibilidad hacia la realidad de la vida.

- Se trata de observar bajo la superficie de un estilo de vida pragmático, donde resuena el mensaje evangélico.

- Se trata de prestar atención a los valores vividos de las personas y a la diferenciación entre aquello que, en sentido evangélico, promueve la vida y aquello que la obstacula.

- Es necesario que las personas entiendan estas cosas y vean ellas mismas la propia realidad y las propias responsabilidades.

- En fin, es necesario despertar el deseo por la responsabilidad de apertura, diálogo, paciencia, precisión y disponibilidad al cambio.

Este proceso se hace evidente sobretodo en el catecumenado de los adultos.

Segunda reflexión: catequesis en los grupos religiosos

Es positivo comprometerse en los grupos de fe, de lectura de la Biblia, de oración y en comunidades espirituales. La abertura hacia las cuestiones de la fe es grandiosa, el interés por la catequesis infinito. En lo que concierne la correspondencia, en tanto entusiasmo, se trata de no perder de vista los deberes de la vida. De hecho, un grupo religioso entusiasta daría un ejemplo negativo si sus miembros olvidaran vivir la fe en lo cotidiano, es decir la vida que se desarrolla en familia, en el vecindario, en el lugar de trabajo, en el tiempo libre. Además, un compromiso en la Iglesia no sostituye los desafíos cotidianos.

En la catequesis con los grupos religiosos es importante no solo profundizar los contenidos de la fe, sino también ofrecer sugerencias para radicar la fe en la vida, para inculturizar la fe en la vida. La dimensión espiritual de la catequesis desarrolla en esto un papel decisivo.

Tercera reflexión: fe significa relación

En el proyecto general de la evangelización la catequesis ocupa un lugar que presupone fe o el anhelo de la misma. Esto significa que los hombres desean vivir en relación con Dios y con los otros cristianos, lo que es fundamental para la catequesis, y ésta no puede ser sostituída por otra cosa.

La catequesis ayudará las personas a establecer y profundizar estas relaciones y a dirigirse constantemente hacia Dios.

La entidad de estas relaciones se hace particularmente importante cuando las personas se encuentran con contenidos de fe que no son simples de comprender, quizás porque provienen de otra situación temporal, quizás porque no son explicados correctamente, quizás porque son comprometedores y exigen un cambio de vida. En general, estos contenidos constituyen un exámen de fe. Estas pruebas se superan mejor si se respaldan por fuertes relaciones de fe. Quien vive una relación viva con Dios, quien es atento y disponible hacia la comunidad de fe, quien está relacionado a la Iglesia con el corazón, creerá con mayor facilidad en la verdad y en los mensajes evangélicos puestos en duda por corrientes de pensamiento en la sociedad. Entonces, con la ayuda de la catequesis, se trata de testimoniar el mensaje evangélico no contra el tiempo, sino en el tiempo y en este mundo.

Una reflexión final

Tener fe significa recorrer una vida y no solo estar de acuerdo con algunos contenidos. A lo largo del camino, a través del paisaje de nuestro presente, de nuestra cultura, uno se cruza con muchos caminos y muchas cosas dignas de notar. La catequesis sirve para ofrecer puntos de referencia, para dar indicaciones o bien para explicar, como un cartel luminoso, aquello que se ve. Es como lo que sucede en un viaje: quien recorre el camino con el corazón y la mente abiertos, descubre muchas más cosas de quien piensa solo en sí mismo y en sus propios intereses.

La catequesis es una invitación a profundizar la fe aquí y ahora, es decir a progresar hacia el amor de Dios.

Les agradezco por su atención.